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domingo, 10 de mayo de 2009

VIGILIA DE ORACIÓN

VIGILIA
DE ORACIÓN


“El amor de Dios ha sido derramado
en nuestros corazones por el Espíritu Santo que habita en nosotros. Aleluya”.
(Rm 5,5; 8,11)


AMBIENTACIÓN


El lugar donde se va a celebra la
vigilia de la oración estará preparado para colocar los siguientes símbolos:
Cirio Pascual; siete velas y una fuente de agua. Ambón para la Palabra. Un icono
de María. Cestito con los dones del  Espíritu Santo. (Pequeñas llamas de
cartulinas de colores, en las que están escritos los dones del Espíritu:
SABIDURÍA, ENTENDIMIENTO, CIENCIA, FORTALEZA, CONSEJO, PIEDAD, TEMOR DE
DIOS).  El lugar está en penumbra. Se oye música de fondo


ACOGIDA
Y MOTIVACIÓN


Acogemos y saludamos a todos los
participantes y les invitamos a colocarse en sus sitios.


Animador:


Bienvenidos/as a esta Vigilia de
Oración. Nos reunimos con María, la Madre, que siempre nos lleva a su Hijo
Jesús, para celebrar la Fiesta del Espíritu. Hacemos presente a toda la
humanidad necesitada de vida, de paz, de verdad y de comunión. Comenzamos este
encuentro haciéndonos una pregunta:
“¿Qué necesita la Iglesia? La iglesia
necesita el Espíritu Santo. La Iglesia necesita el Espíritu, el Espíritu Santo,
animador y santificador de la Iglesia, su respiro divino, el viento de sus
velas, su principio unificador, su manantial interior de luz y fuerza, su sostén
y consolación, su manantial de carisma, y cantos, y paz y consuelo, su garantía
y preludio de vida beata y eterna”
(Pablo VI).


“Sin el Espíritu, Dios queda
lejos, Cristo permanece en el pasado, el evangelio es letra muerta, la Iglesia
es pura organización, la autoridad es tiranía, la misión es propaganda, la
liturgia es simple recuerdo, y la vida cristiana una moral de
esclavos”

(Ignacio IV Hazim, patriarca de Antioquía).


1.- EL
SOPLO DEL ESPÍRITU SANTO


Nos abrimos al Espíritu divino
para que encienda el fuego del amor en nuestro corazón; nos abra al Reino de
Dios; nos revista de novedad y teja entre nosotros/as la nueva humanidad donde
las diferencias de raza, religión, sexo, nacionalidad, o estado social no
constituyen ningún privilegio (Cf. 1Cor 12,13).


Canto: ¡VEN, ESPÍRITU, VEN
ESPÍRITU, VEN, ESPIRITU, VEN, ESPIRITU!


(Se van intercalando las estrofas
de la Secuencia de Pentecostés)



Ven, Espíritu divino,

manda tu luz desde el cielo.

Padre amoroso del pobre;

don, en tus dones espléndido;

luz que penetra las almas; 

fuente del mayor
consuelo.

 
Ven, dulce huésped del alma,

descanso de nuestro esfuerzo,

tregua en el duro trabajo,

brisa en las horas de fuego,

gozo que enjuga las lágrimas,

y reconforta en los duelos.

 
Entra hasta el fondo del alma,

divina luz, y enriquécenos.

Mira el vacío del hombre

si tu le faltas por dentro;

mira el poder del pecado

cuando no envías tu aliento.

 
Riega la tierra en sequía,

sana el corazón enfermo,

lava las manchas, infunde

calor de vida en el hielo,

doma el espíritu indómito,

guía el que tuerce el sendero.

 
Reparte tus siete dones

según la fe de tus siervos.

Por tu bondad y tu gracia

dale al esfuerzo su mérito;

salva al que busca salvarse

y danos tu gozo
eterno.

2. EL
ESPÍRITU ENSEÑADOR DE VERDADES


El Espíritu divino está siempre en
toda verdad. Nos acompaña en la búsqueda de toda verdad, nos acerca a Jesús,
“el camino, la verdad y la vida” (Jn 14,6). El Espíritu nos enseña a
reconocer su gracia en nosotros. Nos ayuda a superar las resistencias que
tenemos a la verdad, la tendencia hacia la mentira, la esterilidad de la mera
supervivencia. El Espíritu nos descubre la oscuridad que todavía hay en nuestro
mundo, las injusticias, las desigualdades, los abusos de poder y la marginación
de los débiles y pequeños.


Presentamos algunas situaciones
que más golpean nuestra sensibilidad de creyentes en la Trinidad, que desea que
toda la humanidad  sea una familia de paz y comunión.


(Desde distintos lugares de la
asamblea se oyen estas u otras voces)


Inmigrantes rechazados. Víctimas
del terrorismo. Niños/as de la calle. Jóvenes desorientados. Drogo-dependientes.
Refugiados. Secuestrados. Enfermos. Condenados a muerte por sida en África. Los
que sufren depresión. Enfermos mentales. Alcohólicos. Personas sin trabajo.
Naturaleza violada. Mujeres maltratadas. Familias desunidas. Trabajadores
explotados. Ancianos abandonados. Países en guerra. 


Canto: EN NUESTRA
OSCURIDAD ENCIENDE LA LLAMA DE TU AMOR, SEÑOR,   DE TU AMOR, SEÑOR.


Gesto: Con las manos
enlazadas rezamos el Padrenuestro


3. EL
ESPÍRITU DADOR DE VIDA


El Espíritu es la
fuente de la oración cristiana, nos hace exclamar:
¡Abbá, Padre! y
confesar que
Jesús es el Señor. “El Espíritu viene en ayuda de
nuestra debilidad, porque nosotros no sabemos pedir lo que nos conviene, pero el
Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos inefables. Y el que escudriña
los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu, y que su intercesión por los
santos es según Dios”
(Rom 8,26-27). A su luz se esclarece el misterio del
ser humano.


Símbolo: Una persona
entra con el Cirio Pascual encendido. Otra con la Palabra abierta y otra con una
fuente de agua.


(Se colocan en el
medio de la Asamblea con los símbolos en alto, mientras se proclama la Palabra
dos veces seguidas, dejando unos instantes de silencio entre las dos
proclamaciones. Todos nos ponemos de pie, miramos los símbolos y formamos un
círculo alrededor)


Lectura de la Palabra:


“El último día, el más solemne de
las fiestas, Jesús, en pie gritaba: El que tenga sed, que venga a mí; el que
cree en mí, que beba. Como dice la Escritura: de sus entrañas manarán torrentes
de agua viva” (
Jn 7, 37-38).


Canto: YO TENGO UN
GOZO EN EL ALMA


Yo tengo un gozo en el alma,
grande gozo en el alma,
grande gozo en el alma y en mi
ser. ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios! Es como un río de agua viva, río de agua
viva.
Río de agua viva en mi ser.


No te avergüences y alaba a tu
Señor,
no te avergüences y alaba a tu
Señor, da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a El,
no te avergüences y alaba a tu
Señor.


 Con alegría, alaba a tu Señor, con
alegría, alaba a tu Señor, da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a El, con
alegría, alaba a tu Señor.


 Ama a María y alaba a tu Señor,
ama a María y alaba a tu Señor, da gloria a Dios, gloria a Dios, gloria a El,
ama a María y alaba a tu Señor.


 Ama a tu hermano y alaba a tu
Señor, ama a tu hermano y alaba a tu Señor,
da gloria a Dios, gloria a Dios,
gloria a El, ama a tu hermano y alaba a tu Señor.


 Gesto: Mientas se
canta, varias personas se acercan a la fuente de agua  y la persona
que preside la Asamblea toma agua de la fuente y les hace la señal de la cruz en
la frente.


4. EL
ESPÍRITU CREADOR DE COMUNIÓN


“¡Qué extraordinaria riqueza, con
sus dones de verdad y de amor, la del Espíritu!”
(Juan Pablo II). Gracias 
al Espíritu podemos entrar en comunión con el Padre y con el Hijo. Por
medio de Él, el Padre y el Hijo se hacen presentes y entran en comunión con la
Iglesia, con el cristiano, con el mundo.


El Espíritu nos regala la
interioridad, la creatividad, la comunión; nos introduce en la gracia de ser
amados, nos enseña a valorarnos desde el don de Dios, nos propone como estilo de
vida el camino de la confianza creativa; nos cita en el Misterio. La comunión es
el gozo de la presencia de la Trinidad en nosotros, es una experiencia de
comunión.


Dinámica: En pequeños grupos
de dos o tres personas, durante breves minutos se comparte esta pregunta: ¿Qué
es para ti la comunión? Luego, se hace eco en la Asamblea de los compartido en
los grupos.


Símbolo: Mientras el Lector
lee los Dones del Espíritu Santo, se encienden las velas y sietes personas las
levantan en alto, otras personas reparten los dones del Espíritu Santo a los
participantes.



  1. Don de temor de
    Dios
    :
    Docilidad para acoger el Plan de
    Dios.

  2. Don de
    sabiduría
    : Entrar en el Plan de
    Dios gozosamente.

  3. Don de entendimiento: Fiarse totalmente de
    Dios-Padre-Madre.

  4. Don de consejo: Discernir el Plan de Dios a la luz de su Palabra.
  5. Don de piedad: Afecto filial hacia Dios-Padre y sentido de fraternidad

  6. Don de
    fortaleza
    : Paciencia-Resistencia
    ante las adversidades.

  7. Don de ciencia: Gozar de la Presencia de Dios en la vida.

5. EL
ESPÍRITU NOS ENVÍA AL MUNDO


Gesto: Las personas
que llevaron los símbolos de la celebración los levantan


Animador:   


El Espíritu, que es dador de
carisma para la edificación del pueblo de Dios, nos  envía a ser
testigos del Amor en el mundo, a tejer la comunión en la Iglesia, y a vivir en
verdad en nuestra vida.


Canto: ID AMIGOS POR EL MUNDO ANUNCIANDO EL AMOR. MENSAJEROS DE LA
VIDA DE L APAZ Y EL AMOR. SED AMIGOS LOS TESTIGOS DE MI RESURRECCIÓN. ID
LLEVANDO MI PRESENCIA. CON VOSOTROS ESTOY


 



VIGILIA
DE PENTECOSTES


“El amor de Dios ha sido derramado
en nuestros corazones por el Espíritu Santo que habita en
nosotros”
(Rom
8,11).


AMBIENTACIÓN


En el lugar donde se celebre la
vigilia se colocará una imagen de María con una vela encendida; un ambón para la
Palabra y una mesa donde dejar los símbolos que se utilicen en la vigilia: un
cirio; un cartel con una paloma dibujada y escrita la palabra PAZ; unas espigas;
un cántaro de barro; un recipiente con tierra y varias semillas; un ramo de
flores de varios colores; una lámpara encendida; diez velas.


MOTIVACIÓN


Nos reunimos junto a María en esta
noche para esperar la venida del Espíritu Santo. Traemos a este encuentro los
gozos y las esperanzas, los dolores y las búsquedas de los hombres y mujeres que
viven en nuestro mundo. Nos ponemos en camino hacia el Manantial que nos indica
Jesús:
“El que tenga sed, que venga a mí; el que cree en mí, que beba. De
sus entrañas manarán torrentes de agua viva” (Jn 7, 37).
Nos abrirnos a la
Presencia amorosa del Padre que quiere inundarnos de su Amor.


CantoInunda mi ser. Inunda mi ser.
Espíritu, inunda mi ser. En olas de amor, ¡oh, ven sobre mí, Espíritu inunda mi
ser.


Símbolo: Una persona entra con el Cirio
encendido.
(Permanece delante del grupo, con la luz en alto,
 mientras se lee el poema de la Llama de San Juan de la
Cruz).


 Lector: Himno al Espíritu Santo (Música suave de
fondo)


 ¡Oh llama de
amor viva, / que tiernamente hieres / de mi alma en el más profundo centro! /

pues ya no eres esquiva, / acaba ya si quieres; / rompe la tela de este
dulce encuentro

¡Oh cauterio suave! / ¡oh regalada llaga! / ¡oh mano blanda! ¡oh toque delicado, / 
que a vida eterna sabe, / y toda deuda paga! / matando, muerte en vida has trocado
¡Oh lámparas de fuego, / en cuyos resplandores / las profundas cavernas del sentido, / 
que estaba oscuro y ciego, / con extraños primores / color y luz dan junto a su querido!
¡Cuán manso y amoroso / recuerdas en mi seno / donde secretamente solo moras; / 
y en tu aspirar sabroso / de bien y gloria lleno, / cuán delicadamente me enamoras!

 Canto: Inunda mi ser. Inunda mi ser.
Espíritu, inunda mi ser. En olas de amor, ¡oh, ven sobre mí, Espíritu inunda mi
ser.


 


 



I.- UNA MIRADA A LA VIDA: “En el más profundo
centro”


Lector: ¿Qué hay en el centro de mi vida?
¿A qué llamo profundidad? ¿Qué pongo en el centro de mi vida? ¿Alrededor de qué
gira mi vida?


Momento de silencio
breve


Lector: “El centro del alma
es Dios, al cual, cuando el alma hubiere llegado según toda
la capacidad de su ser y según la fuerza de su operación e
inclinación, habrá llegado al último y más profundo centro suyo en
Dios, que será cuando con todas sus fuerzas en­tienda y ame y goce a
Dios” 
(Llama 1, 12).


Canto: En nuestra oscuridad enciende la
llama de tu amor, Señor, de tu amor, Señor. En nuestra oscuridad.


 Lectura: Rom 8, 22


“Hermanos: Sabemos que hasta
hoy la creación entera está gimiendo toda ella con dolores de parto. Y no sólo
eso; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, gemimos en
nuestro interior, aguardando la hora de ser hijos de Dios, la redención de
nuestro cuerpo”.


 Lector: ¿Qué gemidos se escuchan en la
humanidad?; ¿Qué búsquedas hondas habitan los pueblos?; ¿Qué gritos de esperanza
se oyen en nuestras plazas? ¿Qué sed de Dios escuchamos a nuestro
alrededor?


 (Después de unos instantes de
silencio entran varias personas con estos símbolos y se ponen en medio del
grupo; el lector los va nombrando en voz alta e invitando a realizar los gestos
correspondientes)


 1.- La paz entre los
pueblos: 
Símbolo: Una
paloma


2.- El pan repartido entre
todos: 
Símbolo: Unas
espigas


3.- El respeto y la dignidad de
todo ser humano: 
Símbolo: Todos de
pie levantan las manos durante unos segundos.


4.- La sed del Dios vivo
 en el corazón del mundo:
Símbolo: Un
cántaro de barro


5.- El diálogo entre Culturas y
Religiones:
 
Símbolo: Un
recipiente con tierra y varias semillas


6.- La acogida y la tolerancia
para con los que piensan y viven de forma diferente a nosotros:
Símbolo: Un ramo
de flores de varios colores


7.- La fraternidad y la comunión
en los hogares, en los grupos y comunidades:
Símbolo: Una lámpara encendida. Todos unen sus manos y
cantan.


 Canto:  En nuestra oscuridad
enciende la llama de tu amor, Señor, de tu amor, Señor. En nuestra
oscuridad.


 Lectura: Rom 8,
26:


“El Espíritu viene en ayuda de
nuestra debilidad, porque nosotros no  sabemos pedir
lo que nos conviene, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos
inefables. Y el que escudriña los corazones sabe cuál es el deseo del Espíritu,
y que su intercesión por los santos es según Dios”.


 Lector: ¡Ven, Espíritu Santo!
Contigo, el cosmos camina hacia el Reino. Contigo, Dios está cerca, y Cristo
resucitado se hace presente.
¡Ven, Espíritu Santo!
Contigo, el Evangelio es vida; la Iglesia es casa de comunión; la misión
 un renovado Pentecostés.


 Testimonio: Sueño en un mundo
mejor alentado por el Espíritu
(Música de
fondo)
 


En el que todas las
personas celebran la alegría de vivir. Se respetan y se defienden los derechos
humanos y se garantiza la dignidad y la integridad de todas las personas. Las
personas viven de modo tal que se preserva el equilibrio ecológico de la
naturaleza en un medio ambiente hermoso y limpio. Los recursos naturales y
abundantes del planeta se comparten de manera equitativa, y se satisfacen las
necesidades humanas básicas de todas las personas. Todas las personas gozan de
igualdad de oportunidades para desarrollar su potencial,  por medio
de un proceso educativo centrado en los valores humanos morales y espirituales.
La vida del núcleo familiar es afectuosa, solicita y satisfactoria y es el
fundamento de la armonía dentro de la gran familia humana. Hay respeto
comprensión y tolerancia en todas las relaciones humanas. Las personas se
comunican abiertamente en un espíritu de igualdad y de buena voluntad. La
justicia social, económica y política se garantiza mediante la honestidad, la
responsabilidad y el respeto a ley del amor. Los gobiernos defienden el
bienestar de su pueblo, del que son representantes. Las personas cooperan en los
esfuerzos de un mundo más seguro y pacífico. La ciencia esta al servicio de la
humanidad y se utiliza la tecnología apropiada para lograr el desarrollo
sostenible y mejorar la calidad de vida. Todas las personas gozan de libertad de
expresión, movimiento y credo, al tiempo que respetan las libertades y los
derechos de los demás.


 Momento de silencio
breve


 



II.- LA TERNURA DEL ESPÍRITU: “Que tiernamente
hieres”


Lector: ¡Oh
llama de amor viva, que tiernamente hieres!
Esto es: que con tu
ardor tiernamente [me] tocas. Que por cuanto esta llama es llama de vida divina,
hiere al alma con ternura de vida de Dios, y tanto y tan
entrañablemente la hiere y enternece, que la derrite en amor.
Es cosa maravillosa que, como el amor nunca está
ocioso si­no en continuo movimiento, como la llama está echando siempre
llamaradas acá y allá; y el amor, cuyo oficio es herir para enamo­rar y
deleitar, como en la tal alma está en viva llama, estale arro­jando sus heridas,
como llamaradas ternísimas de delicado amor” (Llama 1,
7.8).


La voz de la
comunidad:
(Todos piden este Espíritu de
Amor)


Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus dones
espléndido;
luz que
penetra las almas; fuente del mayor consuelo.


Ven, dulce huésped del
alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en las
horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas, y reconforta en los duelos.


Entra hasta el fondo del
alma, divina luz, y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si tu le faltas por
dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.


Riega la tierra en sequía, sana el
corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el hielo, doma el
espíritu indómito, guía el que tuerce el sendero.


Reparte tus siete dones según la
fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su mérito; salva
al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.


Dinámica: En grupos se comparte la frase
que más ha resonado en el interior de cada uno


La voz del
Espíritu
(Con velas encendidas y música de
fondo)


Conozco vuestra pobreza, pero yo
soy el Padre amoroso del pobre.


Conozco vuestra oscuridad, pero yo
soy la luz que penetra las almas.


Conozco vuestro penar, pero yo soy
la fuente del mayor consuelo.


Conozco vuestras fatigas, pero yo
soy descanso de vuestro esfuerzo.


Conozco vuestro llanto, pero yo
soy el gozo que enjuga las lágrimas.


Conozco vuestro vacío, pero yo soy
espléndido en los dones.


Conozco el poder del pecado, pero
yo riego la tierra en sequía.


Conozco los senderos retorcidos de
la mentira, pero yo recorro contigo los caminos de la verdad.


Conozco el corazón enfermo, pero
yo enciendo en los adentros la llama del amor.


Conozco tu lejanía del Padre, pero
yo susurro en tus labios el Abbá.


Canto:


Todos unidos, formando un suelo
cuerpo, un Pueblo que en la Pascua nació. Miembros de Cristo en sangre
redimidos, Iglesia peregrina de Dios. Vive en nosotros la fuerza
del Espíritu, que el Hijo desde el Padre envió.El nos empuja, nos guía y
alimenta... ¡Iglesia peregrina de Dios!


 



III.- EL ESPÍRITU DADOR DE VIDA: “Rompe la tela de este dulce
encuentro”


Exposición del
Santísimo


Canto:
Ilumíname, Señor, con
tu Espíritu. Transfórmame, Señor, con tu Espíritu. Ilumíname, Señor, con tu
Espíritu. Ilumíname y transfórmame, Señor.
Y DÉJAME SENTIR EL FUEGO DE TU
AMOR AQUÍ EN MI CORAZÓN, SEÑOR. (bis)
Resucítame, Señor, con tu
Espíritu. Conviérteme, Señor, con tu Espíritu. Resucítame, Señor, con tu
Espíritu. Resucítame y conviérteme, Señor.
Fortaléceme, Señor, con tu
Espíritu. Consuélame, Señor, con tu Espíritu. Fortaléceme, Señor, con tu
Espíritu. Fortaléceme y consuélame, Señor.


 Lector: ¡Oh llama del
Espíritu Santo que tan íntima y tiernamente traspasas la sustancia de mi alma y
la cauterizas por tu glorioso ardor! Pues ya estás tan amigable que te muestras
con gana de darteme en vida eterna;… Si antes mis peticiones no llegaban a tus
oí­dos  ahora 
fortalecidos de ti mi corazón y mi carne se gozan en Dios vivo
(Sal 83,3)… Lo que tú quieres
que pida pi­do, y lo que no quieres no quiero, ni aun puedo, ni me pasa por
pensamiento querer; y pues son ya delante de tus ojos más váli­das y estimadas
mis peticiones, pues salen de ti y tú me mueves a ellas, y con sabor y gozo en
el Espíritu Santo te lo pido, … rompe la tela delgada de esta vida y no
la dejes llegar a que la edad y años naturalmente la corten, para que te pueda
amar desde luego con la plenitud y hartura que desea mi alma sin término y fin”
(Llama 1, 36).


 Lectura: Rom 8, 8.
16-17


 “Habéis recibido, no un
espíritu de esclavitud, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos
adoptivos, que nos hace gritar. ¡Abba! ¡Padre!. Ese Espíritu y nuestro espíritu
dan un testimonio concorde: que somos hijos de Dios; y, si somos hijos, también
herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, ya que sufrimos con él
para ser también con él glorificados”


 Momento de silencio


 Peticiones al
Espíritu


Espíritu, aliento de Dios, danos
vida para entregar la vida.


Espíritu, fuego de Dios, enséñanos
a amar sin límites, como Jesús.


Espíritu, fuente de Dios, orienta
nuestros pasos hacia el Manantial de la Vida.


Espíritu, sello de Dios, haznos
servidores del Reino.


Espíritu, perfume de Dios,
transforma nuestra vida en Buena Noticia de Jesús.


Espíritu, ungüento de Dios,
derrama ternura en nuestros corazones para ser samaritanos de los orillados de
la vida.


Espíritu, abrazo de Dios, derriba
los muros que nos separan y condúcenos hacia la fraternidad universal.


 Los participantes expresan sus
peticiones, alabanzas, acción de gracias….


 



IV.- EL CANTO NUEVO DEL ESPÍRITU: “En vida la has
trocado”


Lector: “El alma anda interior y
exteriormente como de fiesta y trae con gran frecuencia en el paladar de su
espíritu un júbilo de Dios grande, como un cantar nuevo, siempre nuevo, envuelto
en alegría y amor, en conocimiento de su feliz estado”
(Llama 2,
36)


Canto de
alabanza: 
Yo te alabo y te bendigo, Tú eres mi Señor. Yo te alabo y te
bendigo, canto para ti


Lector:           


Al Viento de su Espíritu / que sopla donde quiere,/ libre y
liberador,/ vencedor de la Ley, / del pecado y de la muerte.


Al Viento de su Espíritu / que se remansó / en el corazón y en el
vientre / de una aldeana de
Nazaret.


Al Viento de
su Espíritu / que se apoderó de Jesús / para enviarlo a anunciar / la Buena
Nueva a los pobres / Y la liberación a los cautivos.


Al Viento de
su Espíritu / que se llevó en Pentecostés / los prejuicios, los intereses /
y el
miedo de los Apóstoles / y abrió de par en par / las puertas del
Cenáculo,


para que la
comunidad / de los seguidores de Jesús / fuera siempre abierta al Mundo /
y libre
en su palabra / y coherente en su testimonio / e invencible en su
esperanza.


Al Viento de
su Espíritu / que se lleva siempre / los nuevos miedos de la Iglesia /
y abrasa
en ella todo su poder / que no sea servicio fraterno / y la purifica / con la
pobreza y el Martirio.


Al Viento
del Espíritu / que reduce a cenizas / la prepotencia, / la hipocresía y el lucro
/
y
alimenta las llamas / de la Justicia y de la Liberación / y es el alma del
Reino.


Para que
seamos / viento en el Viento, / Hermanos.
(Pedro Casaldáliga)


Simbolismo final:  Cada uno de los presentes, puestos
en círculo, coloca las palmas de sus manos frente a sí. Exhala sobre ellas su
aliento y extiende, poco a poco sus brazos a lo alto trazando un círculo de
suerte que sus manos vayan a entrelazarse con las de quien está a sus lados. Ya
en esa posición, todos cantan repetidamente, con palabras o boca cerrada, la
antífona con el texto de Hch. 1,14 y música de Rafael de
León...


Canto: Todos perseveraban en la oración,
con María, la Madre de Jesús


Bendición del
Santísimo


Canto de
envío: 
Id
amigos por el mundo anunciando el amor. Mensajeros de la vida de la paz y el
perdón. Sed amigos los testigos de mi resurrección. Id llevando mi
presencia con vosotros estoy.

Informe sobre la migración



Informe sobre la migración (Miguel Ángel RIERA)







Este fin de semana en nuestras islas Pitiusas disfrutamos de la celebración
del Día Europeo con diferentes conciertos y del décimo aniversario de Ibiza
Patrimonio de la Humanidad con los diferentes actos que se han organizado en el
mercado medieval.
Las celebraciones no deberían alejarnos nunca de la
realidad. Esto ha pretendido el Servicio Jesuita a Migrantes en España al
presentar el informe ´Control democrático para la gestión de la Frontera Sur´.
En él ha desmenuzado el mapa real y no físico de las fronteras de Europa debido
a las nuevas políticas de control de la migración promovidas por la Unión
Europea.
Según el informe, el control fronterizo, según las nuevas leyes, se
hace en los países de tránsito. Ellos son los que hacen ese ingrato trabajo y
nosotros los que los financiamos y los formamos, «ojos que no ven, corazón que
no siente».
Este hecho de externalizar las fronteras para aumentar nuestra
seguridad y garantizar nuestra libertad provoca injusticia, inseguridad y falta
de libertad para los más desfavorecidos. Siempre sucede lo mismo, para que unos
puedan disfrutar más, otros no dejan de pasar necesidad, de vivir bajo la
presión y la miseria.
Con este documento, el Servicio Jesuita a Migrantes,
quiere lograr que nuestros representantes en el Europarlamento y la Unión
Europea en general se comprometan a garantizar los estándares democráticos y
jurídicos en los controles de la inmigración y a que nosotros, los ciudadanos de
a pie, seamos conscientes de esta problemática.
Lo más penoso de esta
situación es que este documento, y la realidad que en el mismo se recoge, pasará
desapercibido totalmente. No creará ningún tipo de polémica en ningún sector
mediático ni parlamentario, simplemente porque no interesa a nadie que se hable
del tema. Ni aunque hubiera sido Benedicto XVI el que afirmara lo que se recoge
en el documento, en cualquiera de sus viajes, hubiera tenido la repercusión que
tienen otras informaciones.
Son las consecuencias de vivir en una sociedad y
una cultura que se rasga las vestiduras cuando hay algún tema que nos toca y nos
compromete y como es capaz de ignorar y mirar hacia otro sitio cuando el
problema «no va con nosotros».

Menos mal que hay entidades que nos recuerdan
que el problema de la inmigración es un problema de todos. RECORDS EN BLANC I NEGRE


Un bisbe desitjat




Finalment, el rei Carles III el 1782 accedí que es demanàs al Papa Pius VI
la creació d´un bisbat propi, amb la finalitat
d´aconseguir més ajuts
religiosos per als fidels i no haver de pagar un important impost, la ´mitja
annata´



L´arribada a Eivissa del bisbe Huix, el
16 de maig de 1928.  F. BAÑÓN-VICH / ARXIU VIÑETS







La conquesta catalana de 1235 va comportar no només entrar dins de l´ordre
polític occidental pel fet de formar part de la corona d´Aragó, sinó també
entrar a formar part de l´ordre religiós catòlic, amb l´establiment de
l´església de Santa Maria. Com que el principal conqueridor fou l´arquebisbe de
Tarragona, la propietat de la major part de les terres, cases, coses i dels
tributs i feina de la gent passà a mans de l´Església tarraconina.





EIVISSA | JOAN ANTONI TORRES PLANELLS Passat el temps, durant el
regnat del Rei Felip II al segle XVI, els eivissencs començaren a demanar la
separació de l´Església d´Eivissa de la de Tarragona mitjançant un bisbat propi,
amb la finalitat d´aconseguir més ajuts religiosos per als fidels i no haver de
pagar un important impost, anomenat la mitja annata. Finalment, el rei Carles
III, el 1782, accedí que es demanàs al Papa Pius VI la creació d´un bisbat propi
per a les nostres illes Pitiüses. El Papa creà el bisbat mitjançant butlla
expedida el 30 d´abril d´aquell any. El dia 22 d´octubre de 1782, el Rey Carles
III decretava, mitjançant cèdula reial firmada a El Escorial, la distinció de la
nostra ´Vila´ en ´Ciutat´, ja que hauria de ser la seu d´un bisbe.
Sigui el
que sigui, el primer bisbe fou en Manuel Abad i Lasierra, que arribà a Eivissa a
principi de l´any 1784. A ell, el succeïren cinc bisbes més, fins que el 1851,
quan encara teníem el bisbe Basili Antoni Carrasco, ja una persona vella i
malalta, es firmà un concordat entre la Santa Seu i el Govern espanyol on es
suprimiria, entre altres, la diòcesi d´Eivissa a la mort del bisbe. Per evitar
això, el bisbe Carrasco deixà escrit com s´havia de governar perquè no quedàs
cap buit jurisdiccional durant la seua absència o la seua mort, fet que va
ocórrer el 4 d´abril de 1852 . Per aquest motiu, la nostra església fou
governada durant 75 anys per vicaris governadors eclesiàstics.
Ara bé, durant
el mandat del vicari capitular Vicent Serra Orvay (1919-1927) es feren gestions
continuades davant les autoritats perquè la nostra diòcesi fos recuperada i es
nomenàs un bisbe. Perquè això fos possible, feia falta crear un fons econòmic
important per mostrar que era possible el seu manteniment. El 1924 pareix que ja
estava tot fet per convertir la diòcesi en una administració apostòlica, doncs
la subscripció que s´havia començat quatre anys abans havia donat el seu fruit.
Malgrat tot, la Santa Seu i el Govern espanyol decidiren que calia haver-hi més
sou. Durant el mes de març de 1927, en Vicent Serra Orvay donava la notícia que
prompte tendríem bisbe propi, doncs ja s´havien fet els dipòsits corresponents a
les oficines del Banc d´Espanya de Palma. Fet i fet, el 13 de juliol de 1927, el
Consell de Ministres havia acordat crear l´Administració Apostòlica Episcopal
d´Eivissa i Formentera, destinant-hi 10.000 pessetes anuals per al seu
sosteniment, producte del rèdits dels valors públics dipositats.
El mes de
setembre s´estava esperant el nomenament del bisbe, però la notícia no arribava.
El dia 31 d´octubre es reberen dos notícies contradictòries que ompliren
d´angoixa els eivissencs: per una banda es rebia un telegrama que deia que
s´havia nomenat bisbe el prefecte de la Congregació de Filipensos de Vic. Per
altra banda, es rebia un dia després un altre telegrama que deia que havien
nomenat bisbe d´Eivissa el Provincial dels Passionistes d´Espanya. Tot un
embolic. Finalment, el 4 de novembre d´aquell any, el vicari governador de la
Diòcesi, en Vicent Serra Orvay, pogué comunicar a l´alcalde i a la població que
havia estat nomenat bisbe administrador apostòlic de la nostra diòcesi el vigatà
Salvi Huix Miralpeix, la qual cosa omplí d´alegria els eivissencs perquè es
recuperava una altra vegada el nostre bisbat. Diario de Ibiza, al rebre aquella
notícia, escrigué: «Al cabo de algunos años de perseverante esfuerzo, ha salido
airosa Ibiza en su empeño de volver a ser Obispado (...) En virtud de su
propaganda y de su esfuerzo, aportando su óbolo todas las clases sociales para
reunir el capital necesario, y la victoria ha coronado sus trabajos (...)».
Totes les entitats i societats eivissenques enviaren tot d´una telegrames de
felicitació al bisbe desitjat tant de temps.
Altrament, a principi del mes
d´abril de 1928, l´Ajuntament d´Eivissa acordà crear una comissió encarregada
d´organitzar la benvinguda al nou bisbe d´Eivissa, comissió integrada pel
canonge Isidor Macabich, el militar Críspul Gotarredona, el jutge municipal
Mariano Marí, el pràctic del port Francesc Costa i Joan Matutes com a secretari
de l´Ajuntament. Pocs dies després, una important representació d´autoritats,
religiosos —hi havia entre ells el proclamat bisbe auxiliar de Menorca,
l´eivissenc Antoni Cardona Riera, que encara no estava consagrat— i fidels es
desplaçaren amb vaixell a Barcelona —la companyia Trasmediterrània oferí un
descompte del 15% a tots aquells que hi volguessin assistir— per assistir a la
consagració del nostre recuperat bisbe, acte que es celebrà a la catedral de Vic
el dia 15 d´abril d´aquell any, presidit pel Nunci, Salvi Huix rebé el títol de
Bisbe de Selímbria, Administrador Apostòlic d´Eivissa.
L´arribada del nou
bisbe a Eivissa s´havia fixat per al dia 16 de maig de 1928. Per aquest motiu,
s´instal·laren arcs de triomf a la plaça de la Catedral, pagat pels canonges, i
un altre al moll, pagat pels mariners. Els vesins dels carrers per on va passar
el bisbe engalanaren els seus carrers i la torre de la Catedral s´adornà amb
domassos i lluminàries.
A les 9 del matí ja estava entrant el vaixell
´Mahón´, que transportava a Salvi Huix. El moll estava abarrotat de gom a gom,
així com tots els carrers de la Marina i Dalt Vila per on havia de passar. Totes
les autoritats de Vila i dels pobles hi assistiren, com també tots els
representats de societats i organitzacions. A les 10 en punt, baixava aquell
home religiós que havia de fer una important feina pastoral i que, el 1935, fou
traslladat a la diòcesi de Lleida. Allí morí afusellat durant la guerra civil de
1936. Ara estan a punt de proclamar-lo beat màrtir. 


Sobre medusas (Alberto RAENGO / Sant Jordi)                                                                                                                                                                         Aparte de la especie de medusas-carabela de la que ha informado la prensa, quiero subrayar que también hay un gran numero de medusas del mismo tipo de los años pasados (rojas), pero mucho más grandes. El pasado fin de semana los islotes situados cerca de Comte, Conillera, es Bosc, etc., tenían una invasión de medusas rojas con cabeza de un diámetro hasta de 25 o 30 cms. y tentáculos de 50 cms. o más que nunca había visto antes en Ibiza. Muchas de estas medusas juntas de dos en dos. El espectáculo era horrible y no había manera de bajar al agua en estas condiciones.

Me parecería importante ocuparse seriamente de este problema, muy peligroso por el turismo en las isla, porque si de las ´carabela´ hay algunas, estas mega-medusas son millares.


sábado, 9 de mayo de 2009

+ Francisco Pérez González Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tud

Tres deseos 

Acojamos el amor de Dios, porque es lo que nos mantendrá siempre en pie y capacitados para la entrega a los demás. Consideremos fundamental en nuestra vida creer en el amor de Dios; más allá de nuestras debilidades y miserias, por encima de circunstancias dolorosas que nos veamos obligados a afrontar, aceptando el cariño o desprecio que nos deparen los hombres. Dios es siempre paciente y misericordioso. Descubramos que sólo el amor es capaz de iluminar y transformar los corazones.

 

Y, cuando el corazón cambia, transforma todo a su alrededor. Anhelemos en nuestros corazones el  milagro de la fraternidad que sólo la caridad de los unos para con los otros hará posible. Amor gozado y amor ofrecido. Si esto se hace realidad entre nosotros, no tenemos nada por lo que temer.

 

Revelemos la vida que brota de la Iglesia: viva, porque Cristo está vivo, porque ha resucitado verdaderamente. Él es nuestra seguridad, puesto que no nos ha dejado huérfanos. Él es también nuestra esperanza: ha vencido al odio con el amor. Además, es nuestro mejor apoyo, porque le pertenecemos. Y es nuestra mejor alegría, al llenar enteramente nuestro corazón. 

Cristo es la Vida, porque la suya nunca acaba. Es la Verdad, porque nos ilumina toda la existencia. 

11 de noviembre de 2007 + Francisco Pérez González,

Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela

Apasionado por el bien


en
euskera
 


Si Navarra tiene algo que agradecer es la experiencia de luz que
nos han dado los santos. Celebramos la fiesta de San Francisco de Javier un
hombre apasionado por el bien y por realizar el bien a los demás. No cabe duda
que su espíritu, entre aventurero y heroico, supo dar lo mejor de si para buscar
en todo servir, amar y adorar a Dios. Su vida era una constante entrega que no
podía pararse. Sus viajes, en medio de las dificultades, eran un encuentro con
culturas diversas que él asumía como un regalo de Dios y a las que infundía la
Luz de la Verdad que viene dada en Cristo. La evangelización trata de buscar y
comprender las razones y sentimientos de los demás sin negarles los caminos del
bien y de la verdad.


 


La propia caridad exige el anuncio a todos los hombres de la verdad
que salva y ese amor es el sello precioso –dirá Juan Pablo II- del Espíritu
Santo que, como protagonista de la evangelización, no cesa de mover los
corazones al anuncio del evangelio, abriéndolos para que lo reciban. Todo
corazón humano ansía, aspira y espera implícitamente encontrar a Jesucristo. En
muchos momentos nos encontramos sorprendidos por las reacciones positivas de
personas que muestran e irradian una bondad especial. Son ya signos de un
proceso interior que pide a gritos que alguien le hable de la buena noticia que
es Jesucristo.


 


San Francisco de Javier no se acomplejaba aun en medio de tantas
dificultades y hasta persecuciones. Estaba seguro que el mensaje evangelizador
que él vivía y llevaba a los demás no era una ideología sino el anuncio de una
Vida que salva y libera de la esclavitud del pecado. Su rostro estaba marcado
por el mismo rostro de Cristo. Si no hubiera dado a los demás esta experiencia,
que traspasaba su vida, se hubiera convertido en un predicador de mercadillo que
todo lo más hubiera conseguido en torno a sí un grupo de gente que admirada su
predicación. Su única pasión era llevar la libertad del Buen Dios que comprende
a todos y a todos quiere llevarles por el camino de la gracia.


 


Estoy seguro que la fiesta que celebramos seguirá dando esperanza a
los navarros. No debemos dejarnos llevar por el desánimo o la apatía, luchar y
trabajar por hacer el bien y eliminar el mal se convierte en un programa de
auténtica humanidad. Hoy necesitamos ardor en el corazón, fortaleza de espíritu,
arrojo armónico de buenas costumbres, ilusión en el quehacer diario y vigilantes
en la justa realización de los proyectos encomendados. La experiencia de los
santos que, para nada, se marginaron o se salieron de todo aquello que toca a lo
humano muestra la calidad de su vida. Su entrega tiene como finalidad sanar y
recrear a la humanidad desde una perspectiva de fe que hace posible su
realización.


 30 de noviembre de 2007


Familia cristiana ¡sé
lo que eres! 


           
Me dirijo a todas las familias de la Diócesis de Pamplona-Tudela para alentar y
animar vuestra vocación que nadie puede sustituir. Estamos en unos momentos muy
importantes en la sociedad, que requieren una reflexión especial. La familia es
lo más grande y más sagrado que existe en la humanidad, en todas las épocas y en
todos los tiempos. Por eso la hemos de defender desde todas las instancias
sociales y religiosas. Un cuerpo no tendría mucho futuro si sus células
estuvieran desintegradas; lo mismo sucede en la sociedad si la familia está
desintegrada y dispersa. La solución a este gran problema conviene atajarlo
cuanto antes, pues el tiempo corre en contra de nosotros.


 


           
La Navidad nos pone las claves fundamentales que ayudan a comprender la grandeza
de la familia.  Basta mirar a José, María y Jesús que vivieron en una actitud de
respeto y amor. Cultivar en la familia la unidad y la ayuda mutua recrea la
fuerza del gozo y de la felicidad. Además, hay un factor importante que es el de
revitalizar el sentido del sacrificio. No hay un amor auténtico si no se hace
oblativo por quien se ama, es decir, si no está dispuesto a sacrificarse por la
persona amada. Tal vez se ha perdido este espíritu porque lo que cuesta y lo que
supone esfuerzo no se tiene en consideración. Se buscan ‘nuevas sensaciones’
aunque estén llenas de veneno antimoral o vayan contra toda
ética.


 


          
Conviene que la familia se despierte y tome las riendas de lo que es en sí
misma. Me cuesta creer que no hay solución ante tantas dificultades. La familia
ha de afianzarse en el gozo de ser coherentes con su fe y las familias
cristianas tienen la responsabilidad de manifestar que esta forma de vida es
posible. Será un bien que ayudará, y no tardando mucho, a la sociedad. Los
reclamos de una vida vacía y sin sentido lo único que pueden producir y a corto
plazo es una debacle existencial que provocará en la sociedad un desastre
incalculable.


 


          
Ruego al Niño-Dios que haga crecer en nosotros los mismos sentimientos que se
vivieron en Belén: la paz y el amor. Felicito a aquellos que luchan por una
familia ennoblecida por las virtudes y valores que nunca pasan, por las familias
que buscan juntos caminos de madurez y entrega mutua, por una familia que
apuesta por un futuro mejor, por una sociedad más audaz en sus planteamientos y
que solo pretende llevar la sana experiencia de una armonía que está implícita
en la misma naturaleza. ¡Feliz Navidad a todas las familias!


 


No tengamos miedo de anunciar a
Jesucristo


La Congregación para la Doctrina de la Fe ha publicado
recientemente (14 de diciembre 2007) una “Nota doctrinal acerca de algunos
aspectos de la Evangelización”. Se puede consultar en L’Osservatore Romano del
15-XII-2007, y está accesible en el lugar correspondiente de la página web de la
Santa Sede (http://www.vatican.va).


 


El texto ofrece un gran interés para todos, especialmente porque
toca de cerca la vocación misionera y el anuncio del Evangelio. No se trata de
reiterar ahora el contenido y la argumentación de la Nota. Sólo quiero señalar
algunos aspectos que me parecen verdaderamente esenciales para la
evangelización. Las claves del texto podrían ser las siguientes palabras:
“anuncio, conversión, libertad, Reino, Iglesia”. Es un documento dirigido, por
tanto, a iluminar la tarea misionera en la que estamos todos implicados. Os
animo a su lectura detenida.


 


Como es habitual, estos breves textos salen al paso de problemas
que tienen una real incidencia práctica. En este caso, la preocupación central
de la Nota es –según sus palabras- la “confusión creciente que induce a muchos a
desatender y dejar inoperante el mandato misionero del Señor (cf. Mt 28, 19)”
(n. 3).


 


La afirmación resulta grave. La tarea evangelizadora gracias a Dios
es enormemente fecunda en numerosos lugares, como bien sabe la Congregación.
Pero el problema que la Congregación constata también es real y afecta –se dice-
a no pocos agentes evangelizadores. En realidad, lo decisivo es que semejante
“confusión” tiene, por así decir, una enorme relevancia cualitativa, ya que
hiere hondamente en el corazón mismo de la existencia y misión cristianas.


 


No es fácil comprender, desde la lógica de la fe, ese fenómeno.
Bastaría recordar con san Pablo que la evangelización “es más bien un deber que
me incumbe. Y ¡hay de mí si no predicara el Evangelio!” (1 Co 9, 16). Por su
parte, el Concilio Vaticano II invitó con gran énfasis a la Iglesia entera a
tomar conciencia de su misión evangelizadora. Se trata, en consecuencia, de una
situación totalmente contraria al sentir y al decir del Concilio, y sus causas
habrá que buscarlas en otro lugar.


 


Hay dos circunstancias -señala la Nota- que han llevado en
bastantes casos a esa confusión. Primeramente, existe una equívoca
interpretación del respeto debido a la conciencia personal. Para algunos,
presentar el Evangelio y la oferta cristiana -y la eventual conversión al Señor-
parecería lesionar la libertad de los individuos. Ciertamente, a nadie se le
oculta que ese riesgo ha sido más que evidente a lo largo de la historia. Sin
embargo, con mayor evidencia debe reconocerse honestamente que hoy los creyentes
estamos persuadidos de que toda verdadera evangelización presupone la libertad
de las conciencias. Nada hay más contradictorio con el Evangelio que acompañar
el anuncio cristiano con presiones indebidas de cualquier tipo. Esto es tan
claro que no hace falta insistir en ello.


 


Ahora bien, respetar la conciencia de los no creyentes es a todas
luces algo bien diverso de guardar un extraño silencio sobre la propia fe. En
realidad, esa actitud sólo aparentemente mostraría respeto. De entrada, supone
una imagen muy pobre de las personas y de su conciencia pensar que el anuncio
sencillo del Evangelio coarta su libertad. Por lo demás, la mejor expresión de
respeto a las personas es precisamente darles la posibilidad de conocer y vivir
según el designio de Dios. Cabría dar la vuelta al argumento y preguntarse:
¿quién soy yo para negar a otros el Evangelio? Tiene aquí plena vigencia aquella
fuerte advertencia de Juan Pablo II: “Toda persona tiene derecho a escuchar la
‘Buena Nueva’ de Dios que se revela y se da en Cristo, para realizar en plenitud
la propia vocación” (cf. Redemptoris missio, n. 46).


 


No tengamos falsos temores. El anuncio del Evangelio amplía la
libertad del hombre, aun cuando solo fuera –que no es poco- porque con esa
oferta cada persona tiene la oportunidad de discernir el plan de Dios y
descubrir su existencia de manera totalmente nueva. Justamente la Nota dedica
buena parte del texto (nn. 4-9) a las “implicaciones antropológicas” que tiene
para los hombres la plenitud de la vocación humana revelada en Cristo; la
plenitud de lo bueno y de lo verdadero que permite iluminar el sentido auténtico
de la vida y destino del hombre. Son unas consideraciones dignas de meditar
atentamente, de modo especial las que hacen referencia a la recta búsqueda de la
verdad religiosa (nn. 4-5).


 


La Nota señala a continuación un segundo motivo que también ha
influido en “dejar inoperante el mandato misionero”. Se refiere la Congregación
a quienes afirman que no se debe anunciar explícitamente el Evangelio ni
favorecer la conversión a Cristo y la adhesión a la Iglesia con el argumento de
que todos los caminos humanos, religiosos o no, son caminos de salvación, sobre
todo en la medida en que se promueva la justicia, la paz, la libertad, la
solidaridad (n. 3).


 


Es probable que esta segunda idea –expuesta muchas veces de manera
precipitada y acrítica en folletos, libros, conferencias pastorales, etc.- haya
influido de hecho más negativamente que la anterior. Estamos ciertamente
persuadidos de que la verdad “no se impone de otra manera, sino por la fuerza
de  la misma verdad” (Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis humanae, n. 1). No
hay otro camino para la misión que la aceptación libre y auténtica del
Evangelio. Por eso, habría que interrogarse si la desatención al anuncio
explícito del Evangelio por un presunto respeto a las conciencias no está, en
realidad, mayormente motivada por una debilidad de nuestras convicciones sobre
la verdad y la bondad del Evangelio y de la existencia cristiana.


 


Si es ese el caso, ¿no cabría hablar de
una dolorosa crisis de fe personal? No deberíamos extrañarnos. El actual
ambiente relativista propicia perplejidades letales para el creyente: ¿es Cristo
realmente el Camino, la Verdad y la Vida? ¿son todas las religiones y
experiencias humanas al menos parcialmente verdaderas e igualmente válidas?
¿acaso no resulta hoy presuntuoso presentarse como portador de la verdad y
sustituir el “anuncio” cristiano por el “diálogo”? ¿qué sentido tiene decir que
la Iglesia es necesaria para la salvación? Estos interrogantes, y otros
similares, “han ido creando –dice la Nota- una situación en la cual, para muchos
fieles, no está clara la razón de ser de la evangelización. Hasta se llega a
afirmar que la pretensión de haber recibido como don la plenitud de la
revelación de Dios, esconde una actitud de intolerancia y un peligro para la
paz” (n. 10).


 


A nadie se le escapa la trascendencia
de estas cuestiones -os decía al principio- para el sentido mismo de la
evangelización. Se comprende que ante esa confusión de que habla la Nota
aparezcan las dudas y la parálisis en el anuncio misionero, o bien se busquen
otros significados para la misión, que siempre serán necesariamente parciales:
porque “si damos a los hombres sólo conocimientos, habilidades, capacidades
técnicas e instrumentos, les damos demasiado poco” (Benedicto XVI, cit. en n.
2). Tampoco puede contentarnos el solo testimonio porque “incluso el testimonio
más hermoso se revelará a la larga impotente si no es esclarecido, justificado
–lo que Pedro llamada dar ‘razón de vuestra esperanza’ (1 Pe 3, 15)-,
explicitado por un anuncio claro e inequívoco del Señor Jesús” (Pablo VI, Exh.
Apost. Evangelii nuntiandi, n. 22).


 


El contenido de la Nota recoge otros
aspectos que no podemos mencionar ahora. Estoy convencido de que su
consideración será muy iluminadora para la reflexión personal. El alcance de las
cuestiones planteadas requerirá, además, el estudio de los muchos y buenos
materiales que ya existen en relación con ellas. Os recomiendo, por ejemplo,
releer la Decl. Dominus Iesus de la Congregación para la Doctrina de la Fe
(16-VI-2000). Con esas y otras reflexiones podremos alcanzar, con la luz del
Espíritu, convicciones sólidamente fundadas que pacifiquen la inteligencia y nos
confirmen en el entusiasmo gozoso por la misión.  


 


La Nota concluye con una significativa
evocación del gran número de cristianos que movidos por el amor a Jesús han
emprendido, a lo largo de la historia, iniciativas y obras de todo tipo para
anunciar el Evangelio a todo el mundo. “El anuncio y el testimonio del Evangelio
son el primer servicio que los cristianos pueden dar a cada persona y a todos el
género humano, por estar llamados a comunicar a todos el amor de Dios, que se
manifestó plenamente en el único Redentor del mundo, Jesucristo” (Benedicto XVI,
cit. en n. 13). Ese es también nuestro auténtico deseo, que justifica todos los
afanes y desvelos que la misión requiere. Como Pablo, quiera el Señor que
también nosotros podamos sentir y decir: “La caridad de Cristo nos urge” (2 Co
5, 14).


 


Espero que esta reflexión nos haga actuar convencidos del don de la
fe que hemos recibido y que la presentemos gozosamente sin prevenciones de que
el interlocutor se pueda sentir acosado, al revés, sentirá que la nobleza del
corazón del creyente no se doblega y m
enos se oculta de
manifestar en lo que cree. Dar el regalo que hemos recibido de la fe es a la
postre no sólo muy bien aceptado sino hasta agradecido. Los complejos provocan
desconfianza y animan a la cobardía.


 


Mensaje de Navidad del
Arzobispo




Queridos diocesanos:


 


La Navidad es un momento de profunda contemplación al Niño-Dios que
nace en Belén. Para contemplar a Dios se requiere tener actitud de adoración. No
hay realidad humana que se pueda sustentar si no se vive la humildad que solo se
adquiere en esa ejercitación de la adoración a Dios, porque sólo a Él hemos de
dar culto y alabar. Los ídolos del materialismo, del hedonismo y del erotismo
provocan únicamente malestar espiritual y falta de dignidad humana a quien los
adora. Estamos llamados a algo más alto y digno de aquello que nos ofrecen esas
realidades que llevan por el camino de la corrupción de las costumbres y de la
armonía de la vida.


 


Me uno a todas las familias navarras
que celebran este tiempo, que nos evoca la paz y el amor, propiciado por la
ternura de un Niño-Dios que nació en Belén y que hace posible vivirlo en alegría
y gozo. Me uno a todos los que sufren por razones físicas o morales, para que
encuentren alivio en estos días de gloria y alabanza al Enmanuel, al Dios con
nosotros. Ruego y pido por aquellos que se encuentran en la oscuridad de la fe,
para que la Estrella de Belén les conduzca por los caminos de la paz y el amor.
En el corazón de mi oración, ante el Belén, os tengo presente a todos.


 


¡Feliz Navidad y próspero Año 2008!
Vuestro Arzobispo.         

de diciembre de 2007 a la Jornada del 30 de diciembre de 2007



Yo soy LA VID VERDADERA;

5º Domingo de Pascua



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Lecturas: Hch 9,26-31; Salmo 21,26-32; 1Jn
3,18-24


Evangelio: Juan 15,1-8


“En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Yo soy la verdadera
vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento mío que no da fruto lo arranca,
y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto. Vosotros ya estáis
limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así
tampoco vosotros, si no perma­necéis en mí. Yo soy la vid, vosotros los
sarmientos; el que permane­ce en mí y yo en él, ése da fruto abundante; porque
sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el
sar­miento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si
permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis,
y se realizará. Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante;
así seréis discípulos míos”.


v. 1: Yo soy LA VID VERDADERA;


       
Mi Padre es EL VIÑADOR.


       
Vosotros sois LOS SARMIENTOS.


Esta alegoría me trae a la memoria
el caso de un arquitecto joven que en una ciudad populosa de América no sabía lo
que era un
sarmiento.


Se supone que todos los que leen u
oigan esta pieza del evangelio de Juan saben lo que es un sarmiento, cómo
conviene podar la vid para que los nuevos sarmientos vengan con fuerza y den
abundante fruto.


También este texto, tendríamos que
leerlo, como orado proféticamente por varios cristianos/as orantes.


Conviene pues leerlo y orarlo en
unidades separadas, casi versículo por versículo.


v. 2: El viñador
poda (limpia
dice el texto) los sarmientos para que
den más fruto.


Bien tristes y pobres quedan las
vides cuando se les poda. Todos esperan que en el verano comiencen
a dar nuevos brotes o sarmientos. El texto orante no se fija en este aspecto de
posible noche del cristiano.


v. 3: Vosotros ya estáis
limpios (podados), gracias a la Palabra
de Cristo.


La Palabra de Cristo tiene tal poder
purificador, que produce una poda.


v. 4: Permaneced en mí, como
yo en vosotros,
es decir, sigamos bien unidos vosotros y Yo, dice
Jesús.


El sarmiento no
puede dar fruto
por sí mismo;


tampoco
vosotros
si no estáis unidos a Mí.


Hermoso elemento alegórico.
Podríamos estirar la alegoría y decir con todo respeto que la Vid (Cristo)
necesita de sarmientos bien podados (nosotros bien purificados por la noche)
para dar fruto abundante.


v. 5: Otro carismático repite la
idea de
Yo soy la Vid; vosotros, los sarmientos.


El que está unido a mí, ése
da mucho fruto.


Separados de mí no
podéis hacer NADA.


v. 6: El sarmiento-cristiano que
no está unido a Cristo,
es arrojado fuera, se seca y se queman con los
rastrojos.


v. 7: Un carismático sale de la
alegoría en su oración profética y proclama el dicho:


Si permanecéis en mí y mis
palabras permanecen en vosotros,


Pedid lo que queráis y
lo conseguiréis.


v. 8: Otro orante cristiano
conecta la Gloria
del Padre con el fruto
abundante y el ser
discípulos de Jesús, donde el vínculo con la
alegoría de la Vid-Sarmientos-Viñador  está en la palabra
fruto abundante.


La gloria de mi Padre
está

en que deis mucho
fruto

y seáis mis
discípulos.

Señor Jesús, gustosos queremos
estar bien unidos a ti, para que las tribulaciones de la vida común con nuestros
hermanos los mortales, se conviertan en las tijeras de poda de nuestro Padre,
que cuidadosamente las usa para limpiarnos de los elementos que obstaculizan dar
fruto en Tu Reino. Así, queremos que la gloria de tu Padre esté en nosotros tus
discípulos. Amén.
Lectura orante del Evangelio: Juan 15,1-8



FOTO

Quinto Domingo de Pascua


La oración es el manantial
que embellece tu vida.


De la oración nacen energías
de compasión y de servicio.


La oración forja personas
nuevas, libres y liberadoras.        


Yo soy la verdadera
vid y mi Padre es el labrador.
Jesús se atreve a decir quién es y qué
significa el Padre en su vida. Jesús nos coloca a nosotros, los sarmientos,
junto a El y junto al Padre. ¿Quién soy yo? ¿Qué importancia tiene Dios en mí?
La respuesta a estas preguntas es fundamental para comenzar un camino de
oración. La humildad, tan necesaria para situarnos bien en la vida, proviene de
andar en la verdad. No sé definirme sin Ti. No quiero mirarme ni entenderme
sin Ti. Mi corazón se ensancha, como una tienda de lonas en el desierto, para
acoger a los demás.
  
 


Permaneced en mí y
yo en vosotros.
Es
preciso crear un espacio en el corazón para el Señor. La interioridad es el
espacio donde acontece el encuentro entre Dios y nosotros; en el corazón se da
la presencia, se realiza la comunión. Jesús hace su obra en el silencio. Las
mejores cosas nacen en la interioridad habitada. Consciente de que habitas
en mí y de que tu amor me recorre por dentro, te bendigo con todo mi ser. Me
despierto en tu presencia, camino en tu presencia, vivo en tu presencia.
    


Sin mí no podéis
hacer nada.
En el
misterio de la interioridad Jesús es amigo de dar, ahí es donde quiere hacer
algo grande en nosotros. De Él vienen todos los bienes. No podemos hacer lo que
Dios quiere sin la presencia de Jesús. No podemos ser respuesta del Padre para
los hijos más pequeños sin la presencia de Jesús. Jesús hace posible la
fidelidad, da fuerzas para trabajar por la justicia de los oprimidos, nos
sensibiliza para compartir el pan con los hambrientos, libera y capacita para
abrir caminos de liberación, nos regala la luz de la esperanza para caminar en
medio de la noche. A veces te olvido, Señor. Pretendo caminar a solas.
Olvido que tú estás en mi corazón. Tú mantienes encendido el fuego de la
comunidad. Tú tienes siempre preparado el pan y el vino para que repongamos
nuestras fuerzas y emprendamos decididamente el camino del Evangelio.


Con esto recibe gloria mi Padre, con que
deis fruto abundante.
Se alegra el Padre cuando vivimos en
plenitud. Se alegran los pobres de la tierra cuando damos frutos de justicia y
de paz. Se alegra la creación cuando pasamos del abuso al respeto y cuidado de
la vida. Tú, Señor, siempre quieres la vida, eres amigo de la vida. Gracias
al Espíritu Santo, mi vida refleja como en un espejo tu gloria. Gracias al
Espíritu mi vida puede ser un humilde reflejo de tu pasar haciendo el bien por
nuestra tierra. 


¿ Señor, a quién iremos?. Tú tienes p...

rotubasiofi.jpg (17363 bytes)Página oficial de la Basílica de Ntra.
Sra. de los Desamparados

















ESTA ES LA CASA DE DIOS


   
Y LA PUERTA DEL CIELO


               Lugar de Accion de Gracias.jpg (5121 bytes)Lugar de Adoracion.jpg (6782 bytes)Lugar de Perdon.jpg (6630 bytes)Lugar de Alabanza.jpg (7097 bytes)Lugar de Comunion y Compromiso.jpg (6056 bytes)


 


¡Salve tú eres de veras, el trono del rey!


…"La Virgen María, que aquí en Valencia se venera con el dulce
título de madre de los Desamparados, se incline con amor sobre vosotros y
os haga fieles discípulos del Señor"...


Juan Pablo II. (8-11-82)     

Este año se cumplen 400 desde
que, en 1603, la imagen de la Mare de Déu dels Desamparats se
depositara en su antigua capilla exterior de la Seo. Desde entonces, la casa de
la Madre es el hogar de sus hijos, es el lugar de puertas abiertas, el corazón
de la ciudad, donde se purifica y desde donde se impulsa la vida. Este templo es
para nosotros un Memorial de la salvación en Cristo, el Hijo de María, la morada
de Dios con los hombres.
imagenprimitiva.jpg (12731 bytes) 

En la Casa de la Virgen se entra, ante todo, para dar
gracias
, conscientes de que hemos sido amados por Dios antes de que nosotros
fuéramos capaces de amarlo; para expresar nuestra alabanza al
Señor por las maravillas que ha realizado; para escuchar su Palabra y
discernir su santa voluntad; para pedirle perdón por los pecados
cometidos; para implorar el don de la fidelidad en nuestra vida de
creyentes y la ayuda necesaria para nuestro peregrinar en el
tiempo.

Imagen
primitiva de la Virgen completamente              desprovista de aditamentos. 
Foto: Cabrelles Sigüenza

Señor, a quién iremos?. Tú tienes palabras de vida eterna. Jn 6,
68

Sábado de la Cuarta semana
de Pascua

Hoy la Iglesia celebra : San Gregorio Ostiense,  Santa Catalina de Bolonia

Ver el comentario
abajo, o clic en el titulo
San Cipriano :
Pedir invocando el nombre de Jesús

Evangelio según San Juan
14,7-14.


Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya
desde ahora lo conocen y lo han visto". Felipe le dijo: "Señor, muéstranos al
Padre y eso nos basta". Jesús le respondió: "Felipe, hace tanto tiempo que estoy
con ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre.
¿Como dices: 'Muéstranos al Padre'? ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el
Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí
es el que hace las obras. Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí.
Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que el que cree en mí hará también
las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo
lo que ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo.
Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.


Extraído de la
Biblia, Libro del Pueblo de Dios.
San Cipriano (hacia 200-258), obispo de Cartago y mártir

La oración del Señor, 2-3


Pedir invocando el nombre de Jesús
     Entre
todos los saludables consejos y divinos preceptos con los que el Señor orientó a
su pueblo para la salvación, le enseñó también la manera de orar, y, a su vez,
él mismo nos instruyó y aconsejó sobre lo que teníamos que pedir. El que nos dio
la vida nos enseño también a orar, con la misma benignidad con la que da y
otorga todo lo demás, para que fuésemos escuchados con más facilidad, al
dirigirnos al Padre con la misma oración que el Hijo nos enseñó. El señor ya
había predicho que se acercaba la hora en que los verdaderos adoradores
adorarían al Padre en espíritu y verdad (Jn 4,24); y cumplió lo que antes había
prometido, de tal manera que nosotros, que habíamos recibido el espíritu y la
verdad como consecuencia de su santificación, adoráramos a Dios verdadera y
espiritualmente, de acuerdo con sus enseñanzas.

     ¿Qué oración más
espiritual puede haber que  la que nos fue dada por Cristo, por quien también
nos fue enviado el Espíritu Santo, y qué plegaria más verdadera ante el Padre
que la que brotó de labios del Hijo, que es la verdad?

     Oremos, pues,
hermanos queridos, como Dios, nuestro maestro, nos enseñó. A Dios le resulta
amiga y filial la oración que se le dirige con sus mismas palabras, la misma
oración de Cristo que llega a sus oídos. Cuando hacemos oración, que el Padre
reconozca las palabras de su propio Hijo; el mismo que habita dentro del corazón
sea el que resuene en la voz, y, puesto que lo tenemos como abogado ante el
Padre por nuestros pecados, al pedir por nuestros delitos, como pecadores que
somos, empleemos las mismas palabras de nuestro defensor pues él ha dicho» «Todo
lo que pidiereis al Padre en mi nombre, os lo concederá» (Jn 16,23).

Comentario: Rev. D. Iñaki Ballbé i Turu (Rubí-Barcelona,
España)


«Si pedís algo en mi nombre, yo lo haré»



Hoy,
cuarto Sábado de Pascua, la Iglesia nos invita a considerar la importancia que
tiene, para un cristiano, conocer cada vez más a Cristo. ¿Con qué herramientas
contamos para hacerlo? Con diversas y, todas ellas, fundamentales: la lectura
atenta y meditada del Evangelio; nuestra respuesta personal en la oración,
esforzándonos para que sea un verdadero diálogo de amor, no un mero monólogo
introspectivo, y el afán renovado diariamente por descubrir a Cristo en nuestro
prójimo más inmediato: un familiar, un amigo, un vecino que quizá necesita de
nuestra atención, de nuestro consejo, de nuestra amistad.


«Señor, muéstranos al Padre», pide Felipe (Jn 14,8).
Una buena petición para que la repitamos durante todo este sábado. —Señor,
muéstrame tu rostro. Y podemos preguntarnos: ¿cómo es mi comportamiento? Los
otros, ¿pueden ver en mí el reflejo de Cristo? ¿En qué cosa pequeña podría
luchar hoy? A los cristianos nos es necesario descubrir lo que hay de divino en
nuestra tarea diaria, la huella de Dios en lo que nos rodea. En el trabajo, en
nuestra vida de relación con los otros. Y también si estamos enfermos: la falta
de salud es un buen momento para identificarnos con Cristo que sufre. Como dijo
santa Teresa de Jesús, «si no nos determinamos a tragar de una vez la muerte y
la falta de salud, nunca haremos nada».


El Señor en el Evangelio nos asegura: «Si pedís algo en mi
nombre, yo lo haré» (Jn 14,13). —Dios es mi Padre, que vela por mí como
un Padre amoroso: no quiere para mí nada malo. Todo lo que pasa —todo lo que me
pasa— es en bien de mi santificación. Aunque, con los ojos humanos, no lo
entendamos. Aunque no lo entendamos nunca. Aquello —lo que sea— Dios lo permite.
Fiémonos de Él de la misma manera que se fió María.

 

Día litúrgico: Viernes IV de
Pascua



Texto del Evangelio (Jn 14,1-6):   En
aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón. Creéis
en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si
no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os
haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo
estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino». Le dice Tomás:
«Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Le dice Jesús:
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por
mí».


Comentario: Rev. D. Josep Mª Manresa i Lamarca (Les
Fonts-Barcelona, España)


«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre
sino por mí»



Hoy, en
este Viernes IV de Pascua, Jesús nos invita a la calma. La serenidad y la
alegría fluyen como un río de paz de su Corazón resucitado hasta el nuestro,
agitado e inquieto, zarandeado tantas veces por un activismo tan enfebrecido
como estéril.


Son los nuestros los tiempos de la agitación, el nerviosismo
y el estrés. Tiempos en que el Padre de la mentira ha inficionado las
inteligencias de los hombres haciéndoles llamar al bien mal y al mal bien, dando
luz por oscuridad y oscuridad por luz, sembrando en sus almas la duda y el
escepticismo que agostan en ellas todo brote de esperanza en un horizonte de
plenitud que el mundo con sus halagos no sabe ni puede dar.


Los frutos de tan diabólica empresa o actividad son
evidentes: enseñoreado el “sinsentido” y la pérdida de la trascendencia de
tantos hombres y mujeres, no sólo han olvidado, sino que han extraviado el
camino, porque antes olvidaron el Camino. Guerras, violencias de todo género,
cerrazón y egoísmo ante la vida (anticoncepción, aborto, eutanasia...), familias
rotas, juventud “desnortada”, y un largo etcétera, constituyen la gran mentira
sobre la que se asienta buena parte del triste andamiaje de la sociedad del tan
cacareado “progreso”.


En medio de todo, Jesús, el Príncipe de la Paz, repite a los
hombres de buena voluntad con su infinita mansedumbre: «No se turbe vuestro
corazón. Creéis en Dios: creed también en mí» (Jn 14,1). A la derecha del
Padre, Él acaricia como un sueño ilusionado de su misericordia el momento de
tenernos junto a Él, «para que donde esté yo estéis también vosotros» (Jn
14,3). No podemos excusarnos como Tomás. Nosotros sí sabemos el camino.
Nosotros, por pura gracia, sí conocemos el sendero que conduce al Padre, en cuya
casa hay muchas estancias. En el cielo nos espera un lugar, que quedará para
siempre vacío si nosotros no lo ocupamos. Acerquémonos, pues, sin temor, con
ilimitada confianza a Aquél que es el único Camino, la irrenunciable Verdad y la
Vida en plenitud.

«Donde estoy yo, estéis también vosotros»
    
«En la casa de mi Padre, muchos pueden encontrar allí su morada, si no fuera así
¿os habría dicho: Voy a prepararos un lugar?»...Si en la casa de Dios no hubiera
muchas estancias –decía el Señor- sería causa suficiente para anticiparme a
preparar mansiones para los santos; pero como sé que hay muchas preparadas
esperando la llegada de los que aman a Dios, no es ésta la causa de mi partida,
sino la de prepararos el retorno al camino del cielo, como se prepara una
estancia, y allanar lo que un tiempo era intransitable. En efecto, el cielo era
absolutamente inaccesible al hombre y jamás, hasta entonces, la naturaleza
humana había penetrado en el puro y santísimo ámbito de loa ángeles.

    
Cristo fue el primero que inauguró para nosotros esta vía de acceso y ha
facilitado al hombre el modo de subir allí, ofreciéndose a sí mismo a Dios Padre
como primicia de los muertos y de los que yacen en la tierra. Él es el primer
hombre que se ha manifestado a los espíritus celestiales. Por esta razón, los
ángeles del cielo, ignorando el augusto y grande misterio de aquella venida en
la carne, contemplaban atónitos y maravillados a aquel que ascendía, y,
asombrados ante el novedoso e inaudito espectáculo, no pudieron menos de
exclamar: ¿Quién es ése que viene de Edom? (Is 63,1), esto es, de la tierra.
Así, pues nuestro Señor Jesucristo nos «inauguró para nosotros este camino nuevo
y vivo» (He 10,20) como dice san Pablo: «Ha entrado no en un santuario
construido por hombre, sino en el mismo cielo, para ponerse ante Dios,
intercediendo por nosotros» (He 9,24).

jueves, 7 de mayo de 2009

El santo sudario: Retrato de la Pasió...

Domingo 05 junio 2005
La naturaleza
humana de Jesús

Domingo 05 junio 2005
El santo sudario:
Retrato de la Pasión de Cristo

Domingo 05 junio 2005
La Eucaristía:
Presencia real de Cristo

Domingo 05 junio 2005
Las raíces
bíblicas del cristianismo

Miércoles 01 junio 2005
Fundamento
bíblico e histórico de la Iglesia Católica

Miércoles 01 junio
2005
El credo
bíblico

Miércoles 01 junio 2005
El apóstol
Pedro

Miércoles 01 junio 2005
Pedro y Pablo en
Roma

Miércoles 01 junio 2005
La ciudad del
Vaticano

Martes 31 mayo 2005
El rostro humano
de Juan Pablo II

Martes 31 mayo 2005
Ídolos e imágenes
sagradas

Martes 31 mayo 200
La virgen María
en la Biblia

Martes 31 mayo 2005
La virginidad de
María a la luz de la verdad bíblica

Martes 31 mayo 2005
Las apariciones
de la virgen María

Lunes 30 mayo 2005
La Virgen de
Guadalupe

Lunes 30 mayo 2005
Los ángeles,
mensajeros de Dios

Domingo 29 mayo 2005
El diablo y los
demonios

Domingo 29 mayo 2005
Los santos y las
reliquias en las Sagradas Escrituras

Domingo 29 mayo 2005
Diez verdades
contra los Testigos de Jehová

Domingo 29 mayo 2005
La Nueva Era:
Religión neo-pagana del siglo XXI

Viernes 27 mayo 2005
La reencarnación:
Verdad o Mito

Viernes 27 mayo 2005
Verdades sobre la
Biblia

Viernes 27 mayo 2005
Las reliquias de
Cristo

Jueves 26 mayo 2005
Anécdotas y
curiosidades del Papa Juan Pablo II

Jueves 26 mayo 2005
Noticias y
curiosidades en la Iglesia Católica

Jueves 26 mayo 2005
Apuntes sobre
Jesús y sus tiempos

Martes 24 mayo 2005
Los santos en la
Iglesia Católica

Martes 24 mayo 2005







El santo sudario: Retrato de la Pasión de Cristo

Pedro se levantó y corrió al sepulcro. Se inclinó, pero sólo vio las vendas y
se volvió a su casa, asombrado por lo sucedido...


El santo sudario: Retrato de la Pasión de
Cristo

Recuento histórico Según una antigua tradición proveniente de la iglesia naciente, el apóstol
Pedro conservó el manto con que fue envuelto el cuerpo de Jesús, después de
haber sido bajado de la cruz, y que él mismo encontró en el sepulcro vacío el
domingo de resurrección. (Lucas 24, 12). San Cirilo de Jerusalén y San Gregorio
Nacianceno, del siglo III, Juan, patriarca de Constantinopla y San Germán,
obispo de París del siglo IV, San Leandro de Sevilla del siglo VI, o Beda del
siglo VIII, relataban que el "lienzo de Cristo" existía.


La primera ciudad donde fue expuesto fue en Edesa (hoy Urfa), edificada entre
la Anatolia y Persia. En un manuscrito del siglo VI se cuenta que el rey Ukhamm
(9-46 d.C.), al saber que en Jerusalén un gran profeta había sido crucificado,
logró obtener la "efigie" del santo, milagrosamente estampada sobre un lienzo de
lino. Fue además Edesa el primer estado del mundo en adoptar el cristianismo.
Seguidamente, la reliquia fue llevada a Constantinopla (hoy Estambul) en
Turquía, capital del nuevo imperio romano, en el año 994; y fue exhibida en la
basílica de Santa María del Faro. Allí permaneció hasta la cuarta cruzada,
cuando la ciudad fue saqueada por los franceses, en el año 1203. En Europa el
lienzo estuvo primero en poder de los templarios, hasta 1307; luego pasó a manos
del duque Geoffroy de Charny, quien lo expuso en la iglesia de Lirey. Después
fue llevada a Turín en 1578, a la casa de los Saboya, desde entonces ha
permanecido bajo la custodia de la arquidiócesis de Turín, en la capilla real de
la catedral de San Juan Bautista.El santo sudario y la ciencia moderna

En el año 1898, el abogado turinés Secondo Pía, reveló una serie de placas
fotográficas del lienzo, en las que en sus negativos refleja la image de un
hombre cubierto de heridas, y con la misma fisonomía que se le atribuye al Hijo
de Dios. Del mismo modo, En diferentes períodos del siglo XX se hicieron
estudios al santo sudario; en total se han tomado más de 32,000 fotografías y
más de 1,000 exámenes científicos. En julio del 2002 el lino fue sometido a una
rigurosa limpieza para quitarle el polvo acumulado por siglos, el sudario se
cosió a una nueva tela esterilizada, los restos retirados fueron clasificados y
guardados; además se tomaron imágenes a través de un escáner y se elaboró un
mapa digital completo de la reliquia.


En 1988, las universidades de Arizona, Oxford y de Zurich sometieron el lino
a la prueba de radiocarbono 14, para determinar su antigüedad, que fue situada
entre los siglos XIII y XIV de nuestra era. Se creyó que la pieza era una
falsificación de la Edad Media; sin embargo, en 1992 el sabio ruso Dimitri
Kouznetsou demostró que la sábana de Turín es mucho más antigua. Argumentó que
el incendio en 1532 provocó una especie de rejuvenecimiento, por las altas
temperaturas que sufrió el lino mientras se encontraba guardado en un relicario
de plata, en la catedral francesa de Chambery. Los daños del tejido fueron
remendados por las monjas clarisas de este templo en 1534.


Incluso los resultados obtenidos por los rayos X, han demostrado que este
manto rectangular de cuatro metros de largo, por uno de ancho, corresponde a un
tejido a mano de tipo "espina de pescado", utilizado en Egipto y en Palestina
desde el siglo III a.C. Su material era de hilo de algodón de tipo "herbaceum",
cultivado sólo en el Cercano Oriente. Otra prueba para demostrar su
autenticidad, está en las inscripciones en letras mayúsculas que a simple vista
no se pueden verse, encontradas en varias partes del lienzo. Las palabras
estaban escritas en griego, latín y hebreo; una de ellas dice IN NECEM que
podría significar "vas a morir", otros textos son: IHEOY "Jesús" en griego, y
NAZAPHNO, término que puede traducirse como "Nazareno".


Se logró por computadora una imagen del hombre en tres dimensiones, en caso
de que el lienzo hubiera sido una simple pintura, habría producido una impronta
plana, distorsionada y sin estética. En la sábana sólo se distinguen dos
colores: un suave sepia en la forma del cuerpo y un marrón oscuro proveniente de
las manchas de sangre. La figura que aparece por ambos lados del lino es una
combinación de sombras oscuras y claras. Algunas penetran levemente en la pieza,
mientras otras ni siquiera fueron tocadas. Se tomaron muestras de 37 lugares
distintos del tejido, pero no se pudo extraer ningún tipo de colorante
artificial; en cambio las manchas de sangre son fluorescentes, al igual que los
remiendo de las quemaduras. Se recogieron además fragmentos de polvo, hongos,
esporas, y polen de 28 especies distintas, algunas correspondían a 20 clases de
plantas muy antiguas, de las 59 encontradas en su totalidad. Unas procedían de
pinos silvestres que sólo florecían en las llanuras de Siria y de Palestina,
otras eran de la región del Mar Negro y algunas más recientes de Francia e
Italia. Del polvo encontrado en el sudario, se hicieron muestras comparativas
con las halladas en el museo arqueológico de Turín, y se extrajeron muestras de
partículas de polvo de momia y tejido funerario del Valle de los reyes, que
datan del año 1100 a.C. Se comprobó que ambos tejidos contenían una importante
cantidad de sal refinada y de excelente calidad, proveniente de las deltas del
Nilo.

Las marcas de la crucifixión

El santo sudario ha sido llamado como el "quinto evangelio", debido a la gran
información que contiene sobre la pasión del Señor. Los científicos dedujeron
que el hombre del lienzo debió de medir 1.80 metros de altura y pesar 80
kilogramos, sus cabellos son largos y recogidos en una trenza. El rostro refleja
una fisonomía serena y llena de dignidad; pese a mostrar visibles muestras de
tortura. Tiene los ojos cerrados, la nariz fracturada, el pómulo derecho y el
labio superior hinchados por fuertes golpes ocasionados con una vara. En la
frente y alrededor de la cabeza hay 30 heridas, estas fueron hechas por una
corona de espinas largas y afiladas, provenientes de arbustos que florecen en el
Mediterráneo. En el cuerpo quedaron señales de unas 120 marcas producidas por un
azote romano de dos correas con puntas de plomo, de ellas brotó sangre y suero.


También se hicieron estudios comparativos por medio de fotografías
infrarrojas con el "manto Sacro" o vestido blanco que se conserva en la iglesia
francesa de Argentelvil, en el que se cree fue el que llevó Jesús hasta la cruz;
se descubrieron manchas de sangre, en los mismos lugares de las heridas del
ajusticiado del sudario. Otras heridas en el omóplato izquierdo y el hombre
derecho producidas por un gran peso. Se halló manchas de sangre hechas por un
clavo que le atravesó la muñeca izquierda, y una lesión en la rodilla izquierda
a consecuencias de varias caídas. Marcas de una cuerda que le sujetaban las
piernas, y en el centro del pie derecho una herida del clavo que fue empleado
para fijar ambos pies... Hay una similitud de acuerdo a la trayectoria que
produciría los clavos de la crucifixión, traídos a Roma en el año 325 por la
emperatriz Santa Elena, y que están en la basílica de la Santa Cruz. La herida
del costado derecho fue provocada por una lanza de hoja afilada, que penetró
entre la quinta y la sexta costilla e hizo manar sangre y líquido del
pericardio. El "espectro" identificó que la sangre humana del lino era muy
antigua y pertenecía al tipo AB.

Comparación con otras reliquias


Del rostro de la sábana se lograron varios descubrimientos, pues se comparó
con el velo de la Verónica, que es el paño con el que fue enjugada la cara del
Mesías camino al calvario, y que se conserva en la basílica de San Pedro en el
Vaticano, y ambos son iguales. Asimismo, se hallaron 130 marcas de sangre
idénticas con el sudario que se conserva en Oviedo (España); que es un pequeño
paño que cubrió el rostro del Señor, y que fue hallado también por San Pedro en
la tumba vacía (Juan 20, 7). El manto se encuentra en la catedral de Oviedo
desde el siglo XII, y según las crónicas, fue sacado de Jerusalén en el año 614,
cuando la Ciudad Santa fue arrasada por los persas. En las fotografías tomadas a
gran escala sobre los ojos de la víctima, se encontraron las marcas de dos
monedas sobre los párpados, lo que concuerda con la antigua costumbre hebrea. La
moneda del lado derecho pertenece al procurador Poncio Pilatos, acuñada entre
los años 22 al 32 d.C. La del lado izquierdo es del emperador Tiberio César, del
año 29 d.C.Asombroso descubrimiento


Los médicos forenses explicaron que la muerte de aquel condenado debió de
haber llegado después de una terrible agonía de varias horas. El cadáver fue
cubierto con una gran cantidad de mirra y áloe, sustancias utilizadas en el rito
fúnebre judío; estos componentes han sido identificados en todo el lienzo. Los
expertos han concluido que la imagen pudo haberse formado por un fuerte
resplandor de energía, producto del calor del cuerpo de Cristo en el momento de
la resurrección.