-Dios ha hecho brillar la luz en nuestros corazones para irradiar el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo.
Releer detenidamente esta frase.
jueves, 10 de junio de 2010
miércoles, 9 de junio de 2010
martes, 8 de junio de 2010
3-13. ACI DIGITAL
13. En las dos figuras de la sal y de la luz, nos inculca el Señor el deber de preservarnos de la corrupción y dar buen ejemplo.
16. Así brille: alguien señalaba la dulzura que esconden estas palabras si las miramos como un voto amistoso para que nuestro apostolado de fruto iluminando a todos (cf. Juan 15, 16) para gloria del Padre (Juan 15, 8). Y si es un voto de Jesús ya podemos darlo por realizado con sólo adherirnos a él, deseando que toda la gloria sea para el Padre y nada para nosotros ni para hombre alguno.
3-15. CLARETIANOS
Queridos amigos:
Se cuenta que, con motivo de la independencia de la India, Mahatma Gandhy cursó una invitación al último gobernador británico para que participase en los festejos. El hecho se hizo público, y muchos reprocharon al gran líder de la paz este gesto que les parecía servil. La respuesta de “Alma Grande” fue sencilla: “de nada nos servirá la independencia política si nos queda odio o resentimiento en el corazón”.
Las enigmáticas palabras de Jesús acerca del pago de tributos a Roma creo que no han encontrado hasta el presente una interpretación plena y convincente; dejan la impresión de ser una evasiva, de que Jesús no quiso comprometerse demasiado en ese asunto (aunque luego, tergiversado, fue utilizado contra él en el proceso; cf. Lc 23,2). Y, muy probablemente, no es que no le interesase el detalle; el pagar más o menos, el estar sometidos a Roma o libres de tal vasallaje, afectaba a la dignidad y realización humana de los judíos del momento, ante lo cual -no cabe discusión- Jesús no era indiferente.
En todo caso, en relación con esta escena algo tenemos claro; forma parte de las más desagradables que a Jesús le tocó vivir: enfrentarse a quienes le planteaban preguntas capciosas y a quienes tenían una visión chata de lo que él entendía por una humanidad verdaderamente redimida y libre. En sus palabras y acciones, Jesús no cedió jamás a chantajes y presiones. Y su predicación sobre el Reino de Dios no excluía ciertamente los aspecto económico-políticos de la vida cotidiana, pero siempre intentó conjurar el peligro de que alguien redujese la presencia del Reino a tener que pagar cuatro dracmas menos. La libertad interior, la sencillez de quien se abre a algo nuevo sin poner a prueba al heraldo, la superación del estrecho nacionalismo religioso -político, y la victoria sobre posibles resentimientos eran, sin duda, el marco en que la independencia político-económica podría resultar humanizante. Una vez más, los interlocutores se encontraron con que Jesús, en lo referente a crecimiento humano, va siempre más allá: la pregunta quedó desbordada por la respuesta.
Y, de paso, Jesús invitó a distinguir entre lo secular y lo religioso, dándonos una lección de secularidad siempre válida: hay responsabilidades estrictamente humanas, “asuntos del césar”, que nadie puede escamotear esperando que Dios actúe directamente y en solitario. El creyente está emplazado a trabajar por ese mundo nuevo “en que habite la justicia”.
Severiano Blanco cmf
Reflexión
Ya en otras ocasiones he comentado cómo el cristiano se NOTA. Es decir, no puede pasar desapercibido de la misma manera que la ciudad construida en un cerro no puede esconderse. Nuestra manera de pensar, de vestir, de actuar, de vivir, nos descubre inmediatamente. Basta con convivir unas horas con una persona cristiana para darse cuenta de la realidad que está en su vida. Si esto no sucede así, lo más seguro es que no estemos siendo luz, que nuestra vida no sea real, o al menos, totalmente cristiana. Por otro lado, es curioso que cuando alguno empieza a dejar que Jesús se transparente en su vida, a pesar de las persecuciones, Dios lo pone siempre en un lugar más alto, para que sea un verdadero modelo de la vida en Abundancia que Dios mismo nos ofrece. Nuestra Iglesia necesita de tu vida de santidad, de tu testimonio. No escondas a Jesús, déjalo obrar en tu vida para que se note.
Que pases un día lleno del amor de Dios.
Como María, todo por Jesús y para Jesús
Pbro. Ernesto María Caro
13. En las dos figuras de la sal y de la luz, nos inculca el Señor el deber de preservarnos de la corrupción y dar buen ejemplo.
16. Así brille: alguien señalaba la dulzura que esconden estas palabras si las miramos como un voto amistoso para que nuestro apostolado de fruto iluminando a todos (cf. Juan 15, 16) para gloria del Padre (Juan 15, 8). Y si es un voto de Jesús ya podemos darlo por realizado con sólo adherirnos a él, deseando que toda la gloria sea para el Padre y nada para nosotros ni para hombre alguno.
3-15. CLARETIANOS
Queridos amigos:
Se cuenta que, con motivo de la independencia de la India, Mahatma Gandhy cursó una invitación al último gobernador británico para que participase en los festejos. El hecho se hizo público, y muchos reprocharon al gran líder de la paz este gesto que les parecía servil. La respuesta de “Alma Grande” fue sencilla: “de nada nos servirá la independencia política si nos queda odio o resentimiento en el corazón”.
Las enigmáticas palabras de Jesús acerca del pago de tributos a Roma creo que no han encontrado hasta el presente una interpretación plena y convincente; dejan la impresión de ser una evasiva, de que Jesús no quiso comprometerse demasiado en ese asunto (aunque luego, tergiversado, fue utilizado contra él en el proceso; cf. Lc 23,2). Y, muy probablemente, no es que no le interesase el detalle; el pagar más o menos, el estar sometidos a Roma o libres de tal vasallaje, afectaba a la dignidad y realización humana de los judíos del momento, ante lo cual -no cabe discusión- Jesús no era indiferente.
En todo caso, en relación con esta escena algo tenemos claro; forma parte de las más desagradables que a Jesús le tocó vivir: enfrentarse a quienes le planteaban preguntas capciosas y a quienes tenían una visión chata de lo que él entendía por una humanidad verdaderamente redimida y libre. En sus palabras y acciones, Jesús no cedió jamás a chantajes y presiones. Y su predicación sobre el Reino de Dios no excluía ciertamente los aspecto económico-políticos de la vida cotidiana, pero siempre intentó conjurar el peligro de que alguien redujese la presencia del Reino a tener que pagar cuatro dracmas menos. La libertad interior, la sencillez de quien se abre a algo nuevo sin poner a prueba al heraldo, la superación del estrecho nacionalismo religioso -político, y la victoria sobre posibles resentimientos eran, sin duda, el marco en que la independencia político-económica podría resultar humanizante. Una vez más, los interlocutores se encontraron con que Jesús, en lo referente a crecimiento humano, va siempre más allá: la pregunta quedó desbordada por la respuesta.
Y, de paso, Jesús invitó a distinguir entre lo secular y lo religioso, dándonos una lección de secularidad siempre válida: hay responsabilidades estrictamente humanas, “asuntos del césar”, que nadie puede escamotear esperando que Dios actúe directamente y en solitario. El creyente está emplazado a trabajar por ese mundo nuevo “en que habite la justicia”.
Severiano Blanco cmf
Reflexión
Ya en otras ocasiones he comentado cómo el cristiano se NOTA. Es decir, no puede pasar desapercibido de la misma manera que la ciudad construida en un cerro no puede esconderse. Nuestra manera de pensar, de vestir, de actuar, de vivir, nos descubre inmediatamente. Basta con convivir unas horas con una persona cristiana para darse cuenta de la realidad que está en su vida. Si esto no sucede así, lo más seguro es que no estemos siendo luz, que nuestra vida no sea real, o al menos, totalmente cristiana. Por otro lado, es curioso que cuando alguno empieza a dejar que Jesús se transparente en su vida, a pesar de las persecuciones, Dios lo pone siempre en un lugar más alto, para que sea un verdadero modelo de la vida en Abundancia que Dios mismo nos ofrece. Nuestra Iglesia necesita de tu vida de santidad, de tu testimonio. No escondas a Jesús, déjalo obrar en tu vida para que se note.
Que pases un día lleno del amor de Dios.
Como María, todo por Jesús y para Jesús
Pbro. Ernesto María Caro
3-8. DOMINICOS
Encendamos luces de verdad
Iniciemos la celebración de un nuevo día, nueva luz, nueva liturgia, nuevo amor, nueva esperanza..., repitiendo estos versículos de la Biblia: Señor, haz brillar tu rostro sobre nosotros, enséñanos tus leyes (Sal.118).Vosotros, dice Jesús, sois sal de la tierra y luz del mundo. Que la sal no se vuelva sosa (Ev. Mt)
Luego, poniendo ante nuestros ojos la segunda carta de san Pablo a los corintios, percibamos lo que nos desea y enseña: Nos desea “la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo”. Y nos enseña que “Dios que es Padre de misericordia y Dios del consuelo, y que nos aliente en todas nuestras luchas”.
Finalmente, imbuidos de esos nobles sentimientos, supliquemos que cada uno de nosotros podamos participar en las luchas de los demás “repartiendo con ellos el ánimo que recibimos de Dios”(1, 1-4).
Así es como haremos realidad el mandato de Jesús: sed sal de la tierra y luz del mundo, pues esa es vuestra vocación de hijos del Reino.
Gozo y misión en la Palabra
Segunda carta de san Pablo a los corintios 1, 18-22:
“Repartamos con los otros el ánimo que recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, también rebosa nuestro ánimo, gracias a Cristo... Nos dais firmes motivos de esperanza, pues sabemos que si sois compañeros en el sufrir, también lo sois en el buen ánimo... Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros. Él nos ha ungido, él nos ha sellado, él ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu”
Cuanto se nos da, sea material o espiritual, es para nuestro bien y el de nuestros hermanos: gozos, sufrimientos, esperanzas. Dios nos quiere a todos unidos, solidarios, mano con mano. Y quien más anima esa comunión es el Santo Espíritu que mora en nosotros. Esto es pura teología. Vivámosla en profundidad.
Evangelio según san Mateo 5, 13-16:
“En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero... Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo”.
El mismo pensamiento o clave de lectura anterior se aplica también aquí. Si somos y recibimos luz, es para ver nosotros e iluminar a los demás; para vivir según la recta conciencia captando el mensaje de Dios, el mensaje de los hermanos, el mensaje de la razón. En el fondo, todo es un mismo mensaje de luz en y de Dios.
Momento de Reflexión
Dios nos ha ungido a todos con unción sagrada.
Detengámonos primeramente en el mensaje de Pablo a los corintios, y a nosotros. El suyo es un mensaje de comunión: Dios nos ha ungido a todos como algo sagrado suyo; nos ha sellado con la sangre redentora de Cristo; nos ha otorgado el mismo Espíritu por el que clamamos ¡Abba!, Padre.
Dios nos ha diseñado y querido para que compartamos comunión en el amor, vocación, bendición, gracia, solidaridad, cumplimiento de los designios divinos. Contribuyendo a esa comunión, todos nos comprometemos y colaboramos en la vida del Reino. De ahí arrancará nuestro espíritu evangelizador, renovador del mundo.
Sal de la tierra, luz del mundo.
Estas dos imágenes y comparaciones que Jesús utiliza con frecuencia expresan el modo concreto como hemos de vivir la vocación en comunión.
Nuestra vida en el mundo, según el Evangelio, es sal y luz, porque sus efectos deben ser parecidos a la acción benefactora de salvaguardar los alimentos, frenar la corrupción, denunciar la presencia de seres malignos, iluminar las mentes o conciencias y animar la salvación en el camino de la fidelidad a Dios y a los hombres.
Si hoy, a pesar de la gracia del Señor, de la voz de sus profetas, del testimonio de los santos y hombres de bien, el mundo prefiere seguir caminos de pecado, preguntémonos: ¿qué no sucedería si faltaran denuncias proféticas, llamadas a la cordura, testimonios de entrega en servicio de amor a los más necesitados?
ORACIÓN.
Señor Jesús, a pesar de nuestra debilidad, no estamos de acuerdo con el mundo de pecado en que vivimos salpicados de injusticias, hambres, odios, guerras, marginaciones.
Ayúdanos con tu gracia a iluminar las conciencias para que todos acabemos encontrando en ti la salvación, y para que cada uno sepamos llevar a los demás el fruto de los dones que de ti hemos recibido y que nuestras manos cultivaron con amor. Amén.
Encendamos luces de verdad
Iniciemos la celebración de un nuevo día, nueva luz, nueva liturgia, nuevo amor, nueva esperanza..., repitiendo estos versículos de la Biblia: Señor, haz brillar tu rostro sobre nosotros, enséñanos tus leyes (Sal.118).Vosotros, dice Jesús, sois sal de la tierra y luz del mundo. Que la sal no se vuelva sosa (Ev. Mt)
Luego, poniendo ante nuestros ojos la segunda carta de san Pablo a los corintios, percibamos lo que nos desea y enseña: Nos desea “la gracia y la paz de Dios, nuestro Padre, y del Señor Jesucristo”. Y nos enseña que “Dios que es Padre de misericordia y Dios del consuelo, y que nos aliente en todas nuestras luchas”.
Finalmente, imbuidos de esos nobles sentimientos, supliquemos que cada uno de nosotros podamos participar en las luchas de los demás “repartiendo con ellos el ánimo que recibimos de Dios”(1, 1-4).
Así es como haremos realidad el mandato de Jesús: sed sal de la tierra y luz del mundo, pues esa es vuestra vocación de hijos del Reino.
Gozo y misión en la Palabra
Segunda carta de san Pablo a los corintios 1, 18-22:
“Repartamos con los otros el ánimo que recibimos de Dios. Si los sufrimientos de Cristo rebosan sobre nosotros, también rebosa nuestro ánimo, gracias a Cristo... Nos dais firmes motivos de esperanza, pues sabemos que si sois compañeros en el sufrir, también lo sois en el buen ánimo... Dios es quien nos confirma en Cristo a nosotros junto con vosotros. Él nos ha ungido, él nos ha sellado, él ha puesto en nuestros corazones, como prenda suya, el Espíritu”
Cuanto se nos da, sea material o espiritual, es para nuestro bien y el de nuestros hermanos: gozos, sufrimientos, esperanzas. Dios nos quiere a todos unidos, solidarios, mano con mano. Y quien más anima esa comunión es el Santo Espíritu que mora en nosotros. Esto es pura teología. Vivámosla en profundidad.
Evangelio según san Mateo 5, 13-16:
“En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero... Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo”.
El mismo pensamiento o clave de lectura anterior se aplica también aquí. Si somos y recibimos luz, es para ver nosotros e iluminar a los demás; para vivir según la recta conciencia captando el mensaje de Dios, el mensaje de los hermanos, el mensaje de la razón. En el fondo, todo es un mismo mensaje de luz en y de Dios.
Momento de Reflexión
Dios nos ha ungido a todos con unción sagrada.
Detengámonos primeramente en el mensaje de Pablo a los corintios, y a nosotros. El suyo es un mensaje de comunión: Dios nos ha ungido a todos como algo sagrado suyo; nos ha sellado con la sangre redentora de Cristo; nos ha otorgado el mismo Espíritu por el que clamamos ¡Abba!, Padre.
Dios nos ha diseñado y querido para que compartamos comunión en el amor, vocación, bendición, gracia, solidaridad, cumplimiento de los designios divinos. Contribuyendo a esa comunión, todos nos comprometemos y colaboramos en la vida del Reino. De ahí arrancará nuestro espíritu evangelizador, renovador del mundo.
Sal de la tierra, luz del mundo.
Estas dos imágenes y comparaciones que Jesús utiliza con frecuencia expresan el modo concreto como hemos de vivir la vocación en comunión.
Nuestra vida en el mundo, según el Evangelio, es sal y luz, porque sus efectos deben ser parecidos a la acción benefactora de salvaguardar los alimentos, frenar la corrupción, denunciar la presencia de seres malignos, iluminar las mentes o conciencias y animar la salvación en el camino de la fidelidad a Dios y a los hombres.
Si hoy, a pesar de la gracia del Señor, de la voz de sus profetas, del testimonio de los santos y hombres de bien, el mundo prefiere seguir caminos de pecado, preguntémonos: ¿qué no sucedería si faltaran denuncias proféticas, llamadas a la cordura, testimonios de entrega en servicio de amor a los más necesitados?
ORACIÓN.
Señor Jesús, a pesar de nuestra debilidad, no estamos de acuerdo con el mundo de pecado en que vivimos salpicados de injusticias, hambres, odios, guerras, marginaciones.
Ayúdanos con tu gracia a iluminar las conciencias para que todos acabemos encontrando en ti la salvación, y para que cada uno sepamos llevar a los demás el fruto de los dones que de ti hemos recibido y que nuestras manos cultivaron con amor. Amén.
lunes, 7 de junio de 2010
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