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martes, 5 de mayo de 2009

Aparecen en Formentera varios ejempla...


Aparecen en Formentera varios ejemplares de una peligrosa medusa




Tiene tentáculos urticantes que alcanzan los treinta metros de largo y su
picadura puede ser mortal. Esta especie, impropia del Mediterráneo, está
entrando por el Estrecho de Gibraltar












 




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Imagen de una carabela portuguesa
capturada en Formentera por un particular.  D.I.






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  Aviso
a los puestos de socorristas.
 Pitiüses i Balears



EIVISSA | J. LL. F. / C. C. Al menos cinco ejemplares de la medusa
Physalia physalis (carabela portuguesa) han aparecido en los últimos diez días
en varios puntos diferentes de las costas de Formentera. Esta especie de
sifonóforo es considerado por los expertos como muy peligroso, pues sus
picaduras provocan trastornos muy graves e incluso pueden llegar a ser
mortíferas, motivo por el cual también se la conoce como la «medusa
asesina».
Según informaron a Diario de Ibiza los monitores del Parque Natural
de ses Salines, entre ayer y anteayer se localizaron ejemplares de esta especie
en Punta Pedrera, Cala Saona y la Savina. Hace diez días, un particular encontró
otra en la orilla de la playa de Migjorn y el patrón de un yate capturó otra a
una milla frente a esta misma playa, hace dos días.

En total, en
Formentera se han encontrado cinco ejemplares, pero otros testimonios no
confirmados aseguran haber visto también carabelas portuguesas en determinados
puntos de la isla de Eivissa.

Los monitores del Parque Natural
confirmaron que la picadura de la carabela portuguesa es «extremadamente
agresiva» y recomendaron a quien las observe que «se alejen inmediataemente de
ellas y nunca las toquen». Sus tentáculos puede llegar a alcanzar los treinta
metros de largo. Esta especie no es propia del Mediterráneo y, de hecho, ha
llegado aquí cruzando el Estrecho de Gibraltar. Hasta ahora había sido vista en
algunos puntos del levante español, como Murcia y Dénia, pero no se tenían
noticias de una observación simultánea de tantos ejemplares en aguas de Balears.
El biólogo experto en la materia Josep Maria Gili advertía en Diario de Ibiza el
mes pasado sobre el riesgo de que esta especie llegara a las Pitiüses y dijo que
su contacto podía ser «peligroso».



diariodeibiza.es » Pitiüses
i Balears


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Concluidas las obras de urbanización del núcleo urbano de Sant
Jordi                            
Queda pendiente soterrar un tramo de tendido eléctrico y reponer el
alumbrado público de una zona






Vista de la calle Montblanc después de
las obras ya terminadas.  JUAN A. RIERA








SANT JOSEP | P. R. El Ayuntamiento de Sant Josep ha dado por
concluidas las obras de reordenación del tráfico en el núcleo urbano de Sant
Jordi, que se habían prolongado cinco meses y que han consistido en la ejecución
del proyecto de urbanización de la calle de ses Monges y la mejora de la calle
de Montblanc. Las obras han incluido la señalización vial de la zona.
Durante
este tiempo, en la calle de ses Monges se ha sustituido el alumbrado público,
que estaba obsoleto, y el pavimento asfáltico. También se han reparado las
aceras y se ha instalado nuevo mobiliario urbano.
En la calle de Montblanc se
han mejorado las aceras y se han suprimido las barreras arquitectónicas, con la
creación de pasos accesibles para personas con dificultades de movilidad.
También se han reordenado los aparcamientos de esta calle, que enlaza el núcleo
urbano con la carretera de Sant Josep a la altura de Can Bellotera. Entre los
dos proyectos, el Ayuntamiento ha invertido más de 270.000 euros.
También han
finalizado las obras de soterramiento del tendido eléctrico que atravesaba todo
el pueblo, así como la construcción de la nueva subestación. El equipo de
gobierno de Sant Josep informó ayer de que actualmente las cuadrillas
municipales están instalando la nueva señalización vertical en todo el núcleo de
Sant Jordi, así como la de la Platja d’en Bossa, que ha sido sustituida con
vistas a la temporada.
El concejal de Obras, Pere Ribas, resaltó que queda
pendiente soterrar un tramo eléctrico en la calle de ses Monges y que a
consecuencia de las obras, una zona de las calles Montblanc, Montnegre y Avets
se ha quedado sin alumbrado, por lo que se ha tenido que hacer un nuevo proyecto
que supondrá una inversión de 147.000 euros. Se ejecutará cuando el Consistorio
disponga de fondos.

 El Govern ayudará a pagar el coste de recepción de la TDT




Las comunidades de vecinos obtendrán el 50 por ciento del coste por adaptar
las antenas colectivas y podrán recibir hasta 400 euros por
instalaciónVista parcial del Castillo de Eivissa,
con sus antenas de televisión.  JUAN A. RIERA    EIVISSA | PEP RIBAS El Govern balear subvencionará a las comunidades
de vecinos los gastos de adaptación de antenas de televisión colectivas para la
recepción de la Televisión Digital Terrestre (TDT). Las ayudas cubrirán hasta el
50 por ciento de los costes, con el límite máximo de 400 euros por
instalación.

Esta medida fue presentada ayer en el Consell Insular a los
representantes municipales y administradores de fincas por Josep Alcover,
director ejecutivo de la empresa Multimedia, encargada de la instalación de la
TDT en Balears. Estaba también presente el director general del Colegio de
Administratdores de Fincas de Balears, Pedro Mayol.
La consellera insular de
Corporación y Comunicación, Pilar Costa, recordó en rueda informativa que el
apagón analógico debe realizarse el 31 de diciembre de este año, aunque en
Menorca y en las Pitiüses esta cifra se ha adelantado al 30 de junio, fecha para
la que tanto el Govern como los ayuntamientos están trabajando con el fin de
contar con la infraestructura necesaria para cubrir la recepción en todo el
territorio insular.
No obstante, también los usuarios deben prepararse por su
cuenta, adaptando sus antenas, para lo que se debe realizar una pequeña
inversión. La línea de ayudas habilitada por el Govern es aplicable a las
adaptaciones que se lleven a cabo entre el 1 de enero y el 31 de diciembre de
este año.
Tanto el director de Multimedia como el representante del sector de
administradores de fincas precisaron que la tramitación de estas ayudas es muy
sencilla. Las comunidades de vecinos deberán rellenar una hoja de solicitud que
se obtendrá en el colegio de Administradores de fincas. La factura deberá ser
expedida por un instalador oficial.

Teléfono informativo
Cualquier
duda relacionada con la obtención de estas ayudas se puede plantear en el
teléfono 9719122009, que el colegio de Administradores de Fincas de Balears ha
dispuesto explusivamente con este fin. También se puede obtener la misma a
través de la página web www.multimediaib.es.
Josep Alcover señaló que
Multimedia está trabajando desde hace dos años para que el previsto cambio de la
televisión analógica a la digitasl cause el mínimo impacto posible al ciudadano.

Actualmente está cubierto con la nueva señal el 95 por ciento del territorio
de Balears. En el 5 por ciento que no tiene todavía resuelta la cobertura está
la población de la isla de Eivissa que recibe la señal a través de las antenas
del castillo.

Traslado de antenas
La consellera Pilar Costa afirmó que
para cuando entre en funcionamiento el Parador del Castillo las antenas
instaladas en el edificio deben trasladarse. El Ayuntamiento está estudiando la
alternativa.


domingo, 3 de mayo de 2009

Felicidades a las madres (Miguel ANGE...


Miércoles de la 4ª semana de Pascua.


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Primera Lectura:

 Lectura del libro de los Hechos de los
apóstoles 12, 24-13, 5


En aquellos días, la palabra de Dios
cundía y se propagaba. Cuando cumplieron su misión, Bernabé y Saulo se volvieron
de Jerusalén, llevándose con ellos a Juan Marcos.

En la Iglesia de
Antioquía había profetas y maestros: Bernabé, Simeón, apodado el Moreno, Lucio
el Círeneo, Manahén, hermano de leche del virrey Herodes, y Saulo.

Un día
que ayunaban y daban culto al Señor, dijo el Espíritu Santo:

- «Apartadme
a Bernabé y a Saulo para la misión a que los he llamado.»

Volvieron a
ayunar y a orar, les impusieron las manos y los despidieron.

Con esta
misión del Espíritu Santo, bajaron a Seleucia y de allí zarparon para Chipre.
Llegados a Salamina, anunciaron la palabra de Dios en las sinagogas de los
judíos, llevando como asistente a Juan.

Palabra de Dios.


Salmo:

 Sal 66, 2-3. 5. 6 y 8

R. Oh Dios, que
te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.


El Señor
tenga piedad nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la
tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que
canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges
los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra.
R.

Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te
alaben.
Que Dios be día, que le teman hasta los confines d orbe.
R.


Evangelio:

 Lectura del santo evangelio según san Juan
12, 44-50


En aquel tiempo, Jesús dijo, gritando:

- «El que
cree en mí, no cree en mí, sino en el que me ha enviado. Y el que me ve a mí ve
al que me ha enviado. Yo he venido al mundo como luz, y así, el que cree en mí
no quedará en tinieblas.

Al que oiga mis palabras y no las cumpla yo no
lo juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo.
El que me rechaza y no acepta mis palabras tiene quien lo juzgue: la palabra que
yo he pronunciado, ésa lo juzgará en el último día. Porque yo no he hablado por
cuenta mía; el Padre que me envió es quien me ha ordenado lo que he de decir y
cómo he de hablar. Y sé que su mandato es vida eterna. Por tanto, lo que yo
hablo lo hablo como me ha encargado el Padre.»Palabra del Señor.
A VOZ EN GRITO
A la paz de
Dios.
Hay veces que las cosas se dicen en voz alta. Otras en voz baja,
para que todos las oigan. Ahora Jesús lo dice gritando: no se puede decir ni más
alto ni más claro.
He venido al mundo como luz. Para saber distinguir el
día de la noche acudo al siguiente cuento:
Preguntó un guru a sus
discípulos si sabrían decir cuando acababa la noche y empezaba el
día.
Uno de ellos dijo: "Cuando ves a un animal a distancia y puedes
distinguir si es una vaca o un caballo".
"No", dijo el
guru.
"Cuando miras un árbol a distancia y puedes distinguir si es un
mango o un anacardo".
"Tampoco", dijo el guru.
"Esta bien",
dijeron los discípulos, "dinos cuándo es".
"Cuando miras a un hombre al
rostro y reconoces en él a tu hermano; cuando miras a la cara a una mujer y
reconoces en ella a tu hermana. Si no eres capaz de esto, entonces, sea la hora
que sea, aún es de noche".
Jesús se sitúa en la línea de la mejor
tradición profética de Israel: soy un “así dice el Señor”. A esto estamos
llamados: a hablar menos y que se Dios quien se apodere de nuestra boca. Por lo
bajito o a voz en grito.

Oscar Romano,Martes de la 4ª semana de Pascua

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Primera Lectura:

 Lectura del libro de los Hechos de los
apóstoles 11, 19-26



En aquellos días, los que se hablan
dispersado en la persecución provocada por lo de Esteban llegaron hasta Fenicia,
Chipre y Antioquia, sin predicar la palabra más que a los judíos. Pero algunos,
naturales de Chipre y de Cirene, al llegar a Antioquia, se pusieron a hablar
también a los helenistas, anunciándoles la Buena Noticia del Señor Jesús. Como
la mano del Señor estaba con ellos, gran número creyó y se convirtió al
Señor.

Llegó la noticia a la Iglesia de Jerusalén, y enviaron a Bernabé a
Antioquía; al llegar y ver la acción de la gracia de Dios, se alegró mucho, y
exhortó a todos a seguir unidos al Señor con todo empeño; como era hombre de
bien, lleno de Espíritu Santo y de fe, una multitud considerable se adhirió al
Señor.

Más tarde, salió para Tarso, en busca de Saulo; lo encontró y se
lo llevó a Antioquía. Durante un año fueron huéspedes de aquella Iglesia e
instruyeron a muchos. Fue en Antioquía donde por primera vez llamaron a los
discípulos cristianos.

Palabra del Señor


Salmo:

 Sal 86, 1-3. 4-5. 6-7

R. Alabad al
Señor, todas las naciones


Él la ha cimentado sobre el monte
santo;
y el Señor prefiere las puertas de Sión a todas las moradas de
Jacob.
¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
R.

«Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles;
filisteos,
tirios y etíopes han nacido allí.»
Se dirá de Sión:
«Uno por uno todos han
nacido en ella;
el Altísimo en persona la ha fundado.» R.

El
Señor escribirá en el registro de los pueblos:
«Éste ha nacido allí.»
Y
cantarán mientras danzan:
«Todas mis fuentes están en ti.» R.


Evangelio:

 Lectura del evangelio según san Juan 10,
22-30


Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación del
templo. Era invierno, y Jesús se paseaba en el templo por el pórtico de Salomón.
Los judíos, rodeándolo, le preguntaban:

- «¿Hasta cuando nos vas a tener
en suspenso? Si tú eres el Mesías, dínoslo francamente.»

Jesús les
respondió:

- «Os lo he dicho, y no creéis; las obras que yo hago en
nombre de mi Padre, ésas dan testimonio de mi. Pero vosotros no creéis, porque
no sois ovejas mías. Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me
siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las
arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie
puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos
uno.»

Palabra del Señor

Lunes de la cuarta semana de Pascua (4 - Mayo - 2009)


Primera Lectura:

 Lectura del libro de los Hechos de los
apóstoles 11, 1-18


En aquellos días, los apóstoles y los hermanos de
Judea se enteraron de que también los gentiles habían recibido la palabra de
Dios. Cuando Pedro subió a Jerusalén, los partidarios de la circuncisión le
reprocharon:

- «Has entrado en casa de incircuncisos y has comido con
ellos.»

Pedro entonces se puso a exponerles los hechos por su
orden:

-«Estaba yo orando en la ciudad de Jafa, cuando tuve en éxtasis
una visión: Algo que bajaba, una especie de toldo grande, cogido de los cuatro
picos, que se descolgaba del cielo hasta donde yo estaba. Miré dentro y vi
cuadrúpedos, fieras, reptiles y pájaros. Luego oí una voz que me decía: "Anda,
Pedro, mata y come. " Yo respondí: "Ni pensarlo, Señor; jamás ha entrado en mi
boca nada profano o impuro." La voz del cielo habló de nuevo: "Lo que Dios ha
declarado puro, no lo llames tú profa-no. " Esto se repitió tres veces, y de un
tirón lo subieron todo
al cielo.

En aquel preciso momento se
presentaron, en la casa donde estábamos,tres hombres que venían de Cesarea con
un recado para mí. El Espíritu me dijo que me fuera con ellos sin más. Me
acompañaron estos seis hermanos, y entramos en casa de aquel hombre. Él nos
contó que había visto en su casa al ángel que, en pie, le decía: "Manda recado a
Jafa e invita a Simón Pedro a que venga; lo que te diga te traerá la salvación a
ti y a tu familia."

En cuanto empecé a hablar, bajó sobre ellos el
Espíritu Santo, igual que había bajado sobre nosotros al principio; me acordé de
lo que habla dicho el Señor: "Juan bautizó con agua, Pero vosotros seréis
bautizados con Espíritu Santo" Pues, si Dios les ha dado a ellos el mismo don
que a nosotros, por haber creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para
oponerme a Dios?»

Con esto se calmaron y alabaron a Dios
diciendo:

-«También a los gentiles les ha otorgado Dios la conversión que
lleva a la vida.»

Palabra de Dios.


Salmo:

 Sal 41, 2-3; 42, 3. 4

R. Mi alma tiene
sed de ti, Dios vivo.


Como busca la cierva corrientes de agua,
así
mi alma te busca a ti, Dios mío;
tiene sed de Dios, del Dios vivo:
¿cuándo
entraré a ver el rostro de Dios? R.

Envía tu luz y tu
verdad:
que ellas me guíen
y me conduzcan hasta tu monte santo,
hasta
tu morada.R.

Que yo me acerque al altar de Dios,
al Dios de mi
alegría;
que te dé gracias al son de la cítara,

Dios, Dios mío. R

.Jn 10,11-18 : Yo soy el
buen Pastor


En aquel tiempo dijo Jesús a los fariseos: Yo soy el buen Pastor.
El buen Pastor da la vida por las ovejas, el asalariado, que no es pastor ni
dueño de las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye; y el lobo
hace estrago y las dispersa; y es que a un asalariado no le importan las ovejas.
Yo soy el buen Pastor, que conozco a las mías y las mías me conocen, igual que
el Padre me conoce y yo conozco al Padre; yo doy mi vida por las ovejas.


Pero no sólo Santa Eulalia se viste de fiesta. Las plazas de Sant Francesc
Xavier son la muestra de un encuentro de artistas y artesanos.
Toda
celebración es poca para poder recordar a las madres en un día donde también
celebramos el día de la Madre. Por que si hay algo que nos marca profundamente a
lo largo de toda nuestra vida es el vínculo maternal. Felicidades a todas las
madres que habéis acompañado y acompañáis a vuestros hijos en su crecimiento, en
su día a día, en su ser hombres y mujeres del presente y del futuro. Felicidades
a las que sois fuertes en vuestras obligaciones dentro y fuera del ámbito
familiar, apoyadas y muchas veces solas ante el reto de educar. Sois un estímulo
para todos aquellos que os tenemos como un referente educacional.
Muchos de
los niños de nuestros pueblos han iniciado ya las Primeras Comuniones, también
en este primer fin de semana de mayo. Así lo harán quince niños y niñas de las
parroquias de San Fernando y de San Francisco de Formentera. A todos ellos, a
sus madres y padres que he ido conociendo a lo largo de las reuniones de
preparación para la celebración de este sacramento, mi más cordial felicitación.
Pero también agradecimiento a las catequistas, en su mayoría madres de familia,
que habéis dedicado vuestro tiempo y vuestra atención a la preparación de los
pequeños y pequeñas que hoy reciben la Comunión.
Hoy es el día de la Madre,
empezamos también el mes de la Virgen, el mes de María, nuestra Madre. Un mes
lleno de festividades entorno a la Madre de Dios. Estamos acabando la novena a
la Virgen de la Cabeza y Puig d’en Valls ya prepara su tercer domingo de mayo
para festejar a la Virgen bajo la advocación de la Madre de la Iglesia, aunque
antes, el trece de mayo, recordaremos otra festividad de Nuestra Madre del
cielo.
Nunca deberíamos sentirnos solos, ya que es estos días podemos oír de
nuevo: «ahí tienes a tu madre» (Jn 19,27).

Domingo de la Cuarta Semana de Pascua - Ciclo B (3 - Mayo - 2009)   Evangelio


En aquel tiempo dijo Jesús: “Yo soy el buen pastor. El buen pastor
da su vida por las ovejas; pero el que trabaja solamente por el salario, cuando
ve venir al lobo deja las ovejas y huye, porque no es el pastor ni son suyas las
ovejas. Entonces el lobo ataca a las ovejas y las dispersa en todas direcciones.
Ese hombre huye porque lo único que le importa es el salario, no las ovejas. Yo
soy el buen pastor. Como mi Padre me conoce y yo conozco a mi Padre, así conozco
a mis ovejas y ellas me conocen a mí. Yo doy mi vida por las ovejas. También
tengo otras ovejas que no son de este redil, y también a ellas debo traer. Ellas
me obedecerán, y habrá un solo rebaño y un solo pastor. El Padre me ama porque
yo doy mi vida para volverla a recibir. Nadie me quita la vida, sino que la doy
por mi propia voluntad. Tengo el derecho de darla y de volverla a recibir. Esto
es lo que me ordenó mi Padre.”imprimir Versión imprimir | 

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Jornada Mundial de oración por las Vocaciones Sacerdotales y Religiosas.

Primera Lectura:

 Lectura del libro de los Hechos de los
Apóstoles (4,8-12):


En aquellos días, Pedro, lleno de Espíritu Santo,
dijo: «Jefes del pueblo y ancianos: Porque le hemos hecho un favor a un enfermo,
nos interrogáis hoy para averiguar qué poder ha curado a ese hombre; pues, quede
bien claro a todos vosotros y a todo Israel que ha sido en nombre de Jesucristo
Nazareno, a quien vosotros crucificasteis y a quien Dios resucitó de entre los
muertos; por su nombre, se presenta éste sano ante vosotros. Jesús es la piedra
que desechasteis vosotros, los arquitectos, y que se ha convertido en piedra
angular; ningún otro puede salvar; bajo el cielo, no se nos ha dado otro nombre
que pueda salvarnos.»   Palabra de Dios.


Salmo:

 Responsorial: Sal 117, 1 y 8-9. 21-23. 26 y
28-29

R. La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra
angular.


Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su
misericordia.
Mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los
hombres,
mejor es refugiarse en el Señor
que fiarse de los jefes.
R/.

Te doy gracias porque me escuchaste
y fuiste mi
salvación.
La piedra que desecharon los arquitectos
es ahora la piedra
angular.
Es el Señor quien lo ha hecho,
ha sido un milagro patente.
R/.

Bendito el que viene en nombre del Señor,
os bendecimos
desde la casa del Señor.
Tu eres mi Dios, te doy gracias;
Dios mío, yo te
ensalzo.
Dad gracias al Señor porque es bueno,
porque es eterna su
misericordia. R/.


Segunda Lectura:

 Lectura de la primera carta del apóstol san
Juan (3,1-2):


Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos
hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no le conoció a él.
Queridos, ahora somos hijos de Dios y aun no se ha manifestado lo que seremos.
Sabemos que, cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos
tal cual es.   Palabra de Dios.
Palabra de Dios.Sábado de la tercera semana de Pascua (2 - Mayo - 2009)


Jn 6,60-69: ¿A quién
iremos? Tus palabras son palabras de vida eterna



Al oír todo esto, muchos de los que seguían a Jesús dijeron: “Su
enseñanza es muy difícil de aceptar. ¿Quién puede hacerle caso?” Jesús, dándose
cuenta de lo que estaban murmurando, les preguntó: “¿Esto os ofende? ¿Qué
pasaría si vierais al Hijo del hombre subir a donde antes estaba? El espíritu es
el que da vida; el cuerpo de nada aprovecha. Las cosas que yo os he dicho son
espíritu y vida. Pero todavía hay algunos de vosotros que no creen.” Es que
Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién el que le
iba a traicionar. Y añadió: “Por eso os he dicho que nadie puede venir a mí, si
el Padre no lo trae.” Desde entonces dejaron a Jesús muchos de los que le habían
seguido, y ya no andaban con él. Jesús preguntó a los doce discípulos: “¿También
vosotros queréis iros?” Simón Pedro le contestó: “Señor, ¿a quién iremos? Tus
palabras son palabras de vida eterna. Nosotros sí hemos creído, y sabemos que tú
eres el Santo de Dios.”


sábado, 2 de mayo de 2009

Cristo está vivo, porque ha resucitado verdaderamente.

 No tengamos miedo de anunciar a Jesucristo

 La Congregación para la Doctrina de la Fe ha publicado recientemente (14 de diciembre 2007) una “Nota doctrinal acerca de algunos aspectos de la Evangelización”. Se puede consultar en L’Osservatore Romano del 15-XII-2007, y está accesible en el lugar correspondiente de la página web de la Santa Sede (http://www.vatican.va).

 

El texto ofrece un gran interés para todos, especialmente porque toca de cerca la vocación misionera y el anuncio del Evangelio. No se trata de reiterar ahora el contenido y la argumentación de la Nota. Sólo quiero señalar algunos aspectos que me parecen verdaderamente esenciales para la evangelización. Las claves del texto podrían ser las siguientes palabras: “anuncio, conversión, libertad, Reino, Iglesia”. Es un documento dirigido, por tanto, a iluminar la tarea misionera en la que estamos todos implicados. Os animo a su lectura detenida.

 

Como es habitual, estos breves textos salen al paso de problemas que tienen una real incidencia práctica. En este caso, la preocupación central de la Nota es –según sus palabras- la “confusión creciente que induce a muchos a desatender y dejar inoperante el mandato misionero del Señor (cf. Mt 28, 19)” (n. 3).

 

La afirmación resulta grave. La tarea evangelizadora gracias a Dios es enormemente fecunda en numerosos lugares, como bien sabe la Congregación. Pero el problema que la Congregación constata también es real y afecta –se dice- a no pocos agentes evangelizadores. En realidad, lo decisivo es que semejante “confusión” tiene, por así decir, una enorme relevancia cualitativa, ya que hiere hondamente en el corazón mismo de la existencia y misión cristianas.

 

No es fácil comprender, desde la lógica de la fe, ese fenómeno. Bastaría recordar con san Pablo que la evangelización “es más bien un deber que me incumbe. Y ¡hay de mí si no predicara el Evangelio!” (1 Co 9, 16). Por su parte, el Concilio Vaticano II invitó con gran énfasis a la Iglesia entera a tomar conciencia de su misión evangelizadora. Se trata, en consecuencia, de una situación totalmente contraria al sentir y al decir del Concilio, y sus causas habrá que buscarlas en otro lugar.

 

Hay dos circunstancias -señala la Nota- que han llevado en bastantes casos a esa confusión. Primeramente, existe una equívoca interpretación del respeto debido a la conciencia personal. Para algunos, presentar el Evangelio y la oferta cristiana -y la eventual conversión al Señor- parecería lesionar la libertad de los individuos. Ciertamente, a nadie se le oculta que ese riesgo ha sido más que evidente a lo largo de la historia. Sin embargo, con mayor evidencia debe reconocerse honestamente que hoy los creyentes estamos persuadidos de que toda verdadera evangelización presupone la libertad  de las conciencias. Nada hay más contradictorio con el Evangelio que acompañar el anuncio cristiano con presiones indebidas de cualquier tipo. Esto es tan claro que no hace falta insistir en ello.

 

Ahora bien, respetar la conciencia de los no creyentes es a todas luces algo bien diverso de guardar un extraño silencio sobre la propia fe. En realidad, esa actitud sólo aparentemente mostraría respeto. De entrada, supone una imagen muy pobre de las personas y de su conciencia pensar que el anuncio sencillo del Evangelio coarta su libertad. Por lo demás, la mejor expresión de respeto a las personas es precisamente darles la posibilidad de conocer y vivir según el designio de Dios. Cabría dar la vuelta al argumento y preguntarse: ¿quién soy yo para negar a otros el Evangelio? Tiene aquí plena vigencia aquella fuerte advertencia de Juan Pablo II: “Toda persona tiene derecho a escuchar la ‘Buena Nueva’ de Dios que se revela y se da en Cristo, para realizar en plenitud la propia vocación” (cf. Redemptoris missio, n. 46).

 

No tengamos falsos temores. El anuncio del Evangelio amplía la libertad del hombre, aun cuando solo fuera –que no es poco- porque con esa oferta cada persona tiene la oportunidad de discernir el plan de Dios y descubrir su existencia de manera totalmente nueva. Justamente la Nota dedica buena parte del texto (nn. 4-9) a las “implicaciones antropológicas” que tiene para los hombres la plenitud de la vocación humana revelada en Cristo; la plenitud de lo bueno y de lo verdadero que permite iluminar el sentido auténtico de la vida y destino del hombre. Son unas consideraciones dignas de meditar atentamente, de modo especial las que hacen referencia a la recta búsqueda de la verdad religiosa (nn. 4-5).

 

La Nota señala a continuación un segundo motivo que también ha influido en “dejar inoperante el mandato misionero”. Se refiere la Congregación a quienes afirman que no se debe anunciar explícitamente el Evangelio ni favorecer la conversión a Cristo y la adhesión a la Iglesia con el argumento de que todos los caminos humanos, religiosos o no, son caminos de salvación, sobre todo en la medida en que se promueva la justicia, la paz, la libertad, la solidaridad (n. 3).

 

Es probable que esta segunda idea –expuesta muchas veces de manera precipitada y acrítica en folletos, libros, conferencias pastorales, etc.- haya influido de hecho más negativamente que la anterior. Estamos ciertamente persuadidos de que la verdad “no se impone de otra manera, sino por la fuerza de  la misma verdad” (Concilio Vaticano II, Decl. Dignitatis humanae, n. 1). No hay otro camino para la misión que la aceptación libre y auténtica del Evangelio. Por eso, habría que interrogarse si la desatención al anuncio explícito del Evangelio por un presunto respeto a las conciencias no está, en realidad, mayormente motivada por una debilidad de nuestras convicciones sobre la verdad y la bondad del Evangelio y de la existencia cristiana.

 

Si es ese el caso, ¿no cabría hablar de una dolorosa crisis de fe personal? No deberíamos extrañarnos. El actual ambiente relativista propicia perplejidades letales para el creyente: ¿es Cristo realmente el Camino, la Verdad y la Vida? ¿son todas las religiones y experiencias humanas al menos parcialmente verdaderas e igualmente válidas? ¿acaso no resulta hoy presuntuoso presentarse como portador de la verdad y sustituir el “anuncio” cristiano por el “diálogo”? ¿qué sentido tiene decir que la Iglesia es necesaria para la salvación? Estos interrogantes, y otros similares, “han ido creando –dice la Nota- una situación en la cual, para muchos fieles, no está clara la razón de ser de la evangelización. Hasta se llega a afirmar que la pretensión de haber recibido como don la plenitud de la revelación de Dios, esconde una actitud de intolerancia y un peligro para la paz” (n. 10).

 

A nadie se le escapa la trascendencia de estas cuestiones -os decía al principio- para el sentido mismo de la evangelización. Se comprende que ante esa confusión de que habla la Nota aparezcan las dudas y la parálisis en el anuncio misionero, o bien se busquen otros significados para la misión, que siempre serán necesariamente parciales: porque “si damos a los hombres sólo conocimientos, habilidades, capacidades técnicas e instrumentos, les damos demasiado poco” (Benedicto XVI, cit. en n. 2). Tampoco puede contentarnos el solo testimonio porque “incluso el testimonio más hermoso se revelará a la larga impotente si no es esclarecido, justificado –lo que Pedro llamada dar ‘razón de vuestra esperanza’ (1 Pe 3, 15)-, explicitado por un anuncio claro e inequívoco del Señor Jesús” (Pablo VI, Exh. Apost. Evangelii nuntiandi, n. 22).

 

El contenido de la Nota recoge otros aspectos que no podemos mencionar ahora. Estoy convencido de que su consideración será muy iluminadora para la reflexión personal. El alcance de las cuestiones planteadas requerirá, además, el estudio de los muchos y buenos materiales que ya existen en relación con ellas. Os recomiendo, por ejemplo, releer la Decl. Dominus Iesus de la Congregación para la Doctrina de la Fe (16-VI-2000). Con esas y otras reflexiones podremos alcanzar, con la luz del Espíritu, convicciones sólidamente fundadas que pacifiquen la inteligencia y nos confirmen en el entusiasmo gozoso por la misión.  

 

La Nota concluye con una significativa evocación del gran número de cristianos que movidos por el amor a Jesús han emprendido, a lo largo de la historia, iniciativas y obras de todo tipo para anunciar el Evangelio a todo el mundo. “El anuncio y el testimonio del Evangelio son el primer servicio que los cristianos pueden dar a cada persona y a todos el género humano, por estar llamados a comunicar a todos el amor de Dios, que se manifestó plenamente en el único Redentor del mundo, Jesucristo” (Benedicto XVI, cit. en n. 13). Ese es también nuestro auténtico deseo, que justifica todos los afanes y desvelos que la misión requiere. Como Pablo, quiera el Señor que también nosotros podamos sentir y decir: “La caridad de Cristo nos urge” (2 Co 5, 14).

 

Espero que esta reflexión nos haga actuar convencidos del don de la fe que hemos recibido y que la presentemos gozosamente sin prevenciones de que el interlocutor se pueda sentir acosado, al revés, sentirá que la nobleza del corazón del creyente no se doblega y menos se oculta de manifestar en lo que cree. Dar el regalo que hemos recibido de la fe es a la postre no sólo muy bien aceptado sino hasta agradecido. Los complejos provocan desconfianza y animan a la cobardía.

Queridos diocesanos de
Navarra:



 



Nada más ser nombrado
vuestro Obispo por
  el Santo Padre
Benedicto XVI, quiero dirigirme a todos los navarros manifestándoos mi
disponibilidad y servicio en nombre de Jesucristo y de su evangelio. No voy a
vosotros con pretensiones especiales,
 sino que voy como un humilde servidor para
llevaros el don más grande que tenemos los humanos: el Amor de Cristo y de su
Iglesia. Falsearía mi servicio si fuera en mi nombre; voy en nombre de
Jesucristo al que quiero amar con toda mi alma y desde quien os podré
acompañar, ayudar, animar, alentar, aliviar y, en solidaridad, vivir vuestras
preocupaciones y alegrías. Y voy también en nombre de la Iglesia a la que quiero
con pasión, como se quiere a una madre, consciente de que
 mi misión será la de llevaros todas las
gracias y dones que en ella se contienen. Me siento pequeño y pobre,
 pero al mismo tiempo rico porque estoy seguro de
que Dios nos ama y de que, como buen Padre, está siempre abierto al perdón y a la misericordia. En
él pongo todos nuestros afanes.



 



Voy a suceder a Mons.
Fernando Sebastián que, durante catorce años, ha desarrollado
 una labor pastoral importantísima en medio de
vosotros. Su testimonio, su celo y su entrega serán para mí un estímulo en la
nueva misión que Cristo me encomienda en nombre de la Iglesia. Muy
agradecidos hemos de estar todos a D. Fernando a quien, cariñosamente, así
llamáis. Quiero decirle que estas tierras de Navarra siempre serán brazos
abiertos para lo que necesite. También quiero recordar a Mons. José María
Cirarda quien, desde su retiro, estoy seguro que reza y pide mucho por todos
nosotros.



 



A todos los fieles
cristianos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad que vivís en esa
hermosa tierra de Navarra y que tantos santos ha dado a la Iglesia, os
  abrazo con todo mi afecto. Voy a vosotros desde
otra Iglesia particular y personal a la que he servido y pastoreado durante casi
cuatro años. Quiero agradecer al ámbito militar y a los cuerpos de la Seguridad del Estado su
entrega en favor de la paz y armonía social.



 



Mi misión es la de
llevaros el amor de Cristo, lo mismo que he intentado realizar en las Diócesis
precedentes. El lema de mi episcopado se fundamenta en la oración de Cristo al
Padre:
“Padre que todos sean uno para que
el mundo crea”.
En la unidad y para la unidad quiero vivir y siempre en
comunión con el Papa y mis hermanos Obispos. No tengo otra divisa ni otra motivación;
ésta es la única que me atrae y me urge para que Dios sea glorificado, adorado
y amado siempre en medio de nosotros.



 



Ruego a  Santa María la Real de la Catedral de Pamplona, a nuestros patronos San
Fermín y
  San Francisco de Javier, a  Santa Ana y San Agustín en Tudela y a todos
los santos que veneráis en Navarra que nos protejan del mal, nos ayuden a vivir
con pasión la santidad,
 como hicieron ellos,
 y a gozar de una fraternidad llena de
paz y alegría.



 Con mi bendición para
todos y
  cada una de vuestras familias.
Vuestro amigo y hermano,


 Familia cristiana ¡sé lo que eres!

en euskera 

            Me dirijo a todas las familias de la Diócesis de Pamplona-Tudela para alentar y animar vuestra vocación que nadie puede sustituir. Estamos en unos momentos muy importantes en la sociedad, que requieren una reflexión especial. La familia es lo más grande y más sagrado que existe en la humanidad, en todas las épocas y en todos los tiempos. Por eso la hemos de defender desde todas las instancias sociales y religiosas. Un cuerpo no tendría mucho futuro si sus células estuvieran desintegradas; lo mismo sucede en la sociedad si la familia está desintegrada y dispersa. La solución a este gran problema conviene atajarlo cuanto antes, pues el tiempo corre en contra de nosotros.

 

            La Navidad nos pone las claves fundamentales que ayudan a comprender la grandeza de la familia.  Basta mirar a José, María y Jesús que vivieron en una actitud de respeto y amor. Cultivar en la familia la unidad y la ayuda mutua recrea la fuerza del gozo y de la felicidad. Además, hay un factor importante que es el de revitalizar el sentido del sacrificio. No hay un amor auténtico si no se hace oblativo por quien se ama, es decir, si no está dispuesto a sacrificarse por la persona amada. Tal vez se ha perdido este espíritu porque lo que cuesta y lo que supone esfuerzo no se tiene en consideración. Se buscan ‘nuevas sensaciones’ aunque estén llenas de veneno antimoral o vayan contra toda ética.

 

           Conviene que la familia se despierte y tome las riendas de lo que es en sí misma. Me cuesta creer que no hay solución ante tantas dificultades. La familia ha de afianzarse en el gozo de ser coherentes con su fe y las familias cristianas tienen la responsabilidad de manifestar que esta forma de vida es posible. Será un bien que ayudará, y no tardando mucho, a la sociedad. Los reclamos de una vida vacía y sin sentido lo único que pueden producir y a corto plazo es una debacle existencial que provocará en la sociedad un desastre incalculable.

 

           Ruego al Niño-Dios que haga crecer en nosotros los mismos sentimientos que se vivieron en Belén: la paz y el amor. Felicito a aquellos que luchan por una familia ennoblecida por las virtudes y valores que nunca pasan, por las familias que buscan juntos caminos de madurez y entrega mutua, por una familia que apuesta por un futuro mejor, por una sociedad más audaz en sus planteamientos y que solo pretende llevar la sana experiencia de una armonía que está implícita en la misma naturaleza. ¡Feliz Navidad a todas las familias!

Carta de Navidad a los misioneros navarros


Queridos misioneros:
 

Con estas sencillas palabras quiero desearos unas felices fiestas de Navidad que no sólo son entrañables por lo que suponen de fortalecimiento en la fraternidad universal sino son, sobre todo, gozosas por lo que es para la historia y la humanidad el nacimiento de un Niño que es Dios. Por esto y por vuestra entrega generosa en la misión os recuerdo en la plegaria –ante Jesús Eucaristía- todos los días.

Cuando vengáis a Navarra, para visitar a vuestras familias, espero veros. Sois la ‘perla preciosa’ de Navarra. Ya sé que estáis muy ilusionados en vuestro trabajo por las referencias y vivencias que escucho. Os doy mí más cordial enhorabuena. Por aquí todo va bien pues cuando uno está enamorado de Cristo todo revierte en bien para aquellos que le aman. Navarra tiene unas fuertes raíces cristianas que debemos seguir regando y por ello vosotros mostráis este espíritu de fe que nos anima para seguir manifestando que ser cristianos merece la pena vivirlo hoy.

 

He dado el Retiro espiritual de Adviento a todos los de Vida Consagrada de la Diócesis y les decía que no hemos de temer pues el Señor está a nuestro lado y nos acompaña y a pesar de la ‘noche social y cultural’ por la que pasamos Él está. Aun en medio de la noche la hierba crece. Cristo sigue creciendo en el corazón humano, ésta es nuestra esperanza. Anunciemos a Jesucristo con nuestra vida y con nuestras palabras. Os abrazo a todos y en esta Navidad os tendré muy presentes en mí oración.

 

¡Feliz Navidad y año 2008!     14 de diciembre de 2007 

18 de noviembre, Día de la Iglesia Diocesana

         Queridos diocesanos:


        Un año más celebramos la campaña de la ‘Iglesia Diocesana’ lugar de encuentro con Dios. La Iglesia no sería ella misma si no reflejara auténticamente el rostro de Cristo. No por menos él la fundó y él, a través de los siglos, la sigue cuidando con el amor misericordioso de Dios. 

        Por eso dedicamos una jornada para festejar a dicha Madre que tiene en su regazo la fuerza de la gracia de Cristo que ha prometido ‘permanecer en medio de nosotros’ hasta el final de los siglos. No es de agradecidos si no apreciamos y queremos a la Iglesia que aunque sea anciana se la debe apreciar como a la madre que, por muy mayor que sea, muestra con sus ojos brillantes y sus arrugas curtidas, un amor de ternura inigualable.

Os animo, queridos diocesanos, a ser fieles hijos de la misma. Por mi parte siempre trataré de llevaros este amor fresco que como Obispo tengo la obligación de haceros presente y siempre en comunión con los sacerdotes, los consagrados y todos vosotros que me lo debéis demandar.

Deseo que en la Diócesis crezca la adhesión sincera a la Palabra de Dios, la cercanía a los Sacramentos del Perdón y de la Eucaristía. Como creyentes en Cristo no creceríamos espiritualmente si no tenemos el arrojo de vivir –cada día más- este gran regalo que nos llega a través de la Iglesia.

Os pido también que, como Comunidad Viva, ayudemos a la Iglesia en todas sus necesidades. Que la colecta que se va a realizar, en esta jornada, sea generosa. Son muchas las realidades que debemos cubrir y para esto hemos de colaborar todos.

Muchas gracias por vuestra fidelidad al Señor y roguemos juntos y unidos para que el Reino de Cristo brille en esta  tierra de Navarra. Con mi bendición y presentes en mi oración.

Apasionado por el bien  en euskera

Si Navarra tiene algo que agradecer es la experiencia de luz que nos han dado los santos. Celebramos la fiesta de San Francisco de Javier un hombre apasionado por el bien y por realizar el bien a los demás. No cabe duda que su espíritu, entre aventurero y heroico, supo dar lo mejor de si para buscar en todo servir, amar y adorar a Dios. Su vida era una constante entrega que no podía pararse. Sus viajes, en medio de las dificultades, eran un encuentro con culturas diversas que él asumía como un regalo de Dios y a las que infundía la Luz de la Verdad que viene dada en Cristo. La evangelización trata de buscar y comprender las razones y sentimientos de los demás sin negarles los caminos del bien y de la verdad.

 

La propia caridad exige el anuncio a todos los hombres de la verdad que salva y ese amor es el sello precioso –dirá Juan Pablo II- del Espíritu Santo que, como protagonista de la evangelización, no cesa de mover los corazones al anuncio del evangelio, abriéndolos para que lo reciban. Todo corazón humano ansía, aspira y espera implícitamente encontrar a Jesucristo. En muchos momentos nos encontramos sorprendidos por las reacciones positivas de personas que muestran e irradian una bondad especial. Son ya signos de un proceso interior que pide a gritos que alguien le hable de la buena noticia que es Jesucristo.

 

San Francisco de Javier no se acomplejaba aun en medio de tantas dificultades y hasta persecuciones. Estaba seguro que el mensaje evangelizador que él vivía y llevaba a los demás no era una ideología sino el anuncio de una Vida que salva y libera de la esclavitud del pecado. Su rostro estaba marcado por el mismo rostro de Cristo. Si no hubiera dado a los demás esta experiencia, que traspasaba su vida, se hubiera convertido en un predicador de mercadillo que todo lo más hubiera conseguido en torno a sí un grupo de gente que admirada su predicación. Su única pasión era llevar la libertad del Buen Dios que comprende a todos y a todos quiere llevarles por el camino de la gracia.

 

Estoy seguro que la fiesta que celebramos seguirá dando esperanza a los navarros. No debemos dejarnos llevar por el desánimo o la apatía, luchar y trabajar por hacer el bien y eliminar el mal se convierte en un programa de auténtica humanidad. Hoy necesitamos ardor en el corazón, fortaleza de espíritu, arrojo armónico de buenas costumbres, ilusión en el quehacer diario y vigilantes en la justa realización de los proyectos encomendados. La experiencia de los santos que, para nada, se marginaron o se salieron de todo aquello que toca a lo humano muestra la calidad de su vida. Su entrega tiene como finalidad sanar y recrear a la humanidad desde una perspectiva de fe que hace posible su realización.

DIOS AMA SIN REPROCHE NI CONDENA 

     Es significativo contemplar a Jesús cuando le indica a Zaqueo que baje de la higuera. Su pedagogía no es como la nuestra pues cuando vemos a alguien, si tenemos una actitud negativa, o le juzgamos o le reprochamos o le corregimos de forma inmisericorde o le marginamos. La mirada de Dios es distinta porque es positiva y en su misma mirada ayuda a crecer. Conoce nuestro interior y sabe lo que aún nos queda por conseguir. Los datos del alma es muy difícil describirlos porque en lo íntimo del ser humano hay grandes misterios. La fe es un don de Dios y una respuesta gozosa por parte del hombre. Sólo Dios conoce nuestro interior. Lo cierto es que, como decía Juan Pablo II:  “En lo profundo de cada ser humano, todo hombre o mujer desea poseer al todo de Cristo”.

 

     Esto nos invita a ensanchar el horizonte de nuestra visión y no porque debamos ser faltos de realismo sino más bien porque la mirada del creyente debe asentarse sobre la experiencia de fe. El amor de Dios no es abstracto o fuera de la realidad, todo lo contrario, si es verdadero amor se concreta en la vida. El libro de la Sabiduría lo explica muy bien. Dios ama a todas las cosas porque él mismo las ha creado por amor. Dios ama la vida; ama su obra creadora porque en ella reside su propio espíritu. Si Dios retira su amor, su espíritu, todo lo creado sucumbiría. Dios ama sin mas, ama porque ama y ama por amar. Nunca reprocha y nunca condena porque es el hombre quien se ve asediado por su propio reproche y por su propio desvarío al no concederle a Dios presencia en su vida. Llevar una vida agradable a Dios es la consecuencia del creyente auténtico.

 

     Siguiendo la imitación a Cristo y conociendo nuestras imperfecciones podemos tener la impresión de aquel que se sentía angustiado y fluctuaba muchas veces entre el temor y la esperanza. Un día, abatido por la tristeza, entró en una Iglesia y, postrándose al pie del altar, oraba y discurría así en su corazón: “¡Si supiera con certeza que iba a perseverar hasta el fin! Y al punto oyó esta respuesta: “¿Qué harías si lo supieras? Haz ahora lo que quisieras hacer en tal caso, y estarás firmemente seguro”. Y al instante se levantó consolado y fortalecido, se abandonó en Dios y cesó aquella penosa incertidumbre” (Cfr. Kempis, Imitación de Cristo, pag. 186).

 

      Nos preocupamos por lo que sucederá en nuestro devenir y sin embargo no nos preocupamos del presente que es lo único que tenemos en nuestras manos. Es en este presente donde la fuerza de Dios actúa y así nos permite cumplir  “los buenos deseos y la tarea de la fe” (Tes 1,12). No sabemos cuando vendrá el Señor pero la mejor espera es vivir el hoy que nos toca, el momento que nos apremia, lo demás es secundario puesto que ya llegará. Las grandes angustias existenciales vienen provocadas por la falta de aceptar el momento presente como el don más grande que tenemos a nuestro alcance. Si el  pasado esclaviza y al futuro se teme crea tal insatisfacción que provoca la incertidumbre angustiosa. Como Zaqueo comprobó y experimentó el amor del Señor y esto fue lo que rehizo su vida y se convirtió, lo mismo hoy hemos de sentir nosotros para que la alegría y  

Tres deseos

Acojamos el amor de Dios, porque es lo que nos mantendrá siempre en pie y capacitados para la entrega a los demás. Consideremos fundamental en nuestra vida creer en el amor de Dios; más allá de nuestras debilidades y miserias, por encima de circunstancias dolorosas que nos veamos obligados a afrontar, aceptando el cariño o desprecio que nos deparen los hombres. Dios es siempre paciente y misericordioso. Descubramos que sólo el amor es capaz de iluminar y transformar los corazones.

 

Y, cuando el corazón cambia, transforma todo a su alrededor. Anhelemos en nuestros corazones el  milagro de la fraternidad que sólo la caridad de los unos para con los otros hará posible. Amor gozado y amor ofrecido. Si esto se hace realidad entre nosotros, no tenemos nada por lo que temer.


Revelemos la vida que brota de la Iglesia: viva, porque Cristo está vivo, porque ha resucitado verdaderamente. Él es nuestra seguridad, puesto que no nos ha dejado huérfanos. Él es también nuestra esperanza: ha vencido al odio con el amor. Además, es nuestro mejor apoyo, porque le pertenecemos. Y es nuestra mejor alegría, al llenar enteramente nuestro corazón.

Cristo es la Vida, porque la suya nunca acaba. Es la Verdad, porque nos ilumina toda la existencia.

EL ROSTRO DE LA VERDAD

Por Mons. Francisco Pérez González

Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela

 

AMOR, PAZ Y PERDÓN        

Recuerdo siempre con gran gozo lo que me enseñaron desde pequeño en mi familia y en mi pueblo: los seres humanos necesitamos vivir en compañía del amor, la paz y el perdón. No eran muy entendidos en letras mis padres y mis vecinos, pero este lema he querido siempre llevarlo bien cobijado en mi corazón. Ciertamente que muchas veces no lo he cumplido con precisión y con harto dolor pido perdón: si no lo he cumplido, es por falta de nobleza interior y por juzgar a los demás según el baremo de una mentalidad y racionalidad recortadas.

 

Comprendo que no hay mejor ofrenda que el vivir al estilo de Cristo: En esto conocerán que sois mis discípulos: si os amáis como yo os he amado. No hay ley más grande que ésta, de tal forma que Cristo la convierte en la "Ley nueva", es decir, que sirva para todos los tiempos.

 

Con los sentimientos de los demás no se puede "jugar", pero sí que se puede "conjugar", cuando el amor, la paz y el perdón forman una cadena de relaciones auténticas y armoniosas. Los Santos nos muestran este rostro amable de Cristo: por ellos mismos no lo pueden hacer, sino por haber sido traspasados por el fuego amoroso de Dios.

 

Necesitamos poner en acto el siempre nuevo modo de vivir. Se ha de ir pasando de una santidad individual a una santidad colectiva, porque el único que resplandecerá será Cristo, que ha prometido vivir siempre en medio de los suyos.

 

Cuando aquel monje, padre Abad, estaba turbado y preocupado porque en el Monasterio las cosas no iban bien, alguien le dijo: Tenéis al Mesías disfrazado y no le habéis reconocido. Pusieron en acto el amor, la paz y el perdón y aquella comunidad comenzó a resplandecer de alegría, de solidaridad y de fraternidad sincera. En ella brillaba una Luz que nadie podía eliminar, a no ser que la oscuridad del individualismo y del egoísmo la marginara.

 

Si marginamos el amor, la paz y el perdón, estamos dejando de lado a Dios, y la razón es muy sencilla: porque nada se asemeja a Él como la belleza, la armonía y la bondad. Emanan de Él como del sol emanan los rayos de luz y calor. Los Santos son un reflejo vivo y una expresión fehaciente de este estilo de vida que luce sin lucirse, es decir, que no se exponen a sí mismos, sino que muestran a Aquél que les ha atraído hacia sí, a Cristo, la única Luz del mundo.

 

El día 28 de este mes de octubre van a ser beatificados 498 mártires españoles. Lo único que vivieron fue -desde la fe- estas tres manifestaciones: ofrecieron su vida perdonando, amando y con la paz en sus rostros.  

DIOS, AMIGO PARA SIEMPRE

Hoy celebramos el ‘día de todos los difuntos’ y llevamos, como expresión de cariño, flores a las tumbas de nuestros difuntos en el Cementerio. No es puramente un recuerdo, ni simplemente un acto nostálgico de memoria temporal o de alguien que pasó por aquí y nada más.

 

La fe nos hace ver que Dios nos ha creado por amor y al amor eterno nos llama. Las promesas de Cristo son tan reales que se harán plenitud de eternidad y por ello se cumplirán con total certeza. Los difuntos brillan en la Luz aun en medio de las tinieblas de la muerte. La vida vence a la muerte y esta es nuestra mejor suerte. San Agustín decía que ‘las flores se marchitan, las lágrimas se secan pero la oración (que nos hace palpar ya la vida que no acaba) permanece’.

 

En este día tengo presente -en la Eucaristía- a todos aquellos que han fallecido, a todos los navarros que vivieron en esta tierra y ya participan de la eterna compañía de Dios, amigo para siempre. El Cielo es una casa que construimos en la tierra y habitamos en la eternidad. Vivamos este día con la mirada puesta hacia arriba, donde los nuestros nos contemplan con amor y a ellos les mostramos nuestro cariño.

16 de diciembre de 2007 Invitación a la Jornada del 30 de diciembre de 2007                                      

                                                    24 de octubre de 20007

 LA FE NO CONSISTE EN UN DESEO NI ES UN ENIGMA


La fe no se
puede medir ni con el deseo, ni como si de un enigma se tratara. La fe es un
encuentro con el Misterio. El deseo tiene de positivo que busca la luz pero no
es la luz y el enigma es un camino de adivinación en una descripción imaginaria
con bases hipotéticas o una definición ambigua que se queda sostenida en una
nubosidad. Sin embargo el Misterio es una verdad de fe inaccesible a la razón
humana y que sólo puede conocerse por revelación divina. Cada uno de los
pasajes, considerado por separado y como objeto de meditación, de la vida,
pasión, muerte y resurrección de Cristo nos lleva al auténtico
Misterio.


 Cuando Jesús
felicita a los que crean sin haber visto, está hablando de este Misterio. Tomás,
uno de los apóstoles, había puesto muchas condiciones y se topa con su falta de
fe. Sus deseos y sus preguntas enigmáticas le habían provocado la falta de fe.
Quería tocar las llagas de las manos y de los pies de Jesús, es más se había
imaginado a Jesús de una forma distorsionada y era un enigma difícil de
clarificar. Vio a Jesús y no pudo por menos que decir: “Señor mío y Dios mío”.
La fe es un encuentro profundo con la Persona de Cristo. Muchas veces me he
visto sorprendido, al dejarme llevar por un imaginario encuentro con alguien, y
sin embargo siempre he recibido una respuesta clara, real y personal: “Soy yo,
no tengas miedo”. No es un fantasma, es un Amor tan concreto que da Luz y Vida a
mi vida. Esta amistad es un encuentro vivo y personal.


 Hoy, inmersos en
la dinámica angustiosa de un quehacer vertiginoso y en un materialismo atroz
-con los impulsos de un vivir por placer- la fe no se considera algo útil. Y sin
embargo la sed de fe –es decir la sed de Dios- está más presente que en otros
momentos de la historia. Mientras más nos separamos del Misterio, más sed
tenemos de él. Por eso aquellos que, no por méritos propios sino por pura bondad
de Dios, decimos que poseemos la fe, tenemos la gran responsabilidad de ser
testigos de la misma sin vanagloriarnos y mostrarla a raudales y no para que
seamos glorificados nosotros, sino aquel que es Misterio de
Amor.


 Me cuesta creer
que haya tanto agnosticismo o tanto ateísmo en el corazón de los hombres de hoy.
Tal vez la búsqueda de Dios se haga por caminos distorsionados y cueste llegar.
Tomás no era ni agnóstico, ni ateo; era simplemente un pragmatista de la fe y se
dio cuenta que creer es confiar y amar al misterio que se desvela en Dios. Por
eso cuanto más presentemos, los que tenemos la responsabilidad, a Cristo, su
vida, pasión y muerte-resurrección, haremos el mejor regalo a una humanidad
sedienta de él. Se nos invita a ser portadores de una nueva evangelización. Las
discusiones, los racionalismos, las manifestaciones de increencia, las falaces
tesis de un laicismo vacío… caerán como si de un castillo de naipes se tratara.


El lema del
Domund 2007 tiene como base la respuesta que Jesús da a Tomás de ‘felices los
que creen’ y la labor de la misión de llevar esta felicidad a toda la humanidad
y de modo especial a aquellos que aún no saben nada de Cristo. Ser misioneros de
este Misterio nos hace vibrar por una parte de temblor por la responsabilidad
adquirida y por otra parte de ilusión y esperanza para que muchos descubran la
grandeza de creer. La Iglesia, como ‘luz para las gentes’, ha de anunciar sin
fatiga este gran Amor de Dios, manifestado en Cristo.


viernes, 1 de mayo de 2009

SAN JOSÉ OBRERO


San
José  Obrero  


El día 1 de Mayo del año 1955, el Papa Pío
XII, instituyó la fiesta de San José Obrero. Una fiesta bien distinta que ha de
celebrarse desde el punto de partida del amor a Dios y de ahí pasar a la
vigilancia por la responsabilidad de todos y de cada uno al amplísimo y complejo
mundo de la relación con el prójimo basada en el amor: desde el trabajador al
empresario y del trabajo al capital, pasando por poner de relieve y bien
manifiesta la dignidad del trabajo -don de Dios- y del trabajador -imagen de
Dios-, los derechos a una vivienda digna, a formar familia, al salario justo
para alimentarla y a la asistencia social para atenderla, al ocio y a practicar
la religión que su conciencia le dicte; además, se recuerda la responsabilidad
de los sindicatos para logro de mejoras sociales de los distintos grupos, habida
cuenta de las exigencias del bien de toda la colectividad y se aviva también la
responsabilidad política del gobernante.


Todo esto incluye ¡y mucho más! la doctrina
social de la Iglesia porque se toca al hombre al que ella debe anunciar el
Evangelio y llevarle la Salvación; así mantuvo siempre su voz la Iglesia y quien
tenga voluntad y ojos limpios lo puede leer sin tapujos ni retoques en Rerum
novarum, Mater et magistra, Populorum progressio, Laborem exercens, Solicitudo
rei socialis, entre otros documentos. Dar doctrina, enseñar donde está la
justicia y señalar los límites de la moral; recordar la prioridad del hombre
sobre el trabajo, el derecho a un puesto en el tajo común, animar a la revisión
de comportamientos abusivos y atentatorios contra la dignidad humana... es su
cometido para bien de toda la humanidad; y son principios aplicables al campo y
a la industria, al comercio y a la universidad, a la labor manual y a la alta
investigación científica, es decir, a todo el variadísimo campo donde se
desarrolle la actividad humana.


Nada más natural que fuera el titular de la
nueva fiesta cristiana José, esposo de María y padre en funciones de Jesús, el
trabajador que no lo tuvo nada fácil a pesar de la nobilísima misión recibida de
Dios para la Salvación definitiva y completa de todo hombre; es uno más del
pueblo, el trabajador nato que entendió de carencias, supo de estréchese en su
familia y las llevó con dignidad, sufrió emigración forzada, conoció el
cansancio del cuerpo por su esfuerzo, sacó adelante su responsabilidad familiar;
es decir, vivió como vive cualquier trabajador y probablemente tuvo dificultades
laborales mayores que muchos de ellos; se le conoce en su tiempo como José «el
artesano» y a Jesús se le da el nombre descriptivo de «el hijo del artesano». Y,
por si fuera poco, los designios de Dios cubrían todo su compromiso.


Fiesta sugiere honra a Dios, descanso y
regocijo. Pues, ánimo. Honremos a Dios santificando el trabajo diario con el que
nos ganamos el pan, descansemos hoy de la labor y disfrutemos la alegría que
conlleva compartir lo nuestro con los demás.





  Oremos:  Dios nuestro, creador del universo, que has
establecido que el hombre coopere con su trabajo al perfeccionamiento de tu
obra, haz que, guiados por el ejemplo de San José y ayudados por sus plegarias,
realicemos las tareas que nos asignas y alcancemos la recompensa que nos
prometes. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.
© evangeli.net


Día litúrgico: Viernes III de
Pascua


 



Texto del Evangelio (Jn 6,52-59):   En
aquel tiempo, los judíos se pusieron a discutir entre sí y decían: «¿Cómo puede
éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo:
si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida
en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le
resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre
verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo
en él. Lo mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre,
también el que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como
el que comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para
siempre». Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaúm.


Comentario: Rev. D. Àngel Caldas i Bosch (Salt-Girona,
España)


«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del
Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros»



Hoy, Jesús
hace tres afirmaciones capitales, como son: que se ha de comer la carne del Hijo
del hombre y beber su sangre; que si no se comulga no se puede tener vida; y que
esta vida es la vida eterna y es la condición para la resurrección (cf.
Jn 6,53.58). No hay nada en el Evangelio tan claro, tan rotundo y tan
definitivo como estas afirmaciones de Jesús.


No siempre los católicos estamos a la altura de lo que
merece la Eucaristía: a veces se pretende “vivir” sin las condiciones de vida
señaladas por Jesús y, sin embargo, como ha escrito Juan Pablo II, «la
Eucaristía es un don demasiado grande para admitir ambigüedades y
reducciones».


“Comer para vivir”: comer la carne del Hijo del hombre
para vivir como el Hijo del hombre. Este comer se llama “comunión”. Es un
“comer”, y decimos “comer” para que quede clara la necesidad de la asimilación,
de la identificación con Jesús. Se comulga para mantener la unión: para pensar
como Él, para hablar como Él, para amar como Él. A los cristianos nos hacía
falta la encíclica eucarística de Juan Pablo II, La Iglesia vive de la
Eucaristía
. Es una encíclica apasionada: es “fuego” porque la Eucaristía es
ardiente.


«Vivamente he deseado comer esta Pascua con vosotros antes
de padecer» (Lc 22,15), decía Jesús al atardecer del Jueves Santo. Hemos
de recuperar el fervor eucarístico. Ninguna otra religión tiene una iniciativa
semejante. Es Dios que baja hasta el corazón del hombre para establecer ahí una
relación misteriosa de amor. Y desde ahí se construye la Iglesia y se toma parte
en el dinamismo apostólico y eclesial de la Eucaristía.


Estamos tocando la entraña misma del misterio, como Tomás,
que palpaba las heridas de Cristo resucitado. Los cristianos tendremos que
revisar nuestra fidelidad al hecho eucarístico, tal como Cristo lo ha revelado y
la Iglesia nos lo propone. Y tenemos que volver a vivir la “ternura” hacia la
Eucaristía: genuflexiones pausadas y bien hechas, incremento del número de
comuniones espirituales... Y, a partir de la Eucaristía, los hombres nos
aparecerán sagrados, tal como son. Y les serviremos con una renovada ternura

Viernes de la Tercer semana de Pascua

Libro de los Hechos de los Apóstoles
9,1-20.

Saulo, que
todavía respiraba amenazas de muerte contra los discípulos del Señor, se
presentó al Sumo Sacerdote
y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco,
a fin de traer encadenados a Jerusalén a los seguidores del Camino del Señor que
encontrara, hombres o mujeres.
Y mientras iba caminando, al acercarse a
Damasco, una luz que venía del cielo lo envolvió de improviso con su resplandor.

Y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué me
persigues?".
El preguntó: "¿Quién eres tú, Señor?". "Yo soy Jesús, a quien
tú persigues, le respondió la voz.
Ahora levántate, y entra en la ciudad:
allí te dirán qué debes hacer".
Los que lo acompañaban quedaron sin palabra,
porque oían la voz, pero no veían a nadie.
Saulo se levantó del suelo y,
aunque tenía los ojos abiertos, no veía nada. Lo tomaron de la mano y lo
llevaron a Damasco.
Allí estuvo tres días sin ver, y sin comer ni beber.

Vivía entonces en Damasco un discípulo llamado Ananías, a quien el Señor
dijo en una visión: "¡Ananías!". El respondió: "Aquí estoy, Señor".
El Señor
le dijo: "Ve a la calle llamada Recta, y busca en casa de Judas a un tal Saulo
de Tarso.
El está orando y ha visto en una visión a un hombre llamado
Ananías, que entraba y le imponía las manos para devolverle la vista".

Ananías respondió: "Señor, oí decir a muchos que este hombre hizo un gran
daño a tus santos en Jerusalén.
Y ahora está aquí con plenos poderes de los
jefes de los sacerdotes para llevar presos a todos los que invocan tu Nombre".

El Señor le respondió: "Ve a buscarlo, porque es un instrumento elegido por
mí para llevar mi Nombre a todas las naciones, a los reyes y al pueblo de
Israel.
Yo le haré ver cuánto tendrá que padecer por mi Nombre".
Ananías
fue a la casa, le impuso las manos y le dijo: "Saulo, hermano mío, el Señor
Jesús -el mismo que se te apareció en el camino- me envió a ti para que recobres
la vista y quedes lleno del Espíritu Santo".
En ese momento, cayeron de sus
ojos una especie de escamas y recobró la vista. Se levantó y fue bautizado.

Después comió algo y recobró sus fuerzas. Saulo permaneció algunos días con
los discípulos que vivían en Damasco,
y luego comenzó a predicar en las
sinagogas que Jesús es el Hijo de Dios.

Salmo 117,1.2.
¡Alaben al
Señor, todas las naciones, glorifíquenlo, todos los pueblos!
Porque es
inquebrantable su amor por nosotros, y su fidelidad permanece para siempre.
¡Aleluya!

Evangelio según San Juan 6,52-59.
Los judíos
discutían entre sí, diciendo: "¿Cómo este hombre puede darnos a comer su
carne?".
Jesús les respondió: "Les aseguro que si no comen la carne del Hijo
del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes.
El que come mi
carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

Porque mi carne es la verdadera comida y mi sangre, la verdadera bebida.

El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mí y yo en él.
Así
como yo, que he sido enviado por el Padre que tiene Vida, vivo por el Padre, de
la misma manera, el que me come vivirá por mí.
Este es el pan bajado del
cielo; no como el que comieron sus padres y murieron. El que coma de este pan
vivirá eternamente".
Jesús enseñaba todo esto en la sinagoga de Cafarnaún.



Leer el comentario del Evangelio por : San Columbano

«Mi
carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida»