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lunes, 19 de enero de 2009

Buen amigo de Jesús

DESTELLOS DE LUZ DEL SEÑOR RESUCITADO


Francisco Pérez González


Arzobispo de Pamplona-Tudela y Director de Obras Misionales Pontificias en España


Uno de los destellos de Luz del Señor Resucitado es la oración y si tuviera que decir lo que es la oración para mi tendría que remontarme a la niñez, en la que aprendí a amar a Jesucristo. Nunca olvidaré las enseñanzas, de modo especial, de mi querida madre. Su labor fundamental fue la de infundirme dos cosas: el amor a Dios a través de la Virgen María y el amor a la Iglesia. Los momentos claves de estos dos amores, fundidos en uno, eran la novena que hacíamos junto a nuestra madre sus hijos en el mes de junio y en el período de vacaciones. Por la mañana salíamos hacia la Ermita de la Virgen de Viyuela, que es la advocación de la Virgen de mi pueblo, y por el camino rezábamos el rosario. Durante el trayecto, no más de dos kilómetros, recogíamos espigas de trigo o cebada que habían caído de las galeras de los carros que iban hacia el lugar de la trilla; estas espigas servían para poder alimentar a las gallinas y animales de nuestra pequeña granja. Cuando llegábamos a la Ermita nos poníamos a los pies de la imagen de la Virgen y rezábamos la Salve y estoy seguro de que a sus pies nació mi vocación.


 A los once años fui al Seminario. Un día, tímidamente, dije a la madre (mi padre escuchaba en silencio): "Quiero ser sacerdote". Ella me respondió: "Me parece muy bien, pero no olvides que es una vocación, es decir, que tienes que sentir que Dios te llama. Si eres trabajador y un buen amigo de Jesús, serás feliz. La mejor herencia que os podemos dejar (mis padres eran pobres) es una buena formación y que seáis buenos cristianos". Así nació mi vocación, mejor dicho, así me sentí llamado por Dios. Desde pequeño iba con mi padre a tocar las campanas de la torre de la iglesia de mi pueblo, (él era el ‘campanero’ del pueblo) y como había que pasar a través del Templo siempre me entretenía a hablar con Jesús ante el Sagrario. Desde entonces no he dejado ni un día de estar a su lado. En el Seminario nos infundían mucho el sentido y espíritu de la oración y mi modo de rezar era estar tiempo hablando con Jesús delante del Sagrario. No me hablaba pero sentía su calor de amigo; no jugaba pero me entretenía; no comía pero me sentía saciado… Eran momentos intensos de amistad con el mejor Amigo.


 A medida que he ido creciendo en edad, más he necesitado de su fuerza amorosa y en cada momento el encuentro con Él ha sido un mayor empeño y compromiso para entregarme a los demás. Sin Cristo me es imposible amar al hermano o perdonar. Ahora comprendo el drama que debe sufrir quien no tiene el don de la fe; sin amor de Dios mi vida sería un desierto vacío y seco, con Él me siento realizado. Tanto en mi vida sacerdotal como ahora siendo Obispo no hallo mejor consuelo que cuando estoy con mi Amigo del alma. Nada hay comparable a este amor. Muchas noches encuentro el descanso al lado de Él y nadie puede arrebatarme lo que me alivia y enseña como Maestro. Su amor mostrado en la Cruz hace una mella especial en mi vida. Ya no puedo prescindir, a pesar de mi fragilidad, de su amor; es más que el aire en mis pulmones, más cercano que mi misma persona y más fuerte que mis propios impulsos. Cuando celebro la Eucaristía no sólo me siento regenerado sino renovado y cuando le recibo siento la misma sensación que el día de mi primera comunión. Aquel día encontré el único sentido en mi vida, fue tan grande el Amor que invadió mi interior que le pedí que nunca me abandonara y lo ha cumplido.


 He pasado por momentos gozosos, los más, pero también dolorosos y siempre le he tenido a mi lado y me ha mostrado que su amor es más fuerte que el sufrimiento y la enfermedad. La oración se ha convertido en un arranque para vivir embelesado en Él. En cada paso, cada momento y cada circunstancia no puedo prescindir de Él. Nunca me deja en la estacada y siempre me anima con su voz imperceptible y suave, una voz más fuerte que mis propios gritos. Y si alguna vez me dejo llevar por las consolaciones, Él me saca de mí para entregarme a los demás. Recuerdo que un día estaba aplanado y dolorido por una circunstancia adversa; me fui a la oración delante del Sagrario buscando consolación pero sentí que el Señor me invitaba a mirar los sufrimientos de mis feligreses y a que dedicara un tiempo a consolar a una familia que estaba sufriendo mucho; visité a la familia y procuré ocuparme de sus necesidades; después, cuando volví a la oración encontré la consolación. Comprendí que la oración no es una autocomplacencia sino una dinámica de amor a Dios y al prójimo.


 Ahora, como Obispo, comprendo mejor que debo ser el primero en amar y no ir buscando, como un mendigo, la complacencia, el aplauso y la gloria personal sino el amor a los demás como expresión de la búsqueda constante del amor de Dios y para que Él sea glorificado, amado y adorado. La oración es el alimento de mi vida que me lleva a ser más propiedad de Dios que pertenencia de mi mismo. Sólo desde aquí encuentro la auténtica libertad y felicidad. 



LA IGLESIA ES MI MADRE Y LA AMO CON LOCURA


(Meditando acompañado de J.L. Martín Descalzo)


por


Mons. Francisco Pérez González


Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela


A veces se ha puesto de moda hablar de la Iglesia con cierto desprecio y con ferocidad, yo diría, irracional. Y esto a uno le duele más cuando viene de los propios hermanos que están dentro de la Iglesia; ha quedado una especie de mancha oscura que será difícil de quitar y fue aquello que dijo alguien que ¡Ojalá no lo hubiera dicho nunca!-: "Cristo, sí; Iglesia, no".


Creer en Cristo y rechazar a la Iglesia es creer en un Cristo que no ha existido nunca, pues la Iglesia pende de Cristo y Cristo es por y para la Iglesia [ella es el sacramento de la salvación por la que Cristo sigue manifestándose, a través de la historia, a los hombres]. Quien piensa en un Cristo sin la Iglesia, piensa en alguien imaginario que nunca existió". Ella es el "Cuerpo Místico" de Jesucristo como dirá S. Pablo a los Colosenses (Col 1, 24-29) y que de forma magistral expondrá Pío XII en la Encíclica "Mystici Corporis". Posteriormente el Concilio Vaticano II, hará toda una reflexión en profundidad al respecto en la Constitución Lumen Gentium.


Dios, la religión y la moral ‘confesional’, han sido vistas y se ven con frecuencia como antagonistas del hombre, de su libertad y de su felicidad. Se ha pretendido edificar la sociedad desde un humanismo antropocéntrico e intramundano, se ha creído que eliminando a Dios del horizonte del hombre todo estaba solucionado. Se ha pretendido eliminar a Dios y se ha dejado al hombre solo. Y su carencia produce un vacío que se pretende llenar con una cultura –o más bien- una pseudocultura centrada en el consumismo desenfrenado, en el afán de poseer y gozar y que no ofrece más ideal que la lucha por los propios intereses o el goce narcisistas... no se trata de adoptar ahora, precisamente por no corresponder a la fe cristiana, posturas numantinas ni reaccionarias, de cerrazón, y mucho menos de condena; tampoco se trata de nostalgias. Lo que se nos exige hoy es que vivamos de lleno la fe.


Que mostremos, gozosos, la fuerza renovadora y humanizadora de la fe y del evangelio. Es necesario que volvamos a Dios. Es apremiante e inaplazable por servicio a nuestra sociedad quebrada en su humanidad que los cristianos nos convirtamos más honda y enteramente. Recordar todo esto nos hace afirmar a los creyentes que si hay algo de más valor en la Iglesia, en su totalidad como pueblo de Dios, y en aquellos que deben apacentarla en el puesto de Jesucristo, ese algo es la presencia de Cristo mismo en la totalidad de la Iglesia y en sus ministros.


Hay muchas razones por las que amo a la Iglesia, pero cinco son las fundamentales:


  Amo a la Iglesia porque salió del costado de Jesucristo. ¿Cómo podría no amar yo aquellos por lo que Jesús murió? ¿Y cómo podría amar a Jesucristo sin amar, al mismo tiempo, aquellas cosas por las que él dio la vida? La Iglesia, buena, mala, mediocre, santa y pecadora fue y sigue siendo la Esposa de Jesucristo. ¿Puede amar el Esposo, despreciándola? Esta Iglesia sale a la luz el día de Pentecostés: "La Iglesia, que, ya concebida, nació del mismo costado del segundo Adán, como dormido en la cruz, apareció a la luz del mundo de una manera espléndida por vez primera del día de Pentecostés" (León XIII, Divinum illud: AAS 29). "Y ahora se edifica, ahora se forma, ahora... se figura, y ahora se crea..., ahora se levanta la casa espiritual para constituir el sacerdocio más santo" (San Ambrosio).


Pero me dirá alguien: ¿cómo puedes amar a alguien que ha traicionado tantas veces al evangelio, a alguien que tiene tan poco que ver con lo que Cristo soñó que fuera? ¿Es que no sientes, al menos, "nostalgia" de la Iglesia primitiva? Sí, claro, siento nostalgia de aquellos tiempos en los que –como decía San Irineo- "La sangre de Cristo estaba todavía caliente" y en los que la fe ardía con toda viveza en el alma de los creyentes. Pero ¿es qué hubiera justificado un menor amor la nostalgia de mi madre joven que yo podía sentir cuando era mayor? ¿Hubiera yo podido devaluar sus pies cansados y su corazón fatigado?


A veces oigo en algunos púlpitos o tribunas periodísticas demagogias que no tienen ni siquiera el mérito de ser nuevas. Las que, por ejemplo, hablan de que la Iglesia es ahora una Esposa prostituida. Y recuerdo aquel disparatado texto que Saint-Cyran escribía a San Vicente de Paúl y que es, como ciertas críticas de hoy, un monumento al orgullo: "Sí, yo lo reconozco: Dios me ha dado grandes luces. Él me ha hecho comprender que ya no hay Iglesia. Dios me ha hecho comprender que hace cinco o seis siglos que ya no existe la Iglesia. Antes de esto la Iglesia era un gran río que llevaba sus aguas transparentes, pero en el presente lo que nos parece ser la Iglesia ya no es más que cieno. La Iglesia era su Esposa, pero actualmente es una adúltera y una prostituta. Por eso la ha repudiado y quiero que la sustituya otra que le sea fiel". Me quedo con San Vicente de Paúl, que, en lugar de soñar pasadas y futuras utopías, se dedicó a construir su santidad, y con ella, la de la Iglesia; un río de cieno hay que purificarlo, no limitarse a condenarlo. Cristo no ha presentado ese supuesto libelo de repudio a su Esposa, más bien se ha esposado dando la vida.


  Amo a la Iglesia porque ella y sólo ella me ha dado a Jesucristo y cuanto sé de él. Ella no es Jesucristo, ya lo sé. Él es el absoluto, el fin; ella, sólo el medio. El centro final de mi amor es Jesucristo, pero "ella es la cámara del tesoro donde los apóstoles han depositado la verdad, que es Jesucristo" (San Irineo). "Ella es la sala donde el Padre de familia celebra los desposorios de su Hijo" (San Cipriano). "Ella es la casa de oración adornada de visibles edificios, el templo donde habita tu gloria, la sede inconmutable de la verdad, el santuario de la eterna caridad, el arca que nos salva del diluvio y nos conduce al puerto de la salvación, la querida y única esposa que Jesucristo conquistó con su sangre y en cuyo seno renacemos para tu gloria, con cuya leche nos amamantamos, cuyo pan de vida nos fortalece, la fuente de la misericordia con la que nos sustentamos" (San Agustín).


¿Cómo no podría no amar yo a quien me transmite todos los legados de Jesucristo: la Eucaristía, la Palabra, la Comunidad de mis hermanos, la Luz de la esperanza, la entrañable Misericordia?


Pero su historia es triste, está llena de sangres derramadas, de intolerancias impuestas, de legalismos empequeñecedores, de maridajes con los poderes de este mundo, de jerarcas mediocres y vendidos... Sí, sí, es cierto. Pero también está llena de santos.


  Amo a la Iglesia porque está llena de santos Siempre que me monto en un tren sé que la historia del ferrocarril está llena de accidentes. Pero por eso no dejo de usarlo para desplazarme. "La Iglesia -decía Bernanos- es como una compañía de transportes que, desde hace dos mil años, traslada a los hombres desde la tierra al cielo. En dos mil años ha tenido que contar con muchos descarrilamientos, con una infinidad de horas de retraso. Pero hay que decir que gracias a sus santos la compañía no ha quebrado". Es cierto, los santos son la Iglesia, son los que justifican su existencia, son los que no nos hacen perder la confianza en ella.


Ya sé que la historia de la Iglesia no ha sido un idilio. Pero, a fin de cuentas, a la hora de medir a la Iglesia a mí me pesan mucho más los sacramentos que las cruzadas, los santos que los Estados Pontificios, la Gracia que la Inquisición... ¿Estoy diciendo con esto que amo a la Iglesia invisible y no a la visible? No, desde luego. Pienso que tenía razón Bernanos al escribir: "La Iglesia visible es lo que nosotros podemos ver de la invisible" y que como nosotros tenemos enfermos los ojos sólo vemos las zonas enfermas de la Iglesia.


Nos resulta más cómodo. Si viéramos a los santos, tendríamos la obligación de ser como ellos. Nos resulta más rentable "tranquilizarnos" viendo sólo sus zonas oscuras, con lo que sentimos, al mismo tiempo, el placer de criticarles y la tranquilidad de saber que todos son tan mediocres como nosotros.


  Amo también a la Iglesia porque es imperfecta. No es que me gusten las imperfecciones de la Iglesia, es que pienso que son ellas hace tiempo que me habrían tenido que expulsar a mí de ella. A fin de cuentas, la Iglesia es mediocre porque está formada por gentes, como tú y como yo. "Oh –decía Bernanos- si el mundo fuera la obra maestra de un arquitecto obsesionado por la simetría o por un profesor de lógica, de un Dios deista, la santidad sería el primer privilegio de los que mandan; cada grado de la jerarquía correspondería a un grado superior de santidad, hasta llegar al más santo de todos, el Papa, por supuesto. ¡Vamos! ¿Y os gustaría una Iglesia así? ¿Os sentiríais a gusto en ella? Dejadme que me ría. Lejos de sentirnos a gusto, os quedaríais en esta congregación de superhombres dándole vueltas entre las manos a vuestra boina, lo mismo que un mendigo a la puerta del hotel Ritz. Por fortuna, la Iglesia es una casa de familia donde existe el desorden que hay en todas las casas familiares, siempre hay sillas a las que falta una pata, las mesas están manchadas de tinta, los tarros de confite se vacían misteriosamente en las alacenas, todos los conocemos bien por experiencia".


En rigor todas estas críticas que proyectamos contra la Iglesia deberíamos volcarlas contra cada uno de nosotros mismos. "Non in se, sed in nobis vulneratur Ecclesia. Caveamus igitur, ne lapsus noster vulnus Ecclesiae fiat" [No en ella misma, sino en nosotros, es herida la Iglesia, tengamos, pues, cuidado, no sea que nuestros fallos se conviertan en heridas de la Iglesia].


  Amo a la Iglesia porque es mi Madre Ella me engendró, ella me sigue amamantando. San Atanasio se "asía a la Iglesia como un árbol se agarra al suelo". Orígenes decía que "La Iglesia ha arrebatado mi corazón; ella es mi patria espiritual, ella es mi madre y mis hermanos"


                                                                 "Amo a la Iglesia, estoy con tus torpezas,


   con sus tiernas y hermosas colecciones de tontos, con su túnica llena de pecados y manchas.


Amo a sus santos y también a sus necios.


Amo a la Iglesia, quiero estar con ella.


Oh, madre de manos sucias y vestidos raídos,


cansada de amamantarnos siempre,


un poquito arrugada de parir sin descanso.


No temas nunca, madre, que tus ojos de vieja


nos lleven a otros puertos.


Sabemos bien que no fue tu belleza quien nos hizo hijos


tuyos, sino tu sangre derramada al traernos.


Pero eso cada arruga de tu frente nos enamora


y el brillo cansado de tus ojos nos arrastra a tu seno.


Y hoy, al llegar cansados, y sucios, y con hambre,


no esperamos palacios, ni banquetes, sino esta


casa, esta madre, esta piedra donde poder sentarnos".


 (José Luis Martín Descalzo)


TIEMPO DE ESPERANZA


por


Mons. Francisco Pérez González


Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela


20 de Enero 2008


Ante el reto fundamental que nos presenta la sociedad contemporánea, no podemos dejarnos llevar por la impresión negativa de que esta sociedad cierra sus puertas al Evangelio de Jesucristo. En lo más íntimo del corazón humano hay ansia, ardor y deseo de felicidad y plenitud que sólo Jesucristo puede completar y colmar. En lo más íntimo del corazón humano se va realizando el amor que tiene su origen en Dios. Aun en medio de la noche, la hierba crece. Del mismo modo en esta "noche oscura social" las semillas del Verbo están depositadas en todo ser humano y ahí van creciendo casi imperceptiblemente.


 


Nosotros disminuimos, pero el Señor crece en medio de nosotros, porque todo ser humano espera al todo de Cristo. La misión en la Iglesia tiene este cometido fundamental: concienciar y reconocer en todos que Jesucristo les ama y ha dado la vida por el género humano para salvarles del pecado y de la muerte; no podemos esperar a que pase la "noche oscura" de esta época para actuar; en medio de ella como cristianos y llevando la luz de Cristo hemos de iluminar, no para lucirnos sino para lucir y hacer que otros vean el rostro amoroso de Dios. Un grito de esperanza ha de surgir de nuestras vidas renovadas por el amor de Cristo: ¡Basta ya de lamentos y pesimismos! La esperanza cristiana está salvada y traspasada por Cristo, el único que nos puede decir: "No tengáis miedo, yo he vencido al mundo y estoy siempre entre vosotros".


 


Hemos de estar vigilantes para poder dejarnos llevar por esta corriente de vida y de ilusión. ¡Es la hora de la misión! Es la hora porque siempre es tiempo de comunicar la Verdad y la Vida; siempre es tiempo de gracia y de hacer el bien en nombre de Dios. La humanidad, aunque a veces no se dé cuenta perfectamente de ello, sigue estando sedienta de Dios y de su amor. Dios está deseoso de comunicar su amable y tierna caridad envuelta de misericordia y su salvación, que es realmente lo que la humanidad necesita, lo que hará feliz de verdad a esta humanidad que busca ansiosa la Redención y la Salvación en Cristo, en medio de tanto dolor, desequilibrio, dificultad y contradicción... Dios desea estar con los hijos de los hombres. Por eso, la hora que vivimos es propicia para la misión: ahora es tiempo de misión, tiempo de luz, tiempo de amor y tiempo de esperanza.


 


El Papa Benedicto XVI nos ha mostrado un camino a seguir en este nuevo año 2008 que hemos comenzado y para ello nos ha regalado una Encíclica sobre la esperanza y nos dice que esta esperanza nos salvará. Nos son las promesas humanas o las ideologías más o menos convincentes las que harán cambiar el corazón humano, sólo la esperanza en Cristo lo hará posible. Vivamos con alegría el regalo de la fe y no dejemos que entre el pesimismo, la angustia y la desesperanza, miremos con los mismos ‘ojos de Dios’.  "INFANCIA MISIONERA…MANOS A LA OBRA"


Jornada de Infancia Misionera 2008


(27-1-2008) por  


Mons. Francisco Pérez González


Arzobispo de Pamplona-Tudela


y


Director de Obras Misionales Pontificias en España


Un año más queremos resaltar la importancia de la Infancia Misionera. Para ello hemos pensado hacer realidad aquello de ‘manos a la obra’. No podemos pararnos. Es necesario remangarse y ponernos a trabajar con los niños y para los niños. Dentro de poco les tocará construir un mundo más en consonancia con los valores del Evangelio. Para eso conviene trabajar desde estos momentos sin miedos y con valentía. Hemos de presentarles con ilusión y realismo todo lo que han de aprender para formarse como hombres y mujeres del futuro. La confusión que hoy se cierne en la sociedad y que se ha ido fraguando con el paso del tiempo, hemos de desenmascararla sin titubeos y con firmeza. La causa de la misma hunde sus raíces en el relativismo. ¡Cuánto daño se puede hacer, y de hecho se está haciendo, a los que llevarán sobre sus hombros los destinos de la sociedad dentro de pocos años! Por ello conviene movilizarse y preparar con audacia a los niños que, como planta tierna, reciben todo y lo asumen con sencillez y asombro.


 


No todo es válido, como enseñan las filosofías relativistas, ni todo es bueno como enseñan los maestros del ‘vacío existencial’. Una sociedad que no se forme en el principio moral de ‘aceptar el bien y rechazar el mal’, se convierte en enemiga de sí misma. La niñez es como una esponja que absorbe todo lo que se le pone por delante y que marca para toda la vida. Tanto lo bueno como lo malo puede convertirse o en una vida sana, con actitudes moralmente bien orientadas o en una bomba de relojería que el día menos pensado explota con formas de actuar que contradicen la dignidad humana. Libertad no es ‘hacer lo que a uno le apetece’; es algo sagrado que ayuda a crecer a la persona en un estilo de vida auténtico y que tiene como norma de vida ‘hacer el bien y buscar lo bueno’.


 


Para ello, los medios de comunicación social, que son el ‘púlpito’ desde donde se debe enseñar a vivir y orientar la vida en la verdad, deben echar una mano. Desgraciadamente son frecuentes las veces que nos hallamos ante informaciones o programas interesados que contradicen y amenazan a la persona con modos de vida rastreros; son la ‘basura’ que nada tiene que ver con la identidad de la naturaleza humana llamada a la armonía y a la belleza. En este campo hay que ponerse "manos a la obra". Y son las familias, apoyadas por las parroquias, el Colegio y los diversos ámbitos de Iglesia, quienes deben llegar a los niños para presentarles el seguimiento de Jesús como lo más hermoso que hay en la vida. Quien va tras las huellas de Cristo hace de su vida un camino. Los diez mandamientos son el mejor programa de vida cristiana, más aún, de experiencia humana. Tanto los tres primeros, que hacen referencia a Dios, como los siete restantes que hacen referencia al prójimo, nos muestran el modo de hacer el bien y rechazar el mal.


 


Desde las Obras Misionales Pontificias deseamos que la Infancia Misionera sea un aliciente para todos los niños españoles y que, con su ejemplo, sean muchos los que se sumen a esta forma nueva de vida que será una alegría para el futuro. Cuando tenía once años, al ver cómo vivían otros niños, quedé impresionado. Aprendí a rezar con ellos y sentía un gran gozo dentro de mí. Pero lo que me dejaba atónito era el testimonio de los Santos; mucho me ayudaron San Francisco Javier, San Francisco de Asís, San Pío X… Y todos venían a decirme lo mismo: hay que hacerse amigos de Jesús. Así comencé una aventura nueva que aun dura después de tanto tiempo. Conviene volver a presentar –con viñetas- la vida de los Santos para que los niños descubran la grandeza de aquellos que supieron amar a Dios y entregarse a los demás.


 


Desde Obras Misionales Pontificias se está preparando todo un material catequético, muy bueno, para niños. Invito a las parroquias, escuelas, colegios y familias a utilizarlo con ellos ya que son ellos los que más necesitan orientaciones claras y firmes. Pongámonos todos ‘manos a la obra’ para proclamar clara y gozosamente que ser cristiano hoy es la aventura más hermosa que vivirse pueda. Es éste un momento importante para ayudar a comprender lo que significa la infancia en la Iglesia. Desde Infancia Misionera queremos mostrar el rostro amable de los niños que son los ‘pequeños misioneros’ y que han de llevar a los demás el mensaje de Jesús.


 


Además Infancia Misionera se compromete a ayudar a otros niños que están faltos de amor. Se solidarizan con ellos para que puedan tener un Hospital o una Escuela o una Capilla o un ambiente más digno. Los niños con toda facilidad se ponen ‘manos a la obra’ compartiendo sus ahorros para la consecución de dichos fines. No les cuesta, e incluso piden a los mayores que les ayudemos. España es una de las naciones más generosas. Hagamos de este Jornada de la Infancia Misionera un espacio de verdadera formación para nuestros niños a fin de que, siendo amigos de Jesús, se pongan ‘manos a la obra’ y miren a otros que, como ellos, son también hijos de Dios y merecen lo mejor de nosotros.


VANIDAD DE VANIDADES


por


Mons. Francisco Pérez González


Arzobispo de Pamplona-Tudela


( 3 de Febrero 2008 )


 


Hay muchos momentos en la vida que parece se desvanece todo lo que uno ha construido y se resienten todos los aparentes cimientos que creíamos eran seguros e infranqueables. Los desengaños, las enfermedades, los fracasos y las inseguridades nos dejan desconcertados y perplejos. Nos preguntamos el sin sentido de esto y de mucho más. Parece que todo se cae como si de un ‘castillo de naipes’ se tratara. Son pruebas existenciales que nadie puede explicar y menos comprender a la luz de la sola y única razón. La vida tiene sentido por sí misma no por lo que la acontece; estos momentos son la prueba evidente de lo que siempre nos ha recordado la Sagrada Escritura: ‘Vanidad de vanidades, todo es vanidad’ (Ecl 1,2). En el mismo libro se nos va describiendo la vanidad de la ciencia, de los placeres y de los bienes materiales. Todo desaparece y sólo Dios permanece. Lo creado es finito, el amor de Dios es eterno.


 


El fundamento de nuestra vida y los cimientos de nuestro existir sólo tienen consistencia en Dios. De ahí que nos lo recuerde la viva tradición de la Iglesia que tiene como fuente la Palabra de Dios. Es engañoso y mentiroso vivir a expensas de lo que nos toca ahora, en cambio es cierto y auténtico quien se sustente en lo que ha de venir. El necio se para en las cosas que acaban, el sabio en la luces de la razón y el santo en lo que no tiene fin. "Miré todo cuanto habían hecho mis manos y todos los afanes que al hacerlo tuve, y ví que todo era vanidad y apacentarse de viento" (id. 2,11).


 


Podemos tener todo y sin embargo un día, a la vuelta de la esquina de la vida, en


el lugar que menos pensabas te surge esta pregunta: "Qué provecho saca el hombre de todo y de todos sus afanes bajo el sol? (id. 1,3). No hay seguridades absolutas más que las que Jesucristo nos ha mostrado en el Evangelio. De ahí que nunca, en él, nos sentiremos engañados, al contrario nos veremos bien acompañados puesto que nos manifiesta con claridad meridiana la Verdad, el Camino y la Vida.


 


La vida es bella y hermosa cuando se sustenta en esta experiencia de fe. Las realidades de la muerte, el juicio de Dios ante la vida eterna en su doble alternativa de muerte o vida ( de infierno o cielo), de desamor o amor son para pensárselo bien y no dejarnos manipular por las vanidades o el orgullo del que piensa y cree que todo lo tiene solucionado y resuelto. La felicidad tiene su fuente en Dios y en él sólo podemos gozar. Que las cosas no nos esclavicen, que sean medios y no fines, que usemos la vida para ‘bien-gastarla’ y que confiemos en la fuerza revitalizadora del Evangelio


Querido Francisco, Arzobispo de Pamplona y Tudela:


Desde hace algunos días llevo en mi bolsillo un papelito que encontré en el banco de una iglesia; al fondo, muy al fondo, y recogido, casi pudibundo. Se trata de un texto que me ha pareció precioso pero que, todavía, no tengo muy claro qué hacer con él. Si lo entrego, siento estar invadiendo el pudor que a los autores del texto les impidió superar los bancos del fondo. Si me lo guardo, tal vez interrumpa injustamente el destino de estas sinceras afirmaciones.


¡Ea!, allá va. Sumo mi aprecio al de los autores y protagonistas del siguiente texto:


Carta a nuestro Obispo.


Cuando mi hijo, de 2 años y medio, se encontró con nuestro Obispo me susurró, "papá, San Fermín". Entonces creí comprender la intensa exigencia que la grey navarra, y más aún la pamplonesa, suele ofrecer al Ordinario , pues dos de sus patrones fueron obispos. Debe ser por aquello de ser más exigentes con quienes queremos profundamente.


En el recibidor de casa tenemos una imagen de San Fermín. Desde pequeño, a nuestro hijo le hemos contado que "el morenico" le está diciendo al lobo que no puede entrar en esta casa. Cada vez que llora, o se asusta, nos lleva de la mano hasta la imagen de San Fermín a la que el pequeño encomienda la protección de la casa, para que no permita que ni el lobo ni la bruja entren en nuestro hogar:


 


"…y con el bastón, ¡pum!, le mandas al bosque".


Imagino que a mi hijo se le aparecieron sus fantasías, ante la mayestática figura de nuestra casa, cuando delante de él, con una cariñosa sonrisa, se presentaba "San Fermín", le hacía una delicada caricia y no apabullaba con su inmensa humanidad. Ésa es al menos la experiencia de sus padres. Ahora parece que sabe afrontar mejor el miedo al lobo y a la bruja, ya no reclama acudir al retablico, aunque sigue encomendando a San Fermín la custodia de nuestra casa.


Gracias por ahuyentar nuestros lobos, por guiar nuestros miedos y titubeos. Gracias por velar por nuestro hogar. Que San Fermín y San Saturnino te acompañen y te inspiren. Y, sobretodo, que no nos ciegue la devoción a nuestros patrones y sepamos valorar y reconocer tus gestos, tus caricias y tus esfuerzos. Así sea. Aleluya.


LA IGLESIA PROMOTORA DE VIDA, SOLIDARIDAD Y PAZ


por


Mons. Francisco Pérez González


Arzobispo de Pamplona y Obispo de Tudela


( 17 de Febrero 2008 )


Las razones que vive la Iglesia y por las que lucha en todo momento, como tantas otras instituciones, son la cultura de la vida, la generosa solidaridad y la paz duradera. No cabe duda de que en el recorrido de su Historia ha tenido "momentos oscuros" –como decía Juan Pablo II- pero la mayor parte de las veces ha mostrado la grandeza de aquello en lo que cree y espera. Nadie se extraña cuando proclama, y con valentía, aquello que debe identificar el progreso de la dignidad humana. El ser humano es la criatura más excelsa que Dios ha podido hacer y es lo más sagrado de la naturaleza. No en vano Jesucristo nos dice en el Evangelio, que, quien "ame a Dios y cumpla su Palabra" será digno hogar de la Trinidad. No hay templo más digno que la persona humana. Ya desde su concepción, en el seno de la madre, la criatura es "morada viva de Dios".


 


La Iglesia es defensora de la vida porque de la vida somos administradores pero no creadores ni poseedores y si hay vida, por muy incipiente que sea, es sagrada. El Evangelio, que es designio de Dios y promesa de plenitud nos muestra este estilo de creer y de amar. Y la Iglesia ha de ser fiel a este mensaje que muestra la lucidez de la verdad, el camino de la dignidad y la vida como sentido de humanidad. Varias instituciones eclesiales abren sus puertas a madres que dentro de la desesperanza quieren que alguien les tienda su mano amiga y les permita conservar el fruto de sus entrañas. Gracias a esta generosidad muchas madres han encontrado sentido a su vida y han respetado el don de la vida que iba creciendo en su seno.


 


La Iglesia no se margina de la sociedad, está en medio de ella llevando un mensaje de amor solidario. Pensemos en la estupenda labor de formación en humanidad que da la fe cristiana: en tantas parroquias, en tantos matrimonios y familias, en tantas congregaciones o asociaciones, en tantos colegios, en centros de acogida para pobres y marginados, en multitud de misioneros, en personas voluntarias que se ofrecen para ayudar a necesidades diversas y distintas. Si por un casual desapareciera todo lo que realiza la Iglesia a favor de la educación, de los necesitados y de la labor apostólica, la sociedad se resentiría gravemente. No caigamos en la tentación de mirar las cosas sin analizarlas bien. Es muy fácil dar una opinión o incluso hacer una crítica pero también se ha de ser justos a la hora de valorar lo que realiza la Iglesia y el bien que ha hecho durante siglos.


 


La Iglesia es promotora de paz y lo hace centrándose en el corazón humano. Ella cree que el príncipe de la paz es Jesucristo y por ello muchos nos sentimos aliviados cuando recurrimos a los sacramentos y encontramos el perdón de Dios. La paz va creciendo a medida que crece el amor y la misericordia. Como ocurre en una familia, cuando las discusiones desembocan en distancias y separaciones, lo único que puede restañar tal drama es el amor lleno de misericordia y perdón. Todos tenemos sed de paz y se han de buscar caminos para alcanzarla; es imposible llegar a la paz cuando el corazón está endurecido y mucho menos cuando el odio es el motor de los actos. Creo en la Iglesia y en quien la ha fundado, que es Jesucristo. Y, a pesar de sus miembros que pueden caer en la infidelidad, cada día creo y amo más a la Iglesia. Es mi madre del alma y en ella me abandono.


JAVIER "TESTIGO DE PAZ"


por


Mons. Francisco Pérez González


Arzobispo de Pamplona-Tudela


30 de noviembre 2008


Siempre me he sentido fascinado y admirado por la fuerza misionera de San Francisco de Javier. No era un joven extraño a los demás, ni siquiera mejor: era un joven que se fió de Jesucristo y se lanzó a la aventura de vivir y anunciar el Evangelio. Sus expectativas humanas eran auténticas y sinceras pero centradas en él mismo porque quería destacar ante la gente y ante su familia. Cuando descubre que la vida no sirve de nada si no se hace por un amor mayor que es Jesucristo, cambia su forma de pensar y de vivir. En esta transformación encuentra el sentido a su vida y se entrega sin reservas a Jesucristo en su Iglesia sin pararse en sí mismo. Y desprendido de sí, comienza una aventura que le hará ser, al estilo de San Pablo, el apóstol de los que no "conocen el amor de Cristo". Surca los mares hasta oriente y no cesa de dar lo mejor que lleva en su "vasija de barro" que es el "amor por Cristo y a amar a Cristo".


 


Me impresiona que San Francisco de Javier no tuviera otra razón que la de ser mediación de aquel del que se ha fiado: de Cristo. Sólo desde este modo de pensar y de vivir se puede ser "testigo de paz". Por ello me quiero fijar en este aspecto tan necesario en la sociedad que nos toca vivir. La paz no nace de acuerdos más o menos voluntariosos simplemente y menos de diálogos interesados. La paz nace de un corazón dispuesto a darse por amor. Un corazón "contrito y humillado", como nos dice el Salmo, es aquel que se pone al servicio de los hermanos y tiene la fortaleza para saber perdonar y saber pedir perdón. La paz es el lenguaje nuevo que instaura Jesucristo cuando después de haber entregado su vida y resucitado dice a los suyos:"Mí paz os dejo, mí paz os doy".


 


Celebramos la Jornada de las Misiones en la Diócesis de Pamplona-Tudela y el motivo fundamental es la experiencia misionera que tuvo San Francisco de Javier. Hoy nos sigue impulsando a todos para saber orientar nuestro trabajo de cada día con este espíritu de servicio a los demás por el Evangelio de Jesucristo. No se contrapone el servicio y generosidad que se realiza cuando se ayuda a los demás con el servicio y amor a Jesucristo porque "en esto conocerán que sois mis discípulos si os amáis los unos a los otros". No hay mayor signo de paz que la solidaria fraternidad y la generosa solidaridad.


ESPERANZA QUE NO DEFRAUDA


por


Mons. Francisco Pérez González


Arzobispo de Pamplona-Tudela


7 de diciembre 2008 


Ante ciertas situaciones sociales que flagelan al ser humano y que hacen perder las esperanzas se siente en las personas un cierto malestar que entristece la vida; es aquí donde se hace palpable la afirmación de los santos: "Las esperanzas humanas no logran dar lo que la esperanza en Dios sí concede". Son siglos y siglos que el ser humano vive a expensas de sus propias opciones y siempre se ve defraudado por la falta de una consecución total y perfecta. Sólo quien confía en las promesas de Cristo puede encontrar una luz en su camino. La esperanza en Cristo no defrauda, es más nos lleva a la auténtica realización de la persona y de la humanidad.


 


Hablar de esperanza ante las crisis tan diversas por las que pasa la sociedad es como hablar de un cuento que nunca existirá. El Sínodo que se ha celebrado en Roma y que hace menos de un mes que ha finalizado nos recuerda que "quien entra en las calles del mundo descubre los bajos fondos donde anidan sufrimientos y pobreza, humillaciones y opresiones, marginación y miserias, enfermedades físicas, psíquicas y soledades. A menudo, las piedras de las calles están ensangrentadas por guerras y violencias, en los centros de poder la corrupción se reúne con la injusticia. Se alza el grito de los perseguidos por la fidelidad a su conciencia y su fe. Algunos se ven arrollados por la crisis existencial o su alma se ve privada de un significado que dé sentido y valor a la vida misma". 


La esperanza que no defrauda está presente en el Hijo de Dios que en su solidaridad de amor y con el sacrificio de sí mismo siembra –dirá el Sínodo en su comunicado final- "en el límite y en el mal de la humanidad una semilla de divinidad, o sea, un principio de liberación y de salvación; con su entrega a nosotros circunda de redención el dolor y la muerte, que él asumió y vivió, y abre también para nosotros la aurora de la resurrección". Es aquí donde se enraíza la auténtica esperanza, sin ella todo estaría perdido. Cristo es quien nos recupera y por ello más hemos de luchar ante las atroces circunstancias que nos quieren robar la esperanza.


 


Nosotros como cristianos tenemos la misión de anunciar la esperanza, compartiéndola con los que sufren, con los pobres y con los frustrados de la vida, mediante el testimonio que nos aporta la fe en el Reino de verdad y de vida, de santidad y de gracia, de justicia, de amor y paz. El mismo Sínodo insiste en la cercanía de los cristianos y una cercanía que no juzga ni condena, sino que sostiene, ilumina, conforta y perdona, siguiendo las palabras de Cristo: "Venid a mí, todos los que estáis fatigados y agobiados, y yo os aliviaré" (Mt 11,28). Los testimonios de los misioneros y de tantos que en silencio actúan se ven apoyados por este estilo de vida que ofrece todo por llevar la esperanza a una sociedad que sufre. Recuerdo la experiencia de una misionera en medio del conflicto en Congo; ella me decía que la fuerza del amor era su única arma para seguir mostrando a los desplazados y huidos que al menos alguien estaba a su lado. Estar junto y al lado del pobre y del que sufre por amor es el mejor signo de la esperanza que no defrauda.


LA ESPECIE HUMANA, ¿ESTÁ PROTEGIDA?


por


Mons. Francisco Pérez González


Arzobispo de Pamplona-Tudela


14 de diciembre de 2008 


Me siento muy mal cuando, con pretensiones progresistas, se dan circunstancias en las que se contradice el sentido lógico y el sentido común. Comienzo poniendo un ejemplo y es el de los que defienden la naturaleza y su proceso normal y por lo tanto un nido de águilas no se puede vulnerar por un depredador. ¡Estoy de acuerdo! La ley penaliza a quien destruya los huevos de águilas porque el mismo ecosistema padecería las consecuencias; además no es de recibo eliminar por gusto personal algo que debe llegar a su término. Sin embargo no se utiliza la misma medida de la ley para el feto, en la especie humana, que está en el seno de la madre. Sabemos que son millones de seres humanos a los que se les impide llegar a la vida y se les lleva a la máquina trituradora de desechos sanitarios. La consecuencia que deduzco es que para la especie animal se respeta el proceso y para la humana no. No lo entiendo ni desde la lógica, ni desde la razón. Me parece una aberración de sentido común y de sentido ético.


 


La ciencia debe regirse con la conciencia y, si son bien armonizadas ambas, su labor será muy positiva en el suceder de la Historia. Por eso, la ciencia, tiene en sus manos hacer el bien que llevará a frutos abundantes de humanización y si realiza el mal las situaciones deshumanizadoras son irreversibles y muy difíciles de corregir. Con la vida y con las manipulaciones de la misma no se puede jugar. La Historia juzgará de forma implacable las consecuencias de tales errores. Por supuesto, Dios también las juzgará. Esto es un principio de sentido lógico que nos lo resume el dicho popular "quien juega con fuego, se puede quemar".


 


Si desde la misma razón se hace un discernimiento lógico ¿cómo es posible que no se de importancia a la defensa de la vida desde la concepción, desde la primera formación de un ser vivo, desde el momento que la vida se ha hecho presencia en un embrión? La persona no es un ente abstracto sino un ser vivo que ha comenzado a ser cuando inicia su vida. Si a mí me hubieran truncado los inicios de vida ahora no existiría. ¿No es éste un argumento suficiente y convincente? No se necesita más que recurrir a la sindéresis, es decir, a la capacidad natural para juzgar rectamente y el respeto a la vida es de pura justicia. Hace pocos días me encontré con una persona que estaba buscando a su madre que la abandonó en manos de una familia que la adoptó y simplemente quería expresar a su madre biológica el agradecimiento por haberle dado la posibilidad de vivir.


 


La defensa de la vida es una de las esencias fundamentales del mensaje evangélico y cristiano. Por ello la Iglesia siempre aplaudirá a quien defienda la vida y condenará lo que vaya en contra de la vida misma. En los años que vivió el Papa Juan Pablo II lo expresó de forma contundente y en muchos de sus discursos el Papa Benedicto XVI ha dado doctrina firme en sus afirmaciones; también los obispos lo hemos manifestado hasta la saciedad y los creyentes favorecemos, por el bien de la humanidad, la "cultura de la vida". Como decía Edmund Burke "todo lo que es necesario para el triunfo del mal, es que los hombres de bien no hagan nada". La conciencia no se somete a los fáciles manejos de las antropologías recortadas e interesadas, la conciencia verdadera defiende la vida y la protege. De ahí que se ha de trabajar por el bien de la humanidad pues de lo contrario se la puede dañar y de forma absoluta. Apoyemos la "cultura de la vida y no la de la muerte".


ENTREVISTA


a


Mons. Francisco Pérez González


por "Cooperadores Salesianos" de Pamplona


12 de diciembre 2008 


1.- ¿Cómo es un día en su vida? 


R.- Es muy sencillo. Me levanto pronto, a las 6’00 hs. de la mañana. Rezo y celebro la Eucaristía y después del desayuno tengo visitas en el Despacho del Arzobispado. A veces tengo que viajar o celebrar acontecimientos diversos y entonces no estoy en el Despacho. Por la tarde, después de comer, suelo seguir recibiendo visitas. No me parece bien que retrase las visitas y procuro recibir lo antes posible a los que vienen a verme. Dedico bastante tiempo a responder cartas o E-mail y lo mismo dedico mucho a escribir o leer. Cuando tengo algún rato libre voy a visitar enfermos o personas que están en situaciones de sufrimiento. 


2.- Mensaje del Sr. Arzobispo a un educador cristiano.- 


R.- El mensaje fundamental que dirijo a un educador cristiano es muy concreto: Vivir la fe con ilusión y transmitirla sin miedo porque a Cristo siempre le hemos de proponer, nunca imponer. Que la propuesta cristiana sea para todos sin distinción. Muchas veces será con palabras y la mayoría con el testimonio. La fe se comunica en comunión con la enseñanza de la Iglesia; el educador cristiano que lo haga al margen de esta comunión está adulterando su fe y hace un mal enorme y a veces irreparable a los que le escuchan o educa. Por eso el creyente habla y vive en armonía y consonancia con Cristo que tiene su morada en la Iglesia; La Iglesia fundada por Cristo es la garantía de que su Reino crezca. 


3.- ¿Cómo ve a los jóvenes respecto con la Iglesia?.- 


R.- Al ser hijos de este tiempo se encuentran con muchos interrogantes que la sociedad o los medios de comunicación les presenta. El joven es como una esponja, absorbe todo lo que se le eche. Por ello se ha de educar al joven en valores y a ser crítico pero bien formado. Por otra parte ellos quieren ver en nosotros autenticidad. Pongo el ejemplo de personas que viven a fondo su fe, esto atrae al joven; ahí tenemos muchas vocaciones jóvenes a la vida contemplativa o activa que es exigente. A ellos hay que presentarles un Cristo que invita a dejarlo todo para seguirlo, pero si le presentamos un Cristo edulcorado, poco exigente y socializante… no les atrae. Además al joven conviene presentarle bien la Palabra de Dios y los Sacramentos que son las fuentes de vida cristiana. En las celebraciones no hay que hacer teatro para atraerlos; ellos no quieren ser engañados. Los jóvenes cristianos han de ser los apóstoles de los jóvenes. Conviene prepararlos bien. 


4.- ¿Cree usted que la Iglesia debería hacer algún cambio para acercarse a los jóvenes?  


R.- La Iglesia debe ser fiel a la enseñanza de Cristo y al estilo de vida que él nos pide. Muchas veces la propuestas de la sociedad son divergentes y hasta contrarias a las indicaciones de la Iglesia. Lo moderno no quiere decir que sea verdadero. La Verdad brilla por sí misma y se ha de anunciar con firmeza. Cuando me hacen esta pregunta siempre suelo decir que la Iglesia no tiene otra misión ni otra pretensión sino la de hacer presente a Cristo con el amor, creer el Símbolo de la fe y practicar los Diez Mandamientos. Seguir a Jesucristo se debe concretar y estos marcos han de estar presentes siempre. La Iglesia se acerca a los jóvenes como nos lo han mostrado el Papa Juan Pablo II y el Papa Benedicto XVI. Sin viveza evangélica no habrá forma de convencer. Muchos jóvenes están bien orientados y viven la experiencia de Iglesia con ilusión y alegría. 


5.- ¿Qué les diría el Arzobispo a los alumnos de nuestro Colegio?.- 


R.- Que sean buenos estudiantes y trabajadores. Que no se dejen llevar por lo fácil y que huyan de los que les quieren manipular; pensemos en tantos jóvenes que se drogan o se dejan llevar por el sexo como si de un juego se tratara. Un joven sano es un joven que se plantea la vida con rectitud y buscando siempre hacerse el bien y hacer el bien. Como cristianos se ha de buscar vivir las virtudes propias que hacen al joven madurar humana, espiritual y moralmente. Seguir a Cristo es la mayor libertad y la mayor felicidad que uno se pueda imaginar. 


6.- ¿En qué podemos ayudar los Salesianos cooperadores en la Iglesia de Navarra?.- 


R.- Siendo fieles al carisma que habéis recibido y viviendo la fe con ilusión y alegría. Además unidos a las propuestas que emanen de las enseñanzas del Arzobispo y las concreciones de las mismas; este año celebrando bien el Jubileo Paulino, impulsando el Sacramento de la Confesión, apoyando para que se formen buenos cristianos forjándose en la oración y en la adoración a Cristo Eucaristía, ayudando a los pobres y necesitados con nuestra cercanía y nuestra solidaridad o bien con los cauces propios de Salesianos o con Cáritas Diocesana o parroquial. No tengáis miedo de llevar a los chicos a retiros, convivencias donde se hable de Jesús y se viva a Jesús en medio de ellos.  


7.- ¿Cómo potenciar la verdadera Navidad entre los jóvenes?.- R.- Enseñándoles a admirar al Niño que está en Belén. Cantando Villancicos. Pero sobre todo darles la oportunidad para celebrar una buena Confesión individual y personal para después gozar con el Sacramento de la Eucaristía. La Navidad es dar brillo a nuestras almas y esto para que Jesucristo brille. No olvidarse de los pobres y para ello no hacer gastos inútiles y colaborar con algún proyecto de Misioneros o de Manos Unidas…


 8.- ¿Cómo podemos llevar el mensaje de Cristo a nuestra sociedad? R.- Siendo cristianos que nos creemos lo que somos. Que no nos acomodemos a la forma de pensar del mundo y que vivamos la experiencia de la fe desde el amor a Dios hasta el amor al prójimo. Siendo Iglesia viva y sin dejarnos atrapar por la críticas negativas que sobre ella se hacen. Un gran amor a Cristo y a su Iglesia


MENSAJE DE NAVIDAD 2008


por


Mons. Francisco Pérez González


Arzobispo de Pamplona-Tudela


25 de Diciembre 2008


Las fiestas de Navidad, queramos o no queramos, nos recuerdan el nacimiento de un Niño muy especial que nació en Belén y al que se le ha recordado siempre desde hace más de dos mil años. Tal Niño es Dios. Esta afirmación solamente la puede hacer quien tiene la autoridad y es Él mismo quien así nos lo ha dicho. La absoluta realidad es esa y nadie lo podrá cambiar por mucho que se intente. En algunos momentos y ahora en nuestro tiempo también se trata, por todos los medios, de desviar la mirada de este hecho trascendental y ni se ha conseguido ni se conseguirá. Todo pasa con el tiempo pero Dios nunca; y lo más sorprendente es que nuestra vida si tiene validez es gracias a Él y gracias a su entrega generosa por nosotros. La garantía de nuestro futuro es Él y nadie más que Él; ha conseguido ganarnos la eterna bienaventuranza.


Estos días de Navidad son para que cantemos con alegría y dejemos que se haga presente este Niño Dios que ha llenado la tierra de felicidad. Que en la familia reine el amor y reine el gozo donde vuelva a resonar: ¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres en los que Él se complace!" (Lc 2,14). Las calles se llenan de luces y guirnaldas, de colgantes y de símbolos navideños, de fiesta y de luz. ¿Qué celebramos?, preguntaba un niño a su abuela. Ella le respondió: "Celebramos la fiesta de un nacimiento, el más hermoso que ha podido acontecer, el nacimiento de Jesús". Aquel niño cuando llegó a casa vio que sus padres habían preparado, con imágenes de barro, el portal de Belén. Antes de cenar el mismo niño llevó, entre sus manos, la pequeña figurilla de Jesús y la puso en la cuna del portal de Belén. Cantaron un villancico rezaron el Ave María y así comenzó la cena de Navidad.


 


Estos días de Navidad que son momento de fiesta y alegría, recordando lo que sucedió en Belén, también son días de amor y concordia. Por ello no hemos de olvidar a los más pobres y hacer posible que corra, entre todos, la solidaridad; Cáritas diocesana que tiene como esencia fundamental tender la mano a los que les falta lo más necesario es la que se pone, ante el portal de Belén, para llevar al Niño Dios las carencias de nuestros hermanos los que más sufren y pasan hambre. Por otra parte la concordia, el perdón y la misericordia son signos vivos del Amor que Dios ha tenido con nosotros y Él desde Belén nos invita a reconciliarnos. 


Con estos sentimientos de fe, bien podemos decir:


¡FELIZ NAVIDAD 2008!


JORNADA DE LA SAGRADA FAMILIA


El misterio de la Encarnación, que celebramos en la Navidad, es tan amplio y tan rico, que no se puede abarcar en una sola fiesta. Por eso, la liturgia va como desenvolviendo los diversos pliegues de ese misterio, para que nosotros entremos en ellos y gocemos de las maravillas que Dios tiene para aquellos que lo aman. Así, hoy nos invita a contemplar ese misterio, con la Sagrada Familia de Nazaret, María, José y el Niño para que, iluminados por ella, nosotros encontremos el modelo para construir nuestras familias y con ellas, nuestro pueblo.


La liturgia de hoy nos retrotrae a la familia patriarcal iniciada por Abrahán, el padre de todos los creyentes, que, junto con Sara, su esposa, y con Isaac, fueron elegidos como transmisores de las promesas de salvación. Esta familia primitiva es interpretada en la carta a los Hebreos, a la luz de la revelación cristiana, poniendo de relieve que la fe es la clave para alcanzar aquellas promesas divinas. San León Magno imploraba: "que todos los pueblos vengan a incorporarse a la familia de los patriarcas, y que los hijos de la promesa reciban la bendición de la descendencia de Abrahán, a la cual renunciaron los hijos según la carne" (Sermón en la Epifanía). El texto del Evangelio se detiene en la familia de Nazaret, como modelo definitivo, como escuela en la que aprender la fe, la vida, el trabajo y las pequeñas virtudes que forman el cañamazo sobre el que resalta la personalidad de cada uno de los miembros. La Sagrada Familia nos muestra el camino para escuchar, meditar y penetrar el sentido profundo y misterioso de la presencia del Hijo de Dios, hecho niño, entre nosotros; y nos estimula a abrirnos a los demás y acoger como miembros de nuestra propia familia a los más necesitados.


La Biblia está llena de pequeñas y grandes historias familiares y los primeros cristianos celebraban la liturgia en lo cotidiano de una casa, así como Israel confiaba a la familia la celebración de la Pascua. La familia ha sido fundamental en la transmisión de la vida y de la fe y, bien puede llamarse, como hizo Juan Pablo II, la Iglesia doméstica, que refleja la comunión trinitaria y la comunión eclesial (Familiaris Consortio, 21). Es verdad que la familia viene siendo atacada desde el siglo XIX cuando la revolución industrial trajo consigo un éxodo masivo hacia las ciudades y unas dificultades enormes para conseguir vivienda digna. Es verdad también que actualmente recibe una agresión más directa, más frontal con leyes contrarias a la identidad del matrimonio, que es la unión de un hombre y una mujer, a la unidad indisoluble, a la estima de la vida desde el momento de la concepción, a la libertad de educación, etc., etc. En realidad los ataques contra la familia vienen de muy antiguo, y ya San Ignacio de Antioquía, en el siglo segundo, advertía que "los que perturban la familia no heredarán el reino de Dios" (Carta a los Efesios). A pesar de todos estos envites, la familia cristiana ha salido fortalecida: superó las dificultades sociales de los dos últimos siglos y sabrá superar los que hoy plantea el laicismo galopante.


Nuestros hogares navarros han sido a lo largo de la historia remanso de luz y alegría, de serenidad y fortaleza, han dado frutos cuajados de santidad, como San Francisco Javier, han sido en definitiva la columna esencial donde se ha apoyado la sociedad firme y noble que hemos heredado. Hoy nuestras familias tienen retos casi insospechados en tiempos anteriores, han de ser sujetos y protagonistas de la acción misionera y evangelizadora de la Iglesia (Instrucción de la Conferencia Episcopal, La familia, santuario de la vida y esperanza de la sociedad), han de mantener los valores humanos y cristianos, que parecen tambalearse. Han de ser, principalmente para los niños y los jóvenes, escuela de humanidad donde se aprende y se vive la fe, donde se aprende y se vive la piedad, donde se aprende y se vive el sentido del trabajo, del servicio a los demás, del descanso necesario y regenerador.


 


Queridas familias luchad por vuestra propia identidad. El futuro será lo que sea la familia hoy. No nos dejemos engañar. Vivamos unidos y en armonía con lo que emana del Evangelio y con la Enseñanza de la Iglesia. Si así hacemos no sólo daremos gloria a Dios sino también a la humanidad. Concluyo repitiendo lo que os escribía en noviembre: "Quiero lanzar un canto a la familia como el núcleo más vivo que hay en la sociedad" y pido a la Sagrada Familia que nos alcance la fortaleza y la alegría necesaria en los tiempos que atravesamos


Homilía del día 28 de Diciembre 2008


S.I. Catedral de Pamplona


A las 12’00 hs.


Por Mons. Francisco Pérez González


Arzobispo de Pamplona-Tudela


FIESTA DE LA MATERNIDAD DIVINA DE NUESTRA SEÑORA


y


JORNADA DE LA PAZ


1.- Salve, María, Madre de Dios, veneradísimo tesoro de todo el orbe. Así comenzó San Cirilo de Alejandría su mensaje al terminar el Concilio de Éfeso (año 430 d.C.), cuando la Iglesia declaró solemnemente la maternidad divina de nuestra Señora. María es la Madre de Dios (Theotókos) porque es madre de Jesús que, además de ser hombre, es verdadero Dios. Ella es la más excelsa entre las mujeres porque ha sido elegida para llevar en su seno al Hijo del Eterno Padre. San Pablo lo expresaba con lenguaje profundo y muy humano al dirigirse a los Gálatas de esta manera: "Cuando se cumplió el tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la Ley" (Ga 4,4). A esta Mujer nosotros le tributamos el honor y el cariño que merece, porque la que es Madre de Dios, es también madre nuestra.


En estos días de comienzo del año nos deseamos unos a otros felicidades y bienestar. A los buenos deseos quiero unirme haciendo mía la bendición que Moisés impartía a los hijos de Israel y que recoge la liturgia de hoy: "Que el Señor te bendiga y te proteja; que se fije en ti y te conceda la paz". Bendecir en el lenguaje de la Biblia significa "decir bien una palabra", y cuando es Dios quien bendice, su palabra es eficaz, se cumple: "Dijo Dios: haya luz. Y hubo luz" (Gn 1,3). Significa también establecer la identidad de lo bendecido y darle fecundidad y eficacia: "Y bendijo Dios al hombre y a la mujer y les dijo: Creced, multiplicaos, llenad la tierra y sometedla" (Gn 1,28). Con estas sencillas palabras queda claro que todos los seres humanos somos fruto de la bendición divina. Esa misma bendición imploro para cada uno de vosotros, para que el Señor os conceda bienes materiales y espirituales, y os alcance la paz.


2.- Una forma de concretar este deseo de paz es la Jornada de la Paz que viene celebrándose desde 1968, cuando Pablo VI al finalizar el Concilio Vaticano II la instituyó para toda la Iglesia; es un día para pedir intensamente por la paz entre las naciones, entre los miembros de la familia y, en primer lugar, entre cada persona y Dios, porque la ruptura con Él es el origen de toda discordia. ¡Cómo me gustaría que este nuevo año cada uno nos reconciliáramos con Dios! Deseo que este año 2009 se siga potenciando el Sacramento del Amor Misericordioso de Dios y así todos gozar y lucrarnos del Jubileo Paulino.


El Santo Padre ha titulado el mensaje acostumbrado para esta fecha del modo siguiente: "Combatir la pobreza, construir la paz". Convencido de que la pobreza está en la base de muchos conflictos armados y de que estos agravan las situaciones de penuria y aumentan las diferencias entre ricos y pobre, propone fijar la atención y poner soluciones justas a las situaciones que hoy se muestran con especial crudeza. La más grave es la falta de principios morales: "Hay pobrezas inmateriales, dice, que no son consecuencia directa y automática de carencias materiales", sino que nacen del olvido o desprecio de la dignidad trascendente de la persona. Denuncia, como consecuencia de esa falta de principios morales, el "exterminio de millones de niños no nacidos en nombre de la lucha contra la pobreza". Pone también en evidencia los chantajes a los que son sometidos algunos países por parte "de quienes condicionan las ayudas económicas a la puesta en práctica de políticas contrarias a la vida" y señala que es difícil combatir el SIDA "si no se afrontan los problemas morales con los que está relacionada la difusión del virus". Un tercer ámbito sobre el que el Santo Padre llama la atención es la pobreza de los niños, ya que "casi la mitad de quienes viven en la pobreza absoluta son niños". Concluye Benedicto XVI con una invitación "a cada discípulo de Cristo, así como a toda persona de buena voluntad, para que ensanche su corazón hacia las necesidades de los pobres, haciendo cuanto le sea posible para salir a su encuentro".


Volvamos de nuevo los ojos a Santa María, Madre de Dios, para invocarla con la oración que han repetido tantos cristianos, hermanos nuestros, y nosotros mismo desde nuestra infancia: "Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotros, pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén"Os deseo a todos los diocesanos: ¡¡¡FELIZ AÑO 2009!!! 


Homilía del día 1 de enero 2009


S.I. Catedral de Pamplona


A las 12’00 hs


Por Mons. Francisco Pérez González


Arzobispo de Pamplona-Tudela


Desbordo de gozo con el Señor

Carta a los Hebreos 5,1-10.
Todo Sumo Sacerdote es tomado de entre los hombres y puesto para intervenir en favor de los hombres en todo aquello que se refiere al servicio de Dios, a fin de ofrecer dones y sacrificios por los pecados.
El puede mostrarse indulgente con los que pecan por ignorancia y con los descarriados, porque él mismo está sujeto a la debilidad humana.
Por eso debe ofrecer sacrificios, no solamente por los pecados del pueblo, sino también por los propios pecados.
Y nadie se arroga esta dignidad, si no es llamado por Dios como lo fue Aarón.
Por eso, Cristo no se atribuyó a sí mismo la gloria de ser Sumo Sacerdote, sino que la recibió de aquel que le dijo: Tú eres mi Hijo, yo te he engendrado hoy.
Como también dice en otro lugar: Tú eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.
El dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a aquel que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión.
Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer.
De este modo, él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen,
porque Dios lo proclamó Sumo Sacerdote según el orden de Melquisedec.
Salmo 110,1.2.3.4.
De David. Salmo. Dijo el Señor a mi Señor: "Siéntate a mi derecha, mientras yo pongo a tus enemigos como estrado de tus pies".
El Señor extenderá el poder de tu cetro: "¡Domina desde Sión, en medio de tus enemigos!".
"Tú eres príncipe desde tu nacimiento, con esplendor de santidad; yo mismo te engendré como rocío, desde el seno de la aurora".
El Señor lo ha jurado y no se retractará: "Tú eres sacerdote para siempre, a la manera de Melquisedec".
Evangelio según San Marcos 2,18-22.
Un día en que los discípulos de Juan y los fariseos ayunaban, fueron a decirle a Jesús: "¿Por qué tus discípulos no ayunan, como lo hacen los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos?".
Jesús les respondió: "¿Acaso los amigos del esposo pueden ayunar cuando el esposo está con ellos? Es natural que no ayunen, mientras tienen consigo al esposo.
Llegará el momento en que el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.
Nadie usa un pedazo de género nuevo para remendar un vestido viejo, porque el pedazo añadido tira del vestido viejo y la rotura se hace más grande.
Tampoco se pone vino nuevo en odres viejos, porque hará reventar los odres, y ya no servirán más ni el vino ni los odres. ¡A vino nuevo, odres nuevos!".


Ruperto de Deutz (hacia 1075-1130), monje benedictino
La Trinidad y sus obras, libro 42, sobre Isaías, 2,26


«El Esposo está con ellos»

     «Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios» (Is 61,10)... El advenimiento, la presencia del Señor, de la que habla el profeta en este versículo, es el beso que desea la esposa del Cántico de los cánticos, cuando dice: 'Que me bese con beso de su boca'» (Ct 1,1). Y esta esposa fiel es la Iglesia: ella nació en los patriarcas, se desposó en Moisés y en los profetas; con ardiente deseo de su corazón suspiraba por la venida del Amado... Llena del gozo ahora por el beso que ha recibido, exclama gozosa: «¡Desbordo de gozo con el Señor!»
     Participando de este gozo, Juan Bautista, el ilustre «amigo del Esposo», el confidente de los secretos del Esposo y de la esposa, el testigo de su amor mutuo, declara: «El que lleva a la esposa es el esposo; en cambio, el amigo del esposo, que asiste y lo oye, se alegra con la voz del esposo. Pues esta alegría mía está colmada» (Jn 3,29). Sin duda alguna, el que fue precursor del Esposo en su nacimiento, también el precursor de su Pasión, cuando el Esposo descendió a los infiernos anunció la Buena Nueva a la Iglesia que se encontraba allí, esperando...
     Este versículo, pues, se refiere totalmente a la Iglesia exultante, cuando, en los infiernos, se apresura a ir al encuentro del Esposo: «Desbordo de gozo con el Señor y me alegro con mi Dios. ¿Cuál es la causa de mi gozo? ¿Cuál es el motivo de mi exultación? Es porque me ha revestido con traje de gala y me envuelto en un manto de triunfo» (v 11). En Adán fui desnudada, me fue necesario juntar hojas de higuera para esconder mi desnudez; miserablemente cubierta con túnicas de piel, fui echada del paraíso (Gn 3, 7-21). Pero hoy, mi Señor y mi Dios ha sustituido las hojas por el traje de gala. A causa de su Pasión en nuestra carne, me ha puesto un primer vestido, el del bautismo y la remisión de los pecados; y en lugar de la túnica de piel de la mortalidad, me ha envuelto en un segundo vestido, el de la resurrección y de la inmortalidad.


Carta a los Hebreos 6,10-20.  lunes 19 enero 2009
Porque Dios no es injusto para olvidarse de lo que ustedes han hecho y del amor que tienen por su Nombre, ese amor demostrado en el servicio que han prestado y siguen prestando a los santos.
Solamente deseamos que cada uno muestre siempre el mismo celo para asegurar el cumplimento de su esperanza.
Así, en lugar de dejarse estar perezosamente, imitarán el ejemplo de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.
Porque cuando Dios hizo la promesa a Abraham, como no podía jurar por alguien mayor que él, juró por sí mismo,
diciendo: Sí, yo te colmaré de bendiciones y te daré una descendencia numerosa.
Y por su paciencia, Abraham vio la realización de esta promesa.
Los hombres acostumbran a jurar por algo más grande que ellos, y lo que se confirma con un juramento queda fuera de toda discusión.
Por eso Dios, queriendo dar a los herederos de la promesa una prueba más clara de que su decisión era irrevocable, la garantizó con un juramento.
De esa manera, hay dos realidades irrevocables -la promesa y el juramento- en las que Dios no puede engañarnos. Y gracias a ellas, nosotros, los que acudimos a él, nos sentimos poderosamente estimulados a aferrarnos a la esperanza que se nos ofrece.
Esta esperanza que nosotros tenemos, es como un ancla del alma, sólida y firme, que penetra más allá del velo,
allí mismo donde Jesús entró por nosotros, como precursor, convertido en Sumo Sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec.
Salmo 111(110),1-2.4-5.9-10.
¡Aleluya! Doy gracias al Señor de todo corazón, en la reunión y en la asamblea de los justos.
Grandes son las obras del Señor : los que las aman desean comprenderlas.
El hizo portentos memorables, el Señor es bondadoso y compasivo.
Proveyó de alimento a sus fieles y se acuerda eternamente de su alianza.
El envió la redención a su pueblo, promulgó su alianza para siempre : su Nombre es santo y temible.
El temor del Señor es el comienzo de la sabiduría : son prudentes los que lo practican. ¡El Señor es digno de alabanza eternamente!
Evangelio según San Marcos 2,23-28.
Un sábado en que Jesús atravesaba unos sembrados, sus discípulos comenzaron a arrancar espigas al pasar.
Entonces los fariseos le dijeron: "¡Mira! ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?".
El les respondió: "¿Ustedes no han leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus compañeros se vieron obligados por el hambre,
cómo entró en la Casa de Dios, en el tiempo del Sumo Sacerdote Abiatar, y comió y dio a sus compañeros los panes de la ofrenda, que sólo pueden comer los sacerdotes?".
Y agregó: "El sábado ha sido hecho para el hombre, y no el hombre para el sábado.
De manera que el Hijo del hombre es dueño también del sábado".


Elredo de Rielvaux (1110-1167) monje cisterciense
Espejo de la caridad, III, 3,4,6
                                                                                   «El señor del sábado»


     Cuando el hombre, alejándose del alboroto exterior, habiendo cerrado su puerta de la ruidosa multitud de las vanidades, examinado sus tesoros, se recoge en el secreto de su corazón cuando en él ya no existe agitación ni desorden, nada que le estire, nada que le atenace, sino que ya en él todo es dulzura, armonía, paz, tranquilidad, y que todo el pequeño mundo de sus pensamientos, palabras y acciones sonríen al alma como un padre en una familia muy unida y pacífica, de repente nace entonces en su corazón una maravillosa seguridad. De esta seguridad proviene un gozo extraordinario, y de este gozo brota un canto de alegría que estalla en alabanzas a Dios, tanto más fervorosas cuanto tiene más conciencia de que todo el bien que encuentra en sí es un puro don de Dios.
 Es la gozosa celebración del sábado que debe ser precedida de otros seis días, es decir, de haber terminado completamente las obras. Primero nos hace falta transpirar haciendo obras buenas, para, seguidamente, descansar con la conciencia en paz... En este sábado, el alma saborea cuán suave es Jesús.






El apóstol Pedro

Simón Pedro,
siervo y apóstol de Jesucristo, a los que por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo les ha cabido en suerte una fe tan preciosa como la nuestra...


El apóstol Pedro  Guido Adolfo Rojas Zamorano"Verdades de la Fe Católica"


Su nombre era Simón Bar-Jona, hijo de Jonás, era un rudo y sencillo pescador del lago de Genesaret, que vivía con su mujer y su suegra en la aldea de Betsaida, en la región de Galilea. Pedro, junto con su hermano Andrés, seguidor de Juan el Bautista, y sus amigos y compañeros de trabajo, Santiago el mayor y Juan el discípulo amado, se encontraron entre los primeros apóstoles de Cristo Jesús, quien le cambió su nombre por Pedro, Kefa en arameo o Cefas en griego, que quiere decir "piedra" o "roca" (Juan 1, 40-42); invitándolo a hacer desde entonces "pescador de hombres" (Lucas 5, 10).


Pedro siempre encabeza la lista de los doce amigos del Señor (Mateo 10, 2; Marcos 3, 16; Lucas 6, 14; Hechos 1, 13), él mismo se nombra como "siervo y apóstol de Jesucristo" (2Pedro 1, 1) "testigo de los sufrimientos de Cristo" (1Pedro 5, 1), aparece a veces como el portavoz de los apóstoles ( Mateo 18, 21-22; Marcos 10, 28). A él lo interrogan los que cobraban impuestos para el templo (Mateo 17, 24-27); además Pedro, al lado de Santiago y Juan, fueron los tres discípulos más cercanos al Salvador, y estuvieron presentes en la resurrección de la hija de Jairo (Marcos 5, 37), en la transfiguración en el monte Tabor (9, 2); ellos tres con Andrés lo interrogan en el monte de los Olivos, sobre las señales antes del fin (13, 3-4). Son también Pedro y Juan los encargados de preparar la "Última Cena" (Lucas 22, 7-8), y nuevamente los tres son llamados por el Mesías a permanecer vigilantes, mientras él hace oración en el Getsemaní (Marcos 14, 32-33). "Por eso, Santiago, Pedro y Juan... eran tenidos como columnas de la iglesia" (Gálatas 2, 9).


El amor y la confianza de Pedro a su Divino Maestro, se vio probado cuando empieza a caminar sobre las agua para salir a su encuentro (Mateo 14, 25-31); ante el abandono de los judíos que no creían que Cristo era el verdadero "pan bajado del cielo", es Pedro quien reconoce que solo él tiene "palabras de vida eterna" (Juan 6, 68); en un acto de valor momentáneo tiene el coraje de decir que iría por su Señor a la cárcel y hasta la muerte (Lucas 22, 33); el arrojo al cortarle la oreja a Malco, cuando lo van a apresar en la noche del Jueves Santo (Juan 18, 10). Asimismo, después de la resurrección se encontraba pescando en el lago de Tiberíades, en compañía de otros apóstoles, y aparece Jesús en la orilla, entonces "Apenas oyó Simón Pedro que era el Señor, se vistió, porque estaba sin ropa, y se tiró al agua" (Juan 21, 7).


El pasaje bíblico más contundente que demuestra la importancia de Pedro, lo encontramos en Mateo 16, 13-19; cuando el Unigénito de Dios en la región de Cesarea de Filipo, les pregunta a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?" (13); ante la confusión de los demás, Pedro contesta acertadamente "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios viviente" (16; comparar con Marcos 8, 27-29; Lucas 9, 18-20). No obstante, no era la primera vez que uno de los doce reconocía la naturaleza y misión divina de Jesucristo; pues al principio de su ministerio, Natanael (o Bartolomé) también le dijo: "Maestro ¡tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel!" (Juan 1, 49). Igual respuesta encontramos en otra ocasión de los demás discípulos: "¡En verdad tú eres el Hijo de Dios!" (Mateo14,33). Pero solamente a Simón Pedro, Cristo Jesús le dice que su declaración no viene de los hombres sino de Dios Padre que está en el cielo (Mateo 16, 17). Seguidamente Jesús agrega: "Y yo te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra voy a construir mi iglesia; y ni siquiera el poder de la muerte podrá vencerla" (18). En este punto hay que aclarar que la Iglesia Católica no es la Iglesia de Pedro, sino de Cristo representado en el apóstol, ya que el Santo de Dios es el "pastor principal" (1Pedro 5, 4). Por último, el Mesías le da plena autoridad, bajo el símbolo de las "llaves del reino de los cielos" (Mateo 16, 19; Apocalipsis 3, 7), de "atar y desatar en la tierra y en el cielo". Es decir, que Dios da por bueno y aprobado lo que Pedro haga con su iglesia en el mundo.


Del mismo modo, hay otros dos momentos en que el Verbo de Dios vuelve a mencionar la autoridad de Pedro:


  • "Dijo también el Señor: - Simón, Simón, mira que Satanás los ha pedido a ustedes para sacudirlos como si fueran trigo; pero yo he rogado por ti, para que no te falte la fe. Y tú, cuando te hayas vuelto a mí, ayuda a tus hermanos a permanecer firmes" (Lucas 22, 31-32).
  • Pedro quien es el único del grupo que niega "tres veces" a su Maestro, en el patio de la casa del sumo sacerdote (Lucas 22, 34.54-62); sigue siendo su elegido, y a pesar de que el Señor conocía de antemano su debilidad humana (Lucas 5, 8), al confirmarle por "tres veces" que él será el "pastor de sus corderos y de sus ovejas" (Juan 21, 15-17).

  Por otra parte, los apóstoles reconocen la primacía de Pedro, así por ejemplo Juan lo deja entrar de primero al sepulcro vació el domingo de resurrección (Juan 20, 3-8); igualmente, Pablo manifiesta que Cristo se apareció a Pedro, y luego a los doce (1Corintios 15, 5; véase también Lucas 24, 34). El mismo apóstol de los gentiles viaja a Jerusalén para conocerlo (Gálatas 1, 18). Fue Pedro quien toma la palabra ante los ciento veinte creyentes, en la escogencia de Matías en reemplazo de Judas (Hechos 1, 15); en el día de Pentecostés con la llegada del Espíritu Santo, es el primero que empieza a proclamar a Cristo resucitado (2, 14.32), "Así pues, los que hicieron caso de su mensaje fueron bautizados; y aquel día se agregaron a los creyentes unas tres mil personas" (41).


Es también el primero en hacer un milagro público al curar al cojo de nacimiento en el templo de la Ciudad Santa (3, 6), después se dedica a predicar el evangelio en el pórtico de Salomón (3, 12ss), y ante el consejo del Sanedrín, anuncia a las principales autoridades religiosas del pueblo judío, la salvación traída con Jesucristo (4, 8ss). Pedro y los demás apóstoles, responden a la prohibición de enseñar en el nombre de Jesús, "Es nuestro deber obedecer a Dios antes que a los hombres" (5, 29).


Pedro pone al descubierto la mentira del trágico caso de Ananías y Safira (5, 1-10); y reprende a Simón, el mago, que había ofrecido dinero a los apóstoles para obtener el Espíritu Santo con la imposición de las manos (8, 18-23). La predicación de Pedro en la casa del capitán romano Cornelio, trae como resultado el bautismo y la aceptación del mensaje de Dios de una familia no judía (10, 44-48). Este hecho generó en algunos creyentes de Jerusalén un gran malestar (11, 1-2); pero ante la explicación de Pedro de sus actos, "todos se callaron y alabaron a Dios" (18). Además cuando el rey Herodes lo manda a prisión, se eleva en toda la iglesia una oración por él (12, 5), lo que provoca la intervención milagrosa de un ángel del Señor que lo saca de la cárcel (6-10).


En el incidente ocurrido en la iglesia de Antioquía sobre la cuestión de imponer la circuncisión a los cristianos procedentes del paganismo, Pablo le llama la atención a Pedro por tomar partido en este punto (Gálatas 2, 11-14). Sin embargo, Pablo lo que le reprocha es su forma de actuar, pero no pone en tela de juicio su misión de jefe del colegio apostólico y de la iglesia de Cristo. Incluso, es el mismo Pedro quien pone fin a la discusión (Hechos 15, 6-11); lo que contó además con las palabras de Santiago a favor suyo (13-14). Por todo esto, Pedro aparece como el primer apóstol de los paganos (7), y también de los judíos (Gálatas 2, 7-8).


domingo, 18 de enero de 2009

ESTOY SIEMPRE CONTIGO

 PENSAMIENTO DE GANDHI


Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.
Si me das fortuna, no me quites la razón
Si me das éxito, no me quites la humildad.
Si me das humildad, no me quites la dignidad
Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla, no me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.
Enséñame a querer a la gente como a mí mismo y a no juzgarme como a los demás. No me dejes caer en el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia que precede al triunfo.
Enséñame que perdonar es un signo de grandeza y que la venganza es una señal de bajeza.
Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso, si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme y si la gente me ofende, dame valor para perdonar.
¡Señor.....si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí !



 Mahatma Gandhi

25 maneras de amar a un niño


Préstele atención.
Búsquelo.
Escúchelo.
Juegue con él.
Sea espontáneo.
Tómelo de las manos.
Haláguelo más, critíquelo menos.
Maravíllese de sus logros.
Agradézcale.
Sea flexible.
Confíe en él.
Mírelo a los ojos.
Comparta su entusiasmo.
Anímelo.
Espere lo mejor de él, mas no la perfección.
Sea consistente.
Esté a su disposición.
Disciplínelo en su momento.
Aprecie sus diferencias.
Conteste sus preguntas.
Crea en él.
Pida su opinión.
Escuche su música.
Pídale disculpas cuando usted se equivoca.
¡¡Ámelo a pesar de todo!!!


 


 


¡DESCUBRA EL AMOR!


Tome una sonrisa y désela a quien jamás la tuvo... 
Tome un rayo de sol y le hará volar allí donde reina la noche...
Tome una lágrima y póngala en el rostro de quien jamás lloró...
Tome coraje y póngalo en el ánimo de quien no sabe luchar... 
Descubra la vida y descríbala a quien no sabe entenderla... 
Tome la esperanza y viva en su luz...
Tome la bondad y désela a quien no sabe darla...
Descubra el amor y delo a conocer al mundo..


Tome una sonrisa y désela a quien jamás la tuvo...
Tome un rayo de sol y le hará volar allí donde reina la noche...
Tome una lágrima y póngala en el rostro de quien jamás lloró...
Tome coraje y póngalo en el ánimo de quien no sabe luchar...
Descubra la vida y descríbala a quien no sabe entenderla...
Tome la esperanza y viva en su luz...
Tome la bondad y désela a quien no sabe darla...
Descubra el amor y delo a conocer al mundo...


Tome una sonrisa y désela a quien jamás la tuvo...
Tome un rayo de sol y le hará volar allí donde reina la noche...
Tome una lágrima y póngala en el rostro de quien jamás lloró...
Tome coraje y póngalo en el ánimo de quien no sabe luchar...
Descubra la vida y descríbala a quien no sabe entenderla...
Tome la esperanza y viva en su luz...
Tome la bondad y désela a quien no sabe darla...
Descubra el amor y delo a conocer al mundo...


Tome una sonrisa y désela a quien jamás la tuvo...
Tome un rayo de sol y le hará volar allí donde reina la noche...
Tome una lágrima y póngala en el rostro de quien jamás lloró...
Tome coraje y póngalo en el ánimo de quien no sabe luchar...
Descubra la vida y descríbala a quien no sabe entenderla...
Tome la esperanza y viva en su luz...
Tome la bondad y désela a quien no sabe darla...
Descubra el amor y delo a conocer al mundo...    


Mahatma  Gandi

Amor es darse todo


El hombre estaba tras el mostrador, mirando la calle distraídamente.

Una niñita se aproximó al negocio y apretó la naricita contra el vidrio de la vitrina. Los ojos de color del cielo brillaban cuando vio un determinado objeto. Entró en el negocio y pidió para ver el collar de turquesa azul.


* "Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?". -dijo ella.


El dueño del negocio miró desconfiado a la niñita y le preguntó:


* ¿Cuánto dinero tienes?


Sin dudar, sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue deshaciendo los nudos.


Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz:


* "¿Esto alcanza?".


Eran apenas algunas monedas las que exhibía orgullosa.
* "¿Sabe?, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre, ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Es su cumpleaños y estoy segura que quedará feliz con el collar que es del color de sus ojos"


El hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, lo envolvió con un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde.


* "Tome, dijo a la niña. Llévelo con cuidado".


Ella salió feliz, corriendo y saltando calle abajo.


Aún no acababa el día, cuando una linda joven entró en el negocio. Colocó sobre el mostrador el ya conocido envoltorio deshecho e indagó:
* ¿Este collar fue comprado aquí? "¿Cuánto costó?


* "Ah!", - habló el dueño del negocio. "El precio de cualquier producto de mi tienda es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente".


* La joven exclamó: * "Pero mi hermana tenía solamente algunas monedas. El collar es verdadero, ¿no? Ella no tendría dinero para pagarlo".


El hombre tomó el estuche, rehizo el envoltorio con extremo cariño, colocó la cinta y lo devolvió a la joven y le dijo:


* "Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar: ELLA DIO TODO LO QUE TENÍA".


El silencio llenó la pequeña tienda y dos lágrimas rodaron por la faz emocionada de la joven en cuanto sus manos tomaban el pequeño envoltorio.


La verdadera donación es darse por entero, sin restricciones. La gratitud de quien ama no conoce límites para los gestos de ternura. Agradece siempre, pero no esperes el reconocimiento de nadie.  Gratitud con amor no sólo reanima a quien recibe, reconforta a quien ofrece.


SI ALGUNA VEZ...

Si alguna vez te sientes sólo y no sabes qué hacer, mira al cielo y busca una estrella, y así nunca más te sentirás en soledad pues tendrás a tu alrededor a millones de estrellas que son esas personas que sintieron lo mismo que tú.

Si alguna vez sientes ganas de llorar, llora Deja salir tus lágrimas y con ellas todas las cosas que te hacen sentir mal; no dejes que se acumulen en tu ser, porque sólo darán paso a otro tipo de sentimientos que te hieren aún más.


Si alguna vez te sientes mal contigo mismo, busca en lo más profundo de tu ser, date cuenta de que nadie es perfecto, tampoco tú, pero aún con todos tus defectos y cualidades, eres una persona única en el universo, por eso  eres especial.


Si alguna vez sientes que nadie te quiere, olvídalo, pues eso no es cierto; si te encuentras en esta tierra es porque alguien allá arriba lo quiso así, Él te hizo único y especial porque te ama y nunca te abandona porque eres lo máximo para Él; pero además de Él, hay personas a tu alrededor que te quieren, aunque a veces estamos ocupados en nuestros problemas y no les abrimos las puertas de nuestro corazón para demostrárnoslo.


Si alguna vez necesitas de alguien que te comprenda, que te escuche, que te ayude, en fin, si necesitas de un amigo, quiero que sepas que cuentas conmigo para que nunca te sientas sólo, para que llores en mi hombro, para hacerte sentir bien, y sobre todo para demostrarte cuánto te aprecio...


Diálogo entre el amor y el querer


Hace tiempo tuve un sueño, en él dialogaban el Amor y el Querer.
El querer le decía al Amor.
-- ¿Por qué eres tan eterno?.
Y El Amor con gran paciencia respondió.
-- Quizás sea por que no poseo nada.
-- Eso es imposible, - exclamo el Querer - posees todas las cosas, como yo ¿Acaso no somos el mismo ser?.
-- ¿Tú crees? Pues dime ¿Qué es lo que tu posees? Respondió el Querer.
-- El amante que posee al ser amado, el político que posee el poder, el religioso que posee la fe, yo poseo todo aquello que quiero.
El viejo Amor le dijo:
--Ves, tú mismo te respondes, yo cuando amo no poseo al objeto amado. Yo amo a una mariposa en vuelo, amo una flor con su tiempo contado y amo al hombre que en su vida se asemeja al vuelo de una mariposa y al tiempo contado de una flor.
Muy exaltado el Querer exclamó.
-- Eso es una QUIMERA.
En su inagotable paciencia el Amor le responde.
-- El mundo es una QUIMERA. ¿Que crees que soy yo?.

LEAH ABRAHAM 

Querido Amigo:





  ¿Cómo estás?, te escribo esta carta porque quiero decirte que te amo, y me gustaría tener una relación más cercana contigo. De más está que te pregunte como estás, porque estoy pendiente de ti cada minuto, y hasta ese último pensamiento que tantas veces te desvela, lo conozco.


Te noto a veces tan distante de mí, que he sentido miedo de perderte para siempre. Ayer te vi muy triste y quise arrancar de ti esa angustia, lo grité a los cuatro vientos pero no me buscaste. Te vi ayer hablando con tus amigos, te vi comer fuera de hora, y recorrí contigo la calle de tu casa, quise mirar con tus ojos eso que guardas y que te provoca tanta nostalgia, y quise que tú me escucharas pero no lo hiciste, y así esperé todo el día.


Al llegar la noche te di una hermosa puesta de sol para cerrar tu día, y una suave brisa para tu descanso. Después de un día tan agitado, esperé, pero nunca viniste. Te vi dormir anoche y quise tocar tu frente, envié rayos de luna que se reflejaron en tu casa para ver si te despertabas conmigo, pero seguías en tu sueño.


Quiero compartir contigo tantas cosas, pero no me dejas. En la mañana era tarde y te fuiste apresurado sin ni siquiera sospechar lo importante que eres para mí. Te amo y trato de decírtelo por medio del cielo azul, de la lluvia.... y mi voz se pierde como un eco detrás de tus pensamientos.


Te hablo al oído a través de las hojas de los árboles y el olor de las flores, te grito en los riachuelos de la montaña, doy a los pajaritos canto de amor solo para ti. Te visto con el calor del sol y te perfumo el aire con el aroma de la naturaleza. Me escucharás cuando hagas silencio en tu interior, te intento guiar moviendo en ti buenos deseos, déjate llevar por ellos. No estoy en el más allá... estoy en tus pensamientos! Regálale una mirada de amor a todo el que te rodea y me descubrirás a cada instante.


Hoy busqué alguien que me prestó sus manos y esta hoja de papel para escribirte, en lo adelante escribiré en tu corazón si me lo permites, solo dime Si... yo se que es duro vivir en este mundo, realmente lo se, pero si confías en mi, a partir de hoy tendrás nuevas fuerzas. Habla conmigo, desahoga tus angustias y ansiedades que yo siempre tengo tiempo para ti, cuéntamelo todo, llora si quieres, soplaré tus lágrimas para acariciar tu rostro.


Llámame a cualquier hora del día o de la noche, que yo nunca duermo, y siempre te responderé. Si puedes caminar y mirar con amor el universo, con humildad tu rostro en el espejo, con ternura aquel que te sonríe, con misericordia aquel que te pide compasión, y con perdón aquel que te hizo llorar... mi voz serán tus pensamientos!... Que no sea largo el camino que habré de recorrer tras de tí.    Tu amigo fiel, JESÚS.


LA FUERZA DEL AMOR


El núcleo del amor es la fuerza, el valor que mostramos para luchar por lo que amamos, la fortaleza para defender lo que más apreciamos, enfrentar desafíos, superar barreras, derribar obstáculos. 


Cuando el amor es auténtico surge con la fuerza de la audacia, el atrevimiento, la osadía que nos lanza a correr riesgos para conquistar lo que amamos; es en esa entrega sin condiciones donde surgen fortalezas donde antes no las había.
El amor nos da el valor de:
> - Luchar por nuestros sueños.
> - Dar la vida por los que llevamos en el corazón.
> - Modificar nuestra propia existencia.
> - Cambiar nuestro ser.
> - Rebasar el límite de nuestras potencialidades.
El amor nos da la fuerza:
> - Para respetar a los seres que amamos.
> - Para sonreír a pesar de las adversidades.
> - De la humildad para pedir perdón.
> - La grandeza de la comprensión.
> - La nobleza de perdonar.
El amor nos da el poder:
> - Para manifestar nuestras emociones.
> - Para alcanzar estrellas.
> - Para convertir nuestros sueños en realidades.
> - Entregar nuestra vida por un ideal.
El amor nos transforma en seres superiores, nos despierta nuestra capacidad de asombro, nos da la sensibilidad de la contemplación, nos impulsa a niveles infinitos, nos da la fuerza para recorrer nuestra vida con un espíritu invencible y nos impulsa a alcanzar lo imposible.
El amor es la fuerza que Dios deposita en el corazón de todos los seres humanos, a cada uno corresponde decidir vivir como un paladín o un cobarde, como un conquistador o un conformista, como un ser excelente o un mediocre, como un ser lleno de luz o quien permanece por siempre en la oscuridad, el amor hace nacer la fuerza para atrevernos a ser auténticos colaboradores en la grandeza de la creación.
Pregúntate: Si de verdad amas, ¿estás luchando con todas tus fuerzas para conquistar lo que deseas?
> - El valor para luchar por tus hijos.
> - Cuidar de tus padres.
> - Hacer feliz a tu pareja.
> - Conceder el perdón a tu enemigo.
> - Pedir humildemente perdón a quien ofendiste.
Pregúntate:
> ¿Tienes la fuerza para amarte a ti mismo, de convertirte en el ser que estás llamado a ser?
> ¿Te atreverías a hacer de tu vida una obra magistral digna de las manos que te crearon?
> ¿Tendrás el valor de ser un auténtico hijo de Dios?
> ¿Tienes la fuerza del amor?


SABES AMAR ?


Estoy aprendiendo...
Estoy aprendiendo a aceptar a las personas, aun cuando ellas me decepcionan, cuando huyen del ideal que tengo para ellas, cuando me hieren con palabras ásperas o acciones impensadas.
Es difícil aceptar las personas como ellas son, sin que sean como deseamos que ellas sean.
Es difícil, muy difícil, pero estoy aprendiendo.
Estoy aprendiendo a amar.
Estoy aprendiendo a escuchar. Escuchar con los ojos y oídos.
A escuchar con el alma y con todos los sentidos.
Escuchar lo que dice el corazón, lo que dicen los hombros caídos, los ojos, las manos inquietas.
Escuchar el mensaje que se esconde por entre las palabras vanas, superficiales.
Descubrir la angustia disfrazada, La inseguridad mascarada, la soledad encubierta.
Penetrar la sonrisa fingida,la alegría simulada, la vanagloria exagerada.
Descubrir el dolor de cada corazón.
Poco a poco, estoy aprendiendo a amar.
Estoy aprendiendo a perdonar. Pues el amor perdona, quita los rencores, y cura las heridas que la incomprensión e insensibilidad lo lastimaron
El amor no alimenta resentimientos con pensamientos dolorosos.
No cultiva ofensas con lástimas y autoconmiseración. El amor perdona, olvida, extingue todos los esquicios de dolor en el corazón.
Poco a poco...
Estoy aprendiendo a perdonar.
Estoy aprendiendo a descubrir el valor que se encuentra dentro de cada vida, de todas las vidas.
Valor soterrado por el rechazo, por la falta de comprensión.
Cariño y aceptación, por las experiencias desagradables vividas a lo largo de los años.
Estoy aprendiendo a ver,en las personas su alma, y las posibilidades que Dios les dio.
Estoy aprendiendo,
¡Pero cómo es de lento el aprendizaje!,
¡Cómo es difícil amar, amar como Cristo amó!
Todavía, tropezando, errando, estoy aprendiendo...
Aprendiendo a no ver solamente ...mis propios dolores, mis intereses, mi ambición, mi orgullo, cuando estos impiden el bienestar y la felicidad de alguien !
¡¡Cómo es difícil amar, pero estoy aprendiendo!!


 


 


  Yo soy amor


Del Libro "Abriendo las puertas de tu interior
YO SOY amor. Para conocerme, debes tener amor en tu corazón, porque sin amor  no sabrás de Mí.

Mantén el amor fluyendo libremente y aprende a amar lo que haces, ama el lugar donde estás y ama a todos los que te rodean.

Ama y nunca consideres lo que te cuesta; nunca busques recompensa.

Nunca darás demasiado amor, así que no temas y trates de impedir el fluir del amor, lo que puedes desear hacer cuando eres rechazado y quieres cerrar tu corazón por el temor de ser herido.

No lo hagas, sólo lograrás ser rígido e inseguro,  y de esa manera nunca podrás ayudar a otro porque nadie es atraído por un corazón duro y sin amor.

Usa la cordura y la comprensión unidas al amor, y de esa forma mantendrás el equilibrio perfecto.

La principal lección en la vida es aprender a amar.
No pierdas el tiempo y aprende la lección rápidamente.
 

El poder de la oración


Gabriela Louise Redden, una mujer pobremente vestida y con una expresión de derrota en el rostro, entró en una tienda de abarrotes. Se acercó al dueño de la tienda, y de una forma muy humilde le preguntó si podía fiarle algunas cosas.

Hablando suavemente, explicó que su marido estaba muy enfermo y no podía trabajar, que tenían 7 hijos, y que necesitaban comida. John Longhouse, el abarrotero, se mofó de ella y le pidió que saliera de la tienda. Visualizando las necesidades de su familia, la mujer le dijo: "Por favor señor, le traeré el dinero tan pronto como pueda." John le dijo que no podía darle crédito, ya que no tenía cuenta con la tienda.


Junto al mostrador había un cliente que oyó la conversación. El cliente se acercó al mostrador y le dijo al abarrotero que él respondería por lo que necesitara la mujer para su familia. El abarrotero, no muy contento con lo que pasaba, le preguntó de mala gana a la señora si tenía una lista. Louise respondió: "¡Sí señor!". "Está bien," le dijo el tendero, "ponga su lista en la balanza, y lo que pese la lista, eso le daré en mercancía."
Louise pensó un momento con la cabeza baja, y después sacó una hoja de papel de su bolso y escribió algo en ella. Después puso la hoja de papel cuidadosamente sobre la balanza, todo esto con la cabeza baja. Los ojos del tendero se abrieron de asombro, al igual que los del cliente, cuando el plato de la balanza bajó hasta el mostrador y se mantuvo abajo. El tendero, mirando fijamente la balanza, se volvió hacia el cliente y le dijo: "¡No puedo creerlo!". 


El cliente sonrió mientras el abarrotero empezó a poner la mercancía en el otro plato de la balanza. La balanza no se movía, así que siguió llenando el plato hasta que ya no cupo más. El tendero vio lo que había puesto, completamente disgustado. Finalmente, quitó la lista del plato y la vio con mayor asombro.


No era una lista de mercancía. Era una oración que decía: "Señor mío, tú sabes mis necesidades, y las pongo en tus manos".
El tendero le dio las cosas que se habían juntado y se quedó de pie, frente a la balanza, atónito y en silencio. Louise le dio las gracias y salió de la tienda. El cliente le dio a John un billete de 50 dólares y le dijo: "Realmente valió cada centavo" Fue un tiempo después que John Longhouse descubrió que la balanza estaba rota.


En consecuencia, solo Dios sabe cuanto pesa una oración.


  Eileen Caddy


LA MÁS BELLA ORACIÓN


- Dios, dame el día de hoy fe para seguir adelante
- Dame grandeza de espíritu para perdonar
- Dame paciencia para comprender y esperar
- Dame voluntad para no caer
- Dame fuerza para levantarme si caído estoy
- Dame amor para dar
- Dame lo que necesito y no lo que quiero
- Dame elocuencia para decir lo que debo decir
- Haz que yo sea el mejor ejemplo para mis hijos
- Haz que yo sea el mejor amigo de mis amigos
- Haz de mi un instrumento de tu voluntad
- Hazme fuerte para recibir los golpes que me da la vida
- Déjame saber que es lo que tu quieres de mí
- Déjame tu paz para que la comparta con quien no la tenga
- Por último, anda conmigo y déjame saber que así es


LA VASIJA AGRIETADA


Un cargador de agua tenía dos grandes vasijas que colgaban a los extremos de un palo que él llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía una grieta, mientras que la otra era perfecta y entregaba el agua completa al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón.
Cuando llegaba, la vasija rota solo contenía la mitad del agua. Por dos años completos esto fue así diariamente. Desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, perfecta para los fines para la cual fue creada; pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía conseguir la mitad de lo que se suponía debía hacer.
Después de dos años le habló al aguador diciéndole: "Estoy avergonzada de mi misma y me quiero disculpar contigo"...¿Por qué? le preguntó el aguador.
"Porque debido a mis grietas, solo puedes entregar la mitad de mi carga. Debido a mis grietas, solo obtienes la mitad del valor de lo que deberías."
El aguador se sintió muy apesadumbrado por la  vasija y con gran compasión le dijo: "Cuando regresemos a la casa del patrón quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino. 



Así lo hizo y en efecto vio muchísimas flores hermosas a todo lo largo, pero de todos modos se sintió muy apenada porque al final solo llevaba la mitad de su carga. El aguador le dijo: "Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino?; siempre he sabido de tus grietas y quise obtener ventaja de ello, siembro semillas de flores a todo lo largo del camino por donde tu vas y todos los días tú las has regado. Por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Madre. Sin ser exactamente como eres, ella no hubiera tenido esa belleza sobre su mesa."
Cada uno de nosotros tiene sus propias grietas. Todos somos vasijas agrietadas, pero si le permitimos a Dios utilizar nuestras grietas para decorar la mesa de su Padre......
"En la gran economía de Dios, nada se desperdicia". "Sólo aquel que ensaya lo absurdo es capaz de conquistar lo imposible". Si sabes cuáles son tus grietas, aprovéchalas, y no te avergüences de ellas.


La esperanza


La esperanza no es fingir que no existen los problemas, es realmente la forma más exacta de encontrar las soluciones, que nos brinda la vida cotidiana.
Es la confianza de saber que estos no son eternos, que las heridas curarán, y las dificultades se superarán. Es tener fe, es una fuente de fortaleza y renovación absoluto de nuestro interior, la que nos guiará desde la oscuridad hacia la luz.
Cuando el amor profundo de tú vida no te quiere, cuando la llamada que esperas nunca llega, cuando no consigues el trabajo que deseas, cuando no recibes la invitación que esperabas..... el mensaje no es que no te lo mereces..... el mensaje no es que no eres importante..... el mensaje es que tú mereces algo mejor. Cada vez que sientas decepción por no recibir lo que deseas ó esperas, no lo veas como rechazo ó mala suerte.... simplemente piensa que es una tremenda oportunidad a algo mucho mejor de lo que esperabas obtener de la vida.
La vida está hecha de millones de momentos, vividos de mil maneras distintas ó diferentes. Algunos, buscamos amor, paz, armonía, comprensión, ternura. Otros sobrevivimos día a día, semana a semana, mes a mes, y de año a año. Pero no hay momentos más plenos que aquel en el cual descubrimos con alegría, que la vida , con sus constantes alegrías, y sus penas, debe ser vivida a plenitud día a día.
Aunque vivamos en una mansión de cuarenta cuartos, rodeados de riquezas y siervos los cuales nos sirven a plenitud ó en una choza humilde, ó luchemos de mes en mes para pagar el alquiler, tenemos el poder absoluto de estar totalmente satisfechos, y vivir una vida con verdadero significado.
Día a día, semana a semana, mes a mes, año a año, tenemos ese poder absoluto, gozando cada momento que nos ofrece la vida, y regocijándonos de cada sueño. Porque, cada día es nuevo y flamante, y podemos empezar de nuevo y realizar todos nuestros más anhelados sueños, en un mundo futurista.
¡CADA DÍA ES NUEVO, Y SI LO VIVIMOS PLENAMENTE, PODREMOS REALMENTE GOZAR DE LA VIDA Y VIVIRLA A PLENITUD, Y REALIZAR NUESTROS MÁS ANHELADOS SUEÑOS FUTUROS!   Autor Desconocido 
 


Nunca te detengas !!


Siempre ten presente que la piel se arruga, el pelo se vuelve blanco,
Los días se convierten en años...
Pero lo importante no cambia; tu fuerza y tu convicción no tienen edad.
Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña.
Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida.
Detrás de cada logro, hay otro desafío.
Mientras estés viva, siéntete viva.
Si extrañas lo que hacías, vuelve a hacerlo.
No vivas de fotos amarillas...
Sigue aunque todos esperen que abandones.
No dejes que se oxide el hierro que hay en ti. 
Haz que en vez de lástima, te tengan respeto.
Cuando por los años no puedas correr, trota.
Cuando no puedas trotar, camina.
Cuando no puedas caminar, usa el bastón.
¡¡¡ Pero nunca te detengas !!!    


MADRE TERESA DE CALCUTA 


Queda prohibido


Queda prohibido llorar sin aprender,

levantarte un día sin saber que hacer.


Tener miedo a tus recuerdos.  


Queda prohibido no sonreír a los problemas,

no luchar por lo que quieres,


abandonarlo todo por miedo,


no convertir tus sueños en realidad.


Queda prohibido no demostrar tu amor,


hacer que alguien pague tus deudas y mal humor.  


Queda prohibido dejar a tus amigos,


no intentar comprender lo que vivieron juntos,


llamarles solo cuando los necesitas.



Queda prohibido no ser tu ante la gente,


fingir ante las personas que no te importan,


hacerte el gracioso con tal de que te recuerden,


olvidar a toda la gente que te quiere.


Queda prohibido no hacer las cosas por ti mismo,


no creer en Dios y hacer tu destino,


tener miedo a la vida y a sus compromisos,


no vivir cada día como si fuera un último suspiro.



Queda prohibido echar de menos a alguien sin alegrarte,


olvidar sus ojos, su risa, todo


por que sus caminos han dejado de abrazarse.


olvidar su pasado y pagarlo con su presente.



Queda prohibido no intentar comprender a las personas,


pensar que sus vidas valen mas que la tuya,


no saber que cada uno tiene su camino y su dicha.


SIETE FRASES PARA MEJORAR LA COMUNICACION CON LA FAMILIA


1.- Te Amo:
Ningún ser humano puede sentirse realmente feliz hasta escuchar que alguien le diga: "te amo". Atrévete a decirlo a la otra persona, a tu cónyuge, a tus padres, a tus hermanos, a tus hijos, si es que nunca lo has hecho, haz la prueba y verás el resultado.
2.- Te Admiro:
En la familia, cada miembro tiene alguna cualidad o habilidad que merece reconocimiento: Todos, en algún momento, sentimos la necesidad de que se nos reconozca algún logro o meta alcanzada...¿Cuándo fue la última vez que le dijiste esto a alguien?
3.- ¡Gracias!
Una necesidad básica del ser humano es la de ser apreciado. No hay mejor forma de decir a una persona que es importante lo que hace por nosotros, que expresarle un ¡gracias!, no en forma mecánica, sino con pleno calor humano.
4.- Perdóname, me equivoqué:
Decir esto no es tan fácil, sin embargo, cuando cometas un error que ofenda o perjudique a otras personas, aprende a decir con madurez: "perdóname, me equivoqué".
5.- Ayúdame, te necesito:
Cuando no podemos o no queremos admitir o expresar nuestra fragilidad o necesidad de otros, estamos en un grave problema. No te reprimas. Pide ayuda! Que también son muy importantes las palabras.
6.- ¡Te escucho...háblame de tí!
¿Cuántas veces le has dicho a algún miembro de tu familia: "A ver, háblame, qué te pasa?".
Tal vez muchos problemas y mal entendidos se resolverían si tan sólo escuchásemos lo Que nos tratan de decir.
7.- Eres especial!!!
Es importante hacerles saber a tus seres queridos cuanto ellos significan para tí.


Amigo


Te amo no sólo por lo que eres,
sino por lo que soy cuando estoy contigo.
Te amo no sólo por lo que has hecho de tí mismo,
sino por lo que estás haciendo de mí.
Te amo porque has hecho más de lo que cualquier
credo logró para hacerme bueno y más
de lo que los afanes de cualquier fe
hicieron para hacerme feliz.
Lo has hecho sin tocarme,
sin una palabra,
sin una señal.
Lo has hecho siendo tú mismo.
Quizá, después de todo,
eso es lo que significa ser Amigo. 


Autor: Anónimo 


ESTOY SIEMPRE CONTIGO


¿Me necesitas?  Estoy aquí contigo.
No puedes verme, sin embargo soy la luz que te permite ver
No puedes oírme, sin embargo hablo a través de tu voz.
No puedes sentirme, sin embargo soy el poder que trabaja en tus manos.
Estoy trabajando en ti, aunque desconozcas Mis senderos.
Estoy trabajando, aunque no reconozcas Mis obras.
No soy una visión extraña. No soy un misterio.
Sólo en silencio absoluto, más allá del  "yo" que aparentas ser puedes conocerme, y entonces sólo como un sentimiento y como Fe.
Todavía estoy aquí contigo, Todavía te oigo.
Todavía te contesto.
Aunque me niegues, estoy contigo.
En los momentos en que más sola crees encontrarte, Yo estoy contigo.
Aún en tus temores, estoy contigo.
Aún en tu dolor, estoy contigo.
Estoy contigo cuando oras y cuando no oras.
Estoy en ti y tu estas en Mí.
Sólo en tu mente puedes sentirte separada de Mí, pues sólo en tu mente están las brumas de "lo tuyo" y "lo mío".
Sin embargo tan solo con tu mente puedes conocerme y sentirme.
Vacía tu corazón de temores ignorantes.
Cuando quites el "yo" de en medio, estoy contigo.
De ti misma no puedes hacer nada, pero Yo todo lo puedo.
Yo estoy en todo.
Aunque no puedas ver bien, el bien está allí, pues Yo estoy allí.
Sólo en Mí el mundo tiene significado; sólo de Mí toma el mundo forma;
Sólo por Mí el mundo sigue adelante
Soy la ley en la cual descansa el movimiento de las estrellas y el crecimiento de toda célula viva.
Soy el amor que es el cumplimiento de la ley.
Soy seguridad, Soy paz
Soy unificación, Soy la ley por la cual vives.
Soy el amor en el que puedes confiar. Soy tu seguridad.
Soy tu paz, Soy uno contigo, YO SOY.
Aunque falles en encontrarme, Yo nunca dejo de encontrarte.
Aunque tu fe en Mi es insegura. Mi fe en ti nunca flaquea
Porque te conozco, porque te amo.
Mi bien amada, estoy aquí, contigo.
 Anónimo