domingo, 21 de junio de 2009

Fin de semana de despedidas (Miguel Ángel RIERA)

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El cooperante Vicente Ferrer falleció el viernes pasado en la localidad india
de Anantapur tras sufrir un empeoramiento en su estado de salud por los
problemas respiratorios que padecía desde hace tiempo. 

La organización de
Vicente Ferrer lleva a cabo su labor humanitaria en Andhra y presta ayuda a más
de 2,5 millones de personas en ese estado del sur de la India. Ferrer llegó como
misionero jesuita en 1952 a la India, de donde fue expulsado en 1968 por las
suspicacias que despertó su labor entre las autoridades indias. 

Abandonó la
compañía de Jesús, la orden religiosa a la que perteneció, pero no su labor como
seguidor de Cristo, y continuó trabajando hasta el final de sus días por la
mejora de las condiciones de vida de los más pobres.
Por otro lado, otro
ciudadano español, Eduardo Puelles, ha perdido la vida pocas horas después de
Vicente Ferrer, aunque en circunstancias muy distintas. Un atentado terrorista
le arrebató la vida, asesinato que después de tantas muertes violentas, nos ha
llenado a todos de dolor e indignación una vez más. Las palabras de condenación
y repulsa se nos han gastado y se hacen difíciles de pronunciar, aunque haya que
seguir proclamándolas en voz alta a fin de que sean eco del lamento hondísimo y
sin respuesta humana posible de estos familiares que no pueden entender por qué
la vida de su ser querido les ha sido arrebatada, fruto de la violencia.
Sí,
palabras de reprobación sin paliativos, ya que la violencia contradice en su
esencia más íntima y profunda el mensaje de Jesús, que es un mensaje de paz y
amor que nos manda vencer el mal con el bien, que nos invita a no oponer un mal
a otro mal.
Los partidarios de la violencia tratan a las personas como
objetos que se pueden manipular y destruir, sin percatarse del gran valor de la
vida. Pero para ellos son más importantes sus intereses particulares que el
inmenso precio de la vida. Nunca, nunca, el fin justifica los medios, y más
cuando están en juego vidas humanas.
Pero tanta una como la otra muerte nos
tiene que llenar de aliento, de esperanza y de consuelo, pensando que estas
muertes no han sido en vano. La Fundación Vicente Ferrer continuará perpetuando
el espíritu solidario de su fundador. Y esperamos que la muerte de un agente de
las fuerzas de seguridad del estado sirva para que todos mostremos, desde la
unidad, la mayor repulsa que la sociedad pueda mostrar a la violencia y a las
muertes injustas. 

Martes de la duodécima semana del Tiempo Ordinario (23 - Junio - 2009) Descarga MP3


Mateo 7,6.12-14


En aquel tiempo dijo Jesús: “No deis las cosas sagradas a los
perros, no sea que se revuelvan contra vosotros y os hagan pedazos. Y no echéis
vuestras perlas a los cerdos, para que no las pisoteen. Así pues, haced con los
demás lo mismo que queréis que los demás hagan con vosotros. Esto es lo que
mandan la ley de Moisés y los escritos de los profetas. Entrad por la puerta
estrecha. Porque la puerta y el camino que conducen a la perdición son anchos y
espaciosos, y muchos entran por ellos; pero la puerta y el camino que conducen a
la vida son estrechos y difíciles, y pocos los encuentran.”

Lunes de la Duodécima Semana del Tiempo Ordinario (22 de Junio de 2009)  Descarga MP3

Mateo 7,1-5 En aquel tiempo dijo Jesús: "No juzguéis a nadie, para que Dios no
os juzgue a vosotros. Pues Dios os juzgará de la misma manera que vosotros
juzguéis a los demás; y con la misma medida con que midáis, Dios os medirá a
vosotros. ¿Por qué miras la paja que tu hermano tiene en su ojo y no te fijas en
el tronco que tú tienes en el tuyo? Y si tú tienes un tronco en el tuyo, ¿cómo
podrás decirle a tu hermano: ’Déjame sacarte la paja que tienes en el ojo’¡
¡Hipócrita!, sácate primero el tronco de tu propio ojo, y así podrás ver bien
para sacar la paja del ojo de tu hermano."
 de la duodécima semana del Tiempo Ordinario (21 - Junio - 2009) Descarga MP3

Marcos 4,35-41 Al anochecer de aquel mismo día, Jesús dijo a sus discípulos:
“Pasemos a la otra orilla del lago.” Entonces despidieron a la gente y llevaron
a Jesús en la misma barca en que se encontraba. Otras barcas le acompañaban. De
pronto se desató una tormenta; y el viento era tan fuerte, que las olas, cayendo
sobre la barca, comenzaron a llenarla de agua. Pero Jesús se había dormido en la
parte de popa, apoyado sobre una almohada. Le despertaron y le dijeron:
“¡Maestro!, ¿no te importa que nos estemos hundiendo?” Jesús se levantó, dio una
orden al viento y le dijo al mar: “¡Silencio! ¡Cállate!” El viento se detuvo y
todo quedó completamente en calma. Después dijo Jesús a sus discípulos: “¿Por
qué tanto miedo? ¿Todavía no tenéis fe?” Y ellos, muy asustados, se preguntaban
unos a otros: “¿Quién es éste, que hasta el viento y el mar le obedecen?”

Corazón de María (20 - Junio) Lc 1,39-56 : ¿Quién soy
yo para que venga a visitarme la madre de mi Señor? Descarga MP3

Por aquellos días, María se dirigió de prisa a un pueblo de la
región montañosa de Judea, y entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando
Isabel oyó el saludo de María, la criatura se movió en su vientre, y ella quedó
llena del Espíritu Santo. Entonces, con voz muy fuerte, dijo Isabel: “¡Dios te
ha bendecido más que a todas las mujeres, y ha bendecido a tu hijo! ¿Quién soy
yo para que venga a visitarme la madre de mi Señor? Tan pronto como he oído tu
saludo, mi hijo se ha movido de alegría en mi vientre.¡Dichosa tú por haber
creído que han de cumplirse las cosas que el Señor te ha dicho!” María dijo: “Mi
alma alaba la grandeza del Señor. Mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador,
porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde ahora me
llamarán dichosa; porque el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas. ¡Santo es
su nombre! Dios tiene siempre misericordia de quienes le honran. Actuó con todo
su poder: deshizo los planes de los orgullosos, derribó a los reyes de sus
tronos y puso en alto a los humildes. Llenó de bienes a los hambrientos y
despidió a los ricos con las manos vacías. Ayudó al pueblo de Israel, su siervo,
y no se olvidó de tratarlo con misericordia. Así lo había prometido a nuestros
antepasados, a Abraham y a sus futuros descendientes.” María se quedó con Isabel
unos tres meses, y después regresó a su casa.

Sagrado Corazón de Jesús (19 - Junio - 2009)Descarga MP3

Juan 19,31-37 Era el día de la preparación de la Pascua. Los judíos no querían
que los cuerpos quedasen en las cruces durante el sábado, pues precisamente
aquel sábado era muy solemne. Por eso pidieron a Pilato que ordenara quebrar las
piernas a los crucificados y quitar de allí los cuerpos. Fueron entonces los
soldados y quebraron las piernas primero a uno y luego al otro de los
crucificados junto a Jesús. Pero al acercarse a Jesús vieron que ya había
muerto. Por eso no le quebraron las piernas. Sin embargo, uno de los soldados le
atravesó el costado con una lanza, y al momento salió sangre y agua. El que
cuenta esto es uno que lo vio y que dice la verdad. Él sabe que dice la verdad,
para que vosotros también creáis. Porque estas cosas sucedieron para que se
cumpliera la Escritura que dice: “No le quebrarán ningún hueso.” Y en otra parte
dice la Escritura: “Mirarán al que traspasaron.”Versión imprimir
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Jueves de la undécima semana del tiempo ordinario (18 - Junio - 2009) Mt 6,7-15 : Vosotros
debéis orar así Descarga MP3

En aquel tiempo dijo Jesús: “Y al orar no repitas palabras
inútilmente, como hacen los paganos, que se imaginan que por su mucha palabrería
Dios les hará más caso. No seáis como ellos, porque vuestro Padre sabe lo que
necesitáis aun antes de habérselo pedido. Vosotros debéis orar así: ‘Padre
nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase
tu voluntad en la tierra así como se hace en el cielo. Danos hoy el pan que
necesitamos. Perdónanos nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a
quienes nos han ofendido. Y no nos expongas a la tentación, sino líbranos del
maligno.’ Porque si vosotros perdonáis a los demás el mal que os hayan hecho,
vuestro Padre que está en el cielo os perdonará también a vosotros; pero si no
perdonáis a los demás, tampoco vuestro Padre perdonará el mal que vosotros
hacéis.”

Miércoles de la undécima semana del tiempo ordinario (17 - Junio -
2009)

Mt 6,1-6.16-18 : Tu
Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu recompensa Descarga MP3


En aquel tiempo dijo Jesús: “No practiquéis vuestra religión
delante de los demás solo para que os vean. Si hacéis eso, no obtendréis ninguna
recompensa de vuestro Padre que está en el cielo. Por tanto, cuando ayudes a los
necesitados no lo publiques a los cuatro vientos, como hacen los hipócritas en
las sinagogas y en las calles para que la gente los elogie. Os aseguro que con
eso ya tienen su recompensa. Tú, por el contrario, cuando ayudes a los
necesitados, no se lo cuentes ni siquiera a tu más íntimo amigo. Hazlo en
secreto, y tu Padre, que ve lo que haces en secreto, te dará tu recompensa.
Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en
las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que la gente los vea. Os
aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu
cuarto, cierra la puerta y ora en secreto a tu Padre. Y tu Padre, que ve lo que
haces en secreto, te dará tu recompensa. Cuando ayunéis, no pongáis el gesto
compungido, como los hipócritas, que aparentan aflicción para que la gente vea
que están ayunando. Os aseguro que con eso ya tienen su recompensa. Pero tú,
cuando ayunes, lávate la cara y arréglate bien, para que la gente no advierta
que estás ayunando. Solamente lo sabrá tu Padre, que está a solas contigo, y él
te dará tu recompensa.”


publicado 

Martes de la undécima semana del tiempo ordinario (16 - Junio - 2009)Mt 5,43-48 : Amad a
vuestros enemigos Descarga MP3


En aquel tiempo dijo Jesús: “También habéis oído que antes se
dijo: ‘Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.’ Pero yo os digo: Amad a vuestros
enemigos y orad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que
está en el cielo, pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y envía la
lluvia sobre justos e injustos. Porque si amáis solamente a quienes os aman,
¿qué recompensa tendréis? ¡Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan
así! Y si saludáis solamente a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario?
¡Hasta los paganos se portan así! Vosotros, pues, sed perfectos, como vuestro
Padre que está en el cielo es perfecto.”

Domingo del Corpus Christi (14 - Junio - 2009)Descarga MP3


Marcos 14,12-16.22-26


El primer día de la fiesta en que se comía el pan sin levadura y
se sacrificaba el cordero de Pascua, los discípulos de Jesús le preguntaron:
“¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?” Entonces envió a
dos de sus discípulos, diciéndoles: “Id a la ciudad. Allí encontraréis a un
hombre que lleva un cántaro de agua; seguidle, y al amo de la casa donde entre
le decís: ‘El Maestro pregunta: ¿Cuál es la sala donde he de comer con mis
discípulos la cena de Pascua?’ Él os mostrará en el piso alto una habitación
grande, dispuesta y arreglada. Preparad allí la cena para nosotros. Los
discípulos salieron y fueron a la ciudad. Lo encontraron todo como Jesús les
había dicho, y prepararon la cena de Pascua. Mientras cenaban, Jesús tomó en sus
manos el pan, y habiendo dado gracias a Dios lo partió y se lo dio a ellos,
diciendo: “Tomad, esto es mi cuerpo.” Luego tomó en sus manos una copa, y
habiendo dado gracias a Dios se la pasó a ellos, y todos bebieron. Les dijo:
“Esto es mi sangre, con la que se confirma el pacto, la cual es derramada en
favor de muchos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el
día en que beba vino nuevo en el reino de Dios.” Después de cantar los salmos,
se fueron al monte de los Olivos.


publicado el 12 de junio de 2009

Jesucristo sumo y eterno sacerdote (4 - Junio - 2009)Descarga MP3

Lucas 22,14-20                                                                                                                                                                                                                                              Cuando llegó la hora, Jesús y los apóstoles se sentaron a la mesa.
Él les dijo: “¡Cuánto he deseado celebrar con vosotros esta cena de Pascua antes
de mi muerte! Porque os digo que no volveré a celebrarla hasta que se cumpla en
el reino de Dios.” Entonces tomó en sus manos una copa, y habiendo dado gracias
a Dios dijo: “Tomad esto y repartidlo entre vosotros; porque os digo que no
volveré a beber del fruto de la vid hasta que venga el reino de Dios.” Después
tomó el pan en sus manos, y habiendo dado gracias a Dios lo partió y se lo dio a
ellos, diciendo: “Esto es mi cuerpo, entregado a muerte en favor vuestro. Haced
esto en memoria de mí.” Lo mismo hizo con la copa después de la cena, diciendo:
“Esta copa es el nuevo pacto confirmado con mi sangre, la cual es derramada en
favor vuestro.


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