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miércoles, 25 de junio de 2008

POETAS

Poeta

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"El Poeta Pobre"

Un poeta es una persona que escribe poesía. Su poesía suele estar influida por alguna tradición cultural e intelectual. Algunos consideran que la mejor poesía es, hasta cierto punto, eterna y universal, y que trata con temas comunes a todo ser humano; otros están más absortos en sus cualidades particulares, personales y efímeras.los poetas generalmente considerados los más influyentes y profundos son Chaucer, Shakespeare, John Donne, John Milton, William Blake, William Wordsworth, John Keats, Walt Whitman, W. B. Yeats, T. S. Eliot y Ezra Pound. El poeta norteamericano Walt Whitman fue uno de los primeros en escribir un tipo de poesía ahora llamado verso libre, aunque el poeta francés Jules Laforgue también escribía verso libre alrededor del mismo tiempo que Whitman. El verso libre era diferente al verso tradicional porque no estaba limitado por la rima o métrica. En la tradición occidental, Homero, Virgilio, Dante, Luís Vaz de Camões, Fernando Pessoa y Goethe componen la lista básica. En el chino, Li Bai, Du Fu y otros poetas de la dinastía Tang produjeron alguna de la poesía más antigua del mundo, que aún se lee hoy en día. Basho y Omar Jayyam completan un canon. En español ha habido grandes poetas. Los principales han dado lugar al llamado Siglo de Oro: Miguel de Cervantes, Francisco de Quevedo, Luis de Góngora. Posteriormente, toda la poesía desde el romanticismo hasta la actualidad arranca de Gustavo Adolfo Bécquer. Juan Ramón Jiménez recibió el premio nobel de literatura por su obra poética. La Generación del 27 también tiene un gran elenco de autores: Luis Cernuda, Federico García Lorca, Vicente Aleixandre, también premio Nobel, Pedro Salinas, Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, Dámaso Alonso, Gerardo Diego. Otros autores de reconocido prestigio son Blas de Otero, Blas Infante, Valente, León Felipe o Miguel Hernández. Entre los poetas latinoamericanos, cabe destacar al peruano César Vallejo y Jorge Eduardo Eielson,nicaraguense Rubén Darío, al chileno Pablo Neruda y su compratiota Gabriela Mistral, al mexicano Octavio Paz, al argentino Jorge Luis Borges, o al ecuatoriano Medardo Angel Silva cuya lírica fue inmortalizada por la voz de Julio Jaramillo "El Ruiseñor De America". Muchos novelistas han escrito poesía de gran calidad, aunque sean menos conocidos por esta faceta, como es el caso de Camilo José Cela

Los Poetas y La Muerte

Las tumbas de poetas son frecuentadas por aquéllos en peregrinajes literarios. Los cementerios más famosos donde yacen grandes poetas son El Rincón de los Poetas en la Abadía de Westminster, el Cementerio Mount Auburn en Massachusetts, EEUU, en el cementerio del Père-Lachaise en Paris, en el cementerio Protestante de Roma y en el cementerio Inglés en Florencia.
Mientras Haya Sentimientos Que Contar, Los Poetas Nunca Moriran...

Hoy la Iglesia celebra : San Próspero de Aquitania, Preciosísima Sangre de Cristo

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Juan Tablero :
Dar buenos frutos


Evangelio según San Mateo 7,15-20.

Tengan cuidado de los falsos profetas, que se presentan cubiertos con pieles de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los reconocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Así, todo árbol bueno produce frutos buenos y todo árbol malo produce frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos, ni un árbol malo, producir frutos buenos. Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se lo arroja al fuego. Por sus frutos, entonces, ustedes los reconocerán.

Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.

Leer el comentario del Evangelio por :

Juan Tablero (hacia 1300-1361), dominico en Estrasburgo
Sermón 7

Dar buenos frutos


En un viñedo, se remueve la tierra que hay alrededor de los pies de la vid y se escardan las malas hierbas. También el hombre debe escardarse, tan profundamente atento debe estar a lo que pudiera haber todavía en él de esas hierbas y arrancarlas desde el fondo de su ser, para que el Sol divino pueda acercársele de manera más inmediata y brillar en él. Si tú dejas que la fuerza de lo alto haga su obra..., el sol llega a ser esplendoroso, lanza sus rayos ardientes sobre los frutos y les hace ser cada vez más transparentes. Su dulzura es cada vez mayor, la piel que los envuelve es cada vez más delgada. Los obstáculos que se interponen llegan a ser, finalmente, tan tenues que reciben sin cesar los toques divinos de muy cerca. Tan a menudo y de inmediato que uno se gira hacia él, se encuentra siempre en el interior del brillante divino Sol con mucho más esplendor que todos los soles que jamás han brillado sobre el firmamento. Y así en el hombre todo es deificado hasta el punto que no siente, ni gusta, ni conoce nada en verdad más que Dios, con un conocimiento fundamental, y este conocimiento sobrepasa en mucho el modo de conocer de nuestra razón.

Finalmente se arrancan también las hojas de los sarmientos para que el sol pueda llegar sobre los frutos sin encontrar obstáculo alguno. E igualmente pasa con los hombres: todo lo que hace de intermediario, cae y todo lo reciben de manera inmediata. Caen las oraciones, las representaciones de los santos, las prácticas de devoción, los ejercicios. Ahora bien, que el hombre se guarde mucho de rechazar estas prácticas antes que caigan por sí mismas. Cuando se llega a este grado, el fruto resulta tan indeciblemente dulce que ningún razonamiento puede comprenderlo... Ya no se es más que uno con la dulzura divina, de forma que nuestro ser está totalmente penetrado del Ser divino en el que el hombre se pierde como una gota de agua en un gran barril de vino... En este estado las buenas intenciones, la humildad, no son sino una simplicidad, un misterio tan esencialmente suave que apenas se llega a tomar conciencia de ello.

EVANGELIO DEL DIA

¿Señor a quién iriamos ? Tienes las palabras de la vida eterna. Jn 6, 68


martes 24 Junio 2008

Hoy la Iglesia celebra : San Juan Bautista

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Beato Guerric d'Igny : «Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor para preparar sus caminos.» (Lc 1,76)


Evangelio según San Lucas 1,57-66.80.

Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella. A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan". Ellos le decían: "No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre". Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Este pidió una pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios. Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

Beato Guerric d'Igny (hacia 1080-1157) abad cisterciense
Sermón 1 para la fiesta de S. Juan Bautista

«Y tú, niño, serás llamado profeta del Altísimo, porque irás delante del Señor para preparar sus caminos.» (Lc 1,76)


Con razón el nacimiento de este niño fue para muchos causa de alegría. Lo sigue siendo hoy. Nacido en la vejez de sus padres, vino a predicar a un mundo envejecido la gracia de un nuevo nacimiento. Es justo que la Iglesia celebre este nacimiento con solemnidad, ya que se trata de un hecho maravilloso de la gracia, del que la naturaleza se admira.

A mí mismo, esta lámpara que ilumina al mundo (Jn 5,35) me trae con su aparición una alegría nueva, ya que es gracia a ella que he reconocido al que es la luz verdadera que alumbra en las tinieblas, pero las tinieblas no la han acogido. (Jn 1,5; 9) Sí, el nacimiento de este niño me trae una alegría inefable ya que es para el mundo entero fuente de inestimables bienes. Juan, el primero, instruye a la Iglesia, empieza a educarla por la penitencia, la prepara por el bautismo, y, una vez preparada, la entrega a Cristo y la une a él. (Jn 3,29). Enseña a la Iglesia a vivir en la sobriedad, y por el ejemplo de su propia muerte le concede la fortaleza para morir animosa. Por todo ello prepara al Señor un pueblo bien dispuesto. (Lc 1,17)




La mujer es principal víctima, y además discriminada, en el VIH/SIDA
En España casi el 30% de las nuevas infecciones afectan a mujeres, básicamente por transmisión sexual

La mujer es principal víctima, y además discriminada, en el VIH/SIDA

· En España casi el 30% de las nuevas infecciones afectan a mujeres, básicamente por transmisión sexual
· Mayor riesgo de depresión y lipodistrofia (anormal distribución de las grasas) en el colectivo femenino
· El porcentaje de mujeres con coinfección del VIH y el virus de la hepatitis C supera el 30% y todavía más de la cuarta parte de las infectadas ignoran que lo están hasta que quedan embarazadas


La mujer es hoy la principal víctima del VIH/SIDA, pese a lo cual sufre una clara discriminación en muchos aspectos del manejo y tratamiento de la epidemia, como denuncian los colectivos femeninos implicados en la lucha contra el VIH y reconocen los expertos. Este trato discriminatorio es una práctica permanente, por ejemplo, en los estudios clínicos que ensayan nuevos fármacos o la mejora de los actuales: de los pacientes incluidos en la mayoría de ellos, sólo el 20% pertenecen al género femenino. Por otra parte, no se han realizados estudios que analicen diferencias específicas de género en relación con la eficacia o toxicidad de los fármacos. Estos datos han sido subrayado en el congreso de la Sociedad Clínica Europea de SIDA (EACS), celebrado en Madrid.
En la actualidad las mujeres con VIH representan más de la mitad de los adultos afectados por el virus. Su promedio de edad es de 35 años. Por lo que respecta a España, el cambio en las conductas de riesgo (sexo no seguro sustituye a droga inyectada) ha determinado que la mujer represente ya casi el 30% de las nuevas infecciones. En la mayoría de los casos estas mujeres quieren tener una buena apariencia física, ser madres y llevar una vida normal, aspectos que el médico debe tener en cuenta a la hora de establecer los tratamientos más adecuados.

Diferencias de género ignoradas en la práctica
Las diferencias específicas de género más notables, que no están siendo tenidas en cuenta a la hora del manejo del VIH son las siguientes:
· Las mujeres seropositivas registran tasas de depresión más altas que los hombres.
· Tienen mayor riesgo de desarrollar alteraciones del tejido adiposo (lipodistrofia) relacionadas con el tratamiento antirretroviral: aumento de las mamas, pérdida de grasa en piernas y nalgas.
· A cambio, presentan menores índices de hepatitis C, riesgo cardiovascular e hiperlipidemias.
El manejo del VIH en general y la elección del tratamiento en particular pasan por alto con frecuencia estas peculiaridades, en perjuicio de la paciente seropositiva, si bien los datos indican que los especialistas van afinando cada vez más sus criterios, dando preferencia a los fármacos que mejor pueden adaptarse a las características femeninas.

Transmisión madre-hijo
La confianza que están adquiriendo las pacientes en los tratamientos y en su capacidad para planificar su vida a largo plazo, determina que cada vez aumente el número de las que se plantean la maternidad como objetivo. Entre otras razones, porque los clínicos disponen hoy de un arsenal terapéutico que posibilita la elección de un adecuado régimen antirretroviral, evitando aquellos medicamentos con riesgo de malformación del feto. Y al mismo tiempo previniendo la transmisión vertical (madre a hijo) del VIH. De hecho, concretamente en España, la tasa de transmisión perinatal se ha situado en la cota del 0%, mientras en 1994 alcanzaba el 35%.
Sin embargo, los expertos siguen denunciando a día de hoy lagunas claras en el manejo del VIH en el colectivo español de infectadas por el VIH: no se ha modificado el porcentaje de mujeres con coinfección por virus de la hepatitis C (superior al 30%), todavía más de una cuarta parte de las infectadas ignoran que lo están hasta que quedan embarazadas y casi el 9% se enteran en el momento del parto, lo que limita las posibilidades de prevención de la transmisión, con el consiguiente riesgo de que se produzcan casos de contagio fetal o perinatal.

Sombrío panorama mundial
El progreso realizado en la última década en el terreno de la prevención y manejo del VIH/SIDA no ha evitado que el panorama global de la pandemia siga siendo siniestro particularmente en los países en desarrollo. En lo que respecta a la mujer y al niño con infección por VIH, los datos más sobresalientes en el planol mundial se resumen de este modo:
· El 55% de los adultos infectados por VIH son mujeres.
. El riesgo de infección por vía heterosexual es doble en la mujer que en el hombre.
· Las mujeres con VIH están expuestas a graves complicaciones como infecciones vaginales recurrentes, enfermedad inflamatoria pélvica y cáncer de cerviz por papillomavirus.
· Alrededor de 2 millones de mujeres con VIH resultan embarazadas anualmente en el mundo y en torno a un 30% de ellas transmiten el virus a sus bebés,
· Unos 2.000 niños nacen con VIH cada día y sólo el 2% tienen acceso a tratamiento eficaz.
· El amamantamiento, especialmente en las primeras semanas de vida, ocasiona 300.000 nuevas infecciones anuales.
· Sin tratamiento, en torno al 20% de los niños desarrollan enfermedad grave en el primer año de vida y mueren hacia los 4 años.
· No todos los fármacos antirretrovirales disponen de formulaciones adecuadas para el tratamiento del VIH en la población infantil.

lunes, 23 de junio de 2008

lunes 23 Junio 2008Hoy la Iglesia celebra : San José Cafasso Ver el comentario abajo, o clic en el tituloSan Juan Clímaco : «¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo?» Evangelio según San Mateo 7,1-5.No juzguen, para no ser juzgados. Porque con el criterio con que ustedes juzguen se los juzgará, y la medida con que midan se usará para ustedes. ¿Por qué te fijas en la paja que está en el ojo de tu hermano y no adviertes la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: 'Deja que te saque la paja de tu ojo', si hay una viga en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano. Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios. Leer el comentario del Evangelio por : San Juan Clímaco (hacia 575-hacia 650), monje en el Monte Sinaí La Escalera santa, 10º escalón
«¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo?» He oído a algunos hablar mal de su prójimo, y les he reprendido. Para defenderse, estos obradores de mal han contestado: «¡Es por caridad y solicitud hacia ellos que hablamos así!». Pero yo les he contestado: Dejad de practicar semejante caridad, puesto que si no lo hacéis acusáis de mentiroso a aquel que ha dicho: «al que en secreto difama a su prójimo lo haré callar... no los soportaré» (Sl 100,5). Si le amas, tal como dices, ora en secreto por él y no te burles de este hombre. Es esta la manera de amar que agrada al Señor; no pierdas esto de vista, y vigilarás cuidadosamente para no juzgar a los pecadores. Judas fue uno de los apóstoles y el ladrón formo parte de los malhechores, pero ¡qué cambio tan sorprendente en un instante!... Al que te habla mal de su prójimo, respóndele: «¡Párate, hermano! Yo mismo caigo cada día en faltas más graves; siendo así, ¿cómo podré condenar a éste?» Así sacarás un doble provecho: te curarás a ti mismo y curarás a tu prójimo. No juzgar es un atajo que lleva al perdón de los pecados si es verdadera esta palabra: «No juzguéis y no seréis juzgados»... Algunos han cometido graves faltas a la vista de todos, pero en secreto han hecho grandes actos de virtud. Así es que sus detractores se han equivocado pues no han sabido ver más que la humareda y no han visto al sol... Los censores apresurados y severos caen en esta ilusión porque no conservan el recuerdo y la preocupación constante de sus propios pecados... Juzgar a los demás es usurpar sin vergüenza una prerrogativa divina; condenarlos, es arruinar nuestra propia alma... De la misma manera que un buen vendimiador come los racimos maduros y no coge los que están verdes, igualmente, un espíritu benevolente y sensato se fija cuidadosamente en todas las virtudes que ve en los demás; pero es insensato el que escruta las faltas y deficiencias.

domingo, 22 de junio de 2008

Imitación de Jesucristo

Imitación de Jesucristo, tratado espiritual del siglo XVII, c. 1
«No tengáis miedo a los hombres, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse»
No tienes «aquí domicilio permanente» (Hb 13,14). Dondequiera que estuvieres, serás extraño y peregrino, y no tendrás nunca reposo, si no estuvieres íntimamente unido con Cristo. ¿Qué miras aquí no siendo éste el lugar de tu descanso? En los cielos debe de ser tu morada, y como de paso has de mirar todo lo terrestre. Todas las cosas pasan, y tú también con ellas. Guárdate de pegarte a ellas, porque no seas preso y perezcas. En el altísimo pon tu pensamiento, y tu oración sin cesar sea dirigida a Cristo. Si no sabes contemplar las cosas altas y celestiales, descansa en la pasión de Cristo y habita gustosamente en sus sagradas llagas. Porque si te acoges devotamente a las llagas y preciosas heridas de Jesús, gran consuelo sentirás en la tribulación, y no harás mucho caso de los desprecios de los hombres, y fácilmente sufrirás las palabras de los maldicientes. Cristo fue también en el mundo despreciado de los hombres, y entre grandes afrentas y desamparo de amigos y conocidos, y en suma necesidad. Cristo quiso padecer y ser despreciado, y ¿tú te atreves a quejarte de alguna cosa?.... Sufre con Cristo y por Cristo, si quieres reinar con Cristo. Si una vez entrases perfectamente en lo secreto de Jesús, y gustases un poco de su encendido amor, entonces no tendrías cuidado de tu propio provecho o daño; antes te holgarías más de la injurias que te hiciesen; porque el amor de Jesús hace al hombre despreciarse a sí mismo. El amante de Jesús y de la verdad, y el hombre verdaderamente interior y libre de las aficiones desordenadas, se puede volver fácilmente a Dios, y levantarse sobre sí mismo en el espíritu, y descansar gozosamente. Aquel a quien gustan todas las cosas como son, no como se dicen o estiman, es verdaderamente sabio y enseñado más de Dios que de los hombres.



Santos Fisher y Tomás Moro

Libro de Jeremías 20,10-13.

Oía los rumores de la gente: "¡Terror por todas partes! ¡Denúncienlo! ¡Sí, lo denunciaremos!". Hasta mis amigos más íntimos acechaban mi caída: "Tal vez se lo pueda seducir; prevaleceremos sobre él y nos tomaremos nuestra venganza".
Pero el Señor está conmigo como un guerrero temible: por eso mis perseguidores tropezarán y no podrán prevalecer; se avergonzarán de su fracaso, será una confusión eterna, inolvidable.
Señor de los ejércitos, que examinas al justo, que ves las entrañas y el corazón, ¡que yo vea tu venganza sobre ellos!, porque a ti he encomendado mi causa.
¡Canten al Señor, alaben al Señor, porque él libró la vida del indigente del poder de los malhechores!


Salmo 69(68),8-10.14.17.33-35.

Por ti he soportado afrentas y la vergüenza cubrió mi rostro;
me convertí en un extraño para mis hermanos, fui un extranjero para los hijos de mi madre:
porque el celo de tu Casa me devora, y caen sobre mí los ultrajes de los que te agravian.
Pero mi oración sube hasta ti, Señor, en el momento favorable: respóndeme, Dios mío, por tu gran amor, sálvame, por tu fidelidad.
Respóndeme, Señor, por tu bondad y tu amor, por tu gran compasión vuélvete a mí;
Que lo vean los humildes y se alegren, que vivan los que buscan al Señor:
porque el Señor escucha a los pobres y no desprecia a sus cautivos.
Que lo alaben el cielo, la tierra y el mar, y todos los seres que se mueven en ellos;


Carta de San Pablo a los Romanos 5,12-15.

Por lo tanto, por un solo hombre entró el pecado en el mundo, y por el pecado la muerte, y así la muerte pasó a todos los hombres, porque todos pecaron.
En efecto, el pecado ya estaba en el mundo, antes de la Ley, pero cuando no hay Ley, el pecado no se tiene en cuenta.
Sin embargo, la muerte reinó desde Adán hasta Moisés, incluso en aquellos que no habían pecado, cometiendo una transgresión semejante a la de Adán, que es figura del que debía venir.
Pero no hay proporción entre el don y la falta. Porque si la falta de uno solo provocó la muerte de todos, la gracia de Dios y el don conferido por la gracia de un solo hombre, Jesucristo, fueron derramados mucho más abundantemente sobre todos.


Evangelio según San Mateo 10,26-33.

No les teman. No hay nada oculto que no deba ser revelado, y nada secreto que no deba ser conocido.
Lo que yo les digo en la oscuridad, repítanlo en pleno día; y lo que escuchen al oído, proclámenlo desde lo alto de las casas.
No teman a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el cuerpo a la Gehena.
¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas? Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del Padre que está en el cielo.
Ustedes tienen contados todos sus cabellos.
No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros.
Al que me reconozca abiertamente ante los hombres, yo lo reconoceré ante mi Padre que está en el cielo.
Pero yo renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante los hombres.

La señal del cristiano.

La señal del cristiano es la Santa Cruz, porque es figura de Cristo crucificado, que en ella nos redimió.

La santa cruz representa las principales verdades de la religión cristiana.

Estas son: Unidad y Trinidad de Dios, y Redención.

Unidad de Dios quiere decir que hay un solo Dios.

Trinidad de Dios quiere decir que en Dios hay tres personas realmente distintas.

Redención significa que el Hijo de Dios se hizo hombre, padeció y murió en la cruz para salvarnos.

En la señal de la Santa Cruz, con las palabras expresamos la Unidad y Trinidad de Dios, y con la figura de la cruz, la Pasión y Muerte de N. S.

Jesucristo.

Haciendo la señal de la Santa Cruz manifestamos profesar todas estas verdades y todas las demás que de ellas se derivan.

La señal de la cruz se hace trazando con la mano dos líneas: una de arriba abajo y otra de la izquierda a la derecha, como indica esta figura.

1

3 4

2

El cristiano usa de esta señal en dos maneras.

Estas son: Signar y santiguar.

Al signarse y santiguarse, si está libre la mano izquierda, se pone extendida debajo del pecho.

Signarse es hacer tres cruces con el dedo pulgar de la mano derecha; la primera en la frente; la segunda en la boca; y la tercera en el pecho, diciendo:

Por la – señal † de la Santa – Cruz

de – nuestros † ene – migos

líbranos, - Señor † Dios – nuestro.

Hacemos la señal de la cruz:

en la frente, porque nos libre Dios de los malos pensamientos;

en la boca, porque nos libre Dios de las malas palabras;

y en el pecho, porque nos libre Dios de las malas obras y deseos.

Santiguarse es hacer una cruz, llevando la mano derecha a la frente, diciendo: En el nombre del Padre,

luego al pecho, diciendo: y del Hijo,

de aquí al hombro izquierdo y al derecho, diciendo: y del Espíritu Santo,

y se termina con la palabra Amén.

Para hacer la señal de la Cruz usamos la mano derecha, porque es la principal, y en el servicio de Dios hemos de usar lo mejor.

Cuando hacemos la señal de la Cruz, el pasar de la izquierda a la derecha indica que por virtud de la Santa Cruz hemos pasado del estado de culpa al estado de gracia.

La señal de la Cruz debe hacerse con devoción.

Es cosa utilísima hacer a menudo la señal de la Cruz porque tiene la virtud de avivar la fe, desechar las tentaciones y alcanzar de Dios muchas gracias.

Conviene usar de la señal de la Cruz: por la mañana al levantarnos y por la noche al acostarnos; al principio y al fin de la comida y del trabajo; al entrar y salir de la Iglesia y especialmente al comenzar la oración.

Siendo la Cruz el signo de nuestra redención, es muy conveniente que toda familia cristiana tenga un cuadro o imagen de Jesús crucificado en lugar visible y principal de la casa.

ORACIÓN A JESÚS CRICIFICADO

Héme aquí, oh Jesús bueno y dulcísimo, ante vuestra presencia me postro de rodillas, y con el mayor fervor del alma os pido y ruego queráis imprimir en mi corazón vivos sentimientos de fe, esperanza y caridad, y verdadero dolor de mis pecados, y propósito firmísimo de la enmienda: mientras que con grande afecto y dolor del alma yo en mi interior considero y contemplo con la mente vuestras cinco Llagas, teniendo presente aquello que Vos, oh buen Jesús, ya ponía en vuestra boca el Profeta David: “Han taladrado mis manos y mis pies, y se pueden contar todos mis huesos”.

Se gana indulgencia Plenaria rezando esta oración, delante de un Crucifijo, después de la comunión, añadiendo algunas preces según la intención del Sumo Pontífice.

ORACIÓN A JESÚS, REY DEL UNIVERSO Enriquecida con indulgencia plenaria

Oración a San José.

Para rezar especialmente durante el mes de Octubre, después del Santo Rosario.

A Vos recurrimos en nuestra tribulación, bienaventurado San José, y después de haber implorado el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro Patrocinio. Por el afecto que os unió a la Virgen Inmaculada, Madre de Dios, y por el amor paternal con que abrazasteis al Niño Jesús, humildemente os suplicamos que volváis benigno los ojos a la herencia que Jesucristo conquistó con su sangre, y que nos socorráis con vuestro poder y auxilio en nuestras necesidades.

Proteged, ¡oh providentísimo Custodio de la divina familia! El linaje escogido de Jesucristo; preservadnos, Padre amantísimo, de todo contagio de error y corrupción; asistidnos propicio desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en el combate que al presente libramos con el poder de las tinieblas; y como en otro tiempo librasteis del inminente peligro de la vida al Niño Jesús, defended ahora la Santa Iglesia de Dios de las asechanzas de sus enemigos, y de toda adversidad. Amparad a cada uno de nosotros con vuestro perpetuo patrocinio, para que siguiendo vuestros ejemplos y sostenidos con vuestro auxilio, podamos vivir santamente, morir piadosamente, y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza. Amén. (Pío XI, 21 Febrero 1923)

A LOS NO CREYENTES

David en el Salmo XXXVI, v. 35 y 36, dice: “Ví al impío sumamente ensalzado, elevado como los cedros del Líbano. Y pasé y hé aquí que no existía: y lo busqué y no fue hallado el lugar de él”.

Impíos cuando consigáis quedar para siempre en este mundo, llenos de dicha completa, esto es, libres de enfermedades, pobreza, tristeza, vejez, muerte y demás miserias, entonces podréis decir satisfechos:

Tenemos razón, hemos vencido.

Pero mientras no consigáis estas cosas, vuestra impiedad os hace muy infelices, y desgraciados; pues, por lo que vale y dura tan poco, os exponéis a perder la eterna felicidad y a veros condenados para siempre.

Ya que sois tan infelices, a lo menos sedlo vosotros solos; no queráis arrastrar a otros a ser partícipes de vuestro inmenso infortunio.

Mas no: no queráis ni aun vosotros ser desgraciados eternamente; convertíos a Dios, y El, que es infinitamente misericordioso, os perdonará.

A LOS PECADORES CREYENTES

A vosotros, los que creéis que hay cielo e infierno, que para siempre han de durar, y, no obstante, vivís en pecado mortal y no tratáis de salir de tan miserable estado, os diré que vuestra conducta es propia sólo de quien ha perdido la razón.

Haced, pues, inmediatamente penitencia de vuestros pecados.

A LOS JUSTOS

A vosotros los que procuráis vivir en gracia de Dios, servir y amar cada día más al Señor infinitamente bueno, os recordaré las palabras que os dirige el mismo Señor Jesucristo:

“Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es muy grande en los cielos” (San Mateo, c.

Las ocho Bienaventuranzas.

1º “Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos”.

“Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra”.

“Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados”.

“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán hartos”.

“Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia”.

“Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios”.

“Bienaventurados los pacíficos, porque ellos serán llamados hijos de Dios”.

“Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”.

Jesús, en el Sermón de la Montaña, a más de las ocho bienaventuranzas, dijo también estas terribles palabras:

“¡Ay de vosotros los ricos, porque tenéis vuestro consuelo!

¡Ay de vosotros, los que estáis hartos, porque tendréis hambre!

¡Ay de vosotros, los que ahora reís, porque después lloraréis!”.

Jesucristo nos anunció las bienaventuranzas, para que detestemos las máximas del mundo, y nos estimulemos a amar y practicar las máximas del Evangelio.

El mundo llama bienaventurados a los que abundan en riquezas y honores; a los que vive regocijadamente y no tienen ocasión alguna de padecer.

El deseo de satisfacer las pasiones desordenadas es lo que hace condenar a los hombres.

Las riquezas son el medio más oportuno para poder satisfacer todas las pasiones.

Por esto Jesús empieza llamando bienaventurados a los pobres de espíritu.

Los pobres de espíritu, según el evangelio, son los que no tienen el corazón puesto en las riquezas; hacen buen uso de ellas, si las poseen; no las buscan con demasiada solicitud, si no las tienen; y sufren con resignación la pérdida de ellas.

Se puede ser pobre de espíritu y poseer muchas riquezas: y se puede no poseer nada y no ser pobre de espíritu.

Mansos son los que tratan al prójimo con dulzura, y sufren con paciencia los defectos y agravios que reciben, sin quejas, resentimientos o venganzas.

Los que lloran son los que sufren con resignación las tribulaciones, y se afligen por los pecados cometidos, por los males y escándalos que se ven en el mundo, por verse lejos del cielo y por el peligro de perderlo.

Los que tienen hambre y sed de justicia son los que desean ardientemente crecer de continua en la divina gracia y en el ejercicio de las obras buenas.

Misericordiosos son los que por amor de Dios aman al prójimo, se compadecen de sus miserias así espirituales como corporales y procuran aliviarlas en lo que pueden.

Limpios de corazón son los que tienen gran horror al pecado y procuran no cometerlo jamás.

Pacíficos son los que conservan la paz con el prójimo y consigo mismos, y procuran poner en paz a los enemistados.

Padecen persecución por la justicia los que sufren con paciencia las burlas, improperios y persecuciones, por causa de la fe y ley de Jesucristo.

Los premios que promete Jesucristo en las bienaventuranzas, significan todos, aunque con diversos nombres, la gloria eterna del cielo.

Las Bienaventuranzas no sólo nos procuran la gloria eterna del Paraíso, sino también los medios de llevar una vida feliz, en cuanto es posible, en este mundo.

Los que siguen las Bienaventuranzas, reciben ya alguna recompensa, aun en esta vida; porque gozan de una paz y contentamiento interior que es principio, aunque imperfecto, de la eterna felicidad.

La tranquilidad de conciencia es la satisfacción más grande y más pura que se puede gozar aquí en la tierra.

Los que siguen las máximas del mundo no son felices, porque no tienen la verdadera paz del alma y corren gran peligro de condenarse.

Los enemigos del alma.

El Santo Job decía:

“La vida del hombre sobre la tierra es una lucha continua”.

Nuestra alma tiene enemigos que siempre la combaten y persiguen.

Los enemigos del alma son tres: el demonio, el mundo y la carne.

El demonio es el ángel condenado.

Por la envidia que nos tiene, al ver que nosotros debemos ocupar el trono de gloria que él perdió, procura tentarnos continuamente.

Engañó a Eva y aun pretendió engañar al mismo Jesucristo.

Se vence con la oración y la humildad.

Con la oración; porque sin el auxilio de Dios, prometido al que hace oración, el demonio, padre de la mentira, nos engañaría.

Con la humildad; porque el demonio, lleno de soberbia, al encontrar la humildad, huye desesperadamente.

El mundo es la gente mala y perversa.

Con sus malos ejemplos, consejos y falsas máximas, trata de apartarnos del servicio de Dios.

Se vence no haciéndole caso.

Los malos se ríen de los buenos, de los que practican la virtud: pero debemos pensar que la risa de los malos se convertirá en llanto sempiterno.

La carne es nuestro propio cuerpo con sus malas inclinaciones.

Se vence con la mortificación.

Mortificación es dominar las malas inclinaciones.

El pecado original ha dejado en el corazón del hombre una propensión hacia el mal.

Todos los hombres, buenos y malos, tienen malas inclinaciones; pero los buenos las dominan y los malos se dejan llevar de ellas.

La carne es el peor enemigo de nuestra alma, y el que nos hace más cruel guerra.

Aun el demonio y el mundo se valen de la carne para vencernos.

El que es malo lo es precisamente porque se deja llevar de las malas inclinaciones.

¡Ah! Si Judas hubiera sabido dominar la pasión de la avaricia, ahora sería un gran santo en el cielo.

Debemos, pues, hacer guerra continua a nuestras malas inclinaciones, y tener gran cuidado de no dejarnos dominar por ellas.

Estas malas inclinaciones son

Los siete pecados capitales o mortales.

El primero, Soberbia.

El segundo, Avaricia.

El tercero, Lujuria.

El cuarto, Ira.

El quinto, Gula.

El sexto, Envidia.

El séptimo, Pereza.

Llámanse pecados capitales, porque son cabezas, fuentes o raíces de todos los pecados.

Se llaman pecados mortales impropiamente; a veces son sólo veniales.

Son mortales cuando por ellos se quebranta algún mandamiento de la ley de Dios o de la Iglesia en materia grave.

Soberbia es un apetito desordenado de la propia excelencia.

Este vicio detestable perdió a los ángeles malos e hizo caer a nuestros primeros padres.

Todo pecado proviene de la soberbia.

Avaricia es un apetito desordenado de bienes terrenos.

Lujuria es un apetito desordenado de placeres sensuales.

Ira es un ímpetu desordenado del corazón por lo que nos sucede contra nuestra voluntad.

Pocas son las personas que no cometen alguna falta de ira.

Se llama ira santa el horror al pecado y el deseo justo de castigar a los malos; esta clase de ira no es pecado.

Gula es un apetito desordenado de comer y beber.

Envidia es un pesar del bien ajeno.

Pereza es una flojedad de ánimo para obrar el bien.

El vicio de la pereza es un ladrón que roba los tesoros más preciosos.

Muchos fácilmente podrían conseguir grandes méritos y premios para el cielo, mas por pereza los pierden.

Y muchos por pereza pierden el bienestar temporal y aún el eterno.

Virtudes contrarias a estos siete pecados.

Contra estos siete pecados hay siete virtudes:

Contra Soberbia, Humildad;

Contra Avaricia, Largueza;

Contra Lujuria, Castidad;

Contra Ira, Paciencia;

Contra Gula, Templanza;

Contra Envidia, Caridad;

Contra Pereza, Diligencia.

La Humildad es reconocer que de nosotros mismos sólo tenemos la nada y el pecado; tratarnos y sufrir ser tratados como la nada y como pecadores, y dar a Dios la gloria de todo lo bueno que hay en nosotros.

La verdadera humildad está fundada en la verdad.

La humildad es la más necesaria, y aun el fundamento de todas las virtudes.

El peor de los vicios es la soberbia; la mejor de las virtudes es la humildad.

Nuestro Señor Jesucristo quiso ser maestro especialmente de la humildad, diciendo: “Aprended de Mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis la paz para vuestras almas”.

Largueza o generosidad es no codiciar lo ajeno y dar con gusto de lo propio a los pobres y para otras obras pías.

Castidad es reprimir y moderar los apetitos sensuales.

Paciencia es sufrir con paz y serenidad las injurias y adversidades.

Templanza es tener moderación en el comer y en el beber.

Caridad es desear y hacer bien al prójimo por amor de Dios.

Diligencia es una prontitud de ánimo para obrar el bien.

Obras de misericordia.

Las buenas obras de que se nos pedirá cuenta particular en el día del Juicio son las Obras de misericordia.

Obras de misericordia son aquellas con que se socorren las necesidades corporales o espirituales del prójimo.

Las Obras de misericordia son catorce: Siete corporales y siete espirituales:

Obras de misericordia corporales:

1º Dar de comer al hambriento.

2º Dar de beber al sediento.

3º Vestir al desnudo.

4º Dar posada al peregrino.

5º Visitar a los enfermos.

6º Visitar a los presos.

7º Enterrar a los muertos.

Obras de misericordia espirituales:

1º Dar buen consejo al que lo ha menester.

2º Enseñar al que no sabe.

3º Corregir al que yerra.

4º Consolar al triste.

5º Perdonar las injurias.

6º Sufrir con paciencia las molestias de nuestro prójimo.

7º Rogar a Dios por los vivos y por los muertos.

Vicio es una mala disposición del ánimo que induce a huir del bien y obrar el mal, causada por la frecuente repetición de actos malos.

Entre pecado y vicio hay esta diferencia: que el pecado es un acto que pasa, mientras que el vicio es una mala costumbre contraída de caer en algún pecado.

Los pecados contra el Espíritu Santo son seis:

1º La desesperación de salvarse.

2º La presunción de salvarse sin merecimientos.

3º La impugnación de la verdad conocida.

4º La envidia o pesar de la gracia ajena.

5º La obstinación en los pecados.

6º La impenitencia final.

Estos pecados se dicen en particular contra el Espíritu Santo, porque se cometen por pura malicia, la cual es contraria a la bondad que se atribuye al Espíritu Santo.

Los pecados que claman al cielo son cuatro:

1º El homicidio voluntario.

2º El pecado impuro contra el orden de la naturaleza.

3º La opresión del pobre.

4º La defraudación o retención injusta del jornal al trabajador.

Dícese que estos pecados claman al cielo, porque así lo dice el Espíritu Santo, y por que su iniquidad es tan grave y manifiesta, que provoca a Dios a castigarlos muy severamente.