sábado, 11 de junio de 2011

II. Oramos con la Palabra
CRISTO,quieres que acate tu ley, no por puro cumplimiento (cumplo-y-miento), sino como aceptación respetuosa y gozosa de tu voluntad, que quiere lo mejor para mí y me señala el camino. Tu palabra me da vida: ¿cómo voy a prescindir de tu Palabra cuando es la luz para mis pasos y la fuerza para seguir caminando hacia la Vida?

Esta oración está incluida en el libro: Evangelio 2011 publicado por EDIBESA.

III. Compartimos la Palabra
•“ Ahora, Israel, escucha los mandatos que yo te mando cumplir”
El libro del Deuteronomio, recuerda a Israel, todo lo que Moisés transmitió al pueblo, en nombre de Dios. Inculca la fidelidad a Dios, único medio para ser feliz; esta fidelidad consiste, no sólo en saberse un pueblo privilegiado que tiene a su Dios con ellos:¿Hay alguna nación tan grande que tenga a sus dioses, tan cerca, como lo está el Señor nuestro Dios siempre que le invocamos? . Efectivamente, Dios ha entrado en la historia de Israel, lo ha guiado, “lo ha cuidado como a las niñas de sus ojos,; como el águila extendió sus alas, los tomó y los llevó sobre sus plumas” (Dt 32,11-12) pero esto no es suficiente, el pueblo tiene que dar una respuesta, que, no es otra que cumplir los mandamientos de la Alianza; que los conserve en su memoria y los trasmita a sus hijos y nietos para que sean fieles al Dios de sus padres.
Dios conserva siempre su fidelidad;¿Cuál es nuestra respuesta?

•“No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.”
Para un israelita, lo más importante era la Ley, una ley que, muchas veces, era interpretada erróneamente, poniendo al hombre en función de la Ley y no a la Ley en función del hombre; Cristo antepone al hombre, por eso, cura a los enfermos aunque sea día de sábado: “El sábado es para el hombre, no el hombre para el sábado”; “Mi Padre trabaja y yo también trabajo”, esto era interpretado, por algunos escribas y fariseos, como un desprecio a la Ley de Moisés, pero Cristo aclara, “No he venido a derogar la Ley y los profetas, he venido a darles plenitud”. La plenitud de la Ley es el Amor, quien ama de verdad, ha cumplido la Ley , por eso dice Jesús, no he venido a derogar la Ley sino a darle plenitud.

La carta a los gálatas nos recuerda que:” Cristo nació bajo la Ley para libarnos de la Ley, para que lleguemos a ser hijos por adopción en el Amor”.

Hna. María Pilar Garrúes El Cid
Misionera Dominica del Rosario

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