domingo, 2 de enero de 2011

Al terminar el año
Como cristianos, no hay otra forma de terminar el año que dando gracias a Dios por todas las cosas que hemos recibido de sus manos durante estos doce meses… las que creemos “buenas” y las que pensamos “malas”, pues de todo se vale el Señor para traer bendiciones y gracias a nuestras vidas… el secreto está en aguardar confiadamente, pues al final de todo, siempre se ve su mano poderosa bendiciendo aquellos que se abandonaron en Él…

Gracias, Señor

Gracias, Señor… por todo cuanto me diste en este año que termina… Gracias por los días de sol y los nublados tristes; por las tardes tranquilas y las noches oscuras…

Gracias por la salud y la enfermedad; por las penas y las alegrías… Por todo cuanto me prestaste y luego me pediste…

Gracias por la sonrisa amable y por la mano amiga; por el amor y todo lo que es hermoso y todo lo que es dulce… Por las flores y las estrellas, por la existencia de los niños y de las almas buenas…

Gracias por la soledad, y por el trabajo, por las inquietudes, las dificultades y las lágrimas… Por todo lo que me acercó a Ti más íntimamente…

Gracias por haberme conservado la vida y por haberme dado techo, abrigo y sustento… Por Tu presencia en el sagrario, y en cada hermano, y por la gracia de Tus sacramentos…

¿Qué me traerá el año que empieza? ¡LO QUÉ TÚ QUIERAS SEÑOR!

Te pido FE para mirarte en todo, ESPERANZA para no desfallecer y CARIDAD para amarte cada día más y para hacerte amar de los que me rodean…

Dame paciencia y humildad; desprendimiento y generosidad… Que sea grande en lo pequeño y pueda olvidarme de mí mismo… Dame Señor, lo que Tú sabes me conviene y que yo no sé pedirte…

Que siempre tenga el corazón alerta, el oído atento y las manos prestas, y que me halle siempre dispuesto a hacer Tu Santa Voluntad… Derrama Señor, Tu gracia sobre todos los que amo y concede Tu Paz este mundo, que tanto te necesita… Amén.

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