domingo, 2 de agosto de 2009

Dad gracias al Señor porque es bueno.

Lunes de la 17ª semana de Tiempo Ordinario.Lectura del libro del Éxodo 32, 15-24. 30-34

En aquellos días,
Moisés se volvió y bajó del monte con las dos tablas de la alianza en la mano.
Las tablas estaban escritas por ambos lados; eran hechura de Dios, y la
escritura era escritura de Dios, grabada en las tablas. Al oír Josué el griterío
del pueblo, dijo a Moisés:
-«Se oyen gritos de guerra en el campamento.»

Contestó él:
-«No es grito de victoria, no es grito de derrota, que son
cantos lo que oigo.»
Al acercarse al campamento y ver el becerro y las
danzas, Moisés, enfurecido, tiró las tablas y las rompió al pie del monte.
Después agarró el becerro que habían hecho, lo quemó y lo trituró hasta hacerlo
polvo, que echó en agua, haciéndoselo beber a los israelitas. Moisés dijo a
Aarón:
-« ¿Qué te ha hecho este pueblo, para que nos acarreases tan enorme
pecado? »
Contestó Aarón:
-«No se irrite mi señor. Sabes que este pueblo
es perverso. Me dijeron: "Haznos un Dios que vaya delante de nosotros, pues a
ese Moisés que nos sacó de Egipto no sabemos qué le ha pasado." Yo les dije:
"Quien tenga oro que se desprenda de él y me lo dé"; yo lo eché al fuego, y
salió este becerro.»
Al día siguiente, Moisés dijo al pueblo:
-«Habéis
cometido un pecado gravísimo; pero ahora subiré al Señor a expiar vuestro
pecado.»
Volvió, pues, Moisés al Señor y le dijo:
-«Este pueblo ha
cometido un pecado gravísimo, haciéndose dioses de oro. Pero ahora, o perdonas
su pecado o me borras del libro de tu registro. »
El Señor respondió:

-«Al que haya pecado contra mí lo borraré del libro. Ahora ve y guía a tu
pueblo al sitio que te dije; mi ángel irá delante de ti; y cuando llegue el día
de la cuenta, les pediré cuentas de su pecado.»

Palabra de
Dios.


Sal 105, 19-20. 21-22. 23

R. Dad gracias al Señor porque es
bueno.


En Horeb se hicieron un becerro, adoraron un ídolo de
fundición; cambiaron su gloria por la imagen de un toro que come hierba.
R.

Se olvidaron de Dios, su salvador, que había hecho prodigios
en Egipto, maravillas en el país de Cam, portentos junto al mar Rojo. R.


Dios hablaba ya de aniquilarlos; pero Moisés, su elegido, se puso en la
brecha frente a él, para apartar su cólera del exterminio. R.


 


Lectura del santo evangelio según san Mateo 13, 31-35

En aquel
tiempo, Jesús propuso esta otra parábola a la gente:

-«El reino de los
cielos se parece a un grano de mostaza que uno siembra en su huerta; aunque es
la más pequeña de las semillas, cuando crece es más alta que las hortalizas; se
hace un arbusto más alto que las hortalizas, y vienen los pájaros a anidar en
sus ramas.»

Les dijo otra parábola:

-«El reino de los cielos se
parece a la levadura; una mujer la amasa con tres medidas de harina, y basta
para que todo fermente.»

Jesús expuso todo esto a la gente en parábolas y
sin parábolas no les exponía nada.

Así se cumplió el oráculo del
profeta:

«Abriré mi boca diciendo parábolas, anunciaré lo secreto desde
la fundación del mundo.»

Palabra del Señor.


Oración Colecta


Controla nuestra impaciencia, Señor,
cuando
tratamos de imponer
tu verdad, justicia y paz
en una Iglesia y en un
mundo
no dispuestos todavía a acogerlas.
En nuestra impotencia y
desaliento
que aprendamos a aceptar
que todo verdadero crecimiento viene
de ti.
Nosotros solamente podemos
plantar la pequeña semilla,
pero eres
tú quien la hace crecer
hasta llegar a ser un árbol
que puede dar
cobijo
a todos los que acepten tu palabra
Te lo pedimos por Cristo nuestro
Señor.

Intenciones

  • Que la diminuta chispa de fe, todavía viva en los corazones de muchos que
    abandonan la Iglesia, no se apague totalmente, sino que crezca de nuevo y sea
    luz brillante que les guíe a Dios y a sus hermanos, oremos:
    R/ Señor, que venga a nosotros tu
    Reino.


  • Que los misioneros sigan sembrando la semilla de la alegre Buena Noticia del
    Señor en nuestro mundo, que con frecuencia se muestra indiferente y hostil al
    evangelio, oremos:
    R/ Señor, que venga a
    nosotros tu Reino.


  • Que las semillas del compartir y de la unidad sigan creciendo en nuestras
    comunidades cristianas, hasta que lleguen a ser un solo corazón y una sola alma
    en el Señor, que las reúne en esta mesa de la eucaristía, oremos:
    R/ Señor, que venga a nosotros tu
    Reino.

Oración sobre las
Ofrendas



Oh Dios, Padre paciente y
todopoderoso:
traemos ante ti estos frutos: el pan y el vino,
que han
crecido de pequeñas semillas de trigo
y de pequeños brotes de la vid.
Por
el poder de tu Espíritu
ellos se convertirán en el cuerpo y sangre de
Jesús,
tu Hijo entre nosotros.
Que la semilla de su vida y de su
mensaje
dé mucho fruto en nosotros, tu pueblo,
y nos haga ser el cuerpo
místico de Cristo para el mundo,
Te lo pedimos por el mismo Cristo nuestro
Señor

Oración después de la
Comunión



Oh Dios, Padre nuestro:
Con mano generosa has
sembrado en nosotros
la semilla de todo lo bueno y verdadero,
tu Hijo
Jesucristo.
Aunque nuestra fe y amor
parezcan ahora insignificantes y
desalentadores,
danos la esperanza y la fuerza
para que él pueda unirnos
en una comunidad
donde la justicia la verdad y la libertad
prevalezcan
hasta que la cosecha esté madura para la siega.
Danos esto por
mediación de Cristo tu Hijo, nuestro Señor.
Bendición
Todo crecimiento es lento, tan
lento que es casi invisible. Todo lo que crece necesita tiempo. Ese es el modo
cómo la palabra de Dios, en la que creemos, tiene que crecer en medio de
nosotros y construir un reino donde la gente responda al Dios fiel fidelidad y
realice los planes del mismo Dios.
Que la bendición de Dios todopoderoso,
Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda sobre ustedes.

 





Querido amigo/a:

El evangelio de hoy “huele” a Jesús. Esa era su forma
de hablar: en parábolas, con comparaciones sencillas, para que todos los que
quisieran le entendiesen. Y ese era su tema preferido: el Reino. Dicen los
entendidos que de las dos cosas que más habló Jesús fue de Dios Padre y del
Reino. Hoy nos habla del Reino...

¿Qué es el Reino de Dios? Se entiende
mejor si lo traducimos por “reinado”: el mundo anda un poco a la deriva, entre
nuestras ansias de tener y de poder. Así le pasaba a Israel, cuyos reyes y
gobernantes no siempre buscaban el bien común, sino que a veces preferían el
bien propio o el de unos pocos... Así las cosas, el pueblo de Israel esperaba un
rey que protegiese a todos, especialmente a los más débiles... en cuyo reino se
pudiese vivir la paz, el encuentro, la justicia, la comunicación, la
esperanza... la vida.

Jesús aparece entre nosotros como “profeta del
reino”: el viene anunciando que ese Reino esperado ya está aquí; que el reinado
de Dios se inaugura con sus palabras y con sus obras; que todo puede ser
nuevo...

Y anuncia ese reino a todos, empezando por los de abajo,
comparándolo con un grano de mostaza que, siendo pequeño, crece hasta dar cobijo
a los pájaros... o la levadura, que aunque casi no se ve, es capaz de fermentar
toda la masa del pan. En otras ocasiones nos habló de la sal, que siendo pequeña
es capaz de dar sabor...

Hoy también podemos decir que el Reino es como
la vela que encendemos en la Vigilia Pascual, que siendo pequeña, unida a otras
muchas, es capaz de iluminar una catedral... o como una chispa, que cuando
prende es capaz de dar fuego, calor, luz... o como una palabra de aliento, que
en un momento determinado es capaz de levantar una vida...

Es el
misterio de lo pequeño. Es el misterio del Reino. Es el misterio de la vida de
Jesús, escondida y enterrada en un rincón de nuestro mundo, que ha prendido la
mayor de las revoluciones de la historia: somos hijos y hermanos, y podemos
vivir como tales. ¡Qué grande...!

¿A qué más podremos comparar el Reino /
el Reinado de Dios? Si se te ocurre alguna, compártela en este foro... Y, sobre
todo, busca cómo puedes tú, en tu vida, acoger y ayudar a crecer este Reino que
se nos da.
Que tengas un buen día.

Tu hermano en la fe:Luis Manuel Suárez, claretiano (luismacmf@yahoo.es)


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