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lunes, 15 de diciembre de 2008

Eucaristia





La Eucaristía, presencia viva de Jesús
Esforzaos por usar de una sola Eucaristía... pues una sola es la carne de Nuestro Señor Jesucristo y uno sólo es el cáliz para unirnos con su sangre...

La Eucaristía, presencia viva de Jesús 
Frank Morera Ministerio Siloé                                                                                                                                                                                                 En Israel habían multitud de sacrificios; muchos de ellos iban seguidos de banquetes. Estos eran banquetes de comunión, en Hebreo "Selamin" que significa "sacrificio" que unían al pueblo entre sí y a su vez con Dios. Precedente bíblico del sacrificio y banquete de comunión en la Antigua Alianza    Levítico 6, 17-20
El Señor habló a Moisés para decirle: Dile a Aarón y a sus hijos: Esta es la Ley de la víctima ofrecida por el pecado. Será sacrificada ante el Señor en el mismo lugar donde se ofrece el sacrificio del Holocausto. Es una cosa muy sagrada. El sacerdote que la ofrenda comerá en un lugar santo, a la entrada de la tienda de las citas cualquiera que toque las carnes será santificado.
                                     Levítico 7, 15
La carne de la víctima del sacrificio de comunión será comida en el mismo día sin dejar nada para el siguiente.

El sacrificio de Holocausto era el sacrificio de ofrenda. Como vimos en Levítico 6, 17-20 la víctima ofrecida por el pecado era sacrificada en el altar del Holocausto. Cristo Jesús se hizo Ofrenda por nuestra salvación sustituyéndonos en la Cruz y cargando nuestros pecados "Víctima ofrecida por el pecado", en esta ofrenda, al igual que la ofrenda de comunión, la víctima era consumida totalmente y así se entraba en común - unión con el Dios de Israel. En nuestra Eucaristía, la víctima, nuestra ofrenda y sacrificio, tiene que ser consumida al igual que en el antiguo Israel. Hoy nuestra ofrenda no es de ovejas ni animales. Es Jesús el Señor, por eso nuestra comunión no es simbólica, como las víctimas de Israel no eran simbólicas, sino con la propia Víctima. Para el Hebreo y en la mentalidad semita es necesario entrar en comunión con el cuerpo si queremos establecer una comunión con el espíritu.


Éxodo 12, 8-10
Esa misma noche comerán el cordero asado al fuego, lo comerán con panes sin levaduras… Ustedes no guardaran nada para el día siguiente, lo que sobre quémenlo al fuego.

En la comida de la Pascua era sacrificado un cordero, macho y sin defectos. Desde antiguo se ha considerado este cordero prefigura de Jesucristo. Este cordero se debía comer completo en la cena Pascual. La Eucaristía es Nuestra Cena Pascual, en ella el cordero no puede ser una representación, es el mismo cordero el que se ingiere. Nuestro cordero ya fue señalado por Juan el Bautista (San Juan 1, 36) es Jesús, por lo tanto en la Eucaristía comemos el Cuerpo de Jesús-Cordero.
La Eucaristía en el contexto neotestamentario                                                                                                                                                                                    Juan 6, 51  Yo soy el pan vivo bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y la daré para vida del mundo.


Juan 6 es el discurso más difícil que le tocó predicar a Jesús y de hecho el de más controversia. Jesús ya ha declarado que Él es el pan de vida.


Días antes, Jesús ha caminado sobre las aguas, desafiando todas las leyes naturales (San Marcos6, 45-52). Pocos momentos antes Jesús había multiplicado los panes (San Marcos 6, 35-43). Con estos dos hechos le ha querido decir a sus discípulos que Él hace con el pan lo que quiere (lo multiplica) y con su cuerpo también (camina sobre las aguas), o sea, que tiene poder sobre su cuerpo y sobre los panes. Ahora se adentra en el misterio y proclama que su carne es pan. ¿Difícil? ¿No caminó sobre las aguas... algo imposible para un hombre?. ¿No multiplicó los panes… algo imposible para un hombre?. Seguro que sí, pero no para Dios. El que tiene poder sobre las leyes naturales de su cuerpo y de los panes puede transformar su cuerpo en pan. En este pasaje Jesús habla claramente. El pan que nos va a dar es Su Carne, aquí esta explícito. Esta frase esta exenta de simbolismo, pero para aclarar esto más aún veamos al texto griego original.


La palabra utilizada para definir carne es "sarx", que en Griego quiere decir: "Carne, trozo de carne, cuerpo, ser vivo, hombre". Vemos una definición contundente de que Jesús utiliza la palabra que denota cuerpo de carne y que no es en ningún modo metáfora, hecho que concordará con las palabras de la Última Cena. Existen otras dos palabras en Griego para definir carne, una es "Kreas" que quiere decir: "trozos de carne" y se utiliza para cuando se habla de ingerir carne en una comida normal (Romanos 4, 21 / 1Cor 8, 13) y "Sarkinos" que quiere decir "carnal" y se utiliza en sentido simbólico (Romanos 7, 14 / 1Cor 3, 1 / 2Cor 3,3. Fíjense que Jesús no utilizó ninguna de estas dos opciones en este contexto.


San Juan 6, 55
Mi carne es comida verdadera y mi sangre es bebida verdadera.

Si quedó alguna duda de la intención de Jesús en el versículo 51, ahora las dudas deberían disiparse. Jesús declara que su cuerpo (sarx) es comida verdadera. La palabra griega utilizada por Jesús para decir verdadera es "Alethes" que proviene de "Aletheia" que quiere decir "Verdad, veracidad, sinceridad, realidad", esta palabra confirma la realidad de la presencia viva de Jesús en Cuerpo y Divinidad en la Eucaristía. Jesús no dijo en ningún momento que su carne "significa", todo lo contrario, afirma ser verdadera, "alethes". Este mismo análisis se aplica a la sangre de Jesús.


Si nos quedara duda de que Jesús habló en sentido simbólico o metafórico analicemos la reacción de los discípulos:


San Juan 6, 60
Cuando oyeron todo esto, muchos de los que habían seguido a Jesús dijeron "Este lenguaje es muy duro ¿Quién puede sufrirlo?"

Los discípulos hablaban perfecto arameo, que era la lengua habitual de Jesús y entendieron perfectamente que éste no hablaba en forma simbólica, pues si hubiera sido así, esta reacción hubiera estado de más. ¡Ellos reaccionaron escandalizados! No pueden sufrir que el "hijo del carpintero" les hable de "comer su carne y beber su sangre"… es algo demencial para ellos, es algo que sólo se entiende en Fe. Jesús al contrario de lo que hace en otras ocasiones no les va a explicar, porque es algo que no se puede explicar, es algo que hay que aceptar. Es por eso que les pregunta a los Apóstoles si también se van a marchar y Pedro contesta que aunque no entiende nada, sabe que de Jesús solo sale "vida eterna". Así la Iglesia, como Pedro, se queda en Fe con las palabras de Jesús.


San Juan 6, 61
Jesús captó en su mente que sus propios discípulos criticaban su discurso y les dijo: ¡Qué va a ser entonces cuando vean al Hijo del Hombre subir al lugar donde estaba antes!

Jesús aquí nos da una comparación. Si no entienden cómo pueden comerse su cuerpo, menos entenderán su Ascensión al cielo, o sea dice Jesús que es más fácil aceptar la Eucaristía que aceptar su Ascensión y su Glorificación como Segunda Persona de la Trinidad. Actualmente casi todas las Iglesias aceptan la Ascensión y Glorificación de Jesús, sin embargo no aceptan la Eucaristía que según Jesús es más fácil de entender.


San Mateo 26, 26-28
Mientras comían, Jesús tomo el pan y, después de pronunciar la bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: Tomen y coman; esto es mi cuerpo. Después tomando una copa de vino y dando gracias, se la dio diciendo: Beban todos, porque esta es mi sangre, la sangre de la alianza, que es derramada por una muchedumbre, para el perdón de los pecados.

Llega la Última Cena. Cena Pascual donde sorpresivamente no hay cordero puesto que Jesús va a reemplazarlo. Llegado el momento Jesús solemnemente declara que el pan ES su cuerpo, en clara conexión con el discurso de San Juan 6. La palabra griega utilizada en el Evangelio traducida como "cuerpo" no es Sarx, como hubiera sido de esperar pues Sarx significa también cuerpo. La palabra utilizada es Soma que quiere decir en griego "cuerpo, cadáver, cuerpo muerto" que en este contexto de sacrificio, al darlo separado de su sangre (el vino) expresa claramente que Jesús está hablando y refiriéndose a Él cómo el Cordero Pascual comido en la Pascua Hebrea ya muerto y no de forma alguna simbólica y que faltó en la Última Cena. La misma explicación es acertada para el vino como sangre.


San Lucas 19
Hagan esto en memoria mía.

Esta orden de Jesús de ninguna forma da aspecto de simbolismo a la Eucaristía, más bien la afirma. Veamos: La palabra griega utilizada para "memoria" es anamnesis que quiere decir "recordar, refrescar la memoria, mencionar, acordarse, pensar en algo" en ningún momento la palabra memoria implica símbolo. Con esta palabra Jesús ordena a los Apóstoles que sigan repitiendo lo que Él acaba de hacer con las mismas consecuencias, instituye el orden Presbiteral o Sacerdotal al mandar a los Apóstoles a celebrar la Cena Pascual con Él como Cordero Sacrificado y en ningún momento simbólico. Con esto se cumple en el Nuevo Pacto lo ordenado a Israel en Éxodo 12, 14"


"Esta ley es para siempre: los descendientes de ustedes no dejaran de celebrar este día."

¿Sabías tú, que cuando asistes a la Eucaristía estas asistiendo a la Cena Pascual de la Nueva Alianza?.. Esto será un tema para un nuevo estudio. Regresando a nuestra palabra "anamnesis", esta palabra se utiliza en Hebreos 10, 3. "Pero en esos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados…" cada año se recuerda algo muy actual, los pecados. Memorial - actualización de una realidad. ¿Qué realidad? Nuestra comunión con Jesús de una forma íntima y tremenda comiendo su Cuerpo y bebiendo su Sangre.


Levítico 2, 2
La llevarán a los sacerdotes, los hijos de Aarón, quienes tomando un puñado de harina con aceite y todo el incienso lo quemaran sobre el altar como combustión, en memoria, en olor suave para Yahvé.

El olor de esta harina, quemada por los sacerdotes en el altar será un memorial, o sea que recordara al Padre la ofrenda al mismo tiempo que al oferente. El memorial de la Eucaristía recuerda al Padre el Sacrificio de Cristo en la cruz - único y suficiente - pero que se actualiza como sacrificio incruento, donde no hay sufrimiento; y que recuerda al Padre que somos los oferentes y los beneficiados de éste, y que por esta víctima- Jesús -debe derramar su Misericordia sobre nosotros.


En I de Corintios 11, 26 dice San Pablo "Cuantas veces comáis este pan y bebáis este cáliz, anuncias la muerte del Señor hasta que venga". Este versículo es de una importancia trascendental, pues reafirma el carácter sacrificial y escatológico de la Eucaristía. Proclamamos el sacrificio de Jesús y lo haremos hasta que Él retorne en Gloria.


I Corintios 10, 16
La copa de bendición que bendecimos, ¿No es la comunión con la sangre de Cristo? Y el pan que partimos, ¿No es una comunión con el cuerpo de Cristo?

En este Capítulo 10, San Pablo habla de un hecho real "no se debe comer carne sacrificada a los ídolos" y como alude a la presencia real de Cristo en la Eucaristía común - unión del creyente y Cristo Jesús, diciendo claramente que la comunión es el cuerpo y la sangre de Cristo.


I Corintios 1, 26-29
Así pues, cada vez que comen de este pan y beben de la copa, están proclamando la muerte del Señor hasta que venga. Por lo tanto, si alguien come el pan y bebe de la copa del Señor indignamente, peca contra el cuerpo y la sangre del Señor.

Por eso, que cada uno examine su conciencia antes de comer del pan y beber de la copa. De otra manera come su propia condenación al no reconocer el cuerpo.

Aquí San Pablo nos da una visión contundente de la presencia real de Jesús en la Eucaristía. Primeramente se peca contra el objeto que se agravia, aquí según San Pablo se agravia el Pan y la Copa al comerse indignamente, sin embargo se peca contra el Cuerpo y la Sangre del Señor, afirmación que sería un desatino si cuerpo y pan y copa y sangre no fueran lo mismo. Seguidamente va a atribuir condenación, un hecho que solo se aplica por no aceptar en Fe a Dios.
¿Qué pensaron la comunidad primitiva y los Padres de la Iglesia en el primer siglo sobre este tema


San Ignacio Obispo de Antioquía en el año 110 DC. escribe en su Carta a los de Esmirna lo siguiente
"De la Eucaristía y la oración se apartan (los herejes docetas) por que no confiesan que la Eucaristía es la carne de Nuestro Salvador Jesucristo, la que padeció por nuestros pecados, la que por bondad resucito el Padre. Por lo tanto, los que contradicen el don de Dios litigando, se van muriendo. Mejor les fuera amar para que también resucitasen."

En su carta a la Iglesia de Filadelfia les dice
"Esforzaos, por lo tanto, por usar de una sola Eucaristía; pues una sola es la carne de Nuestro Señor Jesucristo y uno sólo es el cáliz para unirnos con su sangre, un solo altar, como un solo Obispo junto con el Presbiterio y con los diáconos co-siervos míos; a fin de que cuando hagáis, todo lo hagáis según Dios."

San Justino Mártir, año 160 en su Apología 1ra.
"Este alimento se llama entre nosotros Eucaristía del cual a ninguno le es lícito participar, sino al que cree que nuestra doctrina es verdadera y ha sido purificado por el Bautismo para perdón de pecados y regeneración…. Es la sangre y la carne de aquel Jesús que se encarnó, pues los Apóstoles y los comentarios por ellos compuestos, llamados Evangelios nos lo transmitieron así…"

San Ireneo, Obispo de Lyon, año 180, libro "Adversus Haereses"
"¿Y como dicen también que la carne se corrompe y no participa de la vida (la Carne) que es alimentada por el cuerpo y la Sangre del Señor? Por lo tanto, o cambian de parecer o dejan de ofrecer las cosas dichas."

Tertuliano, año entre 160 y 220 libro "Contra Marción"
"Por lo cual, por el sacramento del pan y del cáliz, ya hemos probado en el Evangelio la verdad del cuerpo y la sangre del Señor en contra de la teoría del fantasma propugnada por Marción."

San Agustín, años 354-430
"Y siendo así que Cristo anduvo en esta carne y nos dio su misma carne para que la comiéramos, nadie puede comer su carne si no la adora, encontramos que como es posible adorar tal escabel de los pies del Señor, sin que no-sólo no pequemos adorando, sino que pequemos no adorando..."

Hermanos separados de la comunión con la Iglesia Católica opinan que cuando Jesús dijo: "Esto es mi cuerpo" lo dijo en forma de símil, como es el caso en San Juan 6, 35 donde Jesús dice: "Yo soy el pan de Vida" o como en San Juan 6, 12 donde dijo: "Yo soy la Luz del mundo" o también como en San Juan 10, 9 donde dijo "Yo soy la puerta". Evidentemente Jesús aquí se esta describiendo a sí mismo como "Pan de Vida", "Luz del mundo", "Puerta" y en otra oportunidad como "El camino", Jesús no es una "Puerta" o un "Camino" físicamente hablando... es pura simbología, pero examinemos una de estas oraciones, por ejemplo: "Yo soy la Puerta"... esta oración, y si mal no recuerdo mis años de estudiante de gramática, se compone de Sujeto y Predicado. El sujeto es de quien se habla y el predicado precedido de un verbo describe una acción al sujeto, en este caso Yo, es el sujeto o sea Cristo y soy la puerta es el predicado que describe a Cristo como la entrada a la salvación por medio de una "puerta". En la Última Cena Jesús dice "Esto es mi cuerpo". Esto es el sujeto o sea el pan y mi cuerpo es el predicado que describe al sujeto o sea Cristo (soma). ¿Ves la diferencia? En los anteriores versículos del Evangelio Cristo se describe a sí mismo como puerta, Luz, camino, etc... En la Última Cena el Pan es descrito como el mismo Cristo, su cuerpo sacrificial. Luego entonces el Pan es Cristo, lo cual es muy diferente a que Cristo sea pan.


Hermano que lees este pequeño estudio de apologética sobre la Eucaristía, la presencia real de Jesús en el pan y en el vino sólo se acepta por Fe, no por razonamiento. Pues como dijo San Agustín "Si lo entiendes, no es Dios". ¿En qué bando estas? Entre los que dejaron a Jesús moviendo la cabeza y diciendo "dura doctrina es esta!" O, cómo los que como Pedro nos quedamos diciendo "no entiendo humanamente, pero sé que tienes Palabras de Vida y además, ¿adonde ir que haya vida eterna?" Si te quedas en Fe tienes la promesa del Señor "El que come mi carne y bebe mi sangre, vive de verdad, y yo lo resucitare en el ultimo día". Que así sea.

Libro de los Números 24,2-7.15-17. 
Cuando alzó los ojos y vio a Israel acampado por tribus, el espíritu de Dios vino sobre él
y pronunció su poema, diciendo: "Oráculo de Balaam hijo de Beor, oráculo del hombre de mirada penetrante;
oráculo del que oye las palabras de Dios y conoce el pensamiento del Altísimo; del que recibe visiones del Todopoderoso, en éxtasis, pero con los ojos abiertos.
¡Qué hermosas son tus carpas, Jacob, y tus moradas, Israel!
Son como quebradas que se extienden, como jardines junto a un río, como áloes que plantó el Señor, como cedros junto a las aguas.
El agua desborda de sus cántaros, su simiente tiene agua en abundancia. Su rey se eleva por encima de Agag y su reino es exaltado.
Entonces pronunció su poema, diciendo: "Oráculo de Balaam, hijo de Beor, oráculo del hombre de mirada penetrante;
oráculo del que oye las palabras de Dios y conoce el pensamiento del Altísimo; del que recibe visiones del Todopoderoso, en éxtasis pero con los ojos abiertos.
Lo veo, pero no ahora; lo contemplo, pero no de cerca: una estrella se alza desde Jacob, un cetro surge de Israel: golpea las sienes de Moab y el cráneo de todos los hijos de Set.
Salmo 25(24),4-5.6-7.8-9.
Muéstrame, Señor, tus caminos, enséñame tus senderos.
Guíame por el camino de tu fidelidad; enséñame, porque tú eres mi Dios y mi salvador, y yo espero en ti todo el día.
Acuérdate, Señor, de tu compasión y de tu amor, porque son eternos.
No recuerdes los pecados ni las rebeldías de mi juventud: Por tu bondad, Señor, acuérdate de mi según tu fidelidad.
El Señor es bondadoso y recto: por eso muestra el camino a los extraviados;
él guía a los humildes para que obren rectamente y enseña su camino a los pobres.
Evangelio según San Mateo 21,23-27.
Jesús entró en el Templo y, mientras enseñaba, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo, para decirle: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Y quién te ha dado esa autoridad?".
Jesús les respondió: "Yo también quiero hacerles una sola pregunta. Si me responden, les diré con qué autoridad hago estas cosas.
¿De dónde venía el bautismo de Juan? ¿Del cielo o de los hombres?". Ellos se hacían este razonamiento: "Si respondemos: 'Del cielo', él nos dirá: 'Entonces, ¿por qué no creyeron en él?'.
Y si decimos: 'De los hombres', debemos temer a la multitud, porque todos consideran a Juan un profeta".
Por eso respondieron a Jesús: "No sabemos". El, por su parte, les respondió: "Entonces yo tampoco les diré con qué autoridad hago esto". 
 


San Beda el Venerable (hacia 673-735), monje, doctor de la Iglesia
Sermón nº 1; CCL 122, 2


«Todos tiene a Juan por profeta»

     Si queremos saber porqué Juan bautizaba, sabiendo que su bautismo no podía perdonar los pecados, la razón es clara: para ser fiel a su ministerio de precursor, debía antes bautizar al Señor por la misma razón que había nacido antes que él, que predicaría antes que él y moriría antes que él. Al mismo tiempo era para impedir que la disputa envidiosa de los fariseos y de los escribas no influyera sobre el ministerio del Señor, en el caso que él hubiera dado primero el bautismo a los hombres. «El bautismo de Juan, ¿de dónde venía, del cielo o de los hombres?» Como no se atrevieron a negar que venía del cielo, se vieron forzados a reconocer que las obras del cielo de aquél de quien Juan predicaba también eran debidas a un poder que venía del cielo.
Sin embargo, aunque el bautismo de Juan no perdonaba los pecados, no dejaba, sin embargo, sin frutos a los que lo recibían... Era una señal de fe y de arrepentimiento, o sea que recordaba que todos debían abstenerse de pecado, practicar la limosna, creer en Cristo, y apresurarse a recibir su bautismo desde que él se hiciera presente, a fin de lavarse para recibir la remisión de sus pecados. Por otra parte, el desierto donde Juan permanecía representa la vida de los santos que abandonaban los placeres de este mundo. Tanto si viven en soledad o entre la multitud, sin cesar con toda la fuerza de su alma tienden a prescindir de los deseos del mundo presente; su gozo lo encuentran en no unirse más que a Dios, en el secreto de su corazón, y a no poner más que en él solo toda su esperanza. Es hacia esta soledad del alma, tan amada por Dios, que el profeta, con la ayuda del Espíritu Santo, deseaba ir cuando decía: «¿Quién me diera alas de paloma para volar y posarme?» (Sl 54,7).


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