domingo, 13 de febrero de 2011


Sexto Domingo
ciclo A

FIRMES EN LA FE

— El depósito de la fe. Un tesoro que recibe cada generación de manos de la Iglesia, quien lo guarda fielmente con la asistencia del Espíritu Santo y lo expone con autoridad.

— Evitar todo lo que atenta a la virtud de la fe.

— Prudencia en las lecturas.

I. Nos dice el Señor en el Evangelio de la Misa1 que Él no viene a destruir la Antigua Ley, sino a darle su plenitud; restaura, perfecciona y eleva a un orden más alto los preceptos del Antiguo Testamento. La doctrina de Jesús tiene un valor perenne para los hombres de todos los tiempos y es «fuente de toda verdad salvadora y de toda norma de conducta»2. Es un tesoro que cada generación recibe de manos de la Iglesia, quien lo guarda fielmente con la asistencia del Espíritu Santo y lo expone con autoridad. «Al adherirnos a la fe que la Iglesia nos propone, nos ponemos en comunicación directa con los Apóstoles (...); y mediante ellos, con Jesucristo, nuestro primer y único Maestro; acudimos a su escuela, anulamos la distancia de los siglos que nos separan de ellos»3. Gracias a este Magisterio vivo, podemos decir –en cierto modo– que el mundo entero ha recibido su doctrina y se ha convertido en Galilea: toda la tierra es Jericó y Cafarnaún, la humanidad está a la orilla del lago de Genesaret4.

La guarda fiel de las verdades de la fe es requisito para la salvación de los hombres. ¿Qué otra verdad puede salvar si no es la verdad de Cristo? ¿Qué «nueva verdad» puede tener interés –aunque fuera la del más sabio de los hombres– si se aleja de la enseñanza del Maestro? ¿Quién se atreverá a interpretar a su gusto, cambiar o acomodar la Palabra divina? Por eso, el Señor nos advierte hoy: el que quebrante uno solo de estos mandamientos, incluso de los más pequeños, y enseñe a los hombres a hacer lo mismo, será el más pequeño en el reino de los Cielos.

San Pablo exhortaba de esta manera a Timoteo: Guarda el depósito a ti confiado, evitando las vanidades impías y las contradicciones de la falsa ciencia que algunos profesan, extraviándose de la fe5. Con esta expresión –depósito– la Iglesia sigue designando al conjunto de verdades que recibió del mismo Cristo y que ha de conservar hasta el final de los tiempos.

La verdad de la fe «no cambia con el tiempo, no se desgasta a través de la historia; podrá admitir, y aun exigir, una vitalidad pedagógica y pastoral propia del lenguaje, y describir así una línea de desarrollo, con tal que, según la conocidísima sentencia tradicional de San Vicente de Lérins (...): quod ubique, quod semper, quod ab omnibus: “lo que en todas partes, lo que siempre, lo que por todos” se ha creído, eso debe mantenerse como formando parte del depósito de la fe (...). Esta fijeza dogmática defiende el patrimonio auténtico de la religión católica. El Credo no cambia, no envejece, no se deshace»6. Es la columna firme en la que no podemos ceder, ni siquiera en lo pequeño, aunque por temperamento estemos inclinados a transigir: «Te molesta herir, crear divisiones, demostrar intolerancias..., y vas transigiendo en posturas y puntos –¡no son graves, me aseguras!–, que traen consecuencias nefastas para tantos.

»Perdona mi sinceridad: con ese modo de actuar, caes en la intolerancia –que tanto te molesta– más necia y perjudicial: la de impedir que la verdad sea proclamada»7. Y anunciar la verdad es frecuentemente el mayor bien que podemos hacer a quienes nos rodean.

II. El cristiano, liberado de toda tiranía del pecado, se siente impulsado por la Nueva Ley de Cristo a comportarse ante su Padre Dios como un hijo suyo. Las normas morales no son entonces meras señales indicadoras de los límites de lo permitido o prohibido, sino manifestaciones del camino que conduce a Dios; manifestaciones de amor.

Debemos conocer bien este conjunto de verdades y de preceptos que constituyen el depósito de la fe, pues es el tesoro que el Señor, a través de la Iglesia, nos entrega para que podamos alcanzar la salvación. Esta riqueza de verdades se protege especialmente con la piedad (oración y sacramentos), con una seria formación doctrinal, adecuada a las personas, y también ejercitando la prudencia en las lecturas.

Todo el mundo considera razonable, por ejemplo, en una cátedra de física o de biología, que se recomienden determinados textos, se desaconseje el estudio de otros y se declare inútil y aun perjudicial la lectura de una publicación concreta para quien de verdad está interesado en adquirir una seria formación científica. En cambio, no faltan quienes se asombran de que la Iglesia reafirme su doctrina sobre la necesidad de evitar aquellas lecturas que sean dañinas para la fe o la moral, y ejerza su derecho y su deber de examinar, juzgar y, en casos extremos, reprobar los libros contrarios a la verdad religiosa8. La raíz de ese asombro infundado podría encontrarse en una cierta deformación del sentido de la verdad, que admitiría un magisterio solo en el campo científico, mientras que considera que en el ámbito de las verdades religiosas solo cabe dar opiniones más o menos fundadas.

Al avivar en nuestra oración la fidelidad al depósito de la revelación, recordamos al mismo tiempo que incluso la ley natural, que el Señor ha escrito en nuestros corazones, nos impulsa desde dentro a valorar los dones del Cielo y, en consecuencia, «obliga a evitar en lo posible todo lo que atenta contra la virtud de la fe»9, como nos pide, por ejemplo, que conservemos la vida física; por ello, «poner voluntariamente en peligro la fe con lecturas perniciosas sin un motivo que lo justifique, sería un pecado aunque en la actualidad no se incurra en pena eclesiástica alguna»10.

Tras una larga experiencia en convivir y estudiar autores paganos o desconocedores de la fe, recomendaba San Basilio: «Debéis, pues, seguir al detalle el ejemplo de las abejas. Porque estas no se paran en cualquier flor ni se esfuerzan por llevarse todo de las flores en las que posan su vuelo, sino que una vez que han tomado lo conveniente para su intento, lo demás lo dejan en paz.

»También nosotros, si somos prudentes, extrayendo de estos autores lo que nos convenga y más se parezca a la verdad, dejaremos lo restante. Y de la misma manera que al coger la flor del rosal esquivamos las espinas, así al pretender sacar el mayor fruto posible de tales escritos, tendremos cuidado con lo que pueda perjudicar los intereses del alma»11.

La prudencia en las lecturas es manifestación de fidelidad a las enseñanzas de Jesucristo; la fe es nuestro mayor tesoro, y por nada del mundo nos podemos exponer a perderlo o a deteriorarlo. Nada vale la pena en comparación de la fe. Debemos velar por nosotros mismos y por todos, pero de modo particular por aquellos que de alguna manera el Señor nos ha encomendado: hijos, alumnos, hermanos, amigos...

III. Dichoso el que con vida intachable camina en la voluntad del Señor; dichoso el que guardando sus preceptos lo busca de todo corazón12, dice el Salmo responsorial, avivando nuestra disposición de seguir fielmente a Jesucristo.

Entre las ocasiones particularmente delicadas que pueden poner en peligro la integridad de la fe, la Iglesia ha señalado siempre la lectura de libros que atentan directa o indirectamente contra las verdades religiosas y contra las buenas costumbres, pues la historia atestigua con evidencia que, aun con todas las condiciones de piedad y de doctrina, no es raro que el cristiano se deje seducir por la parte o apariencia de verdad que hay siempre en todos los errores13.

Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes (...). Enséñame a cumplir tu voluntad, le decimos nosotros a Jesús con palabras del Salmo responsorial14. Y Él, a través de una conciencia formada, nos moverá a ser humildes, a realizar una prudente selección y a buscar un asesoramiento con garantías si hemos de estudiar cuestiones científicas, humanísticas, literarias, etc., en las que pueda inficcionarse nuestro pensamiento. Permaneciendo junto a Cristo, valorando mucho la fe, andaremos sin falsos complejos, con naturalidad, sin el afán superficial de «estar al día», como se han comportado siempre muchos intelectuales cristianos: catedráticos, profesores, investigadores, etc. Si somos humildes y prudentes, si tenemos «sentido común», no seremos «como los que toman el veneno mezclado con miel»15.

Fieles a la enseñanza del Evangelio y del Magisterio de la Iglesia, necesitamos una formación que nos permita apreciar cuanto de válido puede encontrarse en las diversas manifestaciones de la cultura –pues el cristiano debe estar siempre abierto a todo lo que es verdaderamente positivo–, a la vez que detectamos lo que sea contrario a una visión cristiana de la vida. Pidamos a la Santísima Virgen, Asiento de la Sabiduría, ese discernimiento en el estudio, en las lecturas y en todo el ámbito de las ideas y de la cultura. Pidámosle también que nos enseñe a valorar y a amar siempre más el tesoro de nuestra fe.

1 Mc 5, 17-37, — 2 Conc. Vat. II, Const. Dei Verbum, 7. — 3 Pablo VI, Alocución 1-III-1967. — 4 Cfr. P. Rodríguez, Fe y vida de fe, p. 113. — 5 1 Tim 6, 20-21. — 6 Pablo VI, Audiencia general 29-IX-1976. — 7 San Josemaría Escrivá, Surco, n. 600. — 8 Cfr. Código de Derecho Canónico, cánones 822-832. — 9 J. Mausbach y G. Ermecke, Teología Moral Católica, EUNSA, Pamplona 1974, vol. II, p. 108. — 10 Cfr. ibídem. — 11 San Basilio, Cómo leer la literatura pagana, p. 43. — 12 Sal 118, 1-2. — 13 Cfr. Pío XI, Const. Apost. Deus scientiarum Dominus, 24-V-1931: AAS 23 (1931), pp. 245-246. — 14 Sal 118, 34. — 15 San Basilio, loc. cit.
† Nota: Ediciones Palabra (poseedora de los derechos de autor) sólo nos ha autorizado a difundir la meditación diaria a usuarios concretos para su uso personal, y no desea su distribución por fotocopias u otras formas de distribución.

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viernes, 11 de febrero de 2011

NUESTRA SEÑORA DE LOURDES*

Memoria

— Las apariciones de la gruta. Santa María, Salus infirmorum.

— El sentido de la enfermedad y del dolor.

— Santificar el dolor. Acudir a Nuestra Señora.

I. Cuatro años después de haberse proclamado el dogma de la Inmaculada Concepción, se apareció la Santísima Virgen a una niña de catorce años, Bernadette Soubirous, en una gruta cercana a Lourdes. La Virgen era de tal belleza que era imposible describirla, cuenta la Santa1. Cuando años más tarde el escultor de la gruta preguntó a Bernadette si su obra, que representaba a la Virgen, se asemejaba a la aparición, respondió con gran ingenuidad y sencillez: «¡Oh, no, señor, de ninguna manera! ¡No se parece en nada!». La Virgen es siempre más bella.

Las apariciones se sucedieron durante diecisiete días más. La niña preguntaba su nombre a la Señora, y esta «sonreía dulcemente». Por fin, Nuestra Señora le reveló que era la Inmaculada Concepción.

En Lourdes se han sucedido muchos prodigios sobre los cuerpos y más aún sobre las almas. Incontables han sido las curaciones, y muchos más quienes han vuelto sanos de las diferentes enfermedades que también puede padecer el alma, habiendo recobrado la fe, con una piedad más recia o con una aceptación amorosa de la voluntad divina.

La Primera lectura de la Misa2 propone a nuestra consideración las palabras del Profeta Isaías que consolaba al pueblo elegido en el destierro con la vuelta a la ciudad santa, en la que encontrarían el consuelo como un hijo pequeño en su madre. Porque así dice el Señor: Yo haré derivar hacia ella, como un río de paz, como un torrente en crecida, las riquezas de las naciones. Llevarán en brazos a sus criaturas y sobre las rodillas las acariciarán; como un niño a quien su madre consuela, así os consolaré Yo...

Al meditar en la fiesta de hoy, vemos cómo el Señor ha querido poner en manos de su Madre todas las verdaderas riquezas que los hombres debemos implorar, y nos ha dejado en Ella el consuelo del que andamos tan necesitados. Aquellas dieciocho apariciones a la pequeña Bernadette son una llamada que nos recuerda la misericordia de Dios, que se ejerce a través de Santa María.

La Virgen se muestra siempre como Salud de los enfermos y Consoladora de los afligidos. Nosotros, al hacer hoy nuestra oración, acudimos a Ella, pues son muchas las necesidades que tenemos a nuestro alrededor. Ella las conoce bien, nos escucha allí donde nos encontramos y quiere que acudamos a su protección. Y esto nos llena de alegría y de consuelo, especialmente en la fiesta que hoy celebramos. A Nuestra Señora acudimos como hijos que no se quieren alejar de Ella: «Madre, Madre mía...», le decimos en la intimidad de nuestra oración, pidiéndole ayuda en tantas necesidades como nos apremian: en el apostolado, en la propia vida interior, en aquellos que tenemos a nuestro cargo, y de los que nos pedirá cuentas el Señor.

II. También la Santísima Virgen quiso recordar en aquella gruta la necesidad de la conversión y de la penitencia. Quiso Nuestra Madre poner de relieve que la humanidad fue redimida en la Cruz, y el valor redentor actual del dolor, del sufrimiento y de la mortificación voluntaria.

Lo que los hombres consideran, con mirada solo humana, como un gran mal, con ojos de buenos cristianos puede ser un gran bien: la enfermedad, la pobreza, el dolor, el fracaso, la difamación, la falta de trabajo... En momentos humanamente muy difíciles, podemos descubrir, con la ayuda de la gracia, que esa situación de debilidad es un gran camino para una sincera humildad, al sentirnos necesitados y en especial dependencia de Dios. La enfermedad, o cualquier otra desgracia, puede ayudarnos mucho a despegarnos un poco más de las cosas de la tierra, en las que, casi sin darnos cuenta, estábamos quizá demasiado metidos. Sentimos entonces la necesidad de mirar al Cielo y de fortalecer la esperanza sobrenatural, al comprobar la endeblez de la esperanza humana.

La enfermedad nos ayuda a confiar más en Dios, que nunca tienta por encima de nuestras fuerzas3, y a poner nuestra seguridad en Él, en la filiación divina, en el abandono pleno en sus brazos fuertes de padre. Él conoce bien nuestras fuerzas y no nos pedirá nunca más de lo que podamos dar. La enfermedad, o cualquier desgracia, es buena ocasión para llevar a la práctica el consejo de San Agustín: hacer todo lo que se pueda y pedir lo que no se puede4, pues Él no manda cosas imposibles.

La gran prueba de amor que podemos dar es aceptar la enfermedad, y la misma muerte, entregando la vida como oblación y sacrificio por Cristo, para bien de todo su Cuerpo Místico, la Iglesia. Nuestras penas y dolores pierden su amargura cuando se elevan hasta el Cielo. Poenae sunt pennae, las penas son alas, dice una antigua expresión latina. Una enfermedad puede ser, en algunas ocasiones, alas que nos levanten hasta Dios. ¡Qué diferente es la enfermedad acogida con fe y humildad, aceptando de corazón la voluntad de Dios, de la que, por el contrario, se recibe con fe corta, malhumorados, resentidos o tristes!

III. ... Y estaba allí la Madre de Jesús5. Con alegría vemos cómo a los santuarios de la Virgen se acercan personas de todo tipo y condición y se postran a los pies de Nuestra Señora. Quizá no se habrían acercado si no hubieran experimentado la debilidad, el dolor o la necesidad, propia o ajena.

Refiriéndose a la fiesta que hoy celebramos, se preguntaba el Papa Juan Pablo II por qué gentes tan diversas acuden a la gruta donde tuvieron lugar las apariciones, y respondía: «Porque saben que allí, como en Caná, “está la madre de Jesús”: y donde Ella está no puede faltar su Hijo. Esta es la certeza que mueve a las multitudes que cada año se vuelcan en Lourdes en busca de un alivio, de un consuelo, de una esperanza (...).

»La curación milagrosa, sin embargo, es, a pesar de todo, un acontecimiento excepcional. La potencia salvífica de Cristo, obtenida por la intercesión de su Madre, se revela en Lourdes sobre todo en el ámbito espiritual. En el corazón de los enfermos hace oír la voz del Hijo que desata prodigiosamente los entumecimientos de la acritud y de la rebelión, y restituye los ojos al alma para ver con una luz nueva el mundo, los demás, el propio destino»6.

El Señor, a quien nos conduce siempre su Madre, amaba a los enfermos. San Pedro compendia su vida en estas pocas palabras: Jesús de Nazareth... pasó haciendo el bien y sanando.... Los Evangelios no se cansan de ponderar la misericordia del Maestro con quienes padecían en el alma o en el cuerpo. Gran parte de su ministerio aquí en la tierra lo dedicó a curar a los enfermos y a consolar a los afligidos. «Era sensible a todo sufrimiento humano, tanto del cuerpo como del alma»8. Él es compasivo y espera de nuestra parte que pongamos los medios a nuestro alcance para salir de esa enfermedad o de ese agobio; y nunca permitirá pruebas por encima de nuestras fuerzas. En todo momento nos dará las gracias suficientes para que esas circunstancias dolorosas no nos separen de Él; por el contrario, deben acercarnos más y más y ayudarnos a llevar a otras personas a una mejora espiritual de sus vidas. Podemos pedir la curación o que se resuelvan los problemas que pesan sobre nosotros, pero, ante todo, debemos pedir ser dóciles a la gracia para que en esas circunstancias -en esas y no en otras sepamos crecer en fe, en esperanza y en caridad.

Nos aliviará las penas y sufrimientos el no pensar excesivamente en ellos, porque los hemos dejado en manos de Dios, y tampoco en las consecuencias futuras de los males que padecemos, pues aún no tenemos la gracia para sobrellevarlas... y quizá no se presenten. Bástele a cada día su propio afán9. No olvidemos que «todos estamos llamados a sufrir, pero no todos en el mismo grado y de la misma manera; cada uno seguirá en esto su llamada, correspondiendo a ella generosamente. El sufrimiento, que desde el punto de vista humano es tan desagradable, se convierte en fuente de santificación y de apostolado, cuando lo aceptamos con amor y en unión con Jesús...»10, corredimiendo con Él, sintiéndonos hijos de Dios, especialmente en esas circunstancias.

Acudamos en todo a María. Ella nos atenderá siempre. Nos alcanzará lo que pedimos, o nos conseguirá gracias mayores y más abundantes para que de los «males saquemos bienes; y de los grandes males, grandes bienes». Y sea cual sea nuestra situación, experimentaremos siempre su consuelo. Consolatrix afflictorum, Salus infirmorum, Auxilium christianorum... ora pro eis... ora pro me.

Ven en ayuda de nuestra debilidad, Dios de misericordia, y haz que, al recordar hoy a la Inmaculada Madre de tu Hijo, por su intercesión nos veamos libres de nuestras culpas.

1 Liturgia de las Horas, Segunda lectura del Oficio, Carta de Santa María Bernarda Soubirous al padre Godrand, año 1861. — 2 Is 66, 10-14. — 3 Cfr. 1 Cor 10, 13. — 4 Cfr. San Agustín, Tratado de la naturaleza y de la gracia, 43, 5. — 5 Cfr. Jn 2, 1. — 6 Juan Pablo II, Homilía 11-II-1980. — 7 Hech 10, 38. — 8 Juan Pablo II, Carta Apost. Salvifici doloris, 11-II-1984, 16. — 9 Mt 6, 34. — 10 A. Tanquerey, La divinización del sufrimiento, Rialp, Madrid 1955, p. 240. — 11 Liturgia de las Horas, Oración conclusiva de laudes.
* En el año 1858, la Inmaculada Virgen María se apareció dieciocho veces a la niña Bernadette Soubirous en una gruta cercana a Lourdes. La primera aparición tuvo lugar el 11 de febrero. Por medio de esta niña, la Virgen llama a los pecadores a la conversión y a un mayor espíritu de oración y caridad, principalmente con los más necesitados. Recomienda el rezo del Santo Rosario, oración con la que acudimos a nuestra Madre como hijos pequeños y necesitados. León XIII aprobó esta festividad y Pío X la extendió a toda la Iglesia. Bernadette fue beatificada y canonizada por Pío XI en 1925.
† Nota: Ediciones Palabra (poseedora de los derechos de autor) sólo nos ha autorizado a difundir la meditación diaria a usuarios concretos para su uso personal, y no desea su distribución por fotocopias u otras formas de distribución.

Meditación diaria de Hablar con Dios, Francisco Fernández Carvajal

Meditación diaria de Hablar con Dios, Francisco Fernández Carvajal
Marcos subraya pues que Jesús cumple la gran esperanza prometida por Isaías. Es como una nueva creación, un hombre nuevo, ¡con oídos bien abiertos para oír y con la lengua bien suelta para hablar! La salvación que Dios había prometido por los profetas es como un perfeccionamiento del hombre, una mejora de sus facultades: por la fe la humanidad adquiere como unos "sentidos" nuevos, más afinados.

3. DOMINICOS 2004

El día 8 de diciembre de 1854, Pío IX declaraba solemnemente el dog­ma de la Inmaculada Concepción de María.

Y el año 1858, cuatro años después de la proclamación solemne del dogma de la Inmaculada Concepción de María, en un pueblecito del sur de Francia, Lourdes, se aparecía la Virgen a una niña, Bernadette Soubirous.

Y un 25 de marzo, después de varias apariciones, junto al río Gave, en la gruta de Massabielle, Bernadette se atrevió a preguntar a la Virgen por su nombre. La Virgen le respondió: "Yo soy la Inmaculada Concepción". Y Bernardette saltó de júbilo, con los ojos encendidos de amor.

Este detalle, de profunda espiritualidad, es el que recordamos hoy a los pies de la Virgen, acompañando a miles de peregrinos.¡Cuántas penas ha quitado esa Virgen de Lourdes, cuántos odios, cuantos falsos compromisos!

Llénanos, Señora, de paz y de amor.

Para que nuestra unión con los fieles peregrinantes, sanos o enfermos, sea más intensa, nos serviremos de textos bíblicos adaptados a la fiesta popular mariana.


La luz de la Palabra de Dios
Del profeta Isaías 66, 10‑14.
“Alegraos con Jerusalén y regocijaos con ella todos los que la amáis. Llenaos con ella de alegría... He aquí que voy a derramar sobre ella la paz como un río y la gloria de las nacio­nes como un torrente desbordado...

Y vosotros lo veréis y vuestro corazón latirá de gozo; y vuestros huesos reverdecerán como la hierba. La mano de Yavé se dará a conocer a sus siervos.”

Evangelio según san Juan 2, 1‑11.
"Hubo una boda en Caná de Gali­lea; y estaba allí la madre de Jesús.

Fue invitado también Jesús con sus discípulos a la boda.

Al final de la fiesta, no tenían vino, porque el vino de la boda se había acabado. Movida de piedad, la madre de Jesús dijo a éste: mira, no tienen vino... Y después dijo a los servidores: "haced lo que Jesús os diga". Jesús, tras escuchar a su madre, les dijo: "llenad las tinajas de agua". Las llenaron hasta el borde; y él les agregó: "sacad ahora ese nuevo vino y llevadlo al maestresala”. Se lo llevaron; y cuando el maestresala hubo probado el agua convertida en vino... preguntó a los novios: ¿por qué habéis guardado este vino hasta el final?...

Este fue el primer milagro que hizo Jesús en Galilea, y en él mani­festó su gloria y creyeron en El sus discípulos".


Reflexión para este día
María, Mediadora de Gracia
En esta fiesta de la Santísima Virgen se expresa, como en otras muchas, la fe del pueblo de Dios que siempre vio en María a la Mujer privilegiada, a la llena de gracia, sin macha ni arruga, a la Madre de Dios encarnado, a la Doncella que nunca fue esclava del pecado.

La declaración dogmática de que María es limpia de pecado desde su Concepción forma parte de las declaraciones solemnes del Magisterio por las que se eleva a categoría de gran verdad algo que la comunidad cristiana ya vivía con especial gozo: el amor electivo de Dios que tomaba a María como mediación para encarnarse y hacerla madre suya.

Y su presencia espiritual en Lourdes es una delicadeza más para convocarnos al encuentro frecuente con ella, desde el gozo o el dolor, desde el éxito o el fracaso...

Honremos, pues, en este día a Dios Padre, Hijo y Espíritu, nuestra fuente de vida y de esperanza, cantemos a Maria, la elegida, porque sobre ella se derramó el Amor, y elevemos una antorcha de fe junto a las antorchas de los peregrinos en su Rosario.

TV Lourdes - Le direct avec la vie de Sanctuaires Notre-Dame de Lourdes | Lourdes

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Hoy, Señor, me presento ante ti
con todo lo que soy y lo que tengo.
Acudo a ti como persona sedienta, necesitada...
porque sé que en ti encontraré respuesta.
Siento que no puedo vivir con la duda todo el tiempo
y que se acerca el momento de tomar una decisión.

Deseo ponerme ante ti con un corazón abierto como el de María,
con los ojos fijos en ti esperando que me dirijas tu Palabra.
Deseo ponerme ante ti como Abraham,
con el corazón lleno de tu esperanza,
poniendo mi vida en tus manos.
Deseo ponerme ante ti como Samuel,
con los oídos y el corazón dispuestos a escuchar tu voluntad.

Aquí me tienes, Señor,
con un deseo profundo de conocer tus designios.
Quisiera tener la seguridad
de saber lo que me pides en este momento;
quisiera que me hablases claramente, como a Samuel.
Muchas veces vivo en la eterna duda.
Vivo entre dos fuerzas opuestas que me provocan indecisión
y en medio de todo no acabo de ver claro.

Sácame, Señor, de esta confusión en que vivo.
Quiero saber con certeza el camino que tengo que seguir.
Quiero entrar dentro de mí mismo
y encontrar la fuerza suficiente
para darte una respuesta sin excusas, sin pretextos.
Quiero perder tantos miedos
que me impiden ver claro
el proyecto de vida que puedas tener sobre mí.

¿Qué quieres de mí, Señor? ¡Respóndeme!
¿Quieres que sea un discípulo tuyo
para anunciarte en medio de este mundo?
Señor, ¿qué esperas de mí? ¿por qué yo y no otro?
¿Cómo tener la seguridad de que es este mi camino y no otro?

En medio de este enjambre de dudas
quiero que sepas, Señor, que haré lo que me pidas.
Si me quieres para anunciar tu Reino, cuenta conmigo, Señor.
Si necesitas mi colaboración
para llevar a todas las personas con las que me encuentre hacia ti,
cuenta conmigo, Señor.

Si me llamas a ser testigo tuyo de una forma más radical
como consagrado en medio de los hombres,
cuenta conmigo, Señor.
Y si estás con deseos de dirigir tu Palabra a mi oídos y a mi corazón,
habla, Señor, que tu siervo escucha.

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miércoles, 9 de febrero de 2011

:: Fray Leopoldo de Alpandeire ::

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BEATO LEOPOLDO DE ALPANDEIRE


“La vida de Fray Leopoldo es una confirmación de la palabra de Pablo: «Dios ha elegido lo necio del mundo para confundir a los sabios, y lo débil del mundo escogió Dios para confundir a los fuertes. Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios y lo que no es, para reducir a la nada lo que es. Para que ningún mortal se pueda gloriar en presencia de Dios» (1 Co 1, 27-29). El santo transparenta en su vida la santidad de Dios, dejando resplandecer la belleza divina a través de sus palabras y acciones. La santidad redunda también en beneficio de los demás y no sólo en provecho propio. Decía un genio de la música, Gounod, que “una gota de santidad vale más que un océano de genio”.
Los santos son hombres verdaderos, auténticos, plenamente realizados, que han dejado una huella duradera y un recuerdo dichoso en la historia. Quienes conocieron a Fray Leopoldo, cristianos y no creyentes, pudieron apreciar la riqueza de su vida y de sus virtudes; todos se enriquecieron de la santidad, que manaba de su alma” (Homilía de S.E.D. Jesús Catalá, Obispo de Málaga, en la Misa de Acción de Gracias, en Alpandeire, el 19 de septiembre de 2010).

:: Fray Leopoldo de Alpandeire ::

:: Fray Leopoldo de Alpandeire ::

:: Fray Leopoldo de Alpandeire ::

:: Fray Leopoldo de Alpandeire ::

Meditación diaria de Hablar con Dios, Francisco Fernández Carvajal

Meditación diaria de Hablar con Dios, Francisco Fernández Carvajal

Ponencias del Congreso

Ponencias del Congreso

Criterios exegéticos y teológicos

Criterios exegéticos y teológicos

Criterios de reconocimiento de las versiones

Criterios de reconocimiento de las versiones

La lectura eclesial del Antiguo Testamento

La lectura eclesial del Antiguo Testamento

La Biblia en los Santos Padres de la Iglesia

La Biblia en los Santos Padres de la Iglesia

Exégesis bíblica y vida eclesial

Exégesis bíblica y vida eclesial

La Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia

La Sagrada Escritura y el Magisterio de la Iglesia

El testimonio apostólico sobre Jesús y la historia

El testimonio apostólico sobre Jesús y la historia

Palabra de Dios y compromiso en el mundo

Palabra de Dios y compromiso en el mundo

Celebración de la Palabra de Dios

Celebración de la Palabra de Dios

Acto de Clausura

Acto de Clausura

La lectura científica de la Sagrada Escritura

La lectura científica de la Sagrada Escritura

La lectura científica de la Sagrada Escritura

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Segundo día del Congreso (fotografías)

Segundo día del Congreso (fotografías)

TV Lourdes - Le direct avec la vie de Sanctuaires Notre-Dame de Lourdes | Lourdes

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martes, 8 de febrero de 2011

Evangelio del día - Predicación - Orden de Predicadores

Evangelio del día - Predicación - Orden de Predicadores

MARCO DOMINGO 05A

MARCO DOMINGO 05A

MARCO DOMINGO 05A

MARCO DOMINGO 05A

Meditación diaria de Hablar con Dios, Francisco Fernández Carvajal

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Sagrada Biblia de la CEE

Sagrada Biblia de la CEE

RADIO LUZ 93.7 F. M. SANTIAGO, REP. DOM. 2009

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YouTube - Canal de SerFraileDominico#p/a/u/0/KjNk_r38g8w

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jueves, 3 de febrero de 2011

#842297

#842297

SAN BLAS

SAN BLAS


"Honrando a Juan Pablo II"

"Honrando a Juan Pablo II"

SAN BLAS
03 de febrero
SAN BLAS

Blas significa: "arma de la divinidad". (año 316)

San Blas fue obispo de Sebaste, Armenia (al sur de Rusia). Al principio ejercía la medicina, y aprovechaba de la gran influencia que le daba su calidad de excelente médico, para hablarles a sus pacientes en favor de Jesucristo y de su santa religión, y conseguir así muchos adeptos para el cristianismo. Al conocer su gran santidad, el pueblo lo eligió obispo.

Cuando estalló la persecución de Diocleciano, se fue San Blas a esconderse en una cueva de la montaña, y desde allí dirigía y animaba a los cristianos perseguidos y por la noche bajaba a escondidas a la ciudad a ayudarles y a socorrer y consolar a los que estaban en las cárceles, y a llevarles la Sagrada Eucaristía.

Cuenta la tradición que a la cueva donde estaba escondido el santo, llegaban las fieras heridas o enfermas y él las curaba. Y que estos animales venían en gran cantidad a visitarlo cariñosamente. Pero un día él vio que por la cuesta arriba llegaban los cazadores del gobierno y entonces espantó a las fieras y las alejó y así las libró de ser víctimas de la cacería.

Entonces los cazadores, en venganza, se lo llevaron preso. Su llegada a la ciudad fue una verdadera apoteosis, o paseo triunfal, pues todas las gentes, aun las que no pertenecían a nuestra religión, salieron a aclamarlo como un verdadero santo y un gran benefactor y amigo de todos.

El gobernador le ofreció muchos regalos y ventajas temporales si dejaba la religión de Jesucristo y si se pasaba a la religión pagana, pero San Blas proclamó que él sería amigo de Jesús y de su santa religión hasta el último momento de su vida. Entonces fue apaleado brutalmente y le desgarraron con garfios su espalda. Pero durante todo este feroz martirio, el santo no profirió ni una sola queja. El rezaba por sus verdugos y para que todos los cristianos perseveraran en la fe.

El gobernador, al ver que el santo no dejaba de proclamar su fe en Dios, decretó que le cortaran la cabeza. Y cuando lo llevaban hacia el sitio de su martirio iba bendiciendo por el camino a la inmensa multitud que lo miraba llena de admiración y su bendición obtenía la curación de muchos.

Pero hubo una curación que entusiasmó mucho a todos. Una pobre mujer tenía a su hijito agonizando porque se le había atravesado una espina de pescado en la garganta. Corrió hacia un sitio por donde debía pasar el santo. Se arrodilló y le presentó al enfermito que se ahogaba. San Blas le colocó sus manos sobre la cabeza al niño y rezó por él. Inmediatamente la espina desapareció y el niñito recobró su salud. El pueblo lo aclamó entusiasmado.

Le cortaron la cabeza (era el año 316). Y después de su muerte empezó a obtener muchos milagros de Dios en favor de los que le rezaban. Se hizo tan popular que en sólo Italia llegó a tener 35 templos dedicados a él. Su país, Armenia, se hizo cristiano pocos años después de su martirio.

En la Edad Antigua era invocado como Patrono de los cazadores, y las gentes le tenían gran fe como eficaz protector contra las enfermedades de la garganta. El 3 de febrero bendecían dos velas en honor de San Blas y las colocaban en la garganta de las personas diciendo: "Por intercesión de San Blas, te libre Dios de los males de garganta". Cuando los niños se enfermaban de la garganta, las mamás repetían: "San Blas bendito, que se ahoga el angelito".

A San Blas, tan amable y generoso, pidámosle que nos consiga de Dios la curación de las enfermedades corporales de la garganta, pero sobre todo que nos cure de aquella enfermedad espiritual de la garganta que consiste en hablar de todo lo que no se debe de hablar y en sentir miedo de hablar de nuestra santa religión y de nuestro amable Redentor, Jesucristo.

Patrón de: Enfermedades de la garganta y laringólogos. +C.316
San Blas fue médico y obispo de Sebaste, Armenia. Hizo vida eremítica en una cueva del Monte Argeus.
San Blas era conocido por su don de curación milagrosa. Salvó la vida de un niño que se ahogaba al trabársele en la garganta una espina de pescado. Este es el origen de la costumbre de bendecir las gargantas el día de su fiesta.
Según una leyenda, se le acercaban también animales enfermos para que les curase, pero no le molestaban en su tiempo de oración.
Cuando la persecución de Agrícola, gobernador de Cappadocia, contra los cristianos llegó a Sebaste, sus cazadores fueron a buscar animales para los juegos de la arena en el bosque de Argeus y encontraron muchos de ellos esperando fuera de la cueva de San Blas. Allí encontraron a San Blas en oración y lo arrestaron. Agrícola trató sin éxito de hacerle apostatar. En la prisión, San Blas sanó a algunos prisioneros. Finalmente fue echado a un lago. San Blas, parado en la superficie, invitaba a sus perseguidores a caminar sobre las aguas y así demostrar el poder de sus dioses. Pero se ahogaron. Cuando volvió a tierra fue torturado y decapitado. C. 316.

miércoles, 2 de febrero de 2011


FRASES CÉLEBRES DEL PADRE PÍO DE PIETRELCINA

Reza, espera y no te preocupes. La preocupación es inútil. Dios es misericordioso y escuchará tu oración...

La oración es la mejor arma que tenemos; es la llave al corazón de Dios. Debes hablarle a Jesús, no solo con tus labios sino con tu corazón. En realidad, en algunas ocasiones debes hablarle solo con el corazón...

Solo quiero ser un fraile que reza...

El tiempo transcurrido en glorificar a Dios y en cuidar la salud del alma, no será nunca tiempo perdido.

No hay tiempo mejor empleado que el que se invierte en santificar el alma del prójimo.
Una sola cosa es necesaria: consolar tu espíritu y amar a Dios.

Dulce es el yugo de Jesús, liviano su peso, por lo tanto, no demos lugar al enemigo para insinuarse en nuestro corazón y robarnos la paz.

La clave de la perfección es el amor. Quien vive de amor, vive en Dios, pues Dios es amor, como dice el Apóstol.

No amar es como herir a Dios en la pupila de Su ojo. ¿Hay algo mas delicado que la pupila?

Haré más desde el Cielo, de lo que puedo hacer aquí en la Tierra.

Cuando se pasa ante una imagen de la Virgen hay que decir: Te saludo, María. Saluda a Jesús de mi parte.

El demonio es como un perro rabioso atado a la cadena; no puede herir a nadie más allá de lo que le permite la cadena. Mantente, pues, lejos. Si te acercas demasiado, te atrapará.

El sufrimiento de los males físicos y morales es la ofrenda más digna que puedes hacer a aquel que nos ha salvado sufriendo.

Los ángeles sólo nos tienen envidia por una cosa: ellos no pueden sufrir por Dios. Sólo el sufrimiento nos permite decir con toda seguridad: Dios mío, mirad cómo os amo.

Salvar las almas orando siempre.

Con el estudio de los libros se busca a Dios; con la meditación se le encuentra.

¡Piensa siempre que Dios lo ve todo!

Es terrible la justicia de Dios. Pero no olvidemos que también su misericordia es infinita.

El ser tentado es signo de que el alma es muy grata al Señor.

Cuando el alma sufre y teme ofender a Dios, no le ofende y está muy lejos de pecar.
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Meditación diaria de Hablar con Dios, Francisco Fernández Carvajal

Meditación diaria de Hablar con Dios, Francisco Fernández Carvajal


SANTA RITA DE CASIA
Su fiesta se celebra el 22 de Mayo
Santa Rita nació en 1381 junto a Casia, su segunda patria, en la hermosa Umbría, tierra de Santos: Benito, Escolástica, Francisco, Clara, Angela, Gabriel... Santa Rita pertenece a esa insigne pléyade de mujeres que pasaron por todos los estados: casadas, viudas y religiosas. Por otra parte, pocos santos han gozado de tanta devoción como Santa Rita, Abogada de los imposibles. Su pasión favorita era meditar la Pasión de Jesús.

Los antiguos biógrafos esmaltan su infancia de prodigios sin cuento. Lo cierto es que fue una niña precoz, inclinada a las cosas de Dios, que sabía leer en las criaturas los mensajes del Creador. Su alma era una cuerda tensa que se deshacía en armonías dedicadas exclusivamente a Jesús.
Sentía desde niña una fuerte inclinación a la vida religiosa. Pero la Providencia divina dispuso que pasara por todos los estados, para santificarlos y extender la luz de su ejemplo y el aroma de su virtud. Fue un modelo extraordinario de esposa, de madre, de viuda y de monja.

Por conveniencias familiares se casa con Pablo Fernando, de su aldea natal. Fue un verdadero martirio, pues Pablo era caprichoso y violento. Rita acepta su papel: callar, sufrir, rezar. Su bondad y paciencia logra la conversión de su esposo. Nacen dos gemelos que les llenan de alegría. A la paz sigue la tragedia. Su esposo cae asesinado, como secuela de su antigua vida. Rita perdona y eso mismo inculca a sus hijos. Y sucede ahora una escena incomprensible desde un punto de vista natural. Al ver que no puede conseguir que abandonen la idea de venganza, pide al Señor se los lleve, por evitar un nuevo crimen, y el Señor atiende su súplica.

Vienen ahora años difíciles. Su soledad, sus lágrimas, sus oraciones. Intenta ahora cumplir el deseo de su infancia; ser religiosa. Tres veces desea entrar en las Agustinas de Casia, y las tres veces es rechazada.

Por fin, con un prodigio que parece arrancado de las Florecillas, se le aparecen San Juan Bautista, San Agustín y San Nicolás de Tolentino y en volandas es introducida en el monasterio. Es admitida, hace la profesión ese mismo año de 1417, y allí pasa 40 años, sólo para Dios.

Recorrió con ahínco el camino de la perfección, las tres vías de la vida espiritual, purgativa, iluminativa y unitiva. Ascetismo exigente, humildad, pobreza, caridad, ayunos, cilicio, vigilias. Las religiosas refieren una hermosa Florecilla. La Priora le manda regar un sarmiento seco. Rita cumple la orden rigurosamente durante varios meses y el sarmiento reverdece. Y cuentan los testigos que aún vive la parra milagrosa.

Jesús no ahorra a las almas escogidas la prueba del amor por el dolor. Rita, como Francisco de Asís, se ve sellada con uno de los estigmas de la Pasión: una espina muy dolorosa en la frente. Hay solicitaciones del demonio y de la carne, que ella calmaba aplicando una candela encendida en la mano o en el pie. Pruebas purificadoras, miradas desconfiadas, sonrisas burlonas. Rita mira al Crucifijo y en aquella escuela aprende su lección.

La hora de su muerte nos la relatan también llena de deliciosos prodigios. En el jardín del convento nacen una rosa y dos higos en pleno invierno para satisfacer sus antojos de enferma. Al morir, la celda se ilumina y las campanas tañen solas a gloria. Su cuerpo sigue incorrupto.

Cuando Rita murió, la llaga de su frente resplandecía en su rostro como una estrella en un rosal. Era el año 1457. Así premiaba Jesús con dulces consuelos el calvario de su apasionada amante. Leon XIII la canonizó el 1900.
NOVENA A SANTA RITA DE CASIA
EXHORTACIÓN para los devotos que deseen hacer con fruto esta novena

El perfecto modo de venerar a los Santos es imitar sus virtudes; porque tributar reverentes obsequios a estos escogidos de Dios, gemir al pie de su respetable altar, implorar su protección, querer mediante ella que se abran y derramen los tesoros de la gracia y beneficiciencia de nuestro Dios, y dejarse al mismo tiempo seducir y arrastrar del espíritu del mundo, del amor al placer, de la impiedad, es una devoción falsa, una dañosa hipocresía, una ilusión del corazón, un culto aparente, estéril y superficial. La devoción a los Santos debe ser verdadera, interior, activa y permanente, es decir, que imitemos su amor a Dios, su caridad con el prójimo, su penitencia, su humildad, su fe, su religión, su justicia y su celo. Tal es el modo de conseguir la misericordia del Señor, la protección de sus siervos, la remisión de las culpas y la santificación de nuestras almas.

Puestos de rodillas, delante de alguna imagen de Santa Rita,; hecha la señal de la cruz y dicho el acto de contricción, se dará comienzo la novena:
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS

Señor Dios omnipotente y misericordioso, conviérteme para que me arrepienta de mis pecados. Tócame para que me levante y vaya a tí y tengas misericordia de mí. Líbrame Señor, de todos los males presentes y futuros, concédeme la paz espiritual y temporal. Bendice al Papa, a los Obispos y a los Sacerdotes para que guíen con acierto al Pueblo de Dios, ilumina a todos los que tienen en sus manos los destinos de nuestra Patria, para que gobiernen conforme a los principios del Evangelio, dales un corazón recto para que no se aparten del camino de tu justicia. Te pido me concedas el remedio de mis necesidades que ahora te presento..., y que pongo por intercesora a Santa Rita de Casia, a quien invocaré en esta novena. Dame, Señor tu gracia, para que un día pueda cantar tus alabanzas en el cielo. Amén.

PETICIÓN A SANTA RITA DE CASIA

Bendita y abogada de los imposibles, Santa Rita de Casia, luminoso modelo de paciencia, azote de los demonios, refugio de los necesitados, y ejemplo de vida cristiana; esposa muy amada de Cristo, coronada con una de sus sagradas espinas, te ruego, si es para gloria de Dios y bien de mi alma, que me obtengas de Dios lo que te pido en esta NOVENA; sobre todo alcánzame una conversión total y que pueda enmendarme de mi mala vida por los méritos de mi Señor Jesucristo y los méritos de su Santísima Madre. Amén.

Día primero
ORACIÓN
Dios de bondad, Señor de los ángeles, refugio de los que en ti esperan, escucha mis súplicas, por los méritos de todos los santos y en particular por los de Santa Rita de Casia, ya que siempre estuvo dispuesta a cumplir tu santa voluntad. Por su intercesión, te suplico me concedas vivir siempre como auténtico cristiano, esperando me otorgues la gracia y el favor que te pido en esta NOVENA.... si es para tu gloria y bien de mi alma. Amén.

Aquí se rezan veintidós Avemarías a santa Rita de Casia.
PALABRA DEL SEÑOR
Jesús te dice: "Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a Dios. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de Dios. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos". (Mateo 5, 3-12)

(Unos instantes de reflexión; y pidamos la gracia que deseamos obtener por intercesión de Santa Rita.)
Preces:
- Para que todos los hombres respeten y amen la vida como un don de Dios, y para que los cristianos demos testimonio de un modo ordenado de vivir, roguemos al Señor.

- Para que santifiquemos la vida humana, manteniendo y desarrollando en nosotros la gracia santificante, roguemos al Señor.

- Para que la vida en familia sea una convivencia centrada y dirigida por el amor de Dios, roguemos al Señor.
Padrenuestro...
ORACIÓN FINAL
Gloriosa santa Rita, tú que de prodigiosa manera participaste de la dolorosa Pasión de Nuestro Señor Jesucristo, alcánzame que sufra, con resignación cristiana, las penas y dificultades de vida y protégeme en todas mis necesidades. Amén.
Día segundo
PALABRA DEL SEÑOR
Jesús te dice: "El que acepta mis mandamientos y los cumple, ese me ama. El que me ama a mí, lo amará mi Padre, yo también lo amaré y me manifestaré a él". (Juan 14, 21)

(Unos instantes de reflexión; y pidamos la gracia que deseamos obtener por intercesión de Santa Rita.)

Preces:
- Para que nuestra fe nos impulse a conocer y practicar mejor todo el contenido del Evangelio, roguemos al Señor.

- Para que en todas las circunstancias, incluso las más adversas, mantengamos la fidelidad y el testimonio de la fe cristiana, roguemos al Señor.

- Para que sepamos ser apóstoles de Cristo con nuestro comportamiento cristiano, roguemos al Señor.

Padrenuestro...
ORACIÓN FINAL
Dios, Padre Santo, a quien adoran y alaban los coros angélicos, y a quienes me uno, te ofrezco y consagro todos los méritos de Santa Rita de Casia, protectora y patrona mía, especialmente el gran amor con que te amó, el desprendimiento y abandono en que tuvo todas las cosas y honores del mundo, solamente por consagrarse a ti. Te pido, Señor y Dios mío, por el amor y los méritos de esta santa portadora de paz para tu Iglesia, escuches mi petición que te hago en esta NOVENA..., si es para gloria tuya y bien de mi alma. Amén.
Día tercero
PALABRA DEL SEÑOR
Jesús te dice: "El que no toma su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo". (Lucas 14, 27)

(Unos instantes de reflexión; y pidamos la gracia que deseamos obtener por intercesión de Santa Rita.)

Preces:
- Para que nunca perdamos la esperanza por muchas que sean las exigencias o sufrimientos de la vida, roguemos al Señor.

- Para que al mismo tiempo que confiamos en Dios, mantengamos el esfuerzo por ser fieles constantemente a su voluntad, roguemos al Señor.

- Para que la juventud viva con esperanza y sepa orientar su vida con el mejor sentido cristiano, roguemos al Señor.

Padrenuestro...
ORACIÓN FINAL
Te pido, Señor, por intercesión de Santa Rita, que llenes de luz y de gozo mi corazón y que me concedas por sus méritos, el favor que te pido en esta NOVENA..., si es para gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

Día cuarto
PALABRA DEL SEÑOR
Jesús te dice: "Este es mi mandamiento: que os améis los unos a los otros como yo os he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos. Vosotros son mis amigos, si hacéis lo que yo os mando..., que os améis los unos a los otros". (Juan 15, 12-17)

(Unos instantes de reflexión; y pidamos la gracia que deseamos obtener por intercesión de Santa Rita.)

Preces:
- Para que todas las familias cristianas hagan de su hogar un santuario de amor donde reine Dios, roguemos al Señor.

- Para que en todos nosotros prevalezca el amor a Dios y el amor al prójimo como la ley fundamental de nuestra vida, roguemos al Señor.

- Para que los esposos cristianos eduquen a sus hijos en la práctica del amor y les enseñen a superar los inconvenientes y tendencias destructoras del egoísmo, roguemos al Señor.

Padrenuestro...
ORACIÓN FINAL
Concédeme, Señor, que a imitación de Santa Rita de Casia, pueda siempre mostrarme lleno de amor y comprensión haica mis hermanos, como ella vivió observando tu gran mandamiento y practicando los consejos evangélicos. Hoy te ofrezco, Señor, sus sufrimientos y méritos, y por su intercesión te pido me concedas vivir siempre como hijo tuyo, para que dé testimonio de ti en todas partes y me concedas lo que en esta NOVENA te pido..., si es para gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

Día quinto
PALABRA DEL SEÑOR
Jesús te dice: "Tomad sobre vosotros mi yugo y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas". (Mateo 11, 29)

(Unos instantes de reflexión; y pidamos la gracia que deseamos obtener por intercesión de Santa Rita.)

Preces:
- Para que aprendamos a orar buscando más a Dios que nuestros propios intereses, roguemos al Señor.

- Para que en nuestra oración de súplica busquemos antes el bien de los demás que el propio, roguemos al Señor.

- Para que utilicemos la oración como instrumento de santificación, hasta conseguir permanecer en frecuente diálogo oracional con Dios, roguemos al Señor.

Padrenuestro...
ORACIÓN FINAL
Te adoro, Dios mío, y te amo de todo corazón, tú que remedias todas nuestras necesidades, te alabo, te amo y te bendigo con todos los ángeles, como a mi Dios y a mi Creador; te presento todos los méritos de tu sierva Santa Rita de Casia, patrona y abogada mía, a quien concediste el don de pacificar los corazones difíciles, y de poner paz en las familias. Humildemente te suplico, Dios nuestro, que por su intercesión, pueda unirme más a ti y me preserves del pecado y de todo mal, concediéndome la gracia que te pido en esta NOVENA..., si es para gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

Día sexto
PALABRA DEL SEÑOR
Jesús te dice: "Al árbol que no produce frutos buenos se lo corta y se le arroja al fuego. Por sus frutos los reconocerán". (Mateo 7, 19-20)

(Unos instantes de reflexión; y pidamos la gracia que deseamos obtener por intercesión de Santa Rita.)

Preces:
- Para que todos perseveremos, con la más santa fidelidad, en todos los compromisos de nuestro propio estado de vida, roguemos al señor.

- Para que tengamos en la Iglesia suficientes y santas vocaciones religiosas y sacerdotales, que respondan al seguimiento de Cristo con la mejor eficacia, roguemos al Señor.

- Para que las familias cristianas favorezcan y ambienten adecuadamente la vocación cristiana de sus hijos y les ayuden a encontrar la mejor orientación a la hora de elegir su estado de vida, roguemos al Señor.

Padrenuestro...
ORACIÓN FINAL
Dios nuestro, a quien adoran todas las criaturas del cielo y de la tierra, como a su Señor, yo me uno para alabarte y bendecirte y por amor a ti, amo a mi prójimo como a mí mismo y perdono todas las ofensas recibidas. Te ofrezco los méritos de tu sierva y protectora mía, Santa Rita de Casia, a quien otorgaste innumerables gracias, para vencer las más difíciles empresas; te pido me concedas por su intercesión no ofenderte más y huír de las ocasiones próximas de pecado, favoreciéndome con lo que te pido en esta NOVENA..., si es para gloria tuya y bien de mi alma. Amén.



Día séptimo
PALABRA DEL SEÑOR
Jesús te dice: "¿De qué servirá al hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?". (Lucas 9, 25)

(Unos instantes de reflexión; y pidamos la gracia que deseamos obtener por intercesión de Santa Rita.)

Preces:
- Para que seamos conscientes de que por el bautismo hemos sido consagrados a Dios, y vivamos con agrado entregados a Él y fieles a su voluntad con amor cristiano, roguemos al Señor.

- Para que avivemos nuestra conciencia de ser la Iglesia de Cristo, y nos esforcemos por colaborar con todas sus necesidades, roguemos al Señor.

- Para que en la Iglesia tengamos Religiosos santos, a ejemplo de Santa Rita, roguemos al Señor.

Padrenuestro...
ORACIÓN FINAL
Dios nuestro, que otorgaste a Santa Rita la gracia de seguir gozosamente a Cristo en una vida de pobreza y de humildad, te ofrezco todos sus méritos, particularmente su paciencia y su penitencia; haz que, a ejemplo suyo, sea mi preocupación principal en esta tierra, la de amar y seguir a tu hijo, Jesucristo. Ahora, humildemente te ruego me concedas lo que te pido en esta NOVENA..., si es para gloria tuya y bien de mi alma. Amén.

Día octavo
PALABRA DEL SEÑOR
Jesús te dice: "Yo haré lo que ustedes pidan en mi nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo". (Juan 19, 13)

(Unos instantes de reflexión; y pidamos la gracia que deseamos obtener por intercesión de Santa Rita.)

Preces:
- Para que ante las exigencias lacerantes de la vida, mantengamos la confianza en Dios y el esfuerzo por demostrar bondad, roguemos al Señor.

- Para que ningún sufrimiento, adversidad o dolor, nos aparte del amor de Dios, antes, al contrario, nos ayude a asemejarnos más a Cristo Redentor, roguemos al Señor.

- Para que ante la enfermedad, la pérdida de los seres queridos o la proximidad de la muerte, reafirmemos la fe en Cristo y nos unamos a los sentimientos de su Pasión, con plena confianza en la Resurrección, roguemos al Señor.

Padrenuestro...
ORACIÓN FINAL
Escucha, Señor, nuestra oración, perdona mis pecados, para que tu misericordia se manifieste una vez más y así pueda recibir tu perdón y tu paz. Te ruego, por intercesión de Santa Rita de Casia, mi protectora y abogada, a quien concediste el don de amarte y servirte, me concedas lo que te pido en est NOVENA..., y así poderte servir con renovado entusiasmo y disfrutar continuamente de tus beneficios. Amén.



Día noveno
PALABRA DEL SEÑOR
Jesús te dice: "Habrá más alegría en el cielo por un pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse". (Lucas 15, 7)

(Unos instantes de reflexión; y pidamos la gracia que deseamos obtener por intercesión de Santa Rita.)

Preces:
- Para que aspiremos con sincero deseo a la santidad, roguemos al Señor.

- Para que en toda circunstancia de vida demostremos que vivimos para Dios, roguemos al Señor.

- Para que, con un cristiano ejemplo de conducta alegre y bondadosa, estimulemos a otros a obrar el bien y evitar el mal, y crear entre todos una grata convivencia cristiana, roguemos al Señor.

Padrenuestro ...
ORACIÓN FINAL
A ti, Padre Santo, que siempre escuchas a tus hijos y nos concedes más de lo que pedimos, te alabo y te bendigo junto con todos los coros de los ángeles, que llenos de tu amor, te aman y quieren que seas amado, te consagro en este último día de mi NOVENA, todo mi ser, con mi inteligencia, mi corazón, mis sentidos, para que nunca cometa el pecado y me libres de toda desgracia corporal. Te ofrezco los méritos de todos los santos, especialmente los de mi protectora y abogada, Santa Rita de Casia, que quisiste asociarla a los sufrimientos de tu Pasión. Concédeme por su intercesión, lo que te pido en esta NOVENA..., si es para tu mayor gloria y bien de mi alma, y así un día pueda participar de tu gloria eterna. Amén.

BEATA MADRE TERESA DE CALCUTA
Su fiesta se celebra el 5 de Septiembre


RESUMEN BIOGRÁFICO

Ganxhe Agnes Bojaxhiu -nombre de la Madre Teresa de Calcuta- nació el 26 de agosto de 1910 en Skopje, capital de la actual Macedonia, que en aquel entonces era una pequeña ciudad de 20.000 habitantes bajo dominio turco, pero que había pertenecido durante mucho tiempo a Albania. Vivió en el seno de una familia católica albanesa. Ella lo expresaba con estas palabras:

“De sangre soy albanesa. De ciudadanía, India. En lo referente a la fe, soy una monja Católica. Por mi vocación, pertenezco al mundo. En lo que se refiere a mi corazón, pertenezco totalmente al Corazón de Jesús”.

Era la menor de los hijos de Nikola y Drane Bojaxhiu e hizo su Primera Comunión a la edad de cinco años y medio y recibió la Confirmación en noviembre de 1916. Desde el día de su Primera Comunión, llevaba en su interior el amor por las almas. La repentina muerte de su padre, cuando Gonxha tenía unos ocho años de edad, dejó a la familia en una gran estrechez financiera. Drane, su madre, crió a sus hijos con firmeza y amor, influyendo grandemente en el carácter y la vocación de su hija. En su formación religiosa, Gonxha fue asistida además por la vibrante Parroquia Jesuita del Sagrado Corazón, en la que ella estaba muy integrada.

"No había cumplido aún 12 años cuando sentí el deseo de ser misionera", contó más tarde la Madre Teresa. "A los pies de la Virgen de Letnice, escuché un día la llamada Divina que me convencía de servir a Dios", dijo muchos años después la Madre Teresa quien confesó descubrir la intensidad del llamado gracias "a una gran alegría interior".

Cuando tenía dieciocho años, animada por el deseo de hacerse misionera, Gonxha dejó su casa en septiembre de 1928 para ingresar en el Instituto de la Bienaventurada Virgen María, conocido como Hermanas de Loreto, en Rathfarnham (Irlanda). Allí recibió el nombre de Hermana María Teresa (por Santa Teresa de Lisieux). En el mes de diciembre inició su viaje hacia India, llegando a Calcuta el 6 de enero de 1929. Después de profesar sus primeros votos en mayo de 1931, la Hermana Teresa fue destinada a la comunidad de Loreto Entally en Calcuta, donde enseñó en la Escuela para chicas St. Mary. El 24 de mayo de 1937, la Hermana Teresa hizo su profesión perpétua convirtiéndose entonces, como ella misma dijo, en “esposa de Jesús” para “toda la eternidad”. Desde ese momento se la llamó Madre Teresa. Continuó a enseñar en St. Mary convirtiéndose en directora del centro en 1944. Al ser una persona de profunda oración y de arraigado amor por sus hermanas religiosas y por sus estudiantes, los veinte años que Madre Teresa transcurrió en Loreto estuvieron impregnados de profunda alegría. Caracterizada por su caridad, altruismo y coraje, por su capacidad para el trabajo duro y por un talento natural de organizadora, vivió su consagración a Jesús entre sus compañeras con fidelidad y alegría.

El 10 de septiembre de 1946, durante un viaje de Calcuta a Darjeeling para realizar su retiro anual, Madre Teresa recibió su “inspiración,” su “llamada dentro de la llamada”. Ese día, de una manera que nunca explicaría, la sed de amor y de almas se apoderó de su corazón y el deseo de saciar la sed de Jesús se convirtió en la fuerza motriz de toda su vida. Durante las sucesivas semanas y meses, mediante locuciones interiores y visiones, Jesús le reveló el deseo de su corazón de encontrar “víctimas de amor” que “irradiasen a las almas su amor”. “Ven y sé mi luz”, Jesús le suplicó. “No puedo ir solo”. Le reveló su dolor por el olvido de los pobres, su pena por la ignorancia que tenían de Él y el deseo de ser amado por ellos. Le pidió a Madre Teresa que fundase una congregación religiosa, Misioneras de la Caridad, dedicadas al servicio de los más pobres entre los pobres. Pasaron casi dos años de pruebas y discernimiento antes de que Madre Teresa recibiese el permiso para comenzar. El 17 de agosto de 1948 se vistió por primera vez con el sari blanco orlado de azul y atravesó las puertas de su amado convento de Loreto para entrar en el mundo de los pobres.

Después de un breve curso con las Hermanas Médicas Misioneras en Patna, Madre Teresa volvió a Calcuta donde encontró alojamiento temporal con las Hermanitas de los Pobres. El 21 de diciembre va por vez primera a los barrios pobres. Visitó a las familias, lavó las heridas de algunos niños, se ocupó de un anciano enfermo que estaba extendido en la calle y cuidó a una mujer que se estaba muriendo de hambre y de tuberculosis. Comenzaba cada día entrando en comunión con Jesús en la Eucaristía y salía de casa, con el rosario en la mano, para encontrar y servir a Jesús en “los no deseados, los no amados, aquellos de los que nadie se ocupaba”. Después de algunos meses comenzaron a unirse a ella, una a una, sus antiguas alumnas.

El 7 de octubre de 1950 fue establecida oficialmente en la Archidiócesis de Calcuta la nueva congregación de las Misioneras de la Caridad. Al inicio de los años sesenta, Madre Teresa comenzó a enviar a sus Hermanas a otras partes de India. El Decreto de Alabanza, concedido por el Papa Pablo VI a la Congregación en febrero de 1965, animó a Madre Teresa a abrir una casa en Venezuela. Ésta fue seguida rápidamente por las fundaciones de Roma, Tanzania y, sucesivamente, en todos los continentes. Comenzando en 1980 y continuando durante la década de los años noventa, Madre Teresa abrió casas en casi todos los países comunistas, incluyendo la antigua Unión Soviética, Albania y Cuba.

Para mejor responder a las necesidades físicas y espirituales de los pobres, Madre Teresa fundó los Hermanos Misioneros de la Caridad en 1963, en 1976 la rama contemplativa de las Hermanas, en 1979 los Hermanos Contemplativos y en 1984 los Padres Misioneros de la Caridad. Sin embargo, su inspiración no se limitó sólamente a aquellos que sentían la vocación a la vida religiosa. Creó los Colaboradores de Madre Teresa y los Colaboradores Enfermos y Sufrientes, personas de distintas creencias y nacionalidades con los cuales compartió su espíritu de oración, sencillez, sacrificio y su apostolado basado en humildes obras de amor. Este espíritu inspiró posteriormente a los Misioneros de la Caridad Laicos. En respuesta a las peticiones de muchos sacerdotes, Madre Teresa inició también en 1981 el Movimiento Sacerdotal Corpus Christi como un“pequeño camino de santidad” para aquellos sacerdotes que deseasen compartir su carisma y espíritu.

Durante estos años de rápido desarrollo, el mundo comenzó a fijarse en Madre Teresa y en la obra que ella había iniciado. Numerosos premios, comenzando por el Premio Indio Padmashri en 1962 y de modo mucho más notorio el Premio Nobel de la Paz en 1979, hicieron honra a su obra. Al mismo tiempo, los medios de comunicación comenzaron a seguir sus actividades con un interés cada vez mayor. Ella recibió, tanto los premios como la creciente atención “para gloria de Dios y en nombre de los pobres”.

Toda la vida y el trabajo de Madre Teresa fue un testimonio de la alegría de amar, de la grandeza y de la dignidad de cada persona humana, del valor de las cosas pequeñas hechas con fidelidad y amor, y del valor incomparable de la amistad con Dios. Pero, existía otro lado heroico de esta mujer que salió a la luz solo después de su muerte. Oculta a todas las miradas, oculta incluso a los más cercanos a ella, su vida interior estuvo marcada por la experiencia de un profundo, doloroso y constante sentimiento de separación de Dios, incluso de sentirse rechazada por Él, unido a un deseo cada vez mayor de su amor. Ella misma llamó “oscuridad” a su experiencia interior. La “dolorosa noche” de su alma, que comenzó más o menos cuando dio inicio a su trabajo con los pobres y continuó hasta el final de su vida, condujo a Madre Teresa a una siempre más profunda unión con Dios. Mediante la oscuridad, ella participó de la sed de Jesús (el doloroso y ardiente deseo de amor de Jesús) y compartió la desolación interior de los pobres.

Durante los últimos años de su vida, a pesar de los cada vez más graves problemas de salud, Madre Teresa continuó dirigiendo su Instituto y respondiendo a las necesidades de los pobres y de la Iglesia. En 1997 las Hermanas de Madre Teresa contaban casi con 4.000 miembros y se habían establecido en 610 fundaciones en 123 países del mundo. En marzo de 1997, Madre Teresa bendijo a su recién elegida sucesora como Superiora General de las Misioneras de la Caridad, llevando a cabo sucesivamente un nuevo viaje al extranjero. Después de encontrarse por última vez con el Papa Juan Pablo II, volvió a Calcuta donde transcurrió las últimas semanas de su vida recibiendo a las personas que acudían a visitarla e instruyendo a sus Hermanas.

El 5 de septiembre de 1997, la vida terrena de Madre Teresa llegó a su fin. El Gobierno de India le concedió el honor de celebrar un funeral de estado y su cuerpo fue enterrado en la Casa Madre de las Misioneras de la Caridad. Su tumba se convirtió rápidamente en un lugar de peregrinación y oración para gente de fe y de extracción social diversa (ricos y pobres indistintamente). Madre Teresa nos dejó el ejemplo de una fe sólida, de una esperanza invencible y de una caridad extraordinaria. Su respuesta a la llamada de Jesús, “Ven y sé mi luz”, hizo de ella una Misionera de la Caridad, una “madre para los pobres”, un símbolo de compasión para el mundo y un testigo viviente de la sed de amor de Dios.

Menos de dos años después de su muerte, a causa de lo extendido de la fama de santidad de Madre Teresa y de los favores que se le atribuían, el Papa Juan Pablo II permitió la apertura de su Causa de Canonización. El 20 de diciembre del 2002, el mismo Papa aprobó los decretos sobre la heroicidad de las virtudes y sobre el milagro obtenido por intercesión de Madre Teresa.



FRASES DE LA MADRE TERESA DE CALCUTA


A veces sentimos que lo que hacemos es tan solo una gota en el mar, pero el mar sería menos si le faltara una gota.

El amor, para que sea auténtico, debe costarnos.

Nuestros sufrimientos son caricias bondadosas de Dios, llamándonos para que nos volvamos a Él, y para hacernos reconocer que no somos nosotros los que controlamos nuestras vidas, sino que es Dios quien tiene el control, y podemos confiar plenamente en Él.

El fruto del silencio es la oración. El fruto de la oración es la fe. El fruto de la fe es el amor. El fruto del amor es el servicio. El fruto del servicio es la paz.

Para hacer que una lámpara esté siempre encendida, no debemos de dejar de ponerle aceite.

No puedo parar de trabajar. Tendré toda la eternidad para descansar.

Nuestra tarea consiste en animar a cristianos y no cristianos a realizar obras de amor. Y cada obra de amor, hecha de todo corazón, acerca a las personas a Dios.
El aborto es un homicidio en el vientre de la madre. Una criatura es un regalo de Dios. Si no quieren a los niños, dénmelos a mí.

No hay mayor pobreza que la soledad.

Muchas veces basta una palabra, una mirada, para llenar el corazón de un niño.

Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón. Pero nunca te detengas!

Que Dios te recompense en amor todo el amor que hayas dado y toda la alegría y paz que hayas sembrado a tu alrededor, en todas partes del mundo.


Lo importante no es cuanto hacemos, sino cuanto amor, cuanta honestidad y cuanta fe ponemos en lo que hacemos.

No hay una gran diferencia en la realidad de un país o de otro, porque son siempre personas las que encontramos en todas partes. Pueden verse diferentes o llevar otros trajes, tener una educación o posición distinta. Pero todas son iguales. Son personas a quienes amar. Todas están hambrientas de amor.

Haz las cosas pequeñas con gran amor.

Tu espíritu es el plumero de cualquier tela de araña. Detrás de cada línea de llegada, hay una de partida Detrás de cada logro, hay otro desafío. Mientras estés vivo, siéntete vivo. Si extrañas lo que hacías vuelve a hacerlo. No vivas de fotos amarillas.

La vida sin amor no vale nada; la justicia sin amor te hace duro, la inteligencia sin amor te hace cruel, la amabilidad sin amor te hace hipócrita, la fe sin amor te hace fanático.

Sed bondadosos, generosos, comprensivos. Que todos los que se acerquen a vosotros sean mejores y más felices. Sed la expresión viva de la bondad de Dios:


Bondad en la cara, bondad en los ojos, bondad en la sonrisa, bondad en vuestro saludo, cordial y afectuoso.

Frase para Padres

Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo.
Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño.
Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida.

Sin embargo...
en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño,
perdurará siempre la huella del camino enseñado.


Frases sobre La Vida

La vida es una oportunidad, aprovéchala.
La vida es belleza, admírala.
La vida es beatitud, saboréala.
La vida es un sueño, hazlo realidad.

La vida es un reto, afróntalo.
La vida es un juego, juégalo.
La vida es preciosa, cuídala.
La vida es riqueza, consérvala.
La vida es un misterio, descúbrelo.

La vida es promesa, cúmplela.
La vida es amor, gózalo.
La vida es trsiteza, supérala.
La vida es un himno, cántalo.
La vida es una tragedia, domínala.

La vida es aventura, vívela.
La vida es felicidad, merécela.
La vida es es vida, defiéndela.

En el momento de la muerte, no se nos juzgará por la cantidad de trabajo que hayamos hecho, sino por el peso de amor que hayamos puesto en nuestro trabajo. Este amor debe resultar del sacrificio de
sí mismos y ha de sentirse hasta que haga daño.


Tómate Tiempo

Tómate tiempo para pensar, es la fuente de poder.
Tómate tiempo para rezar, es el mayor poder de la tierra.
Tómate tiempo para reír, es la música del alma.
Tómate tiempo para jugar, es el secreto de la perpetua juventud.
Tómate tiempo para amar y ser amado, es el privilegio que nos da Dios.
Tómate tiempo para dar, el día es demasiado corto para ser egoísta.
Tómate tiempo para leer, es la fuente de la sabiduría.
Tómate tiempo para trabajar, es el precio del éxito.
Tómate tiempo para hacer caridad, es la llave del Cielo.

Dar hasta que duela y cuando duela dar todavía más.

Ama hasta que te duela. Si te duele es buena señal.

ANÉCDOTA

Cuenta la Madre Teresa que una señora hindú, muy rica, fue a verla y le dijo: "Madre, yo quisiera tomar parte en su trabajo." La Madre le respondió: "Eso está muy bien". La señora , entrando en confianza , le dijo: "A mí me gustan y compro saris caros y elegantes todos los meses", (sari = vestido de la India). En ese momento, la señora llevaba un traje que valía 800 rupias, el de la Madre apenas valía 8 rupias. La Madre le aconsejó : " Yo empezaría por el sari, la próxima vez que vaya a comprar uno, cómprelo de 500 rupias y las otras 300 úselas para adquirir saris para los pobres". La señora rica siguió el consejo y fue bajando el costo de su compra mensual ; dice la Madre que la buena señora llegó a comprar para ella saris hasta de 100 rupias y eso porque la Madre le pidió que no bajase de allí. Y ella misma confesó que esto había cambiado su vida y por ahora había tomado verdadera conciencia de lo que es compartir, asegurando que tenía la sensación cabal de haber recibido mucho más de lo que ha dado.
Reflexionemos sobre este pasaje y aprendamos a compartir lo poco o mucho que tengamos.



ORACIONES


ORACIÓN PARA PEDIR LA CANONIZACIÓN DE LA BEATA MADRE TERESA DE CALCUTA
Y PARA PEDIR UN FAVOR

Jesús, tu hiciste de la Madre Teresa un ejemplo inspirador de Fe firme y Caridad ardiente, un testigo extraordinario del camino de la infancia espiritual y una gran maestra del valor y dignidad de toda vida humana. Concédenos que ella sea venerada e imitada como uno de los santos canonizados de la Iglesia.

Escucha las súplicas de todos aquellos que buscan su intercesión, especialmente la petición que en este momento imploro... (mencione aquí la gracia que desea obtener con la intercesión de la beata Madre Teresa de Calcuta).

Haz que sigamos su ejemplo atendiendo a tu grito de sed desde la cruz y te amemos bajo las apariencias
de los más pobres de los pobres, especialmente los menos amados y menos aceptados.

Te pedimos esto por la intercesión de María, tu Madre y Madre de todos nosotros. Amén.

Nota: Se ruega comuniquen las gracias recibidas por medio de la intercesión de la beata Teresa de Calcuta a esta dirección:
The Postulator, 54A A. J. C. Bose Road, Calcutta 700 016, INDIA.

ORACIÓN POR LA FAMILIA (Madre Teresa de Calcuta)

Padre Celestial, nos has dado un modelo de vida en la Sagrada Familia de Nazaret. Ayúdanos, Padre amado, a hacer de nuestra familia otro Nazaret, donde reine amor, la paz y la alegría.

Que sea profundamente contemplativa, intensamente eucarística y vibrante con alegría. Ayúdanos a permanecer unidos por la oración en familia en los momentos de gozo y de dolor. Enséñanos a ver a Jesucristo en los miembros de nuestra familia especialmente en los momentos de angustia.

Haz que el corazón de Jesús Eucaristía haga nuestros corazones mansos y humildes como el suyo y ayúdanos a sobrellevar las obligaciones familiares de una manera santa.

Haz que nos amemos más y más unos a otros cada día como Dios nos ama a cada uno de nosotros y a perdonarnos mutuamente nuestras faltas como Tú perdonas nuestros pecados.

Ayúdanos, oh Padre amado, a recibir todo lo que nos das y a dar todo lo que quieres recibir con una gran sonrisa. Inmaculado Corazón de María, causa de nuestra alegría, ruega por nosotros.

Santos Angeles de la Guarda permaneced a nuestro lado, guiadnos y protegednos. Amén



ORACIÓN PARA SONREIR (Madre Teresa de Calcuta)

Señor, renueva mi espíritu y dibuja en mi rostro sonrisas de gozo por la riqueza de tu bendición.
Que mis ojos sonrían diariamente por el cuidado y compañerismo de mi familia y de mi comunidad.
Que mi corazón sonría diariamente por las alegrías y dolores que compartimos.
Que mi boca sonría diariamente con la alegría y regocijo de tus trabajos.
Que mi rostro dé testimonio diariamente de la alegría que tú me brindas.
Gracias por este regalo de mi sonrisa, Señor.

Amén.

ORACIÓN QUE REZAN DIARIAMENTE LAS MISIONERAS DE LA CARIDAD POR EXPRESO DESEO DE SU FUNDADORA, LA MADRE TERESA DE CALCUTA.

Jesús mío, ayúdame a esparcir tu fragancia dondequiera que yo vaya;

Inunda mi alma con tu espíritu y tu vida; penetra todo mi ser y toma de él posesión de tal manera, que mi vida no sea en adelante sino una irradiación de la tuya.

Quédate en mi corazón con una unión tan intima,que las almas que tengan contacto con la mía puedan sentir en mí tu presencia y que al mirarme, olviden que yo existo y no piensen sino en TI.

Quédate conmigo: Así podré convertirme en la luz para los otros…

Esa luz, Oh Jesús, vendrá todo de Ti; ni uno solo de sus rayos será mío: yo te serviré apenas de instrumento para que Tú ilumines a las almas a través de mí.

Déjame alabarte en la forma que te es más agradable, llevando mi lámpara encendida para disipar las sombras en el camino de otras almas.

Déjame predicar tu Nombre con palabras o sin ellas…. Con mi ejemplo, con la fuerza de tu atracción, con la sobrenatural influencia de mis obras, con la fuerza evidente del amor que mi corazón siente por Ti.

Cardenal John Henry Newman


Lectura del santo evangelio según san Marcos 6,7-13:
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
II. Oramos con la Palabra
SEÑOR, quien te tiene a ti nada le falta: solo tú bastas. Nada les faltó a los setenta y dos discípulos, y nada me falta a mí cuando me fío de ti y no estoy apegado a los bienes de la tierra. Quiero ser testigo de que tú llenas mi vida.

San Martín de Porres Perfil histórico
San Martín de Porres nace en Lima el 9 de diciembre de 1579, hijo de Juan de Porres, caballero español de la Orden de Calatrava y de Ana Velázquez, negra libre panameña. Juan de Porres marcha a Guayaquil, Ecuador, comisionado por el Virrey Don García Hurtado de Mendoza. Allí reclama a sus dos hijos que salen para Ecuador. Años más tarde, Don Juan Porres es nombrado Gobernador de Panamá por lo que los niños, Martín y Juana, regresan con su madre a Lima; es el año 1590, Martín tiene once años. A los Doce Martín está de aprendiz de peluquero, y asistente dentista. La fama de su santidad corre de boca en boca por la ciudad de Lima.

Conoce a Fray Juan de Lorenzana, famoso dominico como teólogo y hombre de virtudes. Le invita a entrar en el Convento de Nuestra Señora del Rosario.

La legislación de entonces impedía ser religioso por el color y por la raza, por lo que Martín de Porres ingresa como Donado, pero él se entrega a Dios y su vida está presidida por el servicio, la humildad, la obediencia y un amor sin medida.

San Martín tiene un sueño que Dios le desbarata: “Pasar desapercibido y ser el último”. Su anhelo es seguir a Jesús de Nazaret. Se le confía la limpieza de la casa; su escoba será, con la cruz, la gran compañera de su vida.

Sirve y atiende a todos, pero no es de todos comprendido. Un día cortaba el pelo y hacía el cerquillo a un estudiante: éste molesto ante la mejor sonrisa de Fray Martín, no duda en insultarle: ¡Perro mulato! ¡Hipócrita! La respuesta fue una generosa sonrisa.

San Martín lleva dos años en el convento, hace ya seis que no ve a su padre, éste le visita y… después de dialogar con el P. Provincial, éste y el Consejo Conventual deciden que Fray Martín sea hermano cooperador.

El 2 de junio de 1603 San Martín de Porres se consagra a Dios por su profesión religiosa. El P. Fernando Aragonés testificará: “Se ejercitaba en la caridad día y noche, curando enfermos, dando limosna a españoles, indios y negros, a todos quería, amaba y curaba con singular amor”. La portería del convento es un reguero de soldados humildes, indios, mulatos, y negros; él solía repetir: “No hay gusto mayor que dar a los pobres”.

San Martín de Porres es un amor desbordante y universal. Su hermana Juana disfruta de buena posición social, por lo que, en una finca de ésta, da cobijo a enfermos y pobres. Y en su patio acoge a perros, gatos y ratones.

Los religiosos de la Ciudad Virreinal van de sorpresa en sorpresa. El Superior le prohibe realizar nada extraordinario sin su consentimiento. Un día, cuando regresaba al Convento, un albañil le grita al caer del andamio; el Santo le hace señas y corre a pedir permiso al superior, éste y el interesado quedan cautivados pos su docilidad. Su vida termina en loor de multitudes el 3 de noviembre de 1639.



Semblanza Espiritual
Juan XXIII sentía verdadera devoción por San Martín de Porres, una pequeña imagen de marfil preside la mesa de su despacho y él mismo lo canoniza el 6 de mayo de 1962.

San Martín de Porres ve confirmado en su persona el Evangelio: “El que se humilla será ensalzado”. Este hombre que sintonizaba con la oscuridad de su piel y que disfrutaba en Dios al verse humillado y postergado, pasados los siglos será un Santo que centre en su persona los dos continentes: Europa y América, San Martín es querido por todos, invocado por ricos y pobres, enfermos y menesterosos, por hombres de ciencia y por ignorantes. Su imagen o su estampa va en los viajes, está en las casas y en los hospitales, en los libros de rezo y en los de estudio. Todo porque fue humilde, obediente, y, como dijera Juan XXIII, “Es Martín de la Caridad”. A nadie extraña que sea Patrono de los Hermanos Cooperadores Dominicos, del Gremio de los Peluqueros, de la Limpieza Pública, Farmacéuticos y Enfermeros. Una Congregación sudafricana le tiene por abogado: Son las Hermanas Dominicas de San Martín de Porres y muchos más. Todos ellos se gozan de que “Fray Escoba” sea su patrono y su ejemplo.

Santa Rosa de Lima Perfil Biográfico
Isabel Flores de Oliva, que por su belleza recibió popularmente el nombre de "Rosa" al que ella añadió "de Santa María", nació en Lima en 1586. La sociedad de su época, propia de un periodo colonial, esta orientada en varios aspectos por el ideal de tener más. Hay allí familias pudientes, otras de pequeños propietarios y la gran mayoría de campesinos, negros y mulatos, que son tratados como esclavos. La familia de Rosa es de pequeños propietarios. Los padres de Rosa se esfuerzan en darle una seria educación humana además de proporcionarle una sólida formación en la fe.

Lima tiene una comunidad pionera en la evangelización: el convento de Santo Domingo. Allí los seglares pueden participar en la liturgia, reunirse a meditar la Palabra de Dios y colaborar temporalmente en los puestos misionales o "doctrinas".

Santa Rosa de Lima en su interior vive un dilema: por un lado siente vocación de religiosa contemplativa y, por otros, percibe la imperiosa llamada a realizar esta vocación en el interior de su familia, trabajando por el Reino de Dios desde fuera del convento. A sus 20 años encuentra el camino: ser pobre por la fraternidad universal ingresando en la Orden de Predicadores, en su movimiento seglar.

Como dominica seglar da clases a los niños, incluyendo aprendizaje de instrumentos musicales (guitarra, arpa, cítara), cultiva el huerto de casa u trabaja en costura. De esta forma aporta al sostenimiento de su familia amenazada con estrecheces económicas. En aquel hogar la vida es sencilla, pero lo necesario nunca falta.

Participa en la Eucaristía en el Convento de Santo Domingo. Al fondo de su casa construye una cabaña con el fin de asimilar más el Evangelio en la oración; allí entra en comunión con Dios, con los hombres y con la naturaleza. Sólo Dios la va retribuyendo y ella se va forjando como mujer de "contemplación en lo secreto". A esto une una serie de mortificaciones. Explica en sus escritos que la mortificación es necesaria para ser saciados por el Espíritu de Dios, para vivir orientados por el Espíritu Santo, para renovar la faz de la tierra a partir de uno mismo. Frente a sus prójimos es una mujer comprensiva: disculpa los errores de los demás, persona las injurias, se empeña en hacer retornar al buen camino a los pecadores, socorre a los enfermos. Se esfuerza en la misericordia y la compasión.

Ella misma querrá salir de Lima como misionera pero diversas circunstancias se lo impiden.Murió a los treinta y un años en Lima el 24 de agosto de 1617. Su cuerpo se venera en la Basílica dominicana de Santo Domingo en Lima. Fue canonizada por Clemente X el 12 de abril de 1671. Desde ese año Toda América Meridional y Filipinas la veneran como patrona.



Semblanza espiritual
Santa Rosa de Lima fue celebrada como la primera flor de santidad de América, insigne por la fragancia de su penitencia y oración. Dotada de brillantes cualidades y dotes de ingenio, ya desde niña se consagra al Señor con voto de virginidad. Siente profunda veneración por Santa Catalina de Siena , con quien se advierte una sorprendente afinidad, por ello decide, en 1606, inscribirse en la Orden Seglar Dominicana para darse más plenamente a la perfección evangélica. Amante de la soledad dedica gran parte del tiempo a la contemplación deseando también introducir a otros en los arcanos de la "oración secreta", divulgando para ello libros espirituales. Anima a los sacerdotes para que atraigan a todos al amor a la oración . Recluida frecuentemente en la pequeña ermita que se hizo en el huerto de sus padres, abrirá su alma a la obra misionera de la Iglesia con celo ardiente por la salvación de los pecadores y de los "indios". Por ellos desea dar su vida y se entrega a duras penitencias, para ganarlos a Cristo. Durante quince años soportará gran aridez espiritual como crisol purificador. También destaca por sus obras de misericordia con los necesitados y oprimidos.

Santa Rosa de Lima arde en amor a Jesús en la Eucaristía y en honda piedad para con su Madre, cuyo rosario propaga con infatigable celo, estimando que todo cristiano "debe predicarlo con la palabra y tenerlo grabado en el corazón".

Evangelio del día - Predicación - Orden de Predicadores

Evangelio del día - Predicación - Orden de Predicadores
San Bernardo, en un sermón para esta fiesta, nos habla de una costumbre de antiquísima tradición, de la que tenemos otros muchos testimonios7: la procesión de los cirios encendidos. «Hoy -nos dice el Santo la Virgen María lleva al templo del Señor al Señor del templo. También José presenta a Dios no su hijo, sino el Hijo amado y predilecto de Dios; y también Ana, la viuda, lo proclama. Estos cuatro celebraron la primera procesión, que después ha de continuarse con gozo en todos los rincones de la tierra y por todas las naciones»

Meditación diaria de Hablar con Dios, Francisco Fernández Carvajal

Meditación diaria de Hablar con Dios, Francisco Fernández Carvajal

martes, 1 de febrero de 2011

#1001568

#1001568




Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti; no me escondas tu rostro el día de la desgracia. Inclina tu oído hacia mí; cuando te invoco, escúchame enseguida.

Hoy, Señor, me presento ante ti
con todo lo que soy y lo que tengo.
Acudo a ti como persona sedienta, necesitada...
porque sé que en ti encontraré respuesta.
Siento que no puedo vivir con la duda todo el tiempo
y que se acerca el momento de tomar una decisión.

Deseo ponerme ante ti con un corazón abierto como el de María,
con los ojos fijos en ti esperando que me dirijas tu Palabra.
Deseo ponerme ante ti como Abraham,
con el corazón lleno de tu esperanza,
poniendo mi vida en tus manos.
Deseo ponerme ante ti como Samuel,
con los oídos y el corazón dispuestos a escuchar tu voluntad.

Aquí me tienes, Señor,
con un deseo profundo de conocer tus designios.
Quisiera tener la seguridad
de saber lo que me pides en este momento;
quisiera que me hablases claramente, como a Samuel.
Muchas veces vivo en la eterna duda.
Vivo entre dos fuerzas opuestas que me provocan indecisión
y en medio de todo no acabo de ver claro.

Sácame, Señor, de esta confusión en que vivo.
Quiero saber con certeza el camino que tengo que seguir.
Quiero entrar dentro de mí mismo
y encontrar la fuerza suficiente
para darte una respuesta sin excusas, sin pretextos.
Quiero perder tantos miedos
que me impiden ver claro
el proyecto de vida que puedas tener sobre mí.

¿Qué quieres de mí, Señor? ¡Respóndeme!
¿Quieres que sea un discípulo tuyo
para anunciarte en medio de este mundo?
Señor, ¿qué esperas de mí? ¿por qué yo y no otro?
¿Cómo tener la seguridad de que es este mi camino y no otro?

En medio de este enjambre de dudas
quiero que sepas, Señor, que haré lo que me pidas.
Si me quieres para anunciar tu Reino, cuenta conmigo, Señor.
Si necesitas mi colaboración
para llevar a todas las personas con las que me encuentre hacia ti,
cuenta conmigo, Señor.

Si me llamas a ser testigo tuyo de una forma más radical
como consagrado en medio de los hombres,
cuenta conmigo, Señor.
Y si estás con deseos de dirigir tu Palabra a mi oídos y a mi corazón,
habla, Señor, que tu siervo escucha.

Meditación diaria de Hablar con Dios, Francisco Fernández Carvajal

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THÉRÈSE, la película sobre Santa Teresita

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