lunes, 21 de febrero de 2011
domingo, 20 de febrero de 2011
4.AMOR.
Sólo la fuerza del amor es capaz de tranformar el mundo. Esta es una verdad en la que los cristianos creemos firmemente; pero, por alguna extraña razón, nos cuesta ponerla en práctica.
El día que seamos capaces de convertirnos sinceramente al Dios amor, daremos testimonio ante todos los hombres de que ni las armas de los militares, ni la violencia de los fuertes, ni el comadreo de los políticos, ni el dinero de los opulentos, van a dar respuesta a sus interrogantes e inquietudes.
Es cierto que del amor hablamos todos: todos estamos de acuerdo en señalar su conveniencia y su necesidad; todos lo alabamos, lo imploramos, lo pedimos y, al menos de boca, lo ofrecemos. Pero lo que nuestro mundo necesita es que lo practiquemos, que lo vivamos.
Dios es amor y nos llama al amor; si queremos ser discípulos suyos no tenemos otra alternativa: amar a Dios y amar al prójimo.
DABAR 1987/16
Sólo la fuerza del amor es capaz de tranformar el mundo. Esta es una verdad en la que los cristianos creemos firmemente; pero, por alguna extraña razón, nos cuesta ponerla en práctica.
El día que seamos capaces de convertirnos sinceramente al Dios amor, daremos testimonio ante todos los hombres de que ni las armas de los militares, ni la violencia de los fuertes, ni el comadreo de los políticos, ni el dinero de los opulentos, van a dar respuesta a sus interrogantes e inquietudes.
Es cierto que del amor hablamos todos: todos estamos de acuerdo en señalar su conveniencia y su necesidad; todos lo alabamos, lo imploramos, lo pedimos y, al menos de boca, lo ofrecemos. Pero lo que nuestro mundo necesita es que lo practiquemos, que lo vivamos.
Dios es amor y nos llama al amor; si queremos ser discípulos suyos no tenemos otra alternativa: amar a Dios y amar al prójimo.
DABAR 1987/16
El amor cristiano es desbordante y no puede medirse por el rasero de la estricta justicia. En este texto Jesús no pretende dar normas concretas, sino poner ejemplos concretos para que se entienda esta gran verdad universal: el amor cristiano, si es verdadero, será siempre sorprendente y difícilmente encasillable.
La sabiduría del Evangelio hace descubrir al cristiano que hasta quien le persigue es hermano suyo. Dios acepta nuestra Eucaristía si es signo de nuestro amor a todos. Solamente así seremos la comunidad de los hijos de Dios, que no se venga, y perdona porque es santo.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5,38-48.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
-Sabéis que está mandado: «Ojo por ojo, diente por diente.» Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Habéis oído que se dijo:
-Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo:
Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos? Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.
La sabiduría del Evangelio hace descubrir al cristiano que hasta quien le persigue es hermano suyo. Dios acepta nuestra Eucaristía si es signo de nuestro amor a todos. Solamente así seremos la comunidad de los hijos de Dios, que no se venga, y perdona porque es santo.
Lectura del santo Evangelio según San Mateo 5,38-48.
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos:
-Sabéis que está mandado: «Ojo por ojo, diente por diente.» Pues yo os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehúyas.
Habéis oído que se dijo:
-Amarás a tu prójimo y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo:
Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os aborrecen y rezad por los que os persiguen y calumnian. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos y manda la lluvia a justos e injustos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los paganos? Por tanto, sed perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto.
jueves, 17 de febrero de 2011
domingo, 13 de febrero de 2011
"No he venido a abolir la Ley y los profetas, sino a darle plenitud"
Vivimos un momento histórico de vacío de valores. El sociólogo francés Giles Lipovestky le llama la “era del vacío”. Pero no solo es vacío lo que existe sino también “desorden establecido a nivel planetario”, solidario con la injusticia y la muerte, que ha dejado en la cuneta de la vida a millones de personas y amenaza con dejar aún más víctimas.
Pero tanto los seguidores de Jesús, como toda persona creyente o no creyente que vive en este mundo, tiene una referencia de valores en las palabras y obras de Jesús de Nazaret para llenar ese vacío y tratar de poner fin a ese desorden. Los cristianos tenemos que tener coraje para presentar en nuestra sociedad los valores de Jesús en toda su riqueza. Y con otros colectivos creyentes o no creyentes ir poniendo los cimientos y los pilares de un mundo nuevo.
La lectura continuada en estos primeros domingos del año del Evangelio de San Mateo (Caps. 5,6 y 7: el “sermón de la montaña”) es una ocasión de oro para que la comunidad pueda profundizar en los valores de Jesús, vivirlos personal y comunitariamente y compartirlos en su entorno para ayudar a construir lo que el Obispo Casaldáliga ha definido como la “altermundialidad”, esa nueva sociedad u otro mundo posible donde resplandezcan la libertad, la igualdad, la apertura al otro, el amor solidario y la austeridad solidaria. Esa nueva sociedad en la que se realicen plenamente los Derechos Humanos.
Fr. Manuel Sordo O.P.
Casa del Stmo. Cristo de la Victoria (Vigo)
Vivimos un momento histórico de vacío de valores. El sociólogo francés Giles Lipovestky le llama la “era del vacío”. Pero no solo es vacío lo que existe sino también “desorden establecido a nivel planetario”, solidario con la injusticia y la muerte, que ha dejado en la cuneta de la vida a millones de personas y amenaza con dejar aún más víctimas.
Pero tanto los seguidores de Jesús, como toda persona creyente o no creyente que vive en este mundo, tiene una referencia de valores en las palabras y obras de Jesús de Nazaret para llenar ese vacío y tratar de poner fin a ese desorden. Los cristianos tenemos que tener coraje para presentar en nuestra sociedad los valores de Jesús en toda su riqueza. Y con otros colectivos creyentes o no creyentes ir poniendo los cimientos y los pilares de un mundo nuevo.
La lectura continuada en estos primeros domingos del año del Evangelio de San Mateo (Caps. 5,6 y 7: el “sermón de la montaña”) es una ocasión de oro para que la comunidad pueda profundizar en los valores de Jesús, vivirlos personal y comunitariamente y compartirlos en su entorno para ayudar a construir lo que el Obispo Casaldáliga ha definido como la “altermundialidad”, esa nueva sociedad u otro mundo posible donde resplandezcan la libertad, la igualdad, la apertura al otro, el amor solidario y la austeridad solidaria. Esa nueva sociedad en la que se realicen plenamente los Derechos Humanos.
Fr. Manuel Sordo O.P.
Casa del Stmo. Cristo de la Victoria (Vigo)
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