miércoles, 2 de febrero de 2011



Lectura del santo evangelio según san Marcos 6,7-13:
En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto.
Y añadió: «Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa.»
Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.
II. Oramos con la Palabra
SEÑOR, quien te tiene a ti nada le falta: solo tú bastas. Nada les faltó a los setenta y dos discípulos, y nada me falta a mí cuando me fío de ti y no estoy apegado a los bienes de la tierra. Quiero ser testigo de que tú llenas mi vida.

San Martín de Porres Perfil histórico
San Martín de Porres nace en Lima el 9 de diciembre de 1579, hijo de Juan de Porres, caballero español de la Orden de Calatrava y de Ana Velázquez, negra libre panameña. Juan de Porres marcha a Guayaquil, Ecuador, comisionado por el Virrey Don García Hurtado de Mendoza. Allí reclama a sus dos hijos que salen para Ecuador. Años más tarde, Don Juan Porres es nombrado Gobernador de Panamá por lo que los niños, Martín y Juana, regresan con su madre a Lima; es el año 1590, Martín tiene once años. A los Doce Martín está de aprendiz de peluquero, y asistente dentista. La fama de su santidad corre de boca en boca por la ciudad de Lima.

Conoce a Fray Juan de Lorenzana, famoso dominico como teólogo y hombre de virtudes. Le invita a entrar en el Convento de Nuestra Señora del Rosario.

La legislación de entonces impedía ser religioso por el color y por la raza, por lo que Martín de Porres ingresa como Donado, pero él se entrega a Dios y su vida está presidida por el servicio, la humildad, la obediencia y un amor sin medida.

San Martín tiene un sueño que Dios le desbarata: “Pasar desapercibido y ser el último”. Su anhelo es seguir a Jesús de Nazaret. Se le confía la limpieza de la casa; su escoba será, con la cruz, la gran compañera de su vida.

Sirve y atiende a todos, pero no es de todos comprendido. Un día cortaba el pelo y hacía el cerquillo a un estudiante: éste molesto ante la mejor sonrisa de Fray Martín, no duda en insultarle: ¡Perro mulato! ¡Hipócrita! La respuesta fue una generosa sonrisa.

San Martín lleva dos años en el convento, hace ya seis que no ve a su padre, éste le visita y… después de dialogar con el P. Provincial, éste y el Consejo Conventual deciden que Fray Martín sea hermano cooperador.

El 2 de junio de 1603 San Martín de Porres se consagra a Dios por su profesión religiosa. El P. Fernando Aragonés testificará: “Se ejercitaba en la caridad día y noche, curando enfermos, dando limosna a españoles, indios y negros, a todos quería, amaba y curaba con singular amor”. La portería del convento es un reguero de soldados humildes, indios, mulatos, y negros; él solía repetir: “No hay gusto mayor que dar a los pobres”.

San Martín de Porres es un amor desbordante y universal. Su hermana Juana disfruta de buena posición social, por lo que, en una finca de ésta, da cobijo a enfermos y pobres. Y en su patio acoge a perros, gatos y ratones.

Los religiosos de la Ciudad Virreinal van de sorpresa en sorpresa. El Superior le prohibe realizar nada extraordinario sin su consentimiento. Un día, cuando regresaba al Convento, un albañil le grita al caer del andamio; el Santo le hace señas y corre a pedir permiso al superior, éste y el interesado quedan cautivados pos su docilidad. Su vida termina en loor de multitudes el 3 de noviembre de 1639.



Semblanza Espiritual
Juan XXIII sentía verdadera devoción por San Martín de Porres, una pequeña imagen de marfil preside la mesa de su despacho y él mismo lo canoniza el 6 de mayo de 1962.

San Martín de Porres ve confirmado en su persona el Evangelio: “El que se humilla será ensalzado”. Este hombre que sintonizaba con la oscuridad de su piel y que disfrutaba en Dios al verse humillado y postergado, pasados los siglos será un Santo que centre en su persona los dos continentes: Europa y América, San Martín es querido por todos, invocado por ricos y pobres, enfermos y menesterosos, por hombres de ciencia y por ignorantes. Su imagen o su estampa va en los viajes, está en las casas y en los hospitales, en los libros de rezo y en los de estudio. Todo porque fue humilde, obediente, y, como dijera Juan XXIII, “Es Martín de la Caridad”. A nadie extraña que sea Patrono de los Hermanos Cooperadores Dominicos, del Gremio de los Peluqueros, de la Limpieza Pública, Farmacéuticos y Enfermeros. Una Congregación sudafricana le tiene por abogado: Son las Hermanas Dominicas de San Martín de Porres y muchos más. Todos ellos se gozan de que “Fray Escoba” sea su patrono y su ejemplo.

Santa Rosa de Lima Perfil Biográfico
Isabel Flores de Oliva, que por su belleza recibió popularmente el nombre de "Rosa" al que ella añadió "de Santa María", nació en Lima en 1586. La sociedad de su época, propia de un periodo colonial, esta orientada en varios aspectos por el ideal de tener más. Hay allí familias pudientes, otras de pequeños propietarios y la gran mayoría de campesinos, negros y mulatos, que son tratados como esclavos. La familia de Rosa es de pequeños propietarios. Los padres de Rosa se esfuerzan en darle una seria educación humana además de proporcionarle una sólida formación en la fe.

Lima tiene una comunidad pionera en la evangelización: el convento de Santo Domingo. Allí los seglares pueden participar en la liturgia, reunirse a meditar la Palabra de Dios y colaborar temporalmente en los puestos misionales o "doctrinas".

Santa Rosa de Lima en su interior vive un dilema: por un lado siente vocación de religiosa contemplativa y, por otros, percibe la imperiosa llamada a realizar esta vocación en el interior de su familia, trabajando por el Reino de Dios desde fuera del convento. A sus 20 años encuentra el camino: ser pobre por la fraternidad universal ingresando en la Orden de Predicadores, en su movimiento seglar.

Como dominica seglar da clases a los niños, incluyendo aprendizaje de instrumentos musicales (guitarra, arpa, cítara), cultiva el huerto de casa u trabaja en costura. De esta forma aporta al sostenimiento de su familia amenazada con estrecheces económicas. En aquel hogar la vida es sencilla, pero lo necesario nunca falta.

Participa en la Eucaristía en el Convento de Santo Domingo. Al fondo de su casa construye una cabaña con el fin de asimilar más el Evangelio en la oración; allí entra en comunión con Dios, con los hombres y con la naturaleza. Sólo Dios la va retribuyendo y ella se va forjando como mujer de "contemplación en lo secreto". A esto une una serie de mortificaciones. Explica en sus escritos que la mortificación es necesaria para ser saciados por el Espíritu de Dios, para vivir orientados por el Espíritu Santo, para renovar la faz de la tierra a partir de uno mismo. Frente a sus prójimos es una mujer comprensiva: disculpa los errores de los demás, persona las injurias, se empeña en hacer retornar al buen camino a los pecadores, socorre a los enfermos. Se esfuerza en la misericordia y la compasión.

Ella misma querrá salir de Lima como misionera pero diversas circunstancias se lo impiden.Murió a los treinta y un años en Lima el 24 de agosto de 1617. Su cuerpo se venera en la Basílica dominicana de Santo Domingo en Lima. Fue canonizada por Clemente X el 12 de abril de 1671. Desde ese año Toda América Meridional y Filipinas la veneran como patrona.



Semblanza espiritual
Santa Rosa de Lima fue celebrada como la primera flor de santidad de América, insigne por la fragancia de su penitencia y oración. Dotada de brillantes cualidades y dotes de ingenio, ya desde niña se consagra al Señor con voto de virginidad. Siente profunda veneración por Santa Catalina de Siena , con quien se advierte una sorprendente afinidad, por ello decide, en 1606, inscribirse en la Orden Seglar Dominicana para darse más plenamente a la perfección evangélica. Amante de la soledad dedica gran parte del tiempo a la contemplación deseando también introducir a otros en los arcanos de la "oración secreta", divulgando para ello libros espirituales. Anima a los sacerdotes para que atraigan a todos al amor a la oración . Recluida frecuentemente en la pequeña ermita que se hizo en el huerto de sus padres, abrirá su alma a la obra misionera de la Iglesia con celo ardiente por la salvación de los pecadores y de los "indios". Por ellos desea dar su vida y se entrega a duras penitencias, para ganarlos a Cristo. Durante quince años soportará gran aridez espiritual como crisol purificador. También destaca por sus obras de misericordia con los necesitados y oprimidos.

Santa Rosa de Lima arde en amor a Jesús en la Eucaristía y en honda piedad para con su Madre, cuyo rosario propaga con infatigable celo, estimando que todo cristiano "debe predicarlo con la palabra y tenerlo grabado en el corazón".

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