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jueves, 2 de febrero de 2012

Vísperas con el Papa, Jornada de la Vida Consagrada - YouTube

Vísperas con el Papa, Jornada de la Vida Consagrada - YouTube
Publicado por nemraczeyun en 11:33
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    Biografía de Johann Sebastian Bach

    Johann Sebastian Bach Johann Sebastian Bach (Eisenach, Turingia, 21 de marzo de 1685 ? Leipzig, 28 de julio de 1750) fue un organista y compositor alemán de música clásica del Barroco, miembro de una de las familias de músicos más extraordinarias de la historia (alrededor de 120 músicos). Su fecunda obra es considerada como la cumbre de la música barroca, una de las cimas de la música universal y del pensamiento musical occidental,[1] epicentro de la musica occidental, y uno de los grandes pilares de la cultura universal,[2] no sólo por su profundidad intelectual, su perfección técnica y su belleza artística, sino también por la síntesis de los diversos estilos internacionales de su época y del pasado y su incomparable extensión. Bach es el último gran maestro del arte del contrapunto,[3] y su máximo exponente, donde es la fuente de inspiración para posteriores compositores y músicos desde Mozart pasando por Schoenberg, hasta nuestros días.

    ver artículo original en la wikipedia
      • carloskmayuscula
        carloskmayuscula 23/04/2009 a las 19:19
        El lo dijo en muchas ocasiones: "al hacer mi musica solo quiero honrar a Dios" Tampoco creo en nada divino, pero demos gracias a Dios.
      • teresa
        teresa 13/04/2009 a las 21:28
        TERE es uno de los compositores si no uno de los mejores, aunado con cole y shubert, su musica es divina celestial, te transporta a meditar relajarte y escuchar buena musica. es divinamente suave y especial
      • DEMEZA
        DEMEZA 07/04/2009 a las 16:15
        Una vez siendo yo muy joven fui invitada a casa de una amiga , y al entrar en su casa , de la habitación de ésta, salían unos acordes maravillosos, perfectos. Se trataba de 3 conciertos para violines en Re, Fa y Si mayor. Al oir de nuevo esta música en casa de otros amigos ,me percaté de que esta música gustaba a un gran número de personas. Yo, que soy agnóstica, en el caso de que existiese algún Ente divino, creo que Bach estaría junto a Dios DEMEZA 7-4.2009
      • emarpe
        emarpe 19/03/2009 a las 12:43
        Dios creo al hombre y Bach creo la musica
      • victora
        victora 11/03/2009 a las 03:39
        BACH es un DIOS - BACH is a GOD - BACH e um DEUS - BACH BOG -

      Juan Pablo II

      Exhortación Apostólica

      Es una categoría de documento semejante a la carta apostólica, utilizada por el Papa Juan Pablo II para comunicar a la Iglesia las conclusiones a las que llegó después de considerar las recomendaciones que le hizo algún sínodo episcopal. También lo ha utilizado en otras circunstancias, como cuando exhorta a los religiosos a llevar una vida más evangélica.


      1.  Ecclesia en Africa

      Exhortación apostólica sobre la misión evangelizadora de la Iglesia de África ante la cercanía del año 2000. Fue hecha pública el 15 de septiembre, 1995.


      2. Sobre la catequésis en nuestro tiempo

      La exhortación "Catechesi Tradendae", publicada el 16 de octubre, 1979, es el fruto de la IV Asamblea Ordinaria del Sínodo de Obispos (octubre, 1977), convocada por el Papa Paulo VI. En su exhortación, el Papa Juan Pablo II, quien participó en ese sínodo como obispo, busca fortalecer la solidez de la fe y de la vida cristiana y desea ardientemente "esparcir entre las comunidades la alegría de llevar al mundo el misterio de Cristo".


      3.  El don de la redención

      "Redemptionis Donum" es la exhortación del Papa a los religiosos y religiosas con ocasión del Año Jubilar (año 1950 de la redención). Publicada el 25 de marzo de 1984, en ella los exhorta a seguir a Cristo a lo largo del camino "angosto y difícil".


      4.  Sobre la familia

      Publicada el 15 de diciembre de 1981, la "Familiaris Consortio" es el fruto de la V Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos, realizada en octubre de 1979. Juan Pablo II habla sobre la situación de la familia en el mundo de hoy, el plan de Dios sobre la familia y el matrimonio, el papel de la familia cristiana y el cuidado pastoral de la familia.


      5.  Sobre el laicado

      "Christifideles Laici" fue el resultado de la VII Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos (octubre 1987). Fue publicada el 30 de diciembre de 1988 y busca fomentar y promover entre los fieles una conciencia más profunda del don y de la responsabilidad de los que participan, tanto en forma individual como grupal, en la comunión y misión de la Iglesia.


      6.  Sobre la reconciliación y la penitencia

      "Reconciliatio et Paenitentia" nace de la VI Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos (octubre de 1983). Fue publicada el 2 de diciembre de 1984, y en ella el Papa Juan Pablo nos invita a redescubrir las palabras de Cristo: "Arrepiéntete y cree en el Evangelio". Pone de manifiesto la preocupación de la Iglesia por conocer y entender al hombre moderno y por llevar el amor de Cristo de modo que éste pueda curar las muchas y profundas divisiones del mundo de hoy.


      7. Yo te daré pastores

      "Pastores Dabo Vobis", sobre la formación de los sacerdotes en las circunstancias actuales, es el fruto de la VIII Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos (octubre, 1990). Fue publicada el 25 de marzo de 1992. Se refiere a los desafíos a los que se enfrenta la formación sacerdotal; a la naturaleza y la misión del sacerdocio ministerial; la vida espiritual del sacerdote; la vocación sacerdotal dentro del trabajo pastoral de la Iglesia; la formación de los candidatos al sacerdocio y la actual formación de los sacerdotes.


      8. La vida consagrada

      Exhortación apostólica "Vita Consecrata" sobre las varias formas de la vida consagrada, incluyendo las nuevas formas de vida evangélica. Es el fruto de la IX Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos (octubre 1994). Fue publicada el 25 de marzo, 1996.


      9. Pastores Gregis

      Es una exhortación apostólica, firmada por el Papa el 16 de octubre, 2003. Hace un resumen de las conclusiones del sínodo de 2001 acerca del papel de los obispos en la Iglesia. En pocas palabras, la Iglesia necesita obispos santos.


      10. Ecclesia in Europa

      En esta exhortación apostólica, publicada el 28 de junio del 2003, el Santo Padre resume las conclusiones del II Sínodo de los Obispos de Europa, 1999, y ofrece una guía para una nueva Europa, apoyada en el Evangelio.


      11.  JP2OCEAN.HTM -- VER

      Ecclesia in Oceania

      El 22 de noviembre de 2001 el Papa Juan Pablo II dejó su huella en la ciber-historia al publicar por primera vez un documento oficial en el Internet. La exhortación apostólica "Ecclesia in Oceania" contiene las conclusiones del Sínodo de los Obispos de ese continente, realizado en Roma en 1998.


      12.  Ecclesia in America

      La exhortación apostólica "La Iglesia en América" fue dada a conocer el 23 de enero de 1999 en la basílica de Nuestra Señora de Guadalupe, en la Ciudad de México. Es la respuesta del Papa al Sínodo de los Obispos de América, llevado a cabo en Roma en 1997, y debe considerarse el programa del milenio sobre la vida católica y la evangelización para la Iglesia de América.


      13.  Ecclesia in Asia


      14. JP2CUSTO.HTM -- VER

      Redemptoris Custos

      "El custodio del Redentor", publicada el 15 de agosto, 1989. Es una reflexión acerca del modo como san José participó en el misterio divino de la encarnación, con la intención de que todos crezcamos en nuestra devoción por él. 

      Angelus

       


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      Poemas


      Fray Luis de León

      christ.jpg (116313 bytes)

      QUIEN TE DICE
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      ¿Quién te dice que ausencia causa olvido mal supo amar, porque si amar supiera qué la ausencia?, la muerte nunca hubiera las mientes de su amor adormecido. Herido es el amor tan penetrante que llega al alma; y tuya fue la flecha de quien la mía dichosa fue herida. No temas,pues, en verme así distante; que la herida una vez hecha, siempre siempre y doquiera, será herida.

       

      DE LA MAGDALENA
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      "Y vuelto (Jesús) a la mujer, dijo a Simón: ¿Ves a esta mujer? Entré en tu casa y no me diste agua a los pies; mas ella ha regado mis pies con sus lágrimas y los ha enjugado con sus cabellos" ¡Ay! ¿Qué podrá ofrecerte quien todo lo perdió? Aquestas manos osadas de ofenderte, a cuestos ojos vanos te ofrezco, y estos labios tan profanos. Bañen tus pies mis ojos, límpielos mis cabellos; de tormento mi boca, y red de enojos, les dé besos sin cuento la que sudó en tu ofensa, trabaje en tu servicio, y de mis males proceda mi defensa, mis ojos dos mortales fraguas, dos fuentes sean manantiales. "No me diste el ósculo de paz; pero ella, desde que entré, no ha cesado de besarme los pies.

       

      NOCHE SERENA
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      Cuando contemplo el cielo, de innumerables luces adornado, y miro hacia el suelo de noche rodeado, en sueño y en olvido sepultado, el amor y la pena despiertan en mi pecho una ansia ardiente. Aquí vive el contento, aquí reina la paz; aquí asentado en rico y asalto asiento, está el amor sagrado, de glorias y deleites rodeado; inmensa hermosura aquí se muestra toda, y resplandece clarísima luz pura, que jamás anochece; eterna primavera aquí florece.

       

      VIDA SOLITARIA
      Señale aquí para escuchar el poema.

      Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo. Coro:

      "Quiero vivir conmigo" a solas sin testigo mi dulce son cantado mientras otros se embriagan libre de amor, de odio y celo. ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruido y sigue la escondida senda por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido. No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera, ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera. Un no rompido sueño, un día puro, alegre, libre quiero; no quiero ver el ceño vanamente severo ensalza o el dinero. Despiértenme las aves con su cantar sabroso no aprendido; no los cuidados graves, de que es siempre seguido el que al ajeno arbitrio está atendido. Del monte de la ladera, por mi mano plantado, tengo un huerto, que con la primavera, de bella flor cubierto, ya muestra en esperanza el fruto cierto. Y mientras miserablemente se están los otros abrasando con sed insaciable del peligroso mando, tendido yo a la sombra esté cantando; a la sombra tendido, de hiedra y lauro eterno coronado, puesto el atento oído al son dulce, acordado, del plectro sabiamente meneado.

      Santa Teresa de Jesús

      Santa Teresa de Avila

      teresa de avila.jpg (24291 bytes)

      NADA TE TURBE
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      Nada te turbe, nada te espante todo se pasa,
      Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza,
      quien a Dios tiene nada le falta sólo Dios basta.

       

      VIVO SIN VIVIR EN MI
      Señale aquí para escuchar este poema.

      Vivo ya fuera de mí después que muero de amor, porque vivo en el Señor que me quiso para sí. Cuando el corazón le di, puso en él este letrero: que muero porque no muero. Esta divina prisión del amor en que yo vivo, ha hecho a Dios mi cautivo, y libre mi corazón; y causa en mí tal pasión ver a Dios mi prisionero, que muero porque no muero. ¡Ay! ¡Qué larga es esta vida! ¡Qué duros estos destierros, esta cárcel, estos hierros en que el alma está metida! Sólo esperar la salida me causa un dolor tan fiero, que muero porque no muero. ¡Ay! ¡Qué vida tan amarga do no se goza el Señor! Porque si es dulce el amor, no es la esperanza larga; quíteme Dios esta carga, más pesada que el acero, que muero porque no muero. Solo con la confianza vivo de que he de morir, porque muriendo el vivir me asegura mi esperanza; muerte do el vivir se alcanza, no te tardes, que te espero, que muero porque no muero. Estando ausente de ti, ¿qué vida puedo tener, sino muerte padecer la mayor que nunca vi? Lástima tengo de mí, por ser mi mal tan entero, que muero porque no muero. Mira que el amor es fuerte: Vida no me seas molesta; mira que sólo te resta, para ganarte, perderte; venga ya la dulce muerte, venga el morir muy ligero, que muero porque no muero. Aquella vida de arriba es la vida verdadera, hasta que esta vida muera, no se goza estando viva: muerte, no me seas esquiva; viva muriendo primero, que muero porque no muero. Vida ¿qué puedo yo darle a mi Dios, que vive en mí si no es perderte a ti, para mejor a Él gozarle? Quiero muriendo alcanzarle, pues a Él sólo es el que quiero, que muero porque no muero.

       

      SOBRE AQUELLAS PALABRAS
      Señale aquí para escuchar este poema

      Ya toda me entregué y di y de tal suerte he trocado, que es mi amado para mí, y yo soy para mi amado. Cuando el dulce cazador me tiró y dejó rendida, en los brazos del amor mi alma quedó caída. Y cobrando nueva vida de tal manera he trocado que es mi amado para mí, y yo soy para mi amado. Hirióme con una flecha enherbolada de amor, y mi alma quedo hecha una con su Criador, ya no quiero otro amor pues a mi Dios me he entregado, y mi amado es para mi, y yo soy para mi amado.

      San Juan de la Cruz

      San Juan de la Cruz

      San Juan de la Cruz.jpg (9797 bytes)

      CANCIONES DEL ALMA
      Señale aquí para escuchar el poema.

      ¡Oh noche que guiaste! ¡Oh noche amable, más que alborada! ¡Oh noche que juntaste amado con amada, amada en el amado transformada! En una noche oscura, con ansias, en amores inflamada oh dichosa ventura! Salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada; a oscuras, y segura por la secreta escala disfrazada, oh dichosa ventura!, a oscuras y en celada, estando ya mi casa sosegada; en la noche dichosa, en secreto que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía. Sino a que en el corazón ardía. Aquesta me guiaba mas cierto que la luz de mediodía adonde me esperaba quien yo bien me sabía en parte donde nadie parecía. En mi pecho florido, que entero para él sólo se guardaba allí quedó dormido y yo le regalaba y el ventalle de cedros aire le daba. El aire de la almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena en mi cuello hería y todos mis sentidos suspendida. Quédeme y olvídeme el rostro recliné sobre mi amado cesó todo y déjeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado…

      El PASTORICTO
      Señale aquí para escuchar el poema.

      Y dice el pastorcito:¡Ay, ay desdichado de aquel que de mi amor ha hecho ausencia y no quiere gozar la mi presencia, y el pecho por su amor muy lastimado! Un pastorcico, solo, está apenado ajeno de placer y de contento, y en su pastora puesto el pensamiento y el pecho por amor muy lastimado. No llora por haberle amor llagado que no le pena verse así afligido aunque en el corazón está herido más llora por pensar que está olvidado. Que sólo de pensar que está olvidado de su bella pastora, con gran pena se dexa maltratar en tierra ajena, el pecho de el amor muy lastimado. Y a cabo de un gran rato se ha encumbrado sobre un árbol, do abrió sus brazos bellos; y muerto se ha quedado asido dellos, el pecho de el amor muy lastimado.

       

      BUSCANDO MIS AMORES
      Señale aquí para escuchar el poema.

      Ay Ay ¿quién podrá sanarme? Acaba de entregarte ya de vero no quieras enviarme de hoy más ya mensajero, que no saben decirme lo que yo quiero. En soledad vivia y en soledad ha puesto ya su nido y en soledad la guía a solas su querido, también en soledad de amor herido. Buscando mis amores iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronters. ¿Adónde te escondiste, amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste, habiéndome herido; salí tras ti clamando, y eras ido. ¿Por qué, pues has llegado aqueste corazón, no le sanaste? Y, pues, me le has robado. ¿por qué así le dejaste, y no tomas el robo que robaste? Apaga mis enojos, pues que ninguno basta a deshacellos, y véante mis ojos, pues eres lumbre dellos, y sólo para ti quiero tenellos. Descubre tu presencia , y mátame tu vista y hermosura. Mira que la dolencia de amor, que no se cura sino con la presencia y figura. La noche sosegada en par de los levantes del aurora, la música callada, la soledad sonora, la cena que recrea y enamora. Mi alma se ha empleado y todo mi caudal en su servicio; ya no guardo ganado, ni ya tengo otro oficio, que ya sólo en amar es mi ejercicio.

       

      GLOSA A LO DIVINO
      Señale aquí para escuchar el poema.

      Por toda la hermosura nunca me perderé sino por un no sé qué, que se alcanza por ventura. El que de amor adolesce del divino ser tocado, tiene el gusto tan trocado que a los gustos desfallece como el que con calentura fastidia el manjar que ve y apetece un no sé qué, que se alcanza por ventura. Sabor de bien que es finito lo más que pueda llegar es cansar el apetito y estragar el paladar; y así, por toda dulzura nunca yo me perderé sino por un no sé qué, que se halla por ventura. El corazón generoso nunca cura de parar, donde se puede pasar, sino en más dificultoso; nada le causa hartura y sube tanto su fe, que gusta de un no sé qué, que se halla por ventura. No penséis que el interior que es de mucha más valía halla gozo y alegría en lo que acá da sabor; mas sobre toda hermosura y lo que es y será y fue gusta de allá un no sé qué, que se halla por ventura, mas emplea más cuidado quien se quiere aventajar en lo que está por ganar que en lo que tiene ganado; y así, para más altura yo siempre me inclinaré sobre todo a un no sé qué, que se halla por ventura. Por lo que por el sentido puede acá entenderse aunque sea muy subido ni por gracia y hermosura yo nunca me perderé sino por un no sé qué, que se halla por ventura, cuando tú me mirabas, su gracia en mí tus ojos imprimían, por eso me adamabas, y en eso merecían los míos adorar lo que en ti vían. No quieras despreciarme; que, si color moreno en mí hallaste, ya bien puedes mirarme, después que me miraste, que gracia y hermosura en mí dejaste.  


      P. Casaldáliga

      Parar la rueda bloqueando sus radios
      por Pedro Casaldáliga   30 de abril de 2008

      Estaba pensando la circular de 2008, cuando me invade, como un río bíblico de leche y miel, una auténtica inundación de mensajes de solidaridad y cariño por ocasión de mis 80 años. No pudiendo responder a cada uno y a cada una en particular, incluso porque el hermano Parkinson tiene sus caprichos, les pido que reciban esta circular como un abrazo personal, entrañable, de gratitud y de comunión renovadas.

      (JPG) Estoy leyendo una biografía de Dietrich Bonhoeffer, titulada, muy significativamente, Tendríamos que haber gritado. Bonhoeffer, teólogo y pastor luterano, profeta y mártir, fue asesinado por el nazismo, el 9 de abril de 1945, en el campo de concentración de Flossenbürg. Él denunciaba la «Gracia barata» a la que reducimos muchas veces nuestra fe cristiana. Advertía también que «quien no haya gritado contra el nazismo no tiene derecho a cantar gregoriano». Y llegaba finalmente, ya en vísperas de su martirio, a esta conclusión militante: «Hay que parar la rueda bloqueando sus radios». No bastaba entonces con socorrer puntualmente a las víctimas trituradas por el sistema nazi, que para Bonhoeffer era la rueda; y no nos pueden bastar hoy el asistencialismo y las reformas-parche frente a esa rueda que para nosotros es el capitalismo neoliberal con sus radios del mercado total, del lucro omnímodo, de la macro-dictadura económica y cultural, de los terrorismos de estado, del armamentismo de nuevo creciente, del fundamentalismo religioso, de la devastación ecocida de la tierra, del agua, de la floresta y del aire.

      No podemos quedarnos estupefactos delante de la iniquidad estructurada, aceptando como fatalidad la desigualdad injusta entre personas y pueblos, la existencia de un Primer Mundo que lo tiene todo y un Tercer Mundo que muere de inanición. Las estadísticas se multiplican y vamos conociendo más números dramáticos, más situaciones infrahumanas. Jean Ziegler, relator de Naciones Unidas para la Alimentación, afirma, cargado de experiencia, que «el orden mundial es asesino, puesto que hoy el hambre ya no es una fatalidad». Y afirma también que «destinar millones de hectáreas para la producción de biocarburantes es un crimen contra la humanidad»; el biocombustible no puede ser un festival de lucros irresponsables. La ONU viene alertando que el calentamiento global del planeta avanza más rápido de lo que se pensaba y, a menos que se adopten medidas urgentes, provocará la desaparición del 30% de las especies animales y vegetales, millones de personas se verán privadas de agua y proliferarán las sequías, los incendios, las inundaciones. Uno se pregunta angustiado quién va a adoptar esas “medidas urgentes”.

      El gran capital agrícola, con el agronegocio y el hidronegocio cada vez más, avanza sobre el campo, concentrando tierra y renta, expulsando a las familias campesinas y lanzándolas errantes, sin tierra, acampadas, engrosando las periferias violentas de las ciudades. Dom Edwin Kräutler, obispo de Xingú y presidente del CIMI, denuncia que el «desarrollo en la Amazonia se tornó sinónimo de deforestar, quemar, arrasar, matar». Según Roberto Smeraldi, de Amigos de la Tierra, las políticas contradictorias del BM por un lado «prometen salvar los árboles» y por otro lado «ayudan a derribar la Amazonia».

      Pero la Utopía continúa. Como diría Bloch, somos «criaturas esperanzadas» (y esperanzadoras). La esperanza sigue, como una sed y como un manantial. «Contra toda esperanza esperamos». De esperanza habla, precisamente, la reciente encíclica de Benedicto XVI. (Lástima que el Papa, en esta encíclica, no cite ni una sola vez el Concilio Vaticano II que nos dio la Constitución Pastoral Gaudium et Spes -Alegría y Esperanza-. Dicho sea de paso, el Concilio Vaticano II continúa amado, acusado, silenciado, preterido... ¿A quién le da miedo el Vaticano II?). Frente al descrédito de la política, en casi todo el mundo, nuestra Agenda Latinoamericana 2008 apuesta por una nueva política; hasta «pedimos, soñando alto, que la política sea un ejercicio de amor». Un amor muy realista, militante, que subvierta estructuras e instituciones reaccionarias, construidas con el hambre y la sangre de las mayorías pobres, al servicio del condominio mundial de una minoría plutócrata. Por su parte las entidades y los proyectos alternativos reaccionan intentando crear conciencia, provocar una santa rebeldía. El FSM 2009 se va a celebrar, precisamente, en la Amazonia brasileña y tendrá la Amazonia como uno de los temas centrales. Y el XII Encuentro Intereclesial de las CEBs, en 2009, se celebrará también en la Amazonia, en Porto Velho, Rondônia. Nuestra militancia política y nuestra pastoral liberadora deben asumir cada vez más estos desafíos mayores, que amenazan nuestro Planeta. «Escogemos, pues, la vida» como reza el lema de la Campaña de la Fraternidad 2008. El apóstol Pablo, desde su Carta a los Romanos, nos recuerda que «toda la Creación gime y está con dolores de parto» (Rom 8,22). Los gritos de muerte se cruzan con los gritos de vida, en ese parto universal.

      Es tiempo de paradigmas. Hoy creo que se deben citar como paradigmas mayores y más urgentes, los derechos humanos básicos, la ecología, el diálogo intercultural e interreligioso y la convivencia plural entre personas y pueblos. Estos cuatro paradigmas nos afectan a todos, porque salen al encuentro de las convulsiones, objetivos y programas que está viviendo la Humanidad maltratada, pero siempre esperanzada aún.

      Con tropiezos y ambigüedades Nuestra América se mueve hacia la izquierda; «nuevos vientos soplan en el Continente»; estamos pasando «de la resistencia a la ofensiva». Los pueblos indígenas de Abya Yala han saludado alborozados la Declaración de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas, que afecta a más de 370 millones de personas en unos 70 países del Mundo. Y reivindicarán su puesta en práctica.

      Nuestra Iglesia de América Latina y del Caribe, en Aparecida, si no fue el Pentecostés que queríamos soñar, fue una honda experiencia de encuentro entre los obispos y el pueblo; y confirmó los trazos más característicos de la Iglesia de la Liberación: el seguimiento de Jesús, la Biblia en la vida, la opción por los pobres, el testimonio de los mártires, las comunidades, la misión inculturada, el compromiso político.

      Hermanas y hermanos, ¿qué radios vamos a quebrar en nuestra vida diaria?, ¿cómo ayudaremos a bloquear la rueda fatal?, ¿tendremos derecho a cantar gregoriano?, ¿sabremos incorporar en nuestras vidas esos cuatro paradigmas mayores traduciéndolos en práctica diaria? Reciban un abrazo entrañable en la esperanza subversiva y en la comunión fraterna del Evangelio del Reino. Vamos siempre hacia la Vida.


      Cuando en 1952 Pedro Casaldáliga fue ordenado presbítero en Barcelona sobre el césped olímpico del Estadio de Montjuich, no muy lejos (en Vic) yo era novicio claretiano. Es decir, era un "novato" que ignoraba lo que Pedro Casaldáliga llevaba dentro de sí a esa ordenación como misionero claretiano. Él iba ocho años por delante, todo el tiempo de su formación inicial vivido apasionadamente.

      Doce años después, la obediencia me juntó a Pedro en la comunidad de escritores claretianos de la calle Buen Suceso de Madrid. Desde entonces, la fraternidad en el carisma se nos hizo amistad compartiendo oración y misión, trabajo y horizontes, en aquellos venturosos años del Concilio Vaticano II.

      Tal como yo veía a Pedro ser "misionero claretiano" (tan fiel y tan libre, aficionado a leer buenos libros, excelente comunicador y apasionadamente feliz en sus apostolados) siempre pensé que eso se le habría gestado a él en sus años de formación en Catalunya. Y en eso me confirmó con creces, casi treinta años después, la investigación que tuve que hacer sobre la vocación de Pedro, su formación inicial y sus primeros años de vida apostólica (*).

      Hay personas que han llegado a ser y son, lo que desde niños desearon intensamente ser. Y así es Pedro. Por eso, para evocar su identidad de "misionero claretiano", debo comenzar contando, en versión breve, algunos testimonios de los testigos cercanos de su vocación y de su formación, sumándoles la "confesión" que el mismo Pedro me ha hecho de aquellas vivencias suyas. Al oírlo, al leerlo, cualquiera se da cuenta de que es indispensable y suficiente saber eso, para conocer qué clase de "misionero claretiano" es Pedro Casaldáliga.

      "Somos vocación de vocaciones"

      La vocación se le gestó a Pedro Casaldáliga en su infancia, y le nació en el asombro de la preadolescencia en Balsareny, provincia de Barcelona, durante los años de la guerra civil española (1936-1939).

      El 16 de febrero de 1928 había nacido Pedro en Balsareny, que está a solo tres kilómetros de Sallent, la villa natal del fundador de los misioneros claretianos, Antonio María Claret. Los hermanos de Pedro, José, María y Carmen, y Dolores la esposa de José, me contaron en pocas palabras sus recuerdos del origen de la vocación de Pedro:

      -  "Los dos éramos monaguillos", dice el hermano mayor. "Fuimos primero al parvulario de las Hermanas Dominicas, y después a la Escuela Parroquial".
      -  "Pero prohibieron la Escuela Parroquial cuando estalló la guerra", añade María.
      -  "La comarca quedó en zona roja y las monjas tuvieron que huir, yo las acompañé", José de nuevo. "Sólo se podía ir a la escuela mixta y atea, y nosotros nos quedamos en casa. A Pedro le gustaba recorrer lugares con primos y amigos. En carácter y aficiones éramos diferentes; el pare era tratante, y yo enseguida a las ovejas; Pedro andaba rodeado de niños, con juegos y haciendo teatro, pero ayudaba en casa".

      De los ocho años a los once, Pedro se confesaba en establos y galerías, y ayudaba misas clandestinas porque los sacerdotes tenían que esconderse.

      -  "Mataron a varios sacerdotes en la comarca", siguen contando sus hermanos.
      -  "A un tío carnal nuestro, que era vicario de la parroquia de Calad, mosén Lluís Plá Rosell, lo mataron muy joven, de treinta y cinco años".
      -  "Y Pedro se dio cuenta, ¡claro!, perfecta cuenta se dio; en casa lo vivimos mucho eso, era hermano de la mare", insisten las tres mujeres. "Lo fusilaron a él y a dos compañeros sacerdotes cerca de Suria. Los detuvieron ya muy cerca de la masía adonde iban a esconderse, y los mataron a tiros. En cuanto terminó la guerra, lo trajeron a enterrar aquí en Balsareny. Y Pedro estuvo muy atento a eso".
      -  "Ocho años tenía Pedro cuando mataron al tío el año 36, y once años cuando lo enterraron aquí en Balsareny".
      -  "Ya después de la guerra, Pedro dijo a la mare que él quería ser sacerdote. Un sábado se echó al cuello de la mare y rompió a llorar para decirle: ¡vull ser capellà, mare!"

      Ante esos recuerdos de sus hermanos, Pedro me dijo en Sâo Félix, distanciado y cercano: -"Mi familia eran todo lo católicos que se pueda pensar de aquellos tiempos y en una ancestral Catalunya pagesa (rural). La eclesialidad que marcó mi infancia, y que quizás me hizo sacerdote, fue el contacto con los sacerdotes de mi pueblo, con los coadjutores sobre todo; el coadjutor era el cura de los niños, el de la catequesis, el de la escuela, el de los paseos, el de los coros y los teatros, el de las confidencias de puntillas. Una verdadera amistad de niño, en un clima de confianza total y hasta de ternura." "Y las Hermanas Dominicas y las Hermanas Josefinas. Sus capillas. Sus fiestas. Sus consejos alados entre sonrisas y tocas y dulces."

      "Somos vocación de vocaciones."

      "Ciertos libros de piedad infantil; unos folletos misioneros; y ya algunos santos más familiares. De aquellos capullos, diría el Padre Claret, han podido nacer estas rosas."

      "Mis tías, tan rezadoras y con sus misas de madrugada. Y mi tío el mártir, mosén Lluís. Su martirio tuvimos que vivirlo primero en el silencio, en la clandestinidad de la represión; después llegaron a mi pueblo sus restos ya gloriosos, sí. Ese martirio que yo acompañé prematuramente, me ha marcado para siempre."

      "A pesar de todo, no quería ser cura. Y varias veces corté las insistencias de mi abuela Francisca. Y sin embargo... donde hay una abuela allí está Dios. Dios y ella y mosén Lluís y esos curas me hicieron sacerdote. No sabría decir cuándo rompió la llamada decisiva, pero puedo decir que fue irreversible."

      "La Iglesia de nuestra infancia es la Iglesia de toda nuestra vida"

      A sus doce años, se fue Pedro al Seminario Menor de la diócesis de Vic. Y un día de aquel mismo año, escribió a su familia una carta que les sorprendió. Les decía literalmente: "Gran noticia tengo que deciros y es que quiero ser misionero del Corazón de María; ya lo he pensado y lo he pedido en la Sagrada Comunión, y veo que es la voluntad de Dios. No digáis que no, ya he hablado con los Padres y lo he arreglado todo...".

      -  "Él ya lo tenía todo hecho", me comentaron sus hermanos. "Vino de vacacaciones, y la mare a prepararle la ropa y las cosas que tenía que llevar a los Misioneros. Pedro siempre fue así, decidido, lo que se proponía lo lograba." Se le iba abriendo la rosa de su vocación; ahora, "misionero del Corazón de María", misionero claretiano. Cerca de Balsareny, en Manresa, logré un testimonio que ilumina ese giro de la vocación de Pedro. Ramón Mata Centellas fue uno de los compañeros cercanos a Pedro en aquel primer año del Seminario Menor de Vic, y llegó a ser presbítero diocesano. Cuando yo recogía estos testimonios, él era párroco en Manresa. Fui a verlo y me dijo:

      -  "Del Pére Casaldáliga recuerdo que era muy afable con todos en el Seminario, y que en ese primer año él decidió irse a los Misioneros. Un caso único. Mucho tiempo después nos vimos en Sabadell, ya los dos sacerdotes, y estuvimos conversando. Y cuando años después supe por las noticias que en el Mato Grosso del Brasil el obispo Casaldáliga estaba amenazado de muerte, yo pensé: ‘igual que de pequeño’. Y entonces se me grabó de manera imborrable el recuerdo más nítido que yo conservo de Casaldáliga en aquel año del Seminario. El recuerdo es que cuando en el Seminario salíamos de paseo los jueves por la tarde, íbamos a un bosque. A la mayoría de nosotros nos gustaba jugar al fútbol, pero al Pére Casadáliga le gustaba jugar a mártires. Se perseguían, se ataban a un árbol, se azotaban... ‘¿Quién quiere jugar a mártires?’, gritaba el Pére".

      En Sâo Félix, Pedro esclareció ese testimonio de su antiguo compañero y su primer deseo de ser misionero: -"Curtiendo la primeriza vocación, sí. Jugábamos a misioneros y a mártires, no por jugar. Llevábamos los mártires dentro. Acabábamos de vivir en la familia una intensa era martirial. Y la iglesia de nuestra infancia es la Iglesia de toda nuestra vida."

      "El paso de seminarista diocesano a seminarista misionero me resultó normal. Yo venía de Balsareny, a tres kilómetros del Sallent claretiano. Y en Vic visitamos más de una vez el sepulcro de San Antonio María Claret. Ahí se fraguó mi vocación de misionero Hijo del Corazón de María. Durante la guerra, acompañé muchas veces por las masías de Suria al padre Pedro Bartrans, custodio de las reliquias del Santo Claret. Iba disfrazado con un enorme bigote que le escondía su condición de sacerdote, y ya había salvado el pellejo milagrosamente lanzándose a correr carretera abajo entre los disparos impotentes de los milicianos. Yo le ayudé muchas veces a misa, y aquel clima de catacumbas y el testimonio del padre Bertrans decidieron también, sin duda, mi vocación claretiana".

      Hay que añadir algo que se le despertó también a Pedro por entonces, y que crecería en él como una esencial dimensión de su personalidad y de su vocación, marcando su forma de ver y de vivir todo en la vida, la realidad histórica, la fe y la misión, su amor al Dios de Jesús y a los hombres y mujeres hermanos. Algo que definiría su manera de hablar y escribir como "misionero claretiano", servidor de la Palabra de Dios. En aquel año del Seminario Menor Diocesano de la Gleba de Vic, Casaldáliga escribió sus primeros versos; y cuando volvió de vacaciones, les dijo en casa con tanta seriedad como entusiasmo: "Yo seré poeta".

      Ser misionero-poeta era el sueño que encandilaba a Pedro en aquel verano de 1941, a sus 13 años de edad. Y el 22 de agosto, fiesta del Corazón de María, escribió una carta al padre Bertrans en la que contaba los días que le faltaban para "entrar a los Misioneros del Corazón de María", y enumeraba los chicos que podrían ir con él.

      "En aquel escenario, aspirar al martirio era connatural a un apasionado aspirante a misionero"

      Pedro vivió su primera etapa de formación en los Seminarios Menores Claretianos de Alagón (Zaragoza) y Barbastro (Huesca) estudiando Humanidades. Sus compañeros de entonces se acuerdan de la pobreza y del hambre de la posguerra, como del "pan de cada día" en aquellos años. -"Nuestra vida era muy austera, pero vivíamos felices. Casaldáliga se acopló muy bien a la disciplina de nuestros Seminarios, con un espíritu de cierta libertad; él era sumiso pero no servil" (Eduardo Canals).

      -  "Éramos 109 de todas las edades, una gran mezcla, y los había muy rústicos, agrestes. Pedro era de los que no molestan, de los que hacen la cosa agradable. Era poeta ya antes de hacer versos. Ese aspecto amable hizo que en la representación de un auto sacramental de Calderón de la Barca, le dieran a él el papel de alma" (Manuel Casanoves).
      -  "La mayoría teníamos entre 11 y l4 años, y jugábamos a fútbol en los recreos y en los paseos. Pero no había espacio para todos, por eso, los mayores fútbol, y los pequeños jugábamos a indios y misioneros por los campos; y en este juego destacaba Casaldáliga. Lo suyo siempre fue la misión y estar en vanguardia, y era muy expresivo su papel de misionero en los juegos de Alagón" (Jesús Aspa).

      Hubo un grupo grande de seminaristas claretianos teólogos, que se trasladaron de Cervera a Barbastro en 1936 con su formador y sus profesores, para vivir y estudiar allí, pero enseguida los encarcelaron y los mataron los ‘milicianos rojos’. Los fueron fusilando por grupos, hasta el número de 51, durante el mes de agosto en los mismos días en que ellos renovaban sus votos. Murieron agradeciendo su vocación y ofreciendo su vida por "la clase obrera", perdonando y cantando al Corazón de María y a Jesús misionero.

      Y comenta el padre Jesús Aspa: -"Casaldáliga demostraba en Barbastro (en 1943) tener ya un gran ideal, y se impregnó mucho de la espiritualidad del martirio. Los mártires ambientaban toda nuestra vida. En el día de retiro íbamos al lugar donde los mataron y un seminarista echaba un discursito: ‘ellos fueron mártires de sangre, nosotros podremos serlo también, pero todos hemos de ser ya mártires cada día en la misión y en el cumplimiento del deber...’ El recuerdo de los mártires estaba muy reciente, y vivir en la misma casa donde ellos vivían cuando los detuvieron y los mataron, creaba una atmósfera que nos envolvía. Cantábamos los mismos cantos que ellos cantaron camino de la muerte, ‘Oh María, lucero bendito’, ‘Jesús ya sabes, soy tu soldado...’ Casaldáliga sobresalía por su entusiasmo en esto y en todas las cosas. En la revista en que nos ejercitábamos escribiendo, él llevaba la sección litúrgica y escribía poesía; además participaba en organizar la liturgia, en la Comisión Misional y en la Recreativa, por su sensibilidad. No era tímido, era de los primeros en tener iniciativas, hacer proyectos, realizar cosas; muy movido. Y era muy fiel."

      -  "Era alegre y serio, con una personalidad que destacaba en la literatura y en una espiritualidad honda muy mariana y martirial" (Eduardo Canals).

      El formador de Pedro en Barbastro, Domingo Payás, me decía con lucidez de memoria a sus 80 años: -"Casaldáliga era entonces un chico piadoso y aplicado, muy dócil y sincero. Comunicativo con sus compañeros y querido por todos. Los ideales que les inculcábamos los formadores eran la santificación propia y el apostolado, y la devoción cordimariana. Influían mucho en ellos los mártires; yo los llevaba en los retiros a los lugares de su martirio y eso les impresionaba mucho."

      En Sâo Félix do Araguaia, Pedro recordaba así esa primera etapa de su formación misionera: -"Aquellos Seminarios Menores no eran así tan menores. Nos hacían prematuramente adultos, por la disciplina y el estudio, por la seriedad en la devoción y en la obediencia. Nos fraguaban. Yo agradezco, sinceramente, la infraestructura espiritual que aquellos años -no ideales en todos los aspectos- nos proporcionaban. Ser misionero, ser y hacer Iglesia, exigía la totalidad de la vida. Oigo decir y veo por ahí que los Seminarios actuales -más ideales en otras cosas- forjan menos. Dicen que estas generaciones vienen del yogur y van a las discotecas. No siempre será así, hágase justicia a la ‘otra’ juventud actual. En todo caso, nosotros, sin ningún mérito, veníamos de la guerra y queríamos ir al martirio." "Una cierta contabilidad interior, muy ignaciana; el fervor mariano hasta la exaltación; el ideal mayor del Apostolado, insistente en los ojos; el estudio profundo de las Humanidades; y el primer borbotar de la poesía, fueron modelando la personalidad para el ministerio. Y aquel clima martirial me lo sellaba todo definitivamente. La historia dice que en los primeros tiempos de nuestra fe, ser cristiano y ser mártir eran sinónimos. En aquel escenario de Barbastro y entre aquellas compañías, pedir el martirio y aspirar a él era connatural a un apasionado aspirante a misionero."

      De "apasionado aspirante a misionero" eran las cartas que aquel Casaldáliga de los 13 a los 16 años escribía a su familia desde los Seminarios de Alagón y Babastro. En sus cartas no se muestra nunca triste o aburrido, siempre suelto, alegre, bromista, muy centrado y decidido. En los cumpleaños de sus familiares, incluía en las cartas breves poemas dedicados. Siempre da saludos para mucha gente, para el párroco, los vicarios, las monjas. Desde Barbastro recuerda mucho a su tío mártir. Pero lo más llamativo de sus cartas es el volumen de los consejos espirituales que prodiga a la familia entera y a cada uno de sus hermanos. Se erige en misionero de la familia por carta, y así se despide en catalán: "us estima de cor, el vostre fill y germá missioner". Veo en esto el despertar de la convicción y el arte que Pedro ha cultivado siempre para comunicar el evangelio por carta. Dice que sabe por experiencia propia y ajena, que "con frecuencia Dios habla por carta".

      Las cartas disminuyeron en el año de Noviciado. Se lo avisó a su familia con esta frase: "Ahora que soy más de Dios, ya soy más de ustedes". Pedro entró en su silencioso año de Noviciado en Vic, el 7 de setiembre de 1944; e hizo la profesión de sus primeros votos el 8 de setiembre de 1945. Allí cumplio 17 años; y cuando ya cumplía 64 en Sâo Félix, lo recordaba así:

      -  "Fue aquel tipo de Noviciados que hoy se calificarían de semimedievales. Nos enteramos, por ejemplo, del final de la guerra mundial bastantes días después. Y sin embargo, en aquel año cerrado y tenso e intenso, yo descubrí en la lectura de Teresa de Lisieux a Dios como Padre y su voluntad salvífica universal. Después uno se sonríe, pero sigue agradeciendo aquel arranque juvenil inicial, que nunca ya ha querido rechazar. Hicimos el noviciado junto al sepulcro del Fundador Claret, y fue un noviciado misionero. No iríamos a una clausura, iríamos a evangelizar al mundo. Ahora, en la distancia, siento que la visión y la pasión de la Iglesia y su causa han llenado todos los años de formación y han justificado todas las esperas y renuncias. Soñé, incluso, en ser trapense o cartujo; pero, era la Misión, el Apostolado, mi destino y mi obsesión." "Casaldáliga es una llama que se parece a la zarza inconsumible"

      En Solsona (Lérida) el Filosofado claretiano era un edificio largo, alto y frío, a merced de los vientos en la soledad sonora de los pinares, al pie de la elevada ermita de la Virgen de Castellvell. Ahí estudió Pedro tres años de filosofía, de 1945 a 1948. Para la teología, descendería al suelo mediterráneo de Valls, a 20 kilómetros de Tarragona, entre avellanos, olivos y algarrobos.

      En sus cartas seguía contando a la familia su ideal y su estado de ánimo: "Rezad por mí pidiendo que sea un santo misionero: es la única ilusión digna, la única que me enciende el corazón. Soy feliz" (Solsona, 20 de diciembre de 1947). Y en el día de su profesión perpetua: "¡Ya perpetuamente Misionero Hijo del Corazón de María: no cambiaría un hilo de mi sotana por todos los galones de la tierra!" (Valls, 23 de abril de 1949).

      Varios compañeros de aquellos años, recuerdan a Casaldáliga en esos dos escenarios de la última etapa de su formación inicial:
      -  "En los tres años de filosofía, Casaldáliga fue un hombre dinámico, organizador, alegre. Era de los que dinamizaban el Seminario. Pertenecía a la Comisión de Festejos, y tenía afición a escribir poemas; me preguntó si conocía alguna revista para publicar poesías en catalán. Y cosechó fama de fervoroso, sobre todo de ‘mariano’; la visita a los santuarios era una fiebre, a Castellevell subían continuamente, todas las tardes. Había estudiantes que daban tumbos cambiando de año en año, pero Pedro se mantenía siempre entregado, aplicado, piadoso, jovial" (Manuel Casanoves).

      Fernando Sebastián (arzobispo emérito de Pamplona y Tudela, antes Rector de la Universidad Pontificia de Salamanca) fue uno de los compañeros con quien más compartió entonces Pedro: -"En filosofía lo recuerdo muy piadoso y muy mortificado. En teología, su gran sensibilidad artística. Siempre, la piedad mariana. Trabajábamos juntos en varias revistas del Teologado: Testimonio, mecanografiada (la figura del Padre Fundador, las fuentes de su doctrina...) Barandilla, mural. El Cuerno, familiar y de humor. Formábamos parte de un grupo muy activo, ‘Jarca’, y de un grupo de compromiso, ‘Palabra y Acción’, para vivir y renovar el espíritu de Claret."

      "En los últimos años de teología vivimos la canonización de nuestro Fundador. Empiezan entonces los estudios del carisma claretiano y se despierta en nosotros una voluntad muy generosa de renovación de la Congregación. Es la hora de los movimientos que preparan el Vaticano II; los años 50. Los diálogos de Pío XII con los profesionales, las encíclicas, el movimiento litúrgico, las fuentes bíblicas y patrísticas, la inquietud social; barruntando y soñando un Vaticano II. Y ahí nosotros buscábamos el futuro de la Congregación. En todo eso arraiga y se consolida mucho la personalidad espiritual y apostólica de Pedro Casadáliga. Su piedad y su austeridad, y lo que es característico de su temperamento, su tozudez apostólica".

      Otros recuerdan más de Pedro su cualidad de poeta. Así, el padre Mariano Molina, que llegó a intimar bastante con él: - "Casaldáliga era un hombre muy sensible y muy espiritual, y él daba cauce a su sensibilidad y a su espiritualidad en la poesía; como catalán, le gustaba leer poesía catalana. Vibraba espiritualmente a través de la poesía. Y eso me atrajo a mí. Vivíamos muy metidos en el estudio, y éramos de gran serenidad y equilibrio aun siendo poetas. Casaldáliga era piadoso con piedad muy honda. Apenas teníamos salidas de actividad apostólica, el estudio, la oración y la formación lo dominaban todo: llenarnos, para después dar... Pedro Casaldáliga ya era entonces como es ahora, dentro del marco y los cauces de entonces".

      Los recuerdos de Josep Casas Girabal, otro de los cercanos a Pedro en el Teologado, tienen esta fuerza: -"Pedro Casaldáliga era un hombre contagioso que nos dio vitalmente una consigna, una clave: el optimismo sobrenatural operante. El ya era un rebelde contra ciertos aspectos del ‘orden establecido’. Era muy dócil y muy fiel, pero tenía impulso carismático y participó en algunas iniciativas para ideas innovadoras a espaldas del formador. Hubo un movimiento algo clandestino en el Teologado; Sebastián, yo, Arenas, los Blanco, Casaldáliga... y el elemento catalítico era Pedro. Teníamos una revista, y nos pasábamos la noche en vela para hacerla, no sé si con permiso o sin permiso; Casaldáliga ponía el alma y la carne, el trabajo de mecanografiarla; yo escribía artículos sobre la eucaristía, Pedro me los pasaba a máquina y estaba fascinado. Es un hombre sin envidia ni celos. Un hombre que es como el fermento, que a mí me estimulaba muchísimo. Él era poeta. Yo hacía poesía, él hacía poesía y era el poeta. Muy sincero. Idealista, siempre ha sido; a veces caerá en cierta ingenuidad. Y me da la impresión de que Pedro sigue siendo lo que era. Él es una llama que se parece a la zarza inconsumible."

      Era importante recoger los recuerdos que tenían de Pedro sus formadores en las dos últimas etapas de la formación inicial. El padre José Solé Romá fue una institución formando a generaciones de claretianos provenientes de Catalunya, Aragón, Navarra, Valencia, Alicante, Cartagena y Murcia. Lo encontré, a sus 79 años, con un dolor permanente incurable y asumido. "Me preparo para la eternidad", me dijo; y murió pocos meses después, pero, me habló largo de Casaldáliga sin medir dolor ni tiempo; primero, del estudiante de filosofía y de teología:
      -  "En filosofía, siendo tan privilegiado, Casaldáliga era sencillísimo. Es poco todo lo que diga de su época de filosofía en Solsona. Muy creativo. Poeta catalán y poeta castellano, insuperable. Como conducta espiritual, modelo; en piedad, en sencillez... un ángel. Un ángel en todo. Adictísimo. Siempre disponible. Todo lo bueno que tiene hoy ya lo tenía. En Solsona vivió aplicado a la vida de cocultamiento, pero en Valls tomó un poquito el aire de la publicidad. En Valls le noté como la alegría que da el ser aplaudido".

      Dos compañeros de Pedro recuerdan algo sobre eso: -"Me pareció ver que Pedro estaba un poco en contra de nuestro formador Solé Romá, o el padre Solé en contra de él. El padre Viñas era más abierto y con él había más amplitud, más apertura apostólica" (Alfredo Mª Pérez). -"En teología Casaldáliga fue director de la revista Hogar Claretiano, y yo fui subdirector. El hecho de ser responsables de esa revista impresa que se enviaba por correo a las familias y amigos de los claretianos, nos obligaba a salir del Teologado y a viajar alguna vez a Barcelona, y esto al formador Solé Romá no le sentaba bien" (Eduardo Canals).

      José Mª Viñas fue formador de los teólogos en Valls con 29 años y su sensibilidad de artista y escritor. Estudioso de Claret, se hizo uno de los mayores expertos del carisma claretiano. Me comentó: -"Pedro era muy austero; y estamos hablando de la austeridad de una persona muy delicada. Era muy mariano, muy cordimariano. Pero a mí lo que más me llamaba la atención en Pedro era su deseo del martirio. Lo tenía muy claro. Se veía en todo, también en sus escritos para la revista Testimonio. Era constante su preocupación martirial. Va en la línea psicológica y espiritual de Pedro, inconforme y radical; de estudiante ya se veía eso en muchas cosas. Como que tuviera vocación de mártir."

      Al escuchar esos recuerdos de sus compañeros y formadores en filosofía y teología, Pedro empalmó así con ellos: -"El Filosofado prolongaba el Noviciado, pero ya haciéndose uno más adulto, así como en el Teologado se hacía uno más crítico y libre. Aun dentro de los esquemas de aquella formación bastante cerrada sobre sí misma, el padre Solé, nuestro austerísimo y santo ‘prefecto’, nos abría ventanas al mundo a través del periódico o de ciertas revistas eclesiales. Y él nos abrió los secretos del apóstol Pablo. Luego, los estudios teológicos y la figura amablemente carismática del padre Viñas, nos hicieron abiertos a las grandes causas del Apostolado y nos confirmaban en la corresponsabilidad congregacional y eclesial. Aquella era ya la Iglesia del preconcilio. Figuras teológicas y pastorales, artículos y libros, estremecían con viento de Pentecostés las naves de la Iglesia."

      "Realmente, ya escribía mucho yo. Y la poesía fue un primer amor, un amor prematuro, un definitivo amor. Por las restricciones con que la encaraban algunos formadores y por mis escrúpulos mal superados, pensé renunciar a ella en un abrupto celibato existencial. Ni Dios, que es Poesía, ni yo, que sigo siendo yo, lo permitimos, y acabaré siendo poeta para siempre. Posiblemente desde siempre, escribir ha sido para mí una necesidad vital."

      "En el último año de teología nos acercábamos al altar. Uno se sentía destinado al sacerdocio ministerial, llamado a la Misión. La eucaristía se iba haciendo un eje vital. La devoción mariana ya era también teología. Nuestro profesor padre Franquesa nos desveló para otra lectura de la Biblia. Y crecía a borbotones el celo apostólico. Uno planeaba sus apostolados específicos: la pluma, la juventud... y siempre las Misiones. ¡Las benditas Misiones que yo pedía con machacona insistencia a Dios y a los superiores, y por las que habría de esperar hasta los redondos 40!"

      "Esta evocación me lleva al día y al lugar en que fui ordenado sacerdote. Montjuich. Fue una verdadera olimpiada aquella nuestra ordenación sacerdotal de unos 900 muchachos venidos de todo el mundo. 31 de mayo de 1952, Vigilia de Pentecostés en el Congreso Eucarístico Internacional. En un salmo escribí lo que yo sentí y lo que pretendía en aquella hora. El mar eran las Misiones, el Universo."

      "Ahora, a distancia y con la crítica y autocrítica justificadas, sigo defendiendo una formación apasionante, la visión universal de la Misión desde el primer Seminario, la Iglesia desde la Congregación o desde las Iglesias, el Reino desde la Iglesia."

      En sus cartas de entonces a la familia, les dejó caer este aviso : "Espero que no querréis tener un hijo y un hermano misionero a medias". Les decía que podría ir a Japón, a China, a África o a América. "Por ahora no nos dejan ir a Rusia, con el tiempo si Dios quiere."

      "Todos los apostolados posibles, y el alma de todo apostolado era la oración"

      El mapa de los primeros pasos apostólicos de Pedro misionero-presbítero, se lo trazaba la obediencia y él lo llenaba con su desmedida intensidad apasionada. Sabadell, Barcelona, Barbastro y Madrid, fueron sus ‘destinos’ entre 1952 y 1968, con un paréntesis de impacto en África.

      Sabadell, provincia de Barcelona, fue "un destino provisional" que duró seis densos años: -"El Sabadell de las clases a niños" (recuerda Pedro) "del confesonario angustiante, de la dirección espiritual prematura, de los antiguos Congregantes Marianos y de los novísimos y excomulgados Cursillos de Cristiandad. El Sabadell también de las fábricas y las barracas, de los muchachos aprendices, del mundo obrero, de la inmigración, del tinglado de las colocaciones laborales y los pisos. Y el Sabadell del primer apostolado de la pluma en la revista Euforia que murió rebelde a los ocho números, y aquellos programazos de Radio escritos a las dos de la madrugada en la sacristía sigilosa. Aquella soledad de sacerdote joven; y aquella voluntad ciega de reformar el Instituto, la Iglesia, el Mundo."

      Antiguos cursillistas, varones y mujeres, y otras personas a quienes Pedro acompañó espiritualmente, me dieron abundantes recuerdos sobre Pedro en Sabadell:
      -  "Era profesor en el Colegio por obediencia, pero su espíritu y su ilusión estaban en los apostolados que ejercía después de ocho horas diarias de clase. Y hasta cuando daba clase a los niños de 8 a 10 años, Casaldáliga estaba como en Misiones" (Joan Monrás).
      -  "Después de tener clases todo el día, en la noche nos venía a la Congregación Mariana. ‘Así no durará usted mucho’, le dije. ‘Pero habré vivido el doble’, me respondió él. En la dirección espiritual tenía cola. Gente de todas clases, de izquierdas y derechas. Siempre atendía a cualquiera, y su trato era singular" (Manuel Tortajada).
      -  "Pedro estuvo en Sabadell en el tiempo de la exageración apostólica y del escándalo de los Cursillos de Cristiandad. Había un tipo de gente de Iglesia en Sabadell, de asociaciones, que iban a Cursillos atraídos por el impacto de la vivencia. Había una pesca enorme y la Iglesia no tenía cestos para esos peces. Íbamos nosotros hasta las casas de prostitución, a sacarlos para que los confesara el padre Casaldáliga. Por las noches, cerradas ya las puertas del convento, los confesaba por la ventana que daba a la plaza. Nosotros le llevábamos personas a confesar, abría la ventana y ahí las confesaba. Él daba enorme importancia a la ‘Gracia’. Por atender las confesiones, muchas noches no cenaba. Una de las cosas propias de él es que siempre estaba ocupado, pero siempre estaba para ti todo el tiempo necesario sin mostrar ninguna prisa. (Josep Forns).
      -  "Fue mi confesor durante tres años. Formábamos siempre una larga fila ante su confesonario. Era un sacerdote joven en el que desde el primer contacto veías un gran espíritu" (Lluís Casañas).
      -  "Una cosa me impresionaba sobre todo a mí del padre Casaldáliga y me impresiona ahora de Pedro. Que es tierno. Es tierno con los hombres, las mujeres, los niños, los jóvenes y los viejos, con todos, con los de izquierdas y los de derechas, y con los que no piensan como él y no lo ven bien. Es una persona con ternura." (Rosa María de Monrás).
      -  "Recuerdo muy bien lo que una vez me dijo Casaldáliga en una conversación: ‘toda mi vida he pedido tres gracias: ser joven, ser misionero y ser mártir’. (Joseph Forns). Y este revelador testimonio del padre Josep Casas Girabal: - "Me mandaron a Sabadell a sustituir a Pedro. En el Colegio, ningún problema. Pero querían que lo sustituyese también en el apostolado, y eso fue terrible. Con los Cursillos ni lo intenté; con la HOAC lo intenté, pero yo no era Pedro. Ahí comprendí bien hasta qué punto Pedro es un hombre de acción, y que, en la acción como en la contemplación, Pedro va hasta el fondo."

      En 1958 trasladaron a Pedro de Sabadell a Barcelona, para dirigir las Juventudes Cordimarianas en una comunidad grande y compleja, con Curia Provincial, un gran Santuario, un Colegio enorme, numerosas capellanías y varios predicadores itinerantes. Ahí estaba abierto el "Casal de las Juventudes". Resumo dos testimonio muy importantes sobre Pedro en ese apostolado:

      El padre Solé Romá, que antes fue formador de Pedro, era el superior de esa comunidad de Barcelona y me dijo con gran sinceridad: -"En Barcelona el padre Casaldáliga se dejaba llevar del corazón hacia todas las miserias, jóvenes, obreros, delincuentes, vagabundos... y no tenía horario. En eso topamos. El no quería cortar y tampoco quería dejar de ir a la meditación a las cinco de la mañana. Se dormía, pero iba. Yo pensaba que a las diez de la noche los muchachos ya estaban servidos; pero él, ni a las diez, ni a las once... No pude con su carisma. Él ya tenía la entrega que ahora vive, y en el ambiente y la mentalidad que teníamos entonces, eso no cabía. Era antes del Concilio. En eso quizás yo resbalé cuando le dije: ‘sálveme la meditación’. A estas horas, eso es un disparate disciplinar. Entonces no sé qué era... Pedro no mide la entrega. Metió en su Casal gente de toda condición. No digo que sea contra el Espíritu Santo, sino que no estábamos preparados. No estábamos en el mismo horizonte."

      No dudaba del carisma misionero de Pedro, su antiguo formador: -" De las críticas que le hacen algunos, yo no tengo dudas de su piedad, de su abnegación, de su entrega. Casaldáliga es poeta y no puede dejar de ver con fuerza la utopía. Por su rica calidad de dones del Espíritu Santo, ha de sufrir de los falsos hermanos. Yo le he querido y admirado mucho. En lo que no creo es en su capacidad para administrar su tiempo y sus fuerzas. Falla en administrar, y esto le viene de su radicalidad espiritual: él vive del ímpetu del Espíritu. Aparte de eso, yo le pediría a mi querido padre y obispo Casaldáliga que no quede sombra de duda de su adhesión al Papa, aunque en el Vaticano haya tanto de humano y peor que humano."

      Eusebi Mansilla era por entonces un seglar de 30 años que presidía las Juventudes Cordimarianas del Casal Claret. Ahora es sacerdote diocesano: -"Teníamos más de 300 jóvenes y aspirantes en el Casal. Dios nos regaló en el padre Casaldáliga un hermano joven. Un gran claretiano, inquieto como el Padre Fundador. Se puso en cuerpo y alma a nuestro servicio con una alegría desbordante. Era incansable. Trabajaba con nosotros día y noche todos los días de la semana. Nos invitó a vivir las dos grandes vertientes de la fe cristiana: la del camino espiritual y la del servicio pastoral. Nos hacía conocer las situaciones de la realidad del mundo y las necesidades de la gente, y nos hacía actuar según convenía a los necesitados y marginados de aquella hora ."

      "En Barcelona había entonces una masiva inmigración. Veíamos a gran cantidad de jóvenes deambular por la ciudad sin trabajo ni recursos, y montamos un servicio de puestos de trabajo en empresas. Abrimos un ropero y duchas en el Casal Claret. Conseguimos de Cáritas que les pagasen una semana de pensión mientras encontraban trabajo. Y abrimos una escuela nocturna gratuita para jóvenes obreros analfabetos o sin estudios. Ocupados en los problemas de los marginados, llegaban las dos de la madrugada y aún quedaban cosas sin resolver. Esas horas nos daban en el despacho del padre Casaldáliga, y a las cinco tenía él que ir a su meditación en la comunidad."

      "Pero lo mejor de Pedro, la nota más personal y singular, es que era un asceta y un místico. Y con eso nos enriqueció. Su mística era la amistad con Cristo. Los dos se entendían. Pedro era y es un hombre tan entregado a Cristo, que a mí lo que más me impresionaba de él era su oración ante el Santísimo. Le salía la oración a borbotones y no era una oración rebuscada sino espontánea. Eso impresionaba. Nos impresionaba. Cuando se lo llevaron en 1961 de formador a Barbastro, lo sentimos horrores. No entendíamos, era nuestro buen amigo y padre espiritual con quien compartíamos tantas vivencias!... Pero tuvo tiempo para dejarnos su espíritu. Nos dio cuerda para toda la vida."

      Pedro recuerda así aquel su primer tiempo de ‘exageración apostólica’: -"Ya estaba en lo mío, en el Apostolado. Ser Iglesia era hacer apostolado, todos los apostolados posibles, a todas horas, con todos y cada uno. Uno llegaba a creer inconscientemente que la salvación de todos y cada uno dependía de uno. Y hacer apostolado era convertir a las personas, ponerlas en Gracia. La injusticia, la miseria, el dolor humano me laceraban, pero yo no había descubierto todavía las ‘estructuras de pecado’. Y ‘el alma de todo apostolado’ era la oración, y la penitencia hasta el cilicio y el ayuno. Y, si fuera necesario, la salud por la borda. No siempre la oración del reglamento coincidía con mi oración, pero yo seguía orando, siempre, mucho." "No se hablaba de opción por los pobres. Sin embargo, los marginados de los suburbios y las calles de Sabadell y Barcelona, ya eran mi preferencia: una obligación. Yo no habría dormido si hubiera desatendido a alguno de ellos. Le doy muchas gracias a Dios por aquella primeriza dedicación a sus preferidos."

      "Escribí baúles enteros de novelas y guiones radiofónicos, piezas de teatro, artículos. Siempre con la misma obsesión apostólica. Y ya por entonces empezó uno con el cine también, con el hoy famoso Betríu, mozalbete entonces. El Colegio fue una cárcel provisional. Más allá de todos los barrotes, seguía luminoso el horizonte de las Misiones. Y la parábola del mar. Y el martirio."

      Aunque breve en el tiempo -unos seis meses- fue intenso e impactante por entonces para Pedro su encuentro personal con África. Llevado en 1960 con Eduardo Bonin y otros a implantar en la Guinea española los Cursillos de Cristiandad, África quedó para siempre en su corazón misionero: -"El momento era estimulante. Se vivía el despertar del Congo Belga como un símbolo álgido de ‘el despertar de África’. Sentí África, colonizada y catequizada, físicamente, como el golpe de aire tropical que me invadió los pulmones en el aeropuerto encalado de Nigeria, tan compuesta bajo ‘la demasiada paz británica’. Sentí furiosamente la realidad y la llamada del Tercer Mundo. Y cuando regresé en la vigilia de Reyes, con mi sotana blanca deliciosamente ridícula en el enero de Madrid, llevaba para siempre en el corazón, confusamente, como un feto, África, el Tercer Mundo, los Pobres de la Tierra, y esa nueva Iglesia, ‘la Iglesia de los pobres’ que diríamos a partir del Concilio."

      Regreso al lugar de los mártires

      En el verano de 1961, cuando Pedro tenía boleto para volver a África, los superiores lo destinaron a ser formador de seminaristas claretianos. En lugar de tomar el avión para el continente africano, tomó el tren para Barbastro. Regresó "al lugar de los mártires".

      Uno de los muchachos seminaristas que tuvieron a Pedro de formador en Barbastro, el claretiano Javier Vindel, recuerda que eran más de 80 en tres cursos: -"De Barbastro pasábamos al Noviciado, y yo recuerdo a Pedro desde lo que él me inculcó, tres grandes amores de la espiritualidad claretiana: el amor a Jesucristo, el amor a María y el amor a la Iglesia. Los tres nos los dio él desde su vida en aquellos años del Concilio Vaticano II. Y nos hizo sentir el testimonio de nuestros hermanos mártires. Cada día de retiro revivíamos la fidelidad de ellos en nuestra marcha de silencio y oración al lugar donde los fusilaron. Nos leía abundantes pasajes sobre ellos y de las Actas de los primeros mártires cristianos, sobre todo de san Ignacio de Antioquia. En Barbastro Pedro siguió dedicando su pasión apostólica a los Cursillos de Cristiandad, y vivió muy entregado a nosotros. Me impresionaba su gran humanidad."

      El padre Mariano Molina estaba entonces de profesor en el Seminario de Barbastro, y percibió algo muy propio de la personalidad de Pedro: -"Casaldáliga encontró en Barbastro un Seminario tradicional. Era antes del Concilio, pero él ya era un innovador. Todos estábamos acostumbrados a vivir en un cierto conservadurismo, pero él era más abierto. Lo institucional nos podía a todos, nos dominaba, y él era fiel pero era libre y creativo. Pedro tenía el carisma de desbordar lo institucional, sin dejar de tomarlo en serio."

      En 1963, los superiores claretianos de Roma llevaron a Pedro de Barbastro a Madrid, como director de la veterana revista mariana El Iris de Paz. Pedro le dejó el nombre de IRIS y le dio un apellido: Revista de Testimonio y Esperanza. Fichó como diagramador y dibujante a Cerezo Barredo, claretiano muy conocido ahora por su gran arte en murales y dibujos. Y dieron a la revista tres dimensiones, "La actualidad de la Iglesia, la presencia de la Virgen, la vida de los hombres". Pedro abrió sus páginas a teólogos, biblistas, filósofos, pensadores, figuras ecuménicas, hombres y mujeres de la cultura, el arte, la poesía, las letras y el cine, y a cristianos de la calle que podían testimoniar su esperanza. Al aire del Vaticano II, creó una revista de actualidad viva y pensamiento renovado, en frontera entre la fe y la cultura.

      Me invitó Pedro a sumarme al equipo de IRIS, y me destinaron con él a Madrid en 1964. Al amparo de la revista, publicábamos suplementos y la colección Palabra de Vida, tríptico semanal con moniciones para las eucaristías y comentarios a los textos bíblicos para la homilía, restaurada entonces por la reforma litúrgica del Vaticano II.

      Pedro dedicaba las mañanas a la revista, y en las tardes y la noche se entregaba a la dirección espiritual y a la predicación en Cursillos de Cristiandad. Acogía y acompañaba también a los universitarios de Guinea que vivían en Madrid. Y éramos capellanes de una comunidad de monjas que tenían Colegio.

      Hasta que un número de IRIS calificó de "declaración decepcionante" el pronunciamiento de la Conferencia Episcopal que había defraudado las expectativas generales. Eso colmó el vaso de algunos reparos de la censura franquista, y ello provocó la forzada dimisión del director, a quien nos sumamos, solidarios, los miembros del equipo. Abrimos entonces en un barrio popular de Madrid una pequeña comunidad de estilo posconciliar para nuestra Provincia claretiana de Aragón, y ahí seguimos trabajando con otros claretianos.

      Pedro intensificó su dedicación a los Cursillos de Cristiandad, con muchas horas diarias de "dirección espiritual" en un pequeño despacho que le montó el fundador de la Escuela de Dirigentes, Don Sebastián Gayá, quien me contó que "los cursillistas le embargaban las horas a Pedro, porque el que hacía Cursillos con él se le quedaba enganchado. Pedro era un hombre muy completo; teológicamente seguro, literariamente fabuloso, y tenía un corazón en el que cabía todo el mundo; un corazón bien administrado. Nunca entendí yo por qué alguien en la Iglesia pudiera no querer a este hombre. ¿Por qué será? Nunca llegué a entenderlo, denota un desamor y una incomprensión tan grande, que es uno de los mayores pecados en la Iglesia."

      Por aquellos años (1966 y 67) crecía en nuestra Congregación la urgencia de renovación conciliar y se multiplicaban los estudios sobre el carisma claretiano. Pedro anduvo en eso, y participó en el primer Capítulo General de renovación en Roma durante el otoño de 1967. Y allí, batallando en el sector más renovador de los capitulares, le llegó a Pedro (¡por fin!) la hora tantos años deseada de ser destinado a la Misión universal en un país del Tercer Mundo. Lo cuenta con sobriedad nuestro Provincial de entonces Eleuterio Briongos:

      -  "Un obispo del Brasil pedía insistentemente al Provincial brasileño de los claretianos, algunos misioneros para una extensa zona desatendida en la región del Mato Grosso. El provincial brasileño llevó esa petición a Roma, el padre General la ofreció a Aragón, y allí mismo se ofreció Casaldáliga después de dudar si iba a Brasil o a Bolivia, de donde había otra petición. El obispo brasileño sugería la conveniencia de que fuese algún misionero que pudiera ser nombrado obispo. Yo vi que Casaldáliga era muy entregado y muy fiel. En Aragón lo querían elegir por entonces Provincial; si no se hubiera ido a Brasil, muchos veían en él al siguiente Provincial."

      O sea que el primer Capítulo General que ‘desencadenó’ en Roma nuestro proceso de renovación conciliar, nos devolvió a Pedro ‘misionero en Brasil’.

      De los últimos pasos de su vida apostólica en España, Pedro hace esta evocación personal: -"Viví mi continuada obsesión apostólica en Barbastro y en Madrid, como formador de seminaristas y director espiritual de cursillistas: un desbordante complejo de paternidad apostólica. El multiplicado contacto con tan diversificadas almas (desde los niños aspirantes al sacerdocio hasta los cursillistas, pasando por los emigrantes y los golfos, y los socialistas y los guardia-civiles) me configuró el talante pastoral. Sigo creyendo que el contacto de persona a persona es el apostolado más eficaz. Y sigo creyendo en todas las personas."

      "Viví el Concilio y su ventana abierta y los grandes documentos que nos legó, con una liberada fruición. El Vaticano II nos confirmaba en lo mejor de nuestra rebeldía y nos abría al mundo. Ser Iglesia ya era otra cosa mayor. Aquella Iglesia que debería renovarse siempre, se estaba queriendo renovar y nosotros éramos llamados a vivir esa aventura. ¡Bendito sea para siempre el Concilio Vaticano II!"

      "Para la Congregación, en orden a su renovación según el Concilio, un grupo de claretianos jóvenes lo habíamos apostado todo. Afortunadamente, nos secundó el inolvidable padre Schweiger, superior del Instituto entonces. Yo había pasado por África y ya traía dentro de mí, para siempre, el Tercer Mundo. Y en aquel Capítulo General de 1967, en la Roma de los Apóstoles y de los Mártires, asumiría por fin la Misión allende el mar."

      Marchó Pedro a Brasil con Manuel Luzón, también claretiano, en enero de 1968, el año de "Medellín", la Conferencia General del Episcopado que aplicó proféticamente el Concilio Vaticano II a las Iglesias de Latinoamérica, cuyos pueblos padecían necesidades y dolores apremiantes de transformación profunda.

      Al embarcarse Pedro "allende el mar", la radicalidad de su entrega a la Misión le exigió "quemar las naves". Y las quemó. Nunca ha vuelto a España, y han pasado ya 40 años, la mitad de su vida.

      Un actualizador vivencial del carisma misionero claretiano

      Así he visto y veo yo al Pedro "misionero claretiano": como un actualizador vivencial de los rasgos esenciales de nuestro carisma misionero. Siendo catalán como Antonio María Claret, y cercano coterráneo suyo, Casaldáliga ha podido percibir con matices singulares la experiencia misionera de nuestro Fundador, para actualizarla en la Iglesia y el mundo de hoy. Está eso en la vocación personal de Pedro Casaldáliga.

      Con su sensibilidad tan llena de intuición y de inquietud, abierta de lleno a Dios Padre, a Jesús y a su Espíritu y su Causa del Reino, en la Iglesia bajo la influencia cordial de María, la fiel aliada del Espíritu; y abriendo desde ahí su sensibilidad personal a los hombres y mujeres -‘primero a los últimos’, por la lógica del Reino- localmente, continentalmente, globalmente, Pedro ha vivenciado de manera actualizada, los grandes amores de Claret en su experiencia fundante de nuestro carisma.

      En la sensibilidad de Pedro hay cualidades estructurantes de su personalidad, capaces de gestar esa actualización en la vida cotidiana. Cualidades como la radicalidad y, desde ella, la rebeldía de la libertad para ser creativo y hondamente fiel; la escucha de la Palabra de Dios en la Biblia y en los signos de los tiempos y de los lugares, siempre "al acecho del Reino" en la historia real de los hombres y mujeres de nuestro mundo; la insistente oración y la lectura de la mejor teología; y la obsesiva pasión de amor a Dios en Jesús por su Espíritu, y a la Iglesia -tan necesitada de radicarse en el verdadero Jesús como de actualizarse- y a los hombres y mujeres necesitados de humanizarse y divinizarse; con la necesaria ternura para ser jovial y ‘compasivo’ o capaz de sufrir con quien sufre; añadiendo siempre la intuición y la expresión poética con facilidad de palabra, de comunicación, de empatía, de amistad.

      Cuando oigo a quienes han conocido bien a Pedro, hablar de su "exageración apostólica"; de su "intensidad en la contemplación y en la acción"; de su "austeridad" y su "mística" de "amistad con Cristo"; de su apasionado amor a Jesús, a María tan "llena de Dios y de los hombres" y a "la Iglesia que quiere renovarse"; de su vivir "del ímpetu del Espíritu, dejándose llevar del corazón hacia todas las miserias"; y de su "temprana y persistente aspiracicn a la Misión universal y al martirio". Sobre todo al oír decir que Casaldáliga "es una llama que se parece a la zarza inconsumible", pienso que Pedro actualiza la Definición del Misionero que Claret nos dejó en su Autobiografía, escrita así en el lenguaje espiritual de su época: "Yo me digo a mí mismo: Un Hijo del Inmaculado Corazón de María es un hombre que arde en caridad y que abrasa por donde pasa; que desea eficazmente y procura por todos los medios encender a todo el mundo en el fuego del divino amor. Nada le arredra; se goza en las privaciones; aborda los trabajos; abraza los sacrificios; se complace en las calumnias y se alegra en los tormentos. No piensa sino cómo seguirá e imitará a Jesucristo en trabajar, sufrir y en procurar siempre y únicamente la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas" (Nº 494).

      Y hay dos dichos de Claret muy significativos en su experiencia misionera, que veo vivencialmente actualizados en Pedro Casaldáliga: "Mi espíritu es para todo el mundo"; y "Para Dios quiero tener corazón de hijo; para mí mismo, corazón de juez; y para el prójimo, corazón de madre".
      -  "A Brasil veníamos Manuel Luzón y yo, como dos misioneros ilusionados", me ha dicho Pedro, "sin saber muy bien a dónde ni cómo, pero sintiendo que veníamos en misión. Y llegamos en pleno recrudecimiento de la dictadura militar y nos encontramos con una Iglesia de catacumbas con sus espléndidas minorías proféticas y la sangre corriendo". Pronto les salpicaría a ellos en su misión esa sangre que corría (1970). Y pronto también consagrarían obispo a Pedro (1972). El memorable cardenal de Sao Paulo, Paulo Evaristo Arns, supo bien lo que Pedro y su equipo misionero necesitarían, y se lo deseó así en vísperas de su consagración episcopal: "Que el Espíritu Santo le dé la fuerza de los Mártires, la inspiración de los Profetas y la alegría de los que participan de la misión de los Apóstoles".

      Pedro aceptó ser obispo de Sâo Felix do Araguaia para ser más misionero en aquel mundo: -"Iba a ser misionero con más anchas potencialidades desde el ministerio episcopal. San Antonio María Claret no dejó de ser misionero por ser obispo, arzobispo y hasta confesor de su Majestad la Reina... Una estimulante aventura evangélica, ésta de ser misionero-obispo a la zaga de los Apóstoles, en medio de compañeros como Ignacio de Antioquia, Ireneo de Lyon y Agustín de Hipona; o Antonio Valdivieso de Nicaragua, y Antonio María Claret de Santiago de Cuba; y Oscar Arnulfo Romero de El Salvador o Leonidas Proaño de Riobamba".

      Y Pedro comenzó a ser misionero-obispo, bajo amenazas de muerte por su fidelidad a la misión profética de vivir y anunciar testimonialmente el evangelio liberador de los excluidos y esclavizados por el inhumano sistema de vida y de poder vigentes "bajo la Ley suprema del revólver 38, y la muerte señoreando". Fueron ellos "una Iglesia perseguida", y Pedro asegura: -"Me atrevería a apelar al Señor Jesús para justificar que no fue petulancia.

      Reconozco, eso sí, que era una especie de fatal vocación personal. Uno ha abierto los ojos a la fe y ha crecido en la vocación, cercado de sangre. Y este destino personal ha encajado connaturalmente y sobrenaturalmente en este lugar del Tercer Mundo y en esta larga hora de martirios. Después, yo he entendido mejor hasta qué punto la conflictividad ha de formar parte esencial de la vida de la Iglesia, como forma parte de la vida de Jesús. Una Iglesia viva es una agonía por el Reino".

      La última vez que estuve con Pedro en Sâo Félix, ya en años más serenos (1992), mi mirada final dentro de su pequeña habitación de dos camas, fue para el desnudo ladrillo de la pared donde tiene Pedro su santuario de los mártires: recortes de fotos de monseñor Romero, de monseñor Angelelli, de los misioneros Rodolfo Lunkenbein, Joâo Bosco y Francisco Jentel (mártires conocidos suyos). Y la vieja estampa de los estudiantes claretianos mártires de Barbastro, acogidos por María en su Corazón. Al pie de los rostros, una cajita de plástico guarda un pedazo de tela de la casulla ensangrentada del arzobispo Romero, y un fragmento del cráneo de Ignacio Ellacuría.

      Sé que al mirar ese santuario doméstico de los mártires en Sâo Félix do Araguaia, veía el alma de toda la vida de Pedro Casaldáliga como ‘misionero claretiano’. Teófilo Cabestrero, Guatemala 2008

       T, CABESTRERO, El sueño de Galilea: Confesiones eclesiales de Pedro Casaldáliga, Madrid 1992. El director de la editorial "Publicaciones Claretianas" me encargó escribir ese libro. De aquel trabajo tomo testimonios de los familiares de Pedro, de muchos de sus compañeros y de sus formadores, así como algunas "confesiones" de Pedro, abreviándolo todo

      Felicitaciones
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      por Revista Vida Religiosa
      18 de febrero de 2008

      Ochenta años de generosidad y valentía

      Conocí a Pere Casaldàliga hace muchísimos años. Creo que hacía poco que le habían ordenado sacerdote. Vino un verano a casa de mis padres, el Noguer, de Viladrau (Monseny). Hay en la casa una capilla en la que una lápida de mármol recuerda que cuando San Antonio María Claret estuvo de párroco en Viladrau realizó un milagro apagando con su bendición un violento fuego que había prendido en el pajar del Noguer. Desde entonces la familia siempre tuvo buena relación con el Padre Claret primero y luego con los claretianos.

      Aquel verano él y un compañero vinieron a buscar tranquilidad para escribir. Le veo delgado, silencioso, educado, sonriente, generoso, tímido, amable, andar sin hacer ruido por el enorme caserón. Estuvo en casa unas tres semanas. Luego sólo le he visto esporádicamente y nos hemos escrito, pero se estableció, desde entonces, una amistad que ha durado toda la vida.
      Parecía -tan tímido- que no haría grandes cosas, pero un claretiano que vino después nos puso sobreaviso: “A Pere Casaldáliga si le dejáramos hundiría la Congregación. Lo da todo: los zapatos, la ropa, el jabón, todo”. El que así hablaba era el administrador del convento. Sus palabras nos confirmaron que aquel hombre tímido era de una generosidad desbordante. La generosidad que le ha llevado a la valentía toda su vida.

      La distancia y los años no han hecho que olvidáramos aquel verano en Viladrau. Han acrecentado nuestra amistad, y ¡cómo no! nuestro gran cariño y admiración hacia él. Una gracia de Dios haberle conocido.

      Rosario Bofill.
      Directora de El Ciervo (Barcelona).

      Hablemos del Tiempo

      Hablemos del Tiempo, hermano,
      antes de que sea ido
      lo que pudo ser humano
      Antes de que sea en vano
      llorar un día perdido,
      un surco sin nuestro grano,
      un canto sin nuestro oído,
      un remo sin nuestra mano.
      hablemos de la tarea
      de neustra capacidad
      que es hacer que el Tiempo sea,
      todo él, eternidad.
      P. Casaldáliga

      Primera Carta de Pablo a los Cristianos del Siglo XXI
      «Queridos hermanos:
      Os veo un tanto deprimidos por el declive del cristianismo en el Occidente desarrollado y el progresivo envejecimiento de vuestras Iglesias. Algo de este desaliento se percibe en vuestras publicaciones, acciones y asambleas, que deberían estar empapadas de la alegría del Resucitado. ¡Estad siempre alegres en el Señor! Comprendo vuestros sentimientos, porque yo también quería con locura a mis comunidades; pero creo que habéis perdido la perspectiva de las cosas. Dios es más grande que nosotros y es capaz de hacer brotar la vida y la energía de nuestra debilidad. Habita en el corazón de todos los seres humanos, aunque ellos no hayan caído aún en la cuenta.
      Veo que no estáis acostumbrados como yo a vivir la fe en la intemperie, en minoría, sin presupuestos, teniendo que dar cada día razón de vuestra esperanza. Quizá esa falta de práctica había anquilosado o dado por segura una experiencia que siempre será frágil y que tiene algo de riesgo, apuesta, asombro, fuego, regalo... Veo que los nuevos tiempos os han pillado desentrenados, pero no penséis en absoluto que estáis abandonados de la mano de Dios.
      No os escudéis en vuestra pobreza para no poner toda la carne en el asador a la hora de vivir y anunciar a Jesucristo –Dios se encuentra a gusto en ella–, ni justifiquéis vuestra pereza, vuestro conformismo o vuestro miedo, a la hora de afrontar la imprescindible renovación de la Iglesia, apelando a vuestra fidelidad. Preocupaos, más bien, de buscar nuevos caminos para impulsar la justicia en el mundo y la evangelización, sin esperar que todo el mundo los vaya a ver bien. La creatividad es el don que más debemos implorar al Espíritu.
      Sin duda, los problemas podrán aumentar, y vuestra capacidad para afrontarlos podrá bloquearse en algún momento; pero a vosotros, como a mí, os basta con esta convicción: ¡Nada nos separará del amor de Dios! (Rm 8,35-39)».
      Pedro José GÓMEZ SERRANO Sal Terrae 96 (2008) 709-721

      Andrés Segovia

      El Espíritu hace recordar la música
      Francisco Contreras, cmf
      Dio Andrés Segovia un recital de guitarra en la Herradura, un pueblo de la costa tropical granadina,  lugar de residencia habitual de sus últimos años de vida. Antes de comenzar, relató con gracejo cómo nació su vocación, su despertar a la música. Se remontó a los años de su infancia.

             En Linares, su pueblo de origen, pasaba de vez en cuando uno personaje curioso. Era portador de los utensilios más variopintos y traía la ilusión especialmente a los niños. Llevaba una cacharrería ambulante: libros exóticos, cromos de todos los colores, mariposas disecadas, juguetes para diversión de niños, muñecas vestidas de azul para niñas... Iba sacando con manos de prestidigitador aquellos juguetes, ante el redondel goloso de una mirada maravillada e infantil.

                 De pronto, aquel hombre sacó una guitarra y empezó a tocarla. Aquel niño que era entonces Andrés Segovia nunca había visto una guitarra, nunca había oído su armonía. “Entonces -reveló Andrés Segovia- yo recordé la música”.
      La música estaba dentro del niño que se llamaba Andrés. Alguien la había sembrado antes y generosamente, pero la música dormitaba escondida, expectante, por la sangre de sus venas. Aguardaba esa mano que pudiera arrancarla.

      Escuchando a Andrés Segovia, entendí muy bien, en aquel momento, quién era y qué hacía el Espíritu Santo. Se me reveló como un repentino arpegio.
      El Evangelio de Juan afirma que el Espíritu nos hará recordar: “El Espíritu Santo os recordará todo lo que yo os he dicho” (Jn 14, 26). Recordar las palabras es rescatarlas del olvido y permitirles que desalojen toda su carga significativa, que lleguen a ser lo que son: anuncio vivo, comunicación, interpelación, sentimientos...

             Todas las palabras -también las palabras de Jesús en el Evangelio- están dormidas, sepultadas tras una capaz de ceniza, bajo un manto de rescoldo. ¿Qué leemos cuando leemos, palabras o cenizas? Con cuánta frecuencia sólo llegamos a descubrir vocablos polvorientos...
               Pero el Espíritu sopla y las palabras hasta entonces vulgares o enigmáticas, o irreconocibles, se convierten en unas palabras verdaderas, cordiales. El Espíritu insufla, y aparecen en el fondo del alma unas ascuas vivas, resplandecientes, que nos queman y abrasan. Ese “ahora lo entiendo”. Ese “ahí está la salida”. Ese “cómo no me había dado cuenta antes”.

               Hablamos vocablos, repetimos cantinelas de palabras como voces o flautas de viento, que el viento se lleva... hasta que en un momento dado caemos en la cuenta de lo que son y representan. Entonces comenzamos a hablar y comunicarnos. Eso hace el Espíritu.

                Vemos caras, rostros anónimos, como una larga fotocopia repetida hasta la extenuación, hasta que, de pronto, alguien enciende nuestros ojos por dentro, miramos y descubrimos el rostro único de alguien. Y le podemos llamar “tú”. Invocarlo personalmente. Eso hace el Espíritu.

             Él despierta en nosotros todo cuanto de hermoso hay escondido. Es el soplo que da vida a las ascuas, el aliento que inspira las palabras, el que nos hace recordar la música olvidada que todos nosotros portamos y que el sembrador de las estrellas plantó una mañana en nuestro corazón.
      Y por fin el Espíritu nos hace gritar, sin saber nosotros cómo, aviva nuestro instinto más profundo y gime en nuestro interior para dirigirnos a Dios, asombrosamente, con este clamor maravilloso: “Padre, querido Padre”.
      PARA PENSAR
      ¿Qué es lo que el Espíritu tiene que despertar en mí?
          ▫ Me tiene que ayudar a descubrir lo esencial, para que yo pueda quitarme de encima tantos pesos inútiles, que otros y hasta yo mismo, hemos ido echándome encima,
          ▫ Me va a ayudar para que en todo los rincones de esta ciudad que habito (Ap 21, 22-23)descubra esa lámpara encendida que se llama “Cordero de Dios”.
          ▫ Con su ayuda guardaré la Palabra, y la hará despertar cuando necesite oírla y entenderla. La Palabra de Jesús no será una más perdida entre tanta palabrería. Tendrá su propia tienda plantada en medio de nosotros.
          ▫ Despertará en mí la paz cuando me enfrente con mis errores y limitaciones, cuando sean muy grandes las responsabilidades, cuando sea demasiado grande el número de tareas, cuando me sienta juzgado -con razón o sin ella-, o herido en mis sentimientos...
          ▫ Me recordará que estoy “habitado” cuando me parezca que estoy solo, o incomprendido, o cuando las cosas no resulten como yo quería. Y me recordará también que “el oro”, sobre todo “ése”, también es Templo de Dios, es sagrado, por mucho que a mí no me lo parezca.         Francisco Contreras, cmf
      A la sombra de Dios Trinidad. Verbo Divino








      Enséñanos a orar


      Aún no sabéis orar como convieneAún no sabéis orar como conviene
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      Juan Manuel Ramos Martín (Vida Religiosa)
      No, no tengo la osadía de juzgar a nadie. Me limito a citar el evangelio de Juan (16,24). Es una cita llamativa, muy apta para gente acostumbrada a rezar. Después de tanto tiempo rezando, ¿y si resulta que aún no sabemos orar? Sospechémoslo al menos. Por-que, poniéndolo en duda, tal vez obtengamos algún beneficio de la siguiente reflexión.
      El «amante hablador»
      Pocos pueblos son culturalmente tan rezadores como el pueblo hebreo. Por prescripción religiosa, tradicionalmente oran por la mañana —al salir el sol—, oran a mediodía —al tiempo que los sacerdotes de Jerusalén ofrecen el sacrificio del templo—, y oran cuando el sol se oculta. Oran con salmos, y repiten dos veces al día, todos los días, el texto sa-grado del «Shemá». A Israel se le ha definido como «un pueblo que sabe orar».
      Los cristianos hemos aprendido mucho de los judíos. Han sido casi como nuestros abue-los; el AT es la prehistoria de nuestra fe. Jesús y sus primeros discípulos pertenecían a este pueblo rezador. Consecuentemente, ya desde el inicio de la tradición cristiana exis-te aquella recomendación que nos puede resultar exageración retórica: «conviene orar siempre, incesantemente, sin interrupción».
      En la historia ha habido gente que se tomó este ideal literalmente en serio: ascetas y ermitaños que pretendían reducir al mínimo el tiempo de comida y el tiempo de sueño para conseguir sumar horas y horas dedicadas a los rezos y a la contemplación exquisi-ta. Pero los más no eran tan fanáticos, tan golosos de lo bueno que adolecieran semejan-te suerte de gula espiritual; entendían que «orar incesantemente», era otra cosa que ocu-par los minutos en plegarias infinitamente prolongadas. Concibieron un sistema según el cual todo el día quedaba santificado por la oración: bastaba con orar en cada parte de la jornada. Rezando en la prima, la tercia, la sexta, la nona y las vigilias, quedaba todo el día preñado por la oración. De aquí nacieron las «liturgias de las horas», precedente de nuestra oración litúrgica cotidiana: laudes, hora intermedia, vísperas, completas... son los momentos clave de la jornada que nos dan a todo el día y todos los días el tinte de oración incesante.

      Un amante estuvo durante meses
      pretendiendo a su amada sin éxito,
      sufriendo el atroz padecimiento de verse rechazado.
      Al fin, su amada cedió:
      «Acude a tal lugar a tal hora», le dijo.
      Y allí, a la hora fijada, al fin
      se encontró el amante junto a su amada. Entonces sacó de su bolsillo
      un fajo de cartas de amor
      que había escrito durante los últimos meses. Eran cartas apasionadas
      en las que expresaba su dolor
      y su ardiente deseo de experimentar los deleites del amor y la unión con ella.
      Y se puso a leérselas a su amada.
      Pasaron las horas, y él seguía leyendo.
      Por fin, dijo la mujer:
      «¿Qué clase de estúpido eres?
      Todas esas cartas hablan de mí
      y del deseo que tienes de mí.
      Pues bien, ahora me tienes junto a ti,
      y no haces más-que leer tus estúpidas cartas.»
      («Ahora me tienes junto a ti», dijo Dios a su ferviente devoto, «y no haces más que dar-le vueltas a tu cabeza pensando en mí, hablar acerca de mío con tu lengua y leer lo que dicen de mí tus libros. ¿Cuándo te vas a callar y me vas a probar?»)
      T. DE MELO
      Algo así debió de pasarles a los discípulos de Jesús. Ellos, que pertenecían a ese pueblo «que sabía orar», se dieron cuenta de que algo fallaba, y se dirigieron al Maestro para que Jesús les enseñara a orar. También nosotros, insatisfechos como ellos con nuestros rezos, leyendo cartas viejas, como si el amante estuviera aún a distancia de correo, habremos de suplicar, perplejos: «Señor, enséñanos a orar».
      Enséñanos a orar
      Jesús les enseñó el Padrenuestro. Nosotros también lo hemos aprendido; desde niños. Lo hemos aprendido tan bien que lo repetimos tres veces por día, cuando menos. De conocer el padrenuestro, la oración del Maestro, estamos bien seguros incluso en su más reciente versión. Lo que no es tan seguro es que hayamos aprendido a orar; lo que no hay que dar por descontado es que Jesús nos haya enseñado realmente. Porque, aten-diendo al menos a la impresión que damos, parece como que hayamos simplemente acumulado una plegaria más a todas las que ya sabíamos. Otra más para el bote. Una cosa es aprender a orar como Jesús, y otra muy diferente es aprender una oración más. No es lo mismo ser luz que tener una bombilla más en nuestra colección.
      ¿Estamos seguros de haber aprendido a orar alguna vez?
      —Bueno, de hecho sí que parece que hemos aprendido algo. Sabemos que no importan tanto las mil y una palabras cuanto el amor del corazón; que la oración pública no eli-mina nuestra necesidad de oración privada e íntima; que la acción, por muy apostólica que sea, por más profética que resulte, no nos ahorra la exigencia de la contemplación; que, antes de orar, hay que ir a reconciliarse con el hermano con quien se está en pleito, para presentar a Dios unas manos limpias y no callar, como Caín, cuando Dios nos pre-gunte dónde está nuestro hermano; que la oración es un talante, un estilo de vida, algo mucho más amplio e intenso que los momentos que nos reúnen en la capilla o en la igle-sia; que orar y trabajar por el Reino son caras de la misma moneda; que, en la oración, Dios es más protagonista que nosotros; que orar, más que un monólogo o una conversa-ción, es un saberse confiado en las manos incómodas del Dios que nos atrae a sí arran-cándonos siempre de algo que nos atora.
      Sí, no es poco lo que ya sabemos sobre la oración. Y además, cuando hablamos de ella a nuestros parroquianos, alumnos, alumnas, jóvenes o compañeros y hermanas, insistimos en que lo esencial es irse adentrando en el misterio de Dios, que es nuestro propio mis-terio. No es cumplir con unos deberes de criatura agradecida o pedigüeña, sino caminar hacia él como «la muñeca de sal», y hasta disolvemos en él:

      Antes de que se disolviera el último pedazo, Una muñeca de sal recorrió miles
      de kilómetros de tierra firme,
      hasta que, por fin, llegó al mar.
      Quedó fascinada por aquella móvil y extraña masa, totalmente distinta de cuanto había visto hasta entonces.
      «¿Quién eres tú?», le preguntó al mar la muñeca de sal.
      Con una sonrisa, el mar le respondió: «Entra y compruébalo tú mismo.»
      Y la muñeca se metió en el mar.
      Pero, a medida que se adentraba en él, iba disolviéndose, hasta que
      apenas quedó nada de ella.
      Antes de que se disolviera el ¡timo pedazo, la muñeca exclamó asombrada:
      «¡Ahora ya sé quién soy!»
      T. DE MELO
      ¿Quién puede pretender decirnos que no sabemos orar? Sabemos la teoría, y además no nos falta la práctica. Quizá, eso sí, nos sobre un poco bastante de rutina. Pero no so-mos novatos.

      Algo así debieron de sentir los discípulos de Jesús cuando, después de aprender el Pa-drenuestro y rezar juntos una buena temporada, ya no seguían importunando al Maestro: «enséñanos a orar». Una vez aprendido lo esencial, a lo más, venía bien recordar los detalles. Como nosotros que, reconociendo humildemente que sabemos orar, también admitimos pequeñas correcciones, recuerdos de lo que ya sabemos, puesta a punto sin más.
      Para que no quede, también aquí nos vamos a permitir escuchar unos consejos de esos que nunca vienen mal, aunque «ya sepamos orar»:
      «Quieres encontrar a Dios. Piensa que es él quien te busca a ti. Vive en la sencillez y en la transparencia; no te hagas notar. Haz tu camino como una peregrinación interior. Es allí donde le encontrarás. Reconcíliate con la vida, y con tu propia pobreza. Recuer-da la parábola del buen samaritano; nunca pases de largo ante el hermano que sufre. Desea ansiosamente la llegada del Reino.
      Es la humanidad, es la Iglesia quien ora en ti. Vive tu encuentro con el Padre con la actitud gratuita de quien lo da y lo recibe todo como un don. No contabilices el tiempo del encuentro; tampoco la intensidad.
      Más que hablar, es bueno que escuches. Y más que esforzarte por pedir, dile al Padre que lo esperas todo de El. Abre tu vida al amor. Amando te encontrarás con el Amor. Si haces de tu vida un gesto de amor, estarás haciendo el mejor camino para encontrar a Dios en tu oración.
      Cierra la puerta a los ruidos del desamor, la intranquilidad, el egoísmo, el orgullo. Todo ello te incapacita para escuchar a Dios en tu oración silenciosa.
      Que tu oración sea siempre un encuentro profundo con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Nunca "acabes" tu oración, porque la sigues en la vida. En ella está el verdade-ro lugar de encuentro con Dios. Dios está ahí, en tu vida. No dudes de encontrarlo. Porque tú lo buscas a él en tu oración, y él sale a tu encuentro en la oración y en la vida. No olvides la respuesta a tu pregunta: ¿qué es lo esencial de la oración? "Jesús".
      Amén.» (Cuadernos de Oración).
      No está mal, ¿verdad? Recordamos lo que sabemos para actualizar las dimensiones que se nos adormecen cuando rezamos. Y, como los discípulos de Jesús, no nos hace falta repetir una segunda vez: «enséñanos a orar». ¿Quién será el insolente que, todavía a estas alturas, pueda acusarnos de no saber orar?

      «Aún no sabéis orar como conviene. Hasta ahora no habéis orado en mi nombre»

      ¿Quién? Sorprendentemente, hay un texto del evangelio de Juan que dejaría muy corri-dos y boquiabiertos a los discípulos que, a esas alturas, tan avanzados estaban en el ca-mino de la oración: «hasta ahora, nada habéis pedido al Padre en mi nombre. Pedid y recibiréis, para que vuestro gozo sea colmado».
      - Por mucho que sepáis, por muchos padrenuestros que os apuntéis, aún no habéis orado en mi nombre.
      - ¡Cómo que no! Si siempre decimos «por Jesucristo, nuestro Señor»...
      - Cuando oréis realmente en mi nombre experimentaréis algo fabuloso: que ya no rogaré yo por vosotros al Padre. Os daréis cuenta de que el Padre mismo, en persona, os quiere como me quiere a mí. Os encontraréis metidos en el seno de Dios. Y, entonces, vuestro gozo será colmado.
      Aún queda trecho, ¿verdad? Tal vez no necesitemos realmente muchas charlas ni lectu-ras sobre la oración. Pido perdón por escribir esto. Necesitamos, más bien, seguir (se-guir) diciendo al Maestro, con humilde fe: Señor, enséñanos a orar. Porque puede resul-tar que, diciéndoselo, estemos orando «como conviene»: en el seno mismo de Dios.
      Publicado el Miércoles 14 de Diciembre del 2005 - Espiritualidad . 

      Madre Teresa de Calcuta


      Tengo sed de ti 

      Jesús es Dios, por lo tanto, Su Amor y Su Sed son infinitos. 
      Él, Creador del universo, pidió el amor de sus criaturas. Tiene sed de nuestro amor...  
      Estas palabras: 
      "Tengo sed", 
      ¿tienen un eco 
      en nuestra alma?                Tengo sed de ti

      Madre Teresa de Calcuta

      "Mira que estoy a la puerta y llamo..." (Apocalipsis 3, 20)

      Es verdad. Estoy a la puerta de tu corazón, de día y de noche. Aún cuando no estás escuchando, aún cuando dudes que pudiera ser yo, ahí estoy: esperando la más pequeña señal de respuesta, hasta la más pequeña sugerencia de invitación que Me permita entrar.

      Y quiero que sepas que cada vez que me invitas. Yo vengo siempre, sin falta. Vengo en silencio e invisible, pero con un poder y un amor infinitos, trayendo los muchos dones de Mí Espíritu. Vengo con Mi misericordia, con Mi deseo de perdonarte y de sanarte, con un amor hacia ti que va más allá de tu comprensión. Un amor en cada detalle, tan grande como el amor que he recibido de Mi Padre ("Yo los he amado a ustedes como el Padre me ama a mí..." [Jn. 15,10]). Vengo deseando consolarte y darte fuerza, levantarte y vendar todas tus heridas. Te traigo Mi luz, para disipar tu oscuridad y todas tus dudas. Vengo con Mi poder, que me permite cargarte a ti: con Mi gracia, para tocar tu corazón y transformar tu vida. Vengo con Mi paz, para tranquilizar tu alma.

      Te conozco como la palma de mi mano, sé todo acerca de ti, hasta los cabellos de tu cabeza he contado. No hay nada en tu vida que no tenga importancia para mí. Te he seguido a través de los años y siempre te he amado, hasta en tus extravíos. Conozco cada uno de tus problemas. Conozco tus necesidades y tus preocupaciones y, si, conozco todos tus pecados. Pero te digo de nuevo que Te amo, no por lo que has hecho o dejado de hacer, Te amo por ti, por la belleza y la dignidad que mi Padre te dio al crearte a Su propia imagen. Es una dignidad que muchas veces has olvidado, una belleza que has empañado por el pecado. Pero te amo como eres y he derramado Mi Sangre para rescatarte. Si sólo me lo pides con fe, Mi gracia tocará todo lo que necesita ser cambiado en tu vida: Yo te daré la fuerza para librarte del pecado y de todo su poder destructor.

      Sé lo que hay en tu corazón, conozco tu soledad y todas tus heridas, los rechazos, los juicios, las humillaciones, Yo lo sobrellevé todo antes que tú. Y  todo lo sobrellevé por tí, para que pudieras compartir Mi fuerza y Mi victoria. Conozco, sobre todo, tu necesidad de amor, sé que tan sediento estás de amor y de ternura. Pero cuántas veces has deseado satisfacer tu sed en vano, buscando ese amor con egoísmo, tratando de llenar el vacío dentro de tí con placeres pasajeros, con el vacío aún mayor del pecado. ¿ Tienes sed de amor?

      Yo te saciaré y te llenaré. "Vengan a Mí todos los que tengan sed..." (Jn. 7, 37). ¿Tienes sed de ser amado?, te amo más de lo que te puedes imaginar... hasta el punto de morir en la cruz por ti.

      TENGO SED DE TI. Si, esa es la única manera en que apenas puedo empezar a describir mi amor. TENGO SED DE TI. Tengo sed de amarte y de que tú me ames. Tan precioso eres para mí que TENGO SED DE TI. Ven a Mí y llenaré tu corazón y sanaré tus heridas. Te haré una nueva creación y te daré la paz aún en tus pruebas. TENGO SED DE TI. Nunca debes dudar de Mi Misericordia, de mi deseo de perdonarte, de Mi anhelo por bendecirte y vivir Mi vida en ti, y de que te acepto sin importar lo que hayas hecho. TENGO SED DE TI. Si te sientes de poco valor a los ojos del mundo, no importa. No hay nadie que me interese más en todo el mundo que tú. TENGO SED DE TI. Ábrete a Mí, ven a Mí, ten sed de Mí, dame tu vida. Yo te probaré qué tan valioso eres para Mi Corazón.

      ¿No te das cuenta de que Mi Padre ya tiene un plan perfecto para transformar tu vida a partir de este momento? Confía en Mí. Pídeme todos los días que entre y que me encargue de tu vida y lo haré. Te prometo ante Mi Padre en el Cielo que haré milagros en tu vida. ¿Por qué haría Yo esto? PORQUE TENGO SED DE TI. Lo único que te pido es que te confíes completamente a Mí. Yo haré todo lo demás.

      Desde ahora, ya veo el lugar que Mi Padre te ha preparado en Mi Reino. Recuerda que eres peregrino en esta vida viajando a casa. El pecado nunca te  puede satisfacer ni traerte la paz que anhelas. Todo lo que has buscado fuera de Mí sólo te ha dejado más vacío, así que no te ates a las cosas de este mundo; pero, sobre todo, no te alejes de Mí cuando caigas. Ven a mí sin tardanza porque cuando me das tus pecados, me das la alegría de ser tu Salvador. No hay nada que yo no pueda perdonar y sanar, así que ven ahora y descarga tu alma.

      No importa cuánto hayas andado sin rumbo, no importa cuántas veces me hayas olvidado, no importa cuántas cruces lleves en esta vida, hay algo que quiero que siempre recuerdes y que nunca cambiará. TENGO SED DE TI, tal y como eres. No tienes que cambiar para creer en Mi Amor, ya que será tu confianza en ese Amor la que te hará cambiar. Tu te olvidas de Mí y, sin embargo. Yo te busco a cada momento del día y estoy ante las puertas de tu corazón, llamando. ¿Encuentras esto difícil de creer? Entonces, mira la Cruz, mira Mi Corazón que fue traspasado por ti. ¿No has comprendido Mi Cruz?, entonces escucha de nuevo las palabras que dijo en ella, te dicen claramente por qué Yo soporté todo esto por ti: "... TENGO SED" (Jn. 19, 28). Sí, TENGO SED DE TI. Como el resto del salmo que Yo estaba rezando dice de Mí: "... esperé compasión inútilmente, esperé alguien que me consolara y no le hallé." (Salmo 69:20). Toda tu vida he estado deseando tu amor. Nunca he cesado de buscarlo y de anhelar que me correspondas. Tú has probado muchas cosas en tu afán por ser feliz. ¿Por qué no intentas abrirme tu corazón, ahora mismo, abrirlo más de lo que lo has hecho antes?.

      Cuando finalmente abras las puertas de tu corazón y finalmente te acerques lo suficiente entonces Me oirás decir una y otra vez, no en meras palabras humanas sino en espíritu: "no importa qué es lo que hayas hecho, te amo por ti mismo. Ven a Mí con tu miseria y tus pecados, con tus problemas y necesidades, y con todo tu deseo de ser amado. Estoy a la puerta de tu corazón y llamo... ábreme, porque TENGO SED DE TI..." 



      Virgen María

      María madre del Amor hermoso, Madre de Dios, se declara "esclava del Señor". Ninguna criatura, después del Hijo de Dios ha sido elevada a una dignidad y gracia iguales a María, del mismo modo ninguna ha descendido tanto en el abismo de la humildad.
      Este debe ser el efecto que han producir en nosotros, las gracias y favores divinos: hacernos siempre más concientes de nuestra nada.

      VIRGEN DE FATIMA

      María meditaba en su corazón

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      María meditaba en su corazón

      María, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón...

      María meditaba en su corazón

      Jean Lafrance  Fragmento extraído de: "Día y Noche"

      Todo creyente que se siente llamado a vivir de la oración incesante y a ser de esos elegidos que gritan a Dios día y noche mira hacia la Virgen, sobre todo cuando descubre la inaccesibilidad de la oración de Jesús. Pero al mismo tiempo experimenta que la Virgen es un misterio de predilección y que no se acerca uno a ella sin ser atraído por Jesús y sin haber recibido la gracia del Espíritu Santo. No a todo el mundo se le concede profesar un amor total a María y hacer pasar por ella toda su vida de oración, pues es una gracia inspirada por el Espíritu. Griñón de Monfort decía que el corazón de María era el oratorio en el que deberíamos hacer todas nuestras oraciones. Tampoco está en nuestras manos experimentar la presencia continua de María a nuestro lado, e incluso en nosotros mismos. Es pura gracia del Espíritu. San Mutien-Marie de Malonne decía que había pedido a María que le acompañara en todo lo que hacia y que desde entonces la sentía presente a su lado. Esto lo vemos en ciertos santos que han sido grandes amigos de la Virgen.

      Pero hay que cuidarse mucho de no materializar demasiado esta presencia o de imaginarla en un plano sensible. Cuanto más se hace sensible la Virgen a alguien, menos deja sentir su presencia. Es esa una de las leyes fundamentales de la vida Mariana, aunque utilicemos expresiones como sentir, experimentar o percibir su presencia. Esta ley podría enunciarse así: cuanto más entra María en la vida de un creyente y ocupa un puesto importante en su oración y en su actividad, más es un "cero" para la experiencia sensible. Ciertos días, quienes tienen esa experiencia se preguntan incluso si todavía "aman" a la Virgen, sobre todo si han sentido intensamente su presencia al principio de su conversión espiritual, lo que ocurre a muchos de ellos.

      La razón de esta ausencia sensible estriba en la naturaleza misma de María y de su acción. Ante todo ella se eclipsa para dejar todo el puesto a su Hijo. Por eso los que han decidido consagrarse por entero a María en su oración, su ser y su actividad no tienen que temer en absoluto que vayan a quitarle algo a Dios, pues lo propio de María es eclipsarse para dejar que Dios sea Dios en nosotros. "Cuando tú llamas "María", ella responde "Dios"", dice Griñón de Monfort. Ella es una presencia diáfana y traslúcida.

      Con todo, surge una cuestión. Puesto que esa presencia intensa es imperceptible para los sentidos, es preciso tener de una manera o de otra una cierta conciencia de ella; de lo contrario se reduce a una visión del espíritu o a palabras. Creo que, en realidad, la percepción tiene lugar en un nivel distinto de la adhesión sensible; es también más activo, pues afecta a nuestra actividad de oración. Cuando María se instala en la mansión de un creyente, este le reza cada vez más, o incluso experimenta que María reza siempre por él. Ocurre como con la presencia del Espíritu en nosotros; se le percibe sobre todo en su oración y sus gemidos inefables. Es lo que pasa también con María, que tiene una gran afinidad con el Espíritu Santo, como dice Griñón de Monfort: "Cuando el Espíritu Santo encuentra a María en un alma, acude a ella y allí vuela". Experimentamos nuestro amor y nuestra adhesión a María en el hecho de que la rezamos cada vez más.

      Pero esta oración no tiene nada que ver con efusiones sensibles; apenas osa uno decirle a María que la ama, pues lo siente tan poco; pero, como los niños pequeños hacen una señal a su mamá para llamarla en su socorro, así se le lanzan llamadas frecuentes y reiteradas en la recitación del rosario. Volveremos con mucha frecuencia sobre esta oración a María en el curso de nuestra meditación; pero ya desde ahora afirmamos que es el atajo para unirnos a María y llamarla en ayuda nuestra, como ella hubo de rezar en el cenáculo cuando pedía a Jesús que enviara al Espíritu Santo. Vista desde fuera, esta oración puede parecer sin sentido y puramente mecánica, y así lo es a menudo para el que la practica, incluso con la mejor voluntad; pero es al mismo tiempo la oración de los pobres y de los pequeños; y es sabido que es grata a la Virgen, pues utiliza las palabras mismas de Dios para saludarla y proclamar su santidad. Muchas veces no se piensa en lo que se dice, porque la gran volubilidad de nuestra mente nos distrae, sin embargo, uno se siente contento de haber pasado media hora con la Virgen, lo mismo que se proporciona alegría a un enfermo visitándole. Hay más. Al acabar un rosario, sobre todo si se reza completo, no se es ya el mismo; algo ha cambiado en nosotros. Somos más pobres, más pequeños, más anonadados; y, por tanto, estamos más cerca de la capitulación definitiva ante el amor de Dios, que se instala en nuestro corazón.



      Así oraba María


      Me he preguntado con frecuencia si no seria así como rezaba María. Sin duda existe una diferencia fundamental entre su oración durante la vida terrena de Jesús y su oración después de pascua. Cuando evocamos la vida de María no prestamos suficiente atención al hecho estremecedor de la resurrección. Bossuet decía que después de pascua la vida de María fue un milagro permanente, pues llevaba un peso de gloria insoportable para nuestra pobre humanidad; y afirmaba que la asunción no fue un milagro, sino el final de un milagro.

      Como en la vida de Cristo, los acontecimientos de su existencia adquirieron todo su peso y densidad después de la resurrección, en el momento en que fueron objeto, primero de la predicación, y luego cuando los evangelistas los consignaron por escrito. Lo mismo hay que decir de todos los acontecimientos de la vida de María, lo que se denomina los evangelios de la infancia: anunciación, visitación, nacimiento de Jesús, y los demás sucesos de su vida oculta, sin olvidar su presentación en el templo. Esto no quita nada al carácter real e histórico de aquellos acontecimientos; pero se convirtieron verdaderamente en objeto de oración cuando María, una vez recibido el Espíritu de pascua, penetró en la inteligencia espiritual de aquellos episodios de la vida de Jesús. Hubo de repasarlos en la memoria de su corazón y trasformarlos en oración, según las palabras mismas del evangelista san Lucas, que dice: María conservaba todas estas cosas y las meditaba en su corazón (Lc 2,19.51). Se siente uno tentado a decir que la oración de María después de pascua fue una meditación larga, intensa y profunda de los acontecimientos de la vida de su hijo en todas sus etapas, lo que constituye el objeto mismo de la oración del rosario. A veces pienso con humor que el fondo de la oración de María lo constituía el rosario; en la primera parte del avemaría recordaba las palabras exactas pronunciadas por el ángel Gabriel, por Isabel, los pastores, los magos, Simeón y Ana, mientras que en la segunda intercedía por la Iglesia naciente, a fin de que Jesús encontrara fe cuando volviera a la tierra.

      En Lourdes, Bernardita veía a María rezar el rosario y recitar la primera parte del Dios te salve, María.

      Antes de pascua, la oración de María debía asemejarse a la de Jesús niño y a la de todo judío que frecuentaba asiduamente la sinagoga y subía cada año al templo de Jerusalén. Hay que observar, sin embargo, que María, habiendo conservado su naturaleza original, oraba naturalmente, sin percatarse de ello siquiera, como nuestros primeros padres fueron colocados en el jardín del Edén para cultivarlo, es decir para hacer de toda su vida un culto espiritual (tal es el sentido de la palabra cultivar). Tenían la posibilidad de rezar siempre y de conseguir naturalmente lo que nosotros hemos perdido por la caída original. Igualmente, María oraba como respiraba, y su vida entera era un culto dado a Dios. En una palabra, oraba sin cesar. Sin duda no debía tener conciencia de ello, como cuenta Casiano a propósito de aquel que llegó a la oración incesante: "Reza siempre, pero no tiene conciencia de que reza".

      Con el hecho de pascua se produjo un giro. Al menos es lo que Lucas nos da a entender con los dos versículos que hablan claramente de la oración de María. Si Lucas nos presenta dos recensiones de ello en términos casi idénticos, es precisamente porque aquellas palabras nos dan la clave de la meditación de la Virgen. A mí me han parecido siempre los dos versículos más importantes del evangelio a propósito de la oración de la Virgen.

      • El primero: María, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón (Lc 2,19).
      • El segundo: Su madre guardaba fielmente todas estas cosas en su corazón (Lc 2,51).

      Quizá convenga describir el cuadro en el que María vivió después del acontecimiento de pascua. La encontramos desde la ascensión en medio de la comunidad de los once, rodeados de los discípulos. Se encuentra, pues, en el corazón de la Iglesia y asegura la cohesión de sus miembros. Siendo la madre del Señor elevado a la gloria, y a causa de esta proximidad, ocupaba un puesto privilegiado en la comunidad primitiva. Por lo demás, el mismo Jesús desde la cruz la había confiado a su amigo más íntimo, que la había recibido en su casa. También san Juan debía ser considerado muy cercano al Señor, pues había reclinado la cabeza en su corazón en la cena y había recibido sus últimas confidencias.

      En aquel ambiente de fervor primitivo nacieron los relatos referentes a la anunciación, al nacimiento y al crecimiento del Salvador. Lucas lo da a entender cuando dice que María guardaba todas estas cosas en su corazón hasta el día, se entiende, en que se realizarían. Los exegetas nos dicen que esos dos versículos presentan una ejecución apocalíptica, o sea que evocan acontecimientos que han tenido ya lugar ciertamente, pero cuyo significado último no se comprenderá sino después de la glorificación del Señor. En el momento en que esos acontecimientos fueron anunciados o se realizaron, María no tenía intención de referirlos, y menos aún de consignarlos por escrito, pues era una mujer sencilla, pobre, sin gran cultura, que, si bien sabia leer, no estaba capacitada para redactarlos por escrito. Por lo demás, eso no hubiera tenido ningún significado, ya que el Señor no había sido aún glorificado. Si se me permite una comparación que guarda alguna proporción con el acontecimiento de Cristo, a nadie se le hubiera ocurrido escribir la vida de Napoleón cuando todavía era niño. Era preciso esperar a su entrada en la historia para interesarse por sus orígenes, su crecimiento y su educación.

      En cierto modo es lo que ocurrió con Jesús. Una vez que fue resucitado por el poder del Espíritu y entronizado en la gloria del Padre en la ascensión se comenzó a volver sobre los acontecimientos del pasado y a ver en esos comienzos la fuente de su origen divino. María pudo, pues, referir el hecho de la anunciación, que debió considerarse dentro del orden normal de las cosas visto lo sucedido con Jesús después de su muerte. Cuando se cree en el poder que resucitó a Jesús de entre los muertos, no hay dificultad en creer en el origen divino de Jesús, y sobre todo en que la fuerza del Espíritu se posó sobre la virgen María, formando en ella el cuerpo de Cristo. Si se cree en la resurrección de Cristo porque es hijo de Dios, hay que creer también que aquel hombre-Dios pudo nacer de una virgen. Así es como nacieron los relatos de la infancia de Jesús.

      Juan y Lucas debieron interrogar a la Virgen sobre aquel niño misterioso convertido en Señor de la gloria; y ahí tiene su plena realización la doble indicación de Lucas sobre la meditación de María en su corazón. Después de pascua, y sobre todo en Pentecostés, María debió guardar todos aquellos recuerdos en el silencio de su corazón. Pasó días y días rumiándolos en todos los sentidos bajo la acción del Espíritu Santo, constituyendo entonces el objeto de su oración, centrada toda ella en el Salvador. El Señor glorioso se había convertido en el centro de su vida.

      Las palabras del ángel Gabriel: Nada es imposible para Dios, adquirieron entonces su plena revelación. En el momento de recibirlas, durante la anunciación, ella realizó aquel acto de fe inaudito: Dios es capaz de hacer nacer a Jesús de su carne virgen, como lo había sido de hacer nacer a Juan Bautista de una mujer estéril. Hoy veía ella su plena realización en la resurrección de Jesús. El Espíritu es la omnipotencia de Dios, para el que nada hay imposible.

      Entonces la súplica de María se multiplicó. Ya en el tiempo de la anunciación suplicaba ella, pues todo es posible a Dios; pero, después de pascua, el mismo Espíritu Santo se adueñó de su súplica y le confirió una intensidad y una fuerza capaces de derribar montañas. En estricto rigor, fue la súplica del Espíritu Santo en ella. Por eso nuestra oración a María debe tener siempre como mira última la súplica, puesto que la Virgen es la omnipotencia suplicante.

      Así pues, María recogió en su oración todos los acontecimientos de la vida de Jesús tal como los encontramos cuando rezamos el rosario. No hay duda de que también reconsideró otros acontecimientos; pero lo esencial es que Jesús creció en su corazón por la fe, lo mismo que Lucas afirma que él crecía en sabiduría, en estatura y en gracia delante de Dios y de los hombres. A Teresa del Niño Jesús le complacía particularmente contemplar el misterio de la anunciación, porque en aquel momento Jesús había sido lo más pequeño en el seno de María.

      Así nuestro rezo del rosario se funde en la contemplación de María, y dejamos que Jesús nazca, viva y crezca en nuestros corazones por la fe, lo mismo que comulgamos con sus sufrimientos cuando rezamos el misterio de su pasión. De la misma manera, bajo la acción del Espíritu es como rezamos los misterios gloriosos, en los que Jesús nos hace experimentar el poder de su resurrección. Por tanto, los que rezan todos los días el rosario siguen la escuela suplicante de María y dejan que la vida divina los engendre por Cristo, que nace, sufre y resucita en ellos. Con ello, toda su vida está poseída por la vida de Jesús y por su oración, de la que hemos hablado en el capítulo precedente.

      Sumirse plenamente en la oración de María

      Quienes se sienten llamados a consagrarse totalmente a la oración por el mundo a fin de que el Hijo del hombre encuentre aún fe cuando vuelva a la tierra, deben sumirse plenamente en la oración de María, la cual comenzó y acabó su vida en la oración incesante. Sobre todo no han de intentar justificarse cuando les digan que esta oración es utópica o que no basta rezar; no hay ninguna justificación que buscar, pues su vocación viene de arriba y sólo el Padre puede decidir sobre esta vocación. No han de buscar tampoco cómo orar ni cuánto tiempo han de orar, y menos aún si han de hacerlo mental o vocalmente. Eso se les concederá en el momento debido. Únicamente han de consagrarse a la oración, lo mismo que un cachorro se arroja al agua para salvar su vida. Si les preguntan por qué rezar, por quién rezar, si tiene alguna utilidad rezar, limítense a responder: "Yo rezo porque Dios es Dios y me lo ha pedido". Sobre todo que no busquen rezar bien, de lo contrario no rezarán jamás; sino que busquen ante todo rezar siempre, sin cansarse nunca, sin desanimarse.

      ¿Qué quiere decir sumirse totalmente en María? La respuesta nos la da san Luis Griñón de Monfort al decir "que debemos hacer todas nuestras oraciones en el oratorio del corazón de María". Esto supone que hemos descubierto ese oratorio y que habitamos en el corazón de María, lo mismo que Juan acogió a María en su casa después de pascua. En otros términos, es preciso que hayamos tenido la experiencia de la proximidad de María, de su presencia a nuestra vera (como decíamos a propósito del hermano Mutien-Marie), pues ella nos conoce a fondo e íntimamente, hasta el punto de que no necesitamos abrirle nuestro corazón y que ella acoge el menor deseo y la más insignificante oración. Sencillamente hemos de limitarnos a rezarla y a suplicaría apenas dispongamos de un momento libre. Con ella vivimos la eucaristía, celebramos el sacrificio y bajo su mirada hacemos oración. En la oración del rosario sobre todo es donde nos sumimos enteramente, no nos cansamos de repetirlo, porque añadimos una multitud de otros misterios que el Espíritu nos inspira, por ejemplo la meditación de los acontecimientos de la vida de Jesús en el corazón de María o su asidua oración en el cenáculo. Me gustan especialmente las palabras de Jesús a san Juan: He ahí a tu madre, sobre todo cuando interviene el Espíritu y nos hace gustar que María es para nosotros una verdadera madre. También están las palabras de Jesús que proclaman bienaventurada a su madre por escuchar la palabra de Dios y ponerla en práctica. Todas estas expresiones alimentan nuestra oración y nos mantienen habitualmente en compañía de María. Pero el fondo de nuestra oración, aquella a la que volvemos como atraídos por una fuerza, es el rosario, sobre todo la segunda parte del avemaría: "Santa María, madre de Dios, ruega por nosotros pecadores, ahora y en la hora de nuestra muerte".

      Algunos se preguntarán con razón si, al pasar enteramente por María, no le quitan algo a Dios. Funcionamos a menudo en la línea de la distribución: hay que comenzar rezando al Espíritu Santo para que nos conceda el don de la oración; volvernos luego a Cristo, que es el único orante y que nos ha enseñado a rezar, y luego, como nos lo ha enseñado Jesús, hemos de ponernos bajo la mirada del Padre, que ve en lo secreto para orar. Solamente entonces comenzamos a rezar a María, y le pedimos con frecuencia que se digne presentar nuestras oraciones a su Hijo. Así se respeta la jerarquía de la oración.

      Quienes han tomado la decisión de sumirse totalmente en la oración de María no proceden de esa manera. No viven de acuerdo con un esquema de distribución, sino que van directamente a María a rezarla. Saben muy bien que todas nuestras oraciones se dirigen a Dios únicamente, pero no eligen; dejan a María el cuidado de dirigir su oración como ella quiera y, sobre todo, como ella sabe, a cada una de las personas de la Santísima Trinidad. Ella es la que ora con nosotros y por nosotros. En ella rezamos nosotros.

      En el fondo de esta manera de rezar está también la convicción enunciada por Griñón de Monfort: "Cuando rezas a "María", ella responde "Dios"". María no retiene para sí ninguna de las oraciones que se le dirigen, pues es pura transparencia y sabe bien que todo don perfecto viene, no de ella, sino del Padre de las luces, del que provienen todas las gracias. Los que rezan a María de este modo no se hacen todos estos razonamientos; tienen la convicción de que María es la omnipotencia suplicante y que deben pasar por ella para rezar al Padre. Lo hacen bajo la presión de un instinto que les es sugerido por el Espíritu Santo y que les da la certeza de que esa es la buena manera de rezar y que no se engañan.

      Por lo demás, esta manera de rezar no es permanente. Puede que se nos conceda algunos días, en los que podríamos repetir lo que afirmaba Teresa de Lisieux después de la gracia que recibió al comienzo de su vida religiosa, que durante una semana vivió bajo el manto de María y le parecía no encontrarse ya en la tierra, hasta el punto de que hacía las cosas como si no las hiciera. Es lo que ocurre a quienes reciben la gracia de sumirse totalmente en la oración de María. No están bajo su manto; pero están en su corazón, y allí es donde hacen todas sus oraciones.

      Esto puede durar más o menos tiempo; a veces, sólo algunos días, o simplemente el rato de un momento de oración. Luego, ¡se acabó! Ya no se percibe la presencia de María; parece lejana. En ciertos momentos se pregunta uno si la sigue queriendo o qué ha podido hacer para no percibir esa oración a María. No tenemos por qué reprocharnos nada; no depende de nosotros, sino de Dios, que nos otorga esta gracia cuando quiere y como quiere. Él es libre de no devolvérnosla. Es esta una ley de la vida de oración: hay que vivir en la alternativa sin imponer a Dios nuestras ideas, sino acogiendo con alegría y acción de gracias lo que nos da cuando quiere.

      Semejante gracia puede ir seguida de un periodo de sequedad o de otra gracia. De golpe sentimos que estamos bajo la mirada del Padre, del que procede todo don perfecto, y abrimos las manos para acogerlo todo sin saber muy bien por dónde comenzar, si por dar gracias o por suplicarle. Verdaderamente la oración del Espíritu es imprevisible; hemos de esperarlo todo, sobre todo lo inesperado.

      Esto nos enseña a no tomar demasiado las riendas de nuestra oración, sino a dejarnos guiar por Dios mismo y por su Espíritu, como él quiere y cuando él quiere. Creo, sin embargo -aunque no pretendo estar en lo cierto-, que esta guía en nuestra oración, y sobre todo en los detalles de nuestra vida, es también una gracia que nos viene de María, por no decir del Espíritu Santo. Los que se lo han dado todo a María y se han consagrado enteramente a ella deben esperar que ella intervenga como ella sabe y cuando lo desee. Nosotros no somos ya dueños de nuestra vida. Es María la que se encarga de guiamos, como el piloto releva al capitán en el gobierno del barco cuando hay que atravesar el canal de Suez.

      Lo que ha de tranquilizarnos y darnos una alegría y confianza absolutas es saber que estamos en muy buenas manos y que nada malo puede acontecernos. Pero cuidemos de no resistirle, sobre todo en las cosas pequeñas y en los consejos cotidianos. Debemos obedecer a la menor indicación de la mano de la Virgen; de lo contrario hará que sintamos nuestras resistencias y desobediencias. Es una gracia grandísima dejarse guiar así por María, sobre todo en la oración y en la vida, porque nos damos cuenta de que no solamente nuestro obrar está marcado por su huella, sino que el fondo mismo de nuestro ser se ha vuelto enteramente mariano. 










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      Maestro que vea

      Hoy pídele a Dios ser sanado de la ceguera de la indiferencia
      “El Señor que curó a los ciegos, debe concedernos a todos los cristianos, particularmente en estos tiempos actuales, la curación de la ceguera que nos impide ver lo hermoso de la vida y descubrir al hermano que sufre y que quizás vive a nuestro lado.”
      Jesús le preguntó: «¿Qué quieres que haga por ti?» El ciego respondió: «Maestro, que vea.» Entonces Jesús le dijo: «Puedes irte, tu fe te ha salvado.» Y al instante pudo ver y siguió a Jesús por el camino
      (Marcos 10, 51-52)

      FELIZ NAVIDAD

      ¡Feliz Navidad!
      Jueves 25 diciembre 2008
      El martes, mientras estaba orando frente al Santísimo, una amiga me mostró un libro sobre la Navidad... dentro de las páginas de ese pequeño y maravilloso librito encontré una oración que me tocó profundamente... la escribió Chloe West... y cuando la leí pensé en ti... por eso hoy quiero ofrecértela como mi regalo de Navidad...
      ¡Que pases una feliz Navidad... y que Dios te bendiga mucho!
      Mi oración por ti esta Navidad
      Hola. Me dirijo a ti con mucho cariño. Ningún regalo podría llenarte el corazón de tantas bendiciones como mereces. Por eso esta Navidad te ofrezco una oración: pido a Aquel que nos conoce a todos que te dé lo mejor de lo mejor.
      Como Él tiene un corazón de oro y sabe todo lo que necesitamos, desea darnos muchos tesoros espirituales.
      En primer lugar, ruego por que tengas felicidad; no una felicidad motivada por algún acontecimiento o por una adquisición muy anhelada, sino una dicha profunda y constante que no dependa de que pase algo fuera de lo normal. La Biblia la llama gozo, y esa es mi oración por ti: que tengas un gozo que perdure aun cuando las circunstancias no sean las ideales.
      Seguidamente, pido que tengas paz interior. No pienses: «¡Qué aburrido!», porque no me refiero a una vida monótona, una sensación de vacío o una ausencia de actividad y estímulo. Quiero que tengas la tranquilidad de que todo está en manos de Dios y de que Él no va a permitir que te ocurra nada que entre los dos no puedan solucionar. Esa certeza te permitirá mantener la serenidad aun cuando estés trabajando arduamente o bajo presión. Se trata de una paz profunda que sólo puede proceder de nuestro Creador.
      Mi oración estaría incompleta si no pidiera que no te falte fe. Hay quienes piensan que tener fe es cegarse a la realidad, pecar de optimismo y negarse a encarar los hechos. Pero la auténtica fe, la que yo te deseo, se basa en tres magnificas realidades: Dios, Su amor y Sus promesas. Por ella sabrás que Dios solo quiere lo mejor para ti y que tiene poder para materializarlo. Puedes adquirir esa clase de fe leyendo Su Palabra y descubriendo en tu corazón la seguridad que es cierta. Esa es la fe que mueve montañas.
      Pido a Dios que te ilumine, para que observes la vida que te rodea y luego alzas la vista al Cielo y halles allí las soluciones, las explicaciones y la orientación que necesitas; que te dé prudencia, paciencia y fe en los demás, y te guíe en los momentos difíciles.
      Por último, ruego que haya amor en tu vida: amor intenso, amor desbordante, amor paciente, amor prudente, amor tierno, amor divertido, amor emocionante, amor decidido, amor constante, amor fuerte, amor alentador, el amor de Dios en sus mil y un aspectos fascinantes.
      Dios vino al mundo como un recién nacido precisamente por eso: para darnos felicidad, paz, fe, soluciones y, lo más importante de todo, amor.
      Así pues, mi plegaria es que esta Navidad experimentes todo esto en mayor medida que nunca. Que des cabida en tu vida a ese Niño y Su mensaje, que recibas en tu corazón a Jesús, creas Sus promesas y descubras todas las maravillas que te tiene reservadas.
      Pido todo eso para ti porque sé que Jesús quiere dártelo de todos modos, pues Él te ama, y yo también.

      historias

      Historias es una recopilación de los cuentos y fábulas que hemos ido presentándoles en Apuntes del camino... las hemos recogido en esta sección para que sea más fácil encontrarlas para seguir reflexionando sobre ellas... 

      El canasto de carbón
      La Palabra de Dios, cuando la dejamos echar raíces en nuestro corazón, lo va transformando todo... esa es la enseñanza de esta historia, que aunque a veces no nos damos cuenta, la gracia de Dios siempre opera en nosotros...
      Sigue...

      Amor en una latita de leche
      Esta historia nos enseña varias cosas... primero la alegría de compartir lo que el Señor nos proporciona... y que al amar, debemos hacerlo entregando por completo el corazón... es ahí que se encuentra la verdadera felicidad...
      Sigue...

      Unas sencillas palabras de afecto
      Dice un refrán que las palabras se las lleva el viento... en esta historia vemos cómo hay palabras que calan muy hondo y dejan una huella que el tiempo no borra... por eso es importante que cada palabra que salga de nuestros labios sea palabra de bendición...
      Sigue...

      La niña de las manzanas
      Esta es la historia de un hombre que se da cuenta que la misión del cristiano es hacer presente a Cristo en el mundo... tenemos que vivir nuestra vida de manera que esos que encontremos en nuestro camino nos confundan con Cristo...
      Sigue...

      perseverar en nuestro camino

      Presentaciones
      En esta sección les ofrecemos una colección de hermosas Presentaciones en PowerPoint perfectas para subirnos el ánimo y ayudarnos a perseverar en nuestro camino de santidad...
      Chequeo DivinoUna visita a la clínica del Señor...
      Error en el CieloUn hombre justo es enviado por error al infierno y el diablo lo regresa...
      Ese es DiosPorque al contemplar esas pequeñas cosas que nos suceden a diario, sólo podemos exclamar: ¡ese es Dios!
      Huele a DiosLa historia de una bebé prematura y cómo Jesús siempre estuvo a su lado...
      La soberbia no es grandezaPorque sólo la humildad nos lleva por el camino que conduce a Dios...

      sed de ti

      Jesús es Dios, por lo tanto, Su Amor y Su Sed son infinitos. Él, Creador del
      universo, pidió el amor de sus criaturas. Tiene sed de nuestro amor... Estas
      palabras: "Tengo sed", ¿tienen un eco en nuestra alma? Tengo sed de ti Madre
      Teresa de Calcuta "Mira que estoy a la puerta y llamo..." (Apocalipsis 3, 20) Es
      verdad. Estoy a la puerta de tu corazón, de día y de noche. Aún cuando no estás
      escuchando, aún cuando dudes que pudiera ser yo, ahí estoy: esperando la más
      pequeña señal de respuesta, hasta la más pequeña sugerencia de invitación que Me
      permita entrar. Y quiero que sepas que cada vez que me invitas. Yo vengo
      siempre, sin falta. Vengo en silencio e invisible, pero con un poder y un amor
      infinitos, trayendo los muchos dones de Mí Espíritu. Vengo con Mi misericordia,
      con Mi deseo de perdonarte y de sanarte, con un amor hacia ti que va más allá de
      tu comprensión. Un amor en cada detalle, tan grande como el amor que he recibido
      de Mi Padre ("Yo los he amado a ustedes como el Padre me ama a mí..." [Jn.
      15,10]). Vengo deseando consolarte y darte fuerza, levantarte y vendar todas tus
      heridas. Te traigo Mi luz, para disipar tu oscuridad y todas tus dudas. Vengo
      con Mi poder, que me permite cargarte a ti: con Mi gracia, para tocar tu corazón
      y transformar tu vida. Vengo con Mi paz, para tranquilizar tu alma. Te conozco
      como la palma de mi mano, sé todo acerca de ti, hasta los cabellos de tu cabeza
      he contado. No hay nada en tu vida que no tenga importancia para mí. Te he
      seguido a través de los años y siempre te he amado, hasta en tus extravíos.
      Conozco cada uno de tus problemas. Conozco tus necesidades y tus preocupaciones
      y, si, conozco todos tus pecados. Pero te digo de nuevo que Te amo, no por lo
      que has hecho o dejado de hacer, Te amo por ti, por la belleza y la dignidad que
      mi Padre te dio al crearte a Su propia imagen. Es una dignidad que muchas veces
      has olvidado, una belleza que has empañado por el pecado. Pero te amo como eres
      y he derramado Mi Sangre para rescatarte. Si sólo me lo pides con fe, Mi gracia
      tocará todo lo que necesita ser cambiado en tu vida: Yo te daré la fuerza para
      librarte del pecado y de todo su poder destructor. Sé lo que hay en tu corazón,
      conozco tu soledad y todas tus heridas, los rechazos, los juicios, las
      humillaciones, Yo lo sobrellevé todo antes que tú. Y todo lo sobrellevé por tí,
      para que pudieras compartir Mi fuerza y Mi victoria. Conozco, sobre todo, tu
      necesidad de amor, sé que tan sediento estás de amor y de ternura. Pero cuántas
      veces has deseado satisfacer tu sed en vano, buscando ese amor con egoísmo,
      tratando de llenar el vacío dentro de tí con placeres pasajeros, con el vacío
      aún mayor del pecado. ¿ Tienes sed de amor? Yo te saciaré y te llenaré. "Vengan
      a Mí todos los que tengan sed..." (Jn. 7, 37). ¿Tienes sed de ser amado?, te amo
      más de lo que te puedes imaginar... hasta el punto de morir en la cruz por ti.
      TENGO SED DE TI. Si, esa es la única manera en que apenas puedo empezar a
      describir mi amor. TENGO SED DE TI. Tengo sed de amarte y de que tú me ames. Tan
      precioso eres para mí que TENGO SED DE TI. Ven a Mí y llenaré tu corazón y
      sanaré tus heridas. Te haré una nueva creación y te daré la paz aún en tus
      pruebas. TENGO SED DE TI. Nunca debes dudar de Mi Misericordia, de mi deseo de
      perdonarte, de Mi anhelo por bendecirte y vivir Mi vida en ti, y de que te
      acepto sin importar lo que hayas hecho. TENGO SED DE TI. Si te sientes de poco
      valor a los ojos del mundo, no importa. No hay nadie que me interese más en todo
      el mundo que tú. TENGO SED DE TI. Ábrete a Mí, ven a Mí, ten sed de Mí, dame tu
      vida. Yo te probaré qué tan valioso eres para Mi Corazón. ¿No te das cuenta de
      que Mi Padre ya tiene un plan perfecto para transformar tu vida a partir de este
      momento? Confía en Mí. Pídeme todos los días que entre y que me encargue de tu
      vida y lo haré. Te prometo ante Mi Padre en el Cielo que haré milagros en tu
      vida. ¿Por qué haría Yo esto? PORQUE TENGO SED DE TI. Lo único que te pido es
      que te confíes completamente a Mí. Yo haré todo lo demás. Desde ahora, ya veo el
      lugar que Mi Padre te ha preparado en Mi Reino. Recuerda que eres peregrino en
      esta vida viajando a casa. El pecado nunca te puede satisfacer ni traerte la paz
      que anhelas. Todo lo que has buscado fuera de Mí sólo te ha dejado más vacío,
      así que no te ates a las cosas de este mundo; pero, sobre todo, no te alejes de
      Mí cuando caigas. Ven a mí sin tardanza porque cuando me das tus pecados, me das
      la alegría de ser tu Salvador. No hay nada que yo no pueda perdonar y sanar, así
      que ven ahora y descarga tu alma. No importa cuánto hayas andado sin rumbo, no
      importa cuántas veces me hayas olvidado, no importa cuántas cruces lleves en
      esta vida, hay algo que quiero que siempre recuerdes y que nunca cambiará. TENGO
      SED DE TI, tal y como eres. No tienes que cambiar para creer en Mi Amor, ya que
      será tu confianza en ese Amor la que te hará cambiar. Tu te olvidas de Mí y, sin
      embargo. Yo te busco a cada momento del día y estoy ante las puertas de tu
      corazón, llamando. ¿Encuentras esto difícil de creer? Entonces, mira la Cruz,
      mira Mi Corazón que fue traspasado por ti. ¿No has comprendido Mi Cruz?,
      entonces escucha de nuevo las palabras que dijo en ella, te dicen claramente por
      qué Yo soporté todo esto por ti: "... TENGO SED" (Jn. 19, 28). Sí, TENGO SED DE
      TI. Como el resto del salmo que Yo estaba rezando dice de Mí: "... esperé
      compasión inútilmente, esperé alguien que me consolara y no le hallé." (Salmo
      69:20). Toda tu vida he estado deseando tu amor. Nunca he cesado de buscarlo y
      de anhelar que me correspondas. Tú has probado muchas cosas en tu afán por ser
      feliz. ¿Por qué no intentas abrirme tu corazón, ahora mismo, abrirlo más de lo
      que lo has hecho antes?. Cuando finalmente abras las puertas de tu corazón y
      finalmente te acerques lo suficiente entonces Me oirás decir una y otra vez, no
      en meras palabras humanas sino en espíritu: "no importa qué es lo que hayas
      hecho, te amo por ti mismo. Ven a Mí con tu miseria y tus pecados, con tus
      problemas y necesidades, y con todo tu deseo de ser amado. Estoy a la puerta de
      tu corazón y llamo... ábreme, porque TENGO SED DE TI..."

      EINSTEIN, Albert


      "Cuando me preguntaron sobre algún arma capaz de contrarrestar el poder de la bomba atómica yo sugerí la mejor de todas: la paz."

      "Hay una fuerza motriz más poderosa que el vapor, la electricidad y la energía atómica: la voluntad. "

      "Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana."

      "Comienza a manifestarse la madurez cuando sentimos que nuestra preocupación es mayor por los demás que por nosotros mismos. "

      "El nacionalismo es una enfermedad infantil. Es el sarampión de la humanidad."

      "Los ideales que han iluminado mi camino y una y otra vez me han infundido valor para enfrentarme a la vida. Han sido la bondad, la belleza y la verdad."

      " Los grandes espiritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de mentes mediocres."

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      Inicio / Proverbios
      Aunque su definición no está muy clara y hay muchas y diversas opiniones acerca de su procedencia, seguro que muchas veces hemos dicho alguno de un país extranjero, pues bien, aquí nos atrevemos a definirlos como los refranes más característicos de cada país, cultura o nación. A continuación tienes una lista de los que nosotros pensamos que son más representativos.
      Zonas
      Africa
      Alemania
      Árabe
      Brasil
      Chile
      China
      Dinamarca
      Ecuador
      Escocia
      España
      Francia
      Grecia
      Honduras
      India
      Inglaterra
      Italia
      Japón
      Libano
      Malasia
      Mexico
      Mongolia
      Peru
      R. Checa
      Rusia
      Serbia
      Suecia
      Suiza
      Tibet
      Turquía
      Venezuela
      Vietnam
      Africa
      Cuando los elefantes luchan, quien sufre es la hierba.
      Alemania
      Mira a las estrellas, pero no te olvides de encender la lumbre en el hogar.
      El habla es plata; el silencio es oro.
      Perdonar no es olvidar, y en el perdón sin olvido sobran palabras y falta corazón.
      Los árboles más viejos dan los frutos más dulces.
      Los ojos se fían de ellos mismos, las orejas se fían de los demás.
      Árabe
      Cuando otro sufre, es madera que sufre. Del árbol del silencio pende el fruto de la seguridad.
      No abras los labios si no estás seguro de que lo que vas a decir es más hermoso que el silencio.
      Luego que has soltado la palabra, ésta te domina. Pero mientras no la has soltado, eres su dominador.
      Los que de veras buscan a Dios, dentro de los santuarios se ahogan.
      Tu secreto debe pasar a formar parte de tu sangre.
      Si un negocio te abruma por el principio, comienzalo por el fin.
      La primera vez que me engañes la culpa será tuya; la segunda vez, la culpa será mía.
      Quien no comprende una mirada tampoco comprenderá una larga explicación.
      La sabiduría no se traspasa, se aprende.
      Es mejor encender una luz que maldecir la oscuridad.
      Brasil
      La tierra no tiene sed de la sangre de los soldados, sino del sudor de los hombres.
      Somos lo que hacemos, sobretodo lo que hacemos para cambiar lo que somos.
      Chile
      Nunca cages mas de lo que comes.
      Norte claro, sur oscuro, aguacero seguro.
      Cuando bebas no manejes, se te puede dar vuelta el vaso.
      Soldado que arranca, sirve para otra guerra.
      China
      Es siempre provechoso abrir cualquier libro.
      El que de joven no es acucioso, llegado a viejo en vano se lamentará.
      Una pulgada de tiempo es una pulgada de oro.
      Lobos de la misma camada.
      Un paso en falso se hace deplorar toda la vida.
      Una hoja ante los ojos impide ver la montaña Taishan.
      Quien un día fue picado por la vibora, siente temor a una soga enroscada durante diez años.
      El trabajo entero de un año depende de un buen comienzo en primavera.
      Ser pobre como si hubiera sido lavado.
      Matar dos águilas con una sola flecha.
      Ni cuatro caballos galopando pueden recuperar la palabra empeñada.
      A un hombre no se le puede juzgar por las apariencias.
      El gorrión, a pesar de su pequeñez, tiene todas las vísceras.
      Mientras haya montes verdes, no hay por qué inquietarse por la leña.
      La experiencia del pasado, si no cae en el olvido, sirve de guía para el futuro.
      La generación anterior planta árboles y la posterior se cobija a su sombra.
      Los verdaderos amigos se conocen en la adversidad.
      El vuelco del carro delantero puede servir de aviso al que va detrás.
      Sin tigres en el monte, el mono es rey.
      Enviar desde la lejanía a mil li plumas de ganso, por liviano que sea el regalo, encierra afecto profundo.
      En cielo despejado puede desatarse de repente una tempestad.
      La red justiciera tendida por los cielos es omnipresente, y sus mallas, aunque ralas, no dejan escapar a nadie.
      El cielo no cierra completamente el camino a los hombres.
      En el mundo no hay banquete que no tenga fin.
      En el mundo no hay nada difícil siempre que el hombre tenga asiduidad.
      No renunciar a sus esperanzas hasta llegar al río Huanghe.
      O bien no emprender nada, o bien asombrar a todo el mundo con cuanto emprende.
      Si uno no entra en la guarida del tigre, ¿cómo podrá apoderarse de sus cachorros?
      Una maja de hierro, a fuerza de ser afilada, puede convertirse en una aguja.
      La flor de loto asoma inmaculada del fango.
      Lo que se pierde a la salida del sol se recupera a su puesta.
      Lo que comienza siendo una pequeña diferencia termina en una desigualdad descomunal.
      Es fácil cambiar el curso de los ríos y las montañas, pero difícil cambiar la naturaleza de un hombre.
      Un solo día de frío no basta para congelar el río a tres pies de profundidad.
      No hay que dejar escapar una oportunidad, que nunca va a presentares otra vez.
      En tanto que la flor cae amorosa, el arroyo corre impasible.
      Tres simples zapateros hacen un sabio Zhuge Liang.
      El primer paso siempre cuesta.
      No hagas a otros lo que no quieres que hagan contigo.
      Si las vigas de arriba están mal, las de abajo otro tal.
      Más vale ver una sola vez que oír cien veces.
      Con firme voluntad se llega al triunfo.
      Precaverse contra un posible percance.
      Cada fracaso nos hace más listos.
      Quien comete muchas injusticias, busca su propia ruina.
      La promesa debe ser cumplida y la acción debe tener resultado.
      El ternero recental no teme al tigre.
      La cortesía exige reciprocidad.
      Un vecino cercano es mejor que un pariente lejano.
      Acudir a los palabras y no a los puños, como es propio del caballero.
      Quien se acerca al bermellón enrojece, quien se acerca a la tinta ennegrece.
      El azul es extraído del índigo y es más azul (fuerte) que él.
      Reflexionar tres veces antes de obrar.
      Internarse en una montaña infestada de tigres, a sabiendas de que los hay.
      Conoce a tu adversario y conócete a ti mismo, y vencerás en cien batallas.
      Se conoce la cara de una persona, pero no su corazón.
      Lo raro es caro.
      Oro y jade por fuera y algodón podrido por dentro.
      Siembra melones y recogerás melones; siembra habas y recogerás habas.
      El agua corriente no se corrompe y a los goznes de la puerta no los carcomen los gusanos.
      El oro legítimo no teme al fuego.
      Sin viento no hay oleaje.
      Soplar la pelusa de un abrigo de pieles, para descubrir el menor defecto.
      Las llamas se elevan más cuando cada uno les echa leña.
      La lluvia de primavera es tan preciosa (valiosa) como el acerte.
      Escapar del lago del dragón y caer en la guarida del tigre.
      Si uno pierde los labios, tendrá los dientes fríos.
      Una hábil ama de casa sin arroz no puede preparar una comida.
      Colgar una cabeza de cordero y vender carne de perro.
      El tiempo es como una flecha que vuela.
      Siempre que haya en este mundo amigos íntimos, estarán tan cerca como simples vecinos aunque se encuentren en los confines más remotos.
      Caballo que es bueno, no ha de menester mucho sonar de su timbre.
      El bien no se sabe fuera del hogar, mientras que el mal se transmite a la lejamía.
      Siendo tan bellas las flores de loto, sólo con el verdor de las hojas resalta su hermosura.
      Convertir las lanzas y escudos en jades y telas.
      La flor no se conserva roja cien días.
      Dibujar pasteles para matar el hambre.
      De un tigre sólo se dibuja la piel, y no los huesos; de una persona sólo se le conoce la cara, y no el corazón.
      Dibujar una serpiente añadiéndole patas.
      Una receta que cambia el agua pero no la medicina.
      Las dichas no vienen a pares; una desgracia no llega sola.
      Con el viento fuerte se conoce la resistencia de la hierba.
      Los escándalos de familia no deben trascender para afuera.
      Recoger las semillas de sésamo pasando por alto las sandías.
      Quien ha atado el cascabel al cuello del tigre, debe quitárselo por sí mismo.
      La enfermedad entra por la boca y la desgracia sale de la boca.
      En la desgracia habita la felicidad y en la felicidad se oculta la desgracia.
      Si escuchas a ambas partes, se hará en ti la luz; si escuchas a una sola, permanecerás en las tinieblas.
      El soldado que ha huido cincuenta pasos se ríe del que lo ha hecho cien pasos.
      Llegado el carro al pie de la montaña , se encontrará infaliblemente el camino.
      Con el tiempo que pasa se conoce el corazón del hombre.
      En aguas de extrema limpidez no puede haber peces, y hombre extremadamente exigente no puede tener compañeros.
      Tratar (uno) a los demás tal como lo tratan.
      Preferir ser jade en añicos antes que una teja entera.
      Si el jade no es pulido (labrado), resulta inútil.
      Uso tu propia lanza contra tu propio escudo.
      El agua fluye abajo, y el hombre va arriba.
      Cuando las puertas de la ciudad se incendian los peces en el foso sufren.
      La barca por sí sola va derecha hacia el arco al legar al puente.
      Mantener en vista el conjunto y tomar los trabajos diarios en las manos.
      Una persona de gran sabiduría suele parecer torpe.
      Quien ha leído hasta diez mil v olúmenes escribirá con espontánea inspiración a punta de pluma.
      La mariposa nocturna se precipita al fuego.
      Quitar la leña debajo de la caldera.
      El agua derramada es difícil recogerla.
      Acarrear leña para apagar un incendio.
      Cada uno limpia la nieve delante de su casa sin preocuparse de la escarcha en el tejado ajeno.
      Muchos pocos hacen un mucho; muchos granos de arena forman una pagoda.
      Obsequiar a Buda con flores regaladas.
      El agua del pozo no fluye en el agua del río.
      Rana en el fondo del pozo.
      Si el vino es fragante, no importa que se venda al fondo de un largo callejón.
      Gota a gota se forma el río.
      Un buen caballo viejo encerrado en el establo aún aspira a galopar mil li.
      Hay momentos en que hasta el tigre dormita.
      El caballo viejo conoce bien el camino.
      Así como un medicamento amargo cura la enfermedad, las palabras sinceras, que hieren los oídos, benefician el comportamiento.
      Una vez en la llanura, incluso el tigre se ve a merced de un perro.
      Llorar (el gato) la muerte del ratón.
      Más fácil es defenderse de una lanza arrojada a plena vista que de una flecha disparada desde la sombra.
      El ídolo hecho de barro que cruza el río no puede salvarse ni a sí mismo.
      Rotas las raíces del loto siguen unidas sus fibras.
      Arrojar un ladrillo para incitar a los demás a enseñar sus jades.
      La vara del carro hacia el sur y la rodada hacia el norte.
      Entre mil consideraciones de un tonto, debe haber una aceptable.
      Abrir la fuente y disminuir el escape del agua.
      Acomoda el apetito a la comida y haz el traje según la talla.
      Completar (uno) el número de flautistas sin saber tocar la flauta.
      La tórtola ocupa el nido de la urraca.
      Como hormigas en la sartén al fuego.
      Una canción tan selecta que sólo muy poca gente puede participar en el coro.
      No hay caballo, por bueno que sea, que no tropiece algún día.
      Perla brillante arrojada en la oscuridad.
      Cuando la desgracia llega a su colmo (extremo), viene la felicidad.
      Aquel a quien mil dedos acusadores señalan, muere sin estar enfermo.
      Montado sobre un tigre, difícilmente se puede bajar.
      Un hormiguero puede causar el derrumbamiento de un dique de mil li.
      Por fuerte que seas, siempre existe otro más poderoso que tú
      Detenerse después de probar un poco algo.
      No resulta dulce el melón recogido cuando está verde.
      Si no dejas de esculpir, lograrás tallar obras de metal y piedra.
      A los ojos del novio su novia siempre es la más bella.
      Queda sin compañeros el hombre exigente hasta en los últimos detalles.
      El hombre siempre pugna por ir arriba, y el agua, abajo.
      El benévolo ve benevolencia; el sabio ve sabiduría.
      La nieve presagia una buena cosecha.
      Si no quieres que lo sepan los demás, no lo hagas.
      El arroz ya está cocido.
      Es más fácil saber como se hace una cosa que hacerla.
      Es mejor volverse atrás que perderse en el camino.
      Las grandes almas tienen voluntades; las débiles tan solo deseos.
      Las tumbas se abren a cada instante y se cierran para siempre.
      Dinamarca
      Muchas personas son como los relojes: indican una hora y tocan otra.
      Ten tu mano pronta para echarla al sombrero y tardía para meterla en el bolsillo.
      El pobre puede morir; lo que no puede es estar enfermo.
      La adulación es como la sombra; no os hace más grandes ni más pequeños.
      El fondo del corazón está más lejos que el fin del mundo.
      Ecuador
      Vale mucho más morir intentándolo que vivir toda tu vida lamentándolo.
      Escocia
      Ninguna buena historia se gasta, por muchas veces que se cuente.
      Nunca permitas que tus pies vayan por delante de tus zapatos.
      La sonrisa cuesta menos que la electricidad y da más luz.
      España
      Si con el pensamiento se caminara, ¡Cuantas horas contigo estará!.
      Los años son escobas que nos van barriendo hacia la fosa.
      Todos obedecen con gusto cuando el que manda es justo.
      Las cosas bien pensadas, bien acertadas.
      Dime con quien andas y te diré quien eres.
      No por mucho madrugar, amanece más temprano.
      Francia
      Tres saberes gobiernan el mundo: el saber, el saber vivir y el saber hacer, pero el último ocupa a menudo el lugar de los otros dos.
      No hay ausente sin culpa, ni presente sin disculpa.
      En la paz se cuelga a los ladrones; en la guerra se les honra.
      Grecia
      Al amor, como a una cerámica, cuando se rompe, aunque se reconstruya, se le conocen las cicatrices.
      El que nada duda, nada sabe.
      Honduras
      El buen carpintero mide dos veces, corta una.
      India
      Aquel que reconoce la verdad del cuerpo puede entonces conocer la verdad del universo.
      No hay árbol que el viento no haya sacudido.
      La más larga caminata comienza con un paso.
      Un libro es un cerebro que habla: cerrado un amigo que espera; olvidado, un alma que perdona; destruído, un corazón que llora.
      Todo lo que no es dado es perdido.
      La vida es la novia de la muerte.
      A los ignorantes los aventajan los que leen libros. A Éstos, los que retienen lo leído. A Éstos, los que comprenden lo leído. A Éstos, los que ponen manos a la obra.
      La vejez comienza cuando el recuerdo es más fuerte que la esperanza.
      Inglaterra
      La diplomacia consigue más triunfos que los cañones.
      La mitad de nuestras equivocaciones nacen de que cuando debemos pensar, sentimos, y cuando debemos sentir, pensamos.
      Demasiado al este es oeste.
      Mejor pocos truenos en la boca y más rayos en la mano.
      El camino hacia el cielo pasa por una tetera.
      Por bueno que sea un caballo, necesita espuelas.
      El necio dispara pronto sus dardos.
      Cuando se reúnen los aduladores, el demonio sale a comer.
      Si tu mal tiene remedio ¿Por qué te afliges?. Si no lo tiene, ¿Por qué te afliges?
      Los hijos, cuando son pequeños, entontecen a los padres; cuando son mayores, los enloquecen.
      Es más fácil cazar moscas con miel que con vinagre.
      La edad de oro nunca es la presente.
      Cuando apuntas con un dedo, recuerda que los otros tres dedos te señanalan a ti.
      Mi alma a Dios, mi vida al rey, mi corazón a la dama.
      El perezoso considera suerte el éxito del trabajador.
      Italia
      La sabiduría viene de escuchar; de hablar, el arrepentimiento.
      Cuanto más se sabe, menos se asegura.
      Una vez terminado el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja.
      El amor y la tos no pueden ocultarse.
      El amor hace pasar el tiempo; el tiempo hace pasar el amor.
      Japón
      El clavo que sobresale recibe un martillazo.
      Estudiando lo pasado, se aprende lo nuevo.
      Sólo en medio de la actividad desearás vivir cien años.
      Si no entras en la madriguera de un tigre, no puedes coger sus cachorros.
      Libano
      Siéntate, si así quieres, sobre el corazón de un león, pero nunca sobre el de un hombre.
      Malasia
      Los puñales y las lanzas no son tan afilados como las lenguas.
      Mexico
      La fórmula del éxito es simple: haz tu mejor esfuerzo, y acaso le agrade a la gente.
      Si vas a morir, muere llenito.
      No importa lo el ancho y lo grueso, sino lo que dura tiezo...
      A gallo viejo, gallina joven...
      La única razón para no triunfar en la vida es.. no haber nacido.
      El que se emperra se emperra, el que se enchila se enchila y el que se encula se chinga.
      Como lo de aquí para allá es subida, lo de alla para acá es bajada.
      A las balas no hay que tenerles miedo, hay que tenerles miedo a la velocidad con la que vienen.
      Ni tanto que queme al Santo, ni tanto que no lo alumbre.
      Mongolia
      El victorioso tiene muchos amigos, el vencido buenos amigos.
      Peru
      Gallo viejo con el ala mata.
      A gato viejo, ratón tierno.
      No gastes pólvora en gallinazos.
      R. Checa
      Nuestros padres nos han enseñado a hablar y el mundo a callar.
      Rusia
      Saber demasiado es envejecer prematuramente.
      Reza, Pero no dejes de remar hacia la orilla.
      Añorar el pasado es correr tras el viento.
      Serbia
      Cuanto más grande la cabeza, más fuerte la jaqueca.
      Suecia
      Los jóvenes van por grupos, los adultos por parejas y los viejos van solos.
      Una alegría compartida se transforma en doble alegría; una pena compartida, en media pena.
      Los buenos recuerdos duran mucho tiempo, los malos más todavía.
      Suiza
      La edad no juega ningún papel, a no ser que se sea un queso.
      Tibet
      La palabra debe ser vestida como una diosa y elevarse como un pájaro.
      Turquía
      Cuando el carro se ha roto, muchos os dirán por dónde no se debía pasar.
      Venezuela
      Ser capaz es ser útil, ser incapaz es ser algo menos.
      Vietnam
      Cuando las vigas se rompen se reconstruyen; cuando los hombre mueren se les sustituye.

      nada te turbe

      Lectura espiritual del poema "Nada te turbe"
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      Nada te turbe,nada te espante,todo se pasa,Dios no se muda,la pacienciatodo lo alcanza.Quien a Dios tiene,nada le falta.¡Sólo Dios basta!
      Lectura espiritual del poema "Nada te turbe" de Santa Teresa de Jesús
      Padre Tomás Álvarez, OCD
      Tomado de la revista "Teresa de Jesús", No. 109
      Parece casi superfluo hacer la presentación del poema de la Santa. ¿Quién no lo conoce? Lo hemos leído de letra suya, más o menos imitada. Lo hemos cantado musitando su música sedante. Tantas veces hemos repetido sus versos en grupos de oración, haciendo espacio al silencio de todos. En momentos difíciles se lo hemos insinuado al amigo: ¡mira que todo se pasa! Nada te turbe, decía Santa Teresa. Que Dios está por encima de todo...
      Es tan breve el poema, que apenas ocupa espacio. Lo reproducimos una vez más, para leerlo pausadamente y desgranar uno a uno la espiga de sus versos:
      Nada te turbe,nada te espante,todo se pasa,Dios no se muda,la pacienciatodo lo alcanza.Quien a Dios tiene,nada le falta.¡Sólo Dios basta!
      ¿Cómo leer el poema? ¿Es -como se ha dicho- un salmo teresiano?
      En tal caso ¿cómo entenderlo y apropiárnoslo? ¿Es un salmo sapiencial, de corte "gnómico", como pretenden los entendidos? ¿O es un salmo íntimo, como ciertos poemas del salterio bíblico, que invitan a la propia alma a prorrumpir en determinados sentimientos? Por ejemplo, "Alaba, alma mía al Señor, y todo mi ser a su santo nombre".
      Si es un breve salmo sapiencial, hay que leerlo dejándole flecharnos el alma con el dardo de cada verso, cargado de resonancias, que desde cada sentencia nos devuelven a las sendas de la propia vida, sendas a veces tortuosas, a veces encrespadas o espinadas.
      Si, en cambio, es un salmo íntimo, nos introduce en el alma de la autora, que se va diciendo a sí misma: "Teresa, que nada te turbe"...
      Sí, son dos lecturas posibles, o dos ensayos de escucha ante la melodía de cada verso. Personalmente, prefiero la segunda. El "nada te turbe" es un requiebro en soledad. Teresa escribe su poema a solas. Como hacen siempre o casi siempre los poetas líricos y los místicos. Cierto que ella no compone esos versos como un billete de envío para convertirlos en misiva espiritual para alguno de sus amigos. Los compone como una vivencia más, o como simple latido del alma.
      En primer lugar, Teresa no suele tutear a sus amigos. Ni siquiera a su hermana Juana o a su sobrina Teresita. Basta leer las cartas que les dirige. A Teresita, por ejemplo: "...hija mía, mucho me holgué con su carta y de que le den contento las mías..." A Teresa la tutea la voz interior: "Teresa, no hayas miedo"; "no te metas en eso!"; "diles que si podrán por ventura atarme las manos"; "¿en fríos te detienes?" "¡Ahora, Teresa ten fuerte!" Pero en ese diálogo, ella es la destinataria del tuteo. La tutea su Señor, como en la Biblia.
      Ella, en cambio, sólo se tutea hablando consigo misma. Mejor dicho, ella tutea a la Teresa profunda, la de su interior: "¡tú, alma mía, por qué estás triste!" "O vida, vida, ¿cómo puedes sustentarte estando ausente de tu Vida? En tanta soledad, en qué te empleas, qué haces..." "Oh ánima mía, deja hacerse la voluntad de tu Dios. Eso te conviene" etc. Así en las Exclamaciones y en Vida: "Paréceme fuera bien, oh ánima mía, que miraras el peligro de que el Señor te había librado..." (5,11).
      Notémoslo bien. Teresa es capaz de ese extraño desdoblamiento de personalidad que le permite hablar con el tú de sí misma. Exactamente con su tú interior. Ella tiene densa interioridad. Hablando del "castillo de su alma", ¿no dijo ella que se parecía a un castillo entablado de moradas? Está convencida de que, en esa densidad del alma, le es posible enviar mensajes (o clamores) desde las moradas superficiales hasta la morada central del castillo. Porque el tú más identificado con ella reside ahí en lo hondo. Pues... ahí en lo hondo, se despliega su poema: "Teresa, que nada te turbe..."
      Aparte esa clave literaria o estilística, hay todavía otra razón puramente espiritual, para proponer la lectura del poema como un murmullo de intimidad. A Teresa le han pasado ya tantas cosas en la vida. En su drama interior le ha ocurrido una tremenda, que la ha llenado de sobresalto. Fue el encuentro repentino con una Presencia interior que la traspasa y la desborda. Esa Presencia novedosa la desconcierta de tal suerte, que de pronto en su interior surge una voz capaz de sedar todo el oleaje. La voz interior le dice: "no hayas miedo, Teresa". Refrendado por el tremendo "Yo soy" de la Biblia. Exactamente estas tres palabras: "No hayas miedo, hija / que Yo soy / y no te desampararé" (Vida 25,18).
      Ese "no hayas miedo, hija", ¿no sería el punto de arranque de su inspiración poética y mística? En el libro de la Vida, Teresa lo comenta así "Paréceme que, según estaba (yo), eran menester muchas horas para persuadirme a que me sosegase, y que no bastare nadie. Heme aquí con solas estas palabras sosegada, con fortaleza, con ánimo, con seguridad, con una quietud y luz, que en un punto vi mi alma hecha otra... ¡Oh, qué buen Dios!" (ib).
      Pues bien. Sabemos que los auténticos poemas líricos, una vez creados, se hacen autónomos, tienen vida propia, alejados de la voluntad del autor que los compuso. Y que por eso, son polivalentes o polisémicos. Cada lector puede escucharlos libremente: o como una voz en que Teresa excepcionalmente lo tutea: "a ti, lector, ¡qué nada te turbe!"... O mientras lee, puede sentirse convocado a ese misterioso ámbito en que a la autora le suceden cosas y cosas..., y él la escucha diciéndose a sí misma: "Teresa, ¡qué nada te turbe!, ¡qué "Yo soy" está contigo!" Como ese "Yo soy" estaba con Moisés.
      No lo olvidemos. Teresa es una contemplativa. Se nutre de palabra bíblica. A través de sus meditaciones, tantas palabras bíblicas se le han quedado prendidas de las cuerdas del arpa interior.
      En nuestro poema, lo cierto es que cada verso resulta ser un anillo de empalme con palabras bíblicas que ella ha pasado tantas veces desde el libro a los ojos, y desde los ojos al alma.
      Nosotros, lectores de su poema, podemos rastrear el eco de esas vibraciones. Sin pretensiones de erudita búsqueda literaria. Sino como prolongaciones de onda en la vivencia espiritual de Teresa orante o de Teresa poeta.
      El verso primero, nada te turbe, es claro eco de la palabra de Jesús a los amedrentados discípulos, momentos antes de la Pasión: "que no se turbe vuestro corazón" (Juan 14,1).
      El verso segundo, "nada te espante": no habla de susto sino de asombro. (Basta recordar cualquier otro pasaje teresiano: se le conmovía de gozo el alma, "espantada (=asombrada) de la gran bondad y magnificencia y misericordia de Dios", (Vida 4,10). También es resonancia del asombro de los discípulos ante los gestos taumatúrgicos de Jesús: "¿Eso os asombra? ¡Cómo os admiraréis cuando veáis al Hijo del Hombre subir adonde residía antes!" (Juan 6,63)
      El verso "todo se pasa", que materialmente remite a la consigna del filósofo griego "panta rei = todo pasa", también es eco de la palabra de Pablo: "pasa este mundo" (1Corintios 7,31), o las palabras de Jesús: "cielo y tierra pasarán" (Mateo 34,25), seguidas de la eterna vigencia de la palabra de Jesús ("mis palabras no pasarán"), que da paso a la sentencia del verso siguiente.
      "Dios no se muda"... Sí, el Señor y su verdad permanecen para siempre (Salmo 116,2). Para Teresa, la fidelidad de Dios en la amistad ("él es amigo verdadero") contrasta con la versatilidad de las amistades humanas: "Vos sois el amigo verdadero... Todas las cosas faltan. Vos, Señor de todas ellas, nunca faltáis..., que ya tengo experiencia de la ganancia con que sacáis a quien sólo en Vos confía" (Vida 25,17). Es un anticipo del verso último del poema.
      "La paciencia / todo lo alcanza"... Se lo decía Jesús a los discípulos anunciándoles las persecuciones: "con vuestra paciencia poseeréis vuestra aloma, vuestra vida" (Lucas 21,19). El verso final: ¡sólo Dios Basta! Es la palabra lema de los contemplativos. Es el "sólo Dios" de San Bernardo o del hermano Rafael, "Solas con Él solo", será el lema teresiano para las jóvenes pioneras del Carmelo de San José.
      Los tres absolutos del poema son éstos:
      nada, nada, nada
      todo, todo
      ¡sólo Dios! Tres nadas, dos todos, un único sólo Dios...
      Es posible que la dosis balsámica y sedante que desde el poema impregna al lector se deba a la cadencia de los dos versos finales, con su asonancia en a-a: "nada le falta / sólo Dios basta". Asonancia suavemente introducida en versos anteriores: "todo se pasa / todo lo alcanza".
      Pero, sin duda, más fuerte que esa cadencia musical es lo medular y absoluto del mensaje que nos llega a través del poema, con su alternancia de todos / nadas / sólo Dios. Tres veces nada, nada, nada. Dos veces el todo, todo: "todo se pasa / todo lo alcanza". Y una vez sola, pero cerrando el poema en el verso final: "¡sólo Dios!" y punto. O "¡sólo Dios!" y basta. Si el poema era un sedante psicológico, por encima de la psicología prevalece la teología de la contemplativa y mística que es Teresa.

      Gustavo A. Becquer

      El alma que hablar puede con los ojos, tambien puede besar con la mirada.

      Madre Teresa de Calcuta


      Beata Teresa de Calcuta (l910-l997) fundadora de las Hermanas Misioneras de la CaridadA Simple Path
      «Jesús extendió la mano y lo tocó.» (Lc 5,13)
      En nuestros días, en Occidente, la peor enfermedad no es la tuberculosis o la lepra sino el sentirse indeseable, abandonado, privado de amor. Sabemos cuidar las enfermedades del cuerpo por medio de la medicina, pero el único remedio para la soledad, el desconcierto y el desespero es el amor. Hay mucha gente que muere en el mundo por falta de un trozo de pan, pero hay muchos más que mueren falta de un poco de amor. La pobreza de Occidente es una pobreza diferente. No es sólo una pobreza de soledad, sino también de falta de espiritualidad. Existe un hambre de amor como existe un hambre de Dios...

      SAN JUAN DE LA CRUZ

      SANTO DIOS, SANTO FUERTE, SANTO INMORTAL, MISERICORDIA NUESTRA
      SAN JUAN DE LA CRUZDOCTOR DE LA IGLESIA1542-1591fiesta: 14 de diciembre
      Con Santa Teresa, reformador del Carmelo
      Ver también: Libro Segundo
      del Oficio de lectua: Dios nos ha hablado en CristoSubida al Monte Carmelo Segmento de Tratado Conocimiento del misterio escondido en Cristo Jesús De su Cántico espiritual
      Algunos pensamientos de San Juan de la Cruz" A la tarde te examinarán en el amor; aprende a amar como Dios quiere ser amado y deja tu condición".
      "¡Oh dulcísimo amor de Dios mal conocido! El que halló sus venas, descansó!
      "Mira que no reina Dios sino en el alma pacífica y desinteresada"
      "Siempre el Señor descubrió los tesoros de su sabiduría a los mortales, mas ahora que la malicia va descubriendo mas su cara, mucho mas los descubre"
      "Aunque el camino es llano y suave para quienes tienen buena voluntad: quien camina, caminará poco y con trabajo si no tiene buenos pies y ánimo y porfía animoso en eso mismo."
      BreveNació en Fontiveros, provincia de Ávila (España), hacia el año 1542. Pasados algunos años en la Orden de los carmelitas, fue, a instancias de santa Teresa de Avila, el primero que, a partir de 1568, se declaró a favor de su reforma, por la que soportó innumerables sufrimientos y trabajos. Murió en Úbeda el año 1591, con gran fama de santidad y sabiduría, de las que dan testimonio precioso sus escritos espirituales.
      Vida de San Juan de la Cruz
      Nació en Fontiveros, provincia de Ávila (España), hacia el año 1542. Pasados algunos años en la Orden de los carmelitas, fue, a instancias de Santa Teresa de Jesús, el primero que, a partir de 1568, se declaró a favor de su reforma, por la que soportó innumerables sufrimientos y trabajos. Murió en Ubeda el año 1591, con gran fama de santidad y sabiduría, de las que dan testimonio precioso sus escritos espirituales.
      Vida de Pobreza

      Gonzalo de Yepes pertenecía a una buena familia de Toledo, pero como se casó con una joven de clase "inferior", fue desheredado por sus padres y tuvo que ganarse la vida como tejedor de seda. A la muerte de Gonzalo, su esposa, Catalina Alvarez, quedó en la miseria y con tres hijos. Jitan, que era el menor, nació en Fontiveros, en Castilla la vieja, en 1542.
      Asistió a una escuela de niños pobres en Medina del Campo y empezó a aprender el oficio de tejedor, pero como no tenía aptitudes, entró más tarde a trabajar como criado del director del hospital de Medina del Campo. Así pasó siete años. Al mismo tiempo que continuaba sus estudios en el colegio de los jesuitas, practicaba rudas mortificaciones corporales.
      A los veintiún años, tomó el hábito en el convento de los carmelitas de Medina del Campo. Su nombre de religión era Juan de San Matías. Después de hacer la profesión, pidió y obtuvo permiso para observar la regla original del Carmelo, sin hacer uso de las mitigaciones (permisos para relajar las reglas) que varios Pontífices habían aprobado y eran entonces cosa común en todos los conventos.
      San Juan hubiese querido ser hermano lego, pero sus superiores no se lo permitieron. Tras haber hecho con éxito sus estudios de teología, fue ordenado sacerdote en 1567. Las gracias que recibió con el sacerdocio le encendieron en deseos de mayor retiro, de suerte que llegó a pensar en ingresar en la Cartuja.
      Conoce a Santa Teresa

      Santa Teresa fundaba por entonces los conventos de la rama reformada de las carmelitas. Cuando oyó hablar del hermano Juan, en Medina del Campo, la santa se entrevistó con él, quedó admirada de su espíritu religioso y le dijo que Dios le llamaba a santificarse en la orden de Nuestra Señora del Carmen. También le refirió que el prior general le había dado permiso de fundar dos conventos reformados para hombres y que él debía ser su primer instrumento en esa gran empresa. La reforma del Carmelo que lanzaron Santa Teresa y San Juan no fue con intención de cambiar la orden o "modernizarla" sino mas bien para restaurar y revitalizar su cometido original el cual se había mitigado mucho. Al mismo tiempo que lograron ser fieles a los orígenes, la santidad de estos reformadores infundió una nueva riqueza a los carmelitas que ha sido recogida en sus escritos y en el ejemplo de sus vidas y sigue siendo una gran riqueza de espiritualidad.
      Poco después, se llevó a cabo la fundación del primer convento de carmelitas descalzos, en una ruinosa casa de Duruelo. San Juan entró en aquel nuevo Belén con perfecto espíritu de sacrificio. Unos dos meses después, se le unieron otros dos frailes. Los tres renovaron la profesión el domingo de Adviento de 1568, y nuestro santo tomó el nombre de Juan de la Cruz. Fue una elección profética. Poco a poco se extendió la fama de ese oscuro convento de suerte que Santa Teresa pudo fundar al poco tiempo otro en Pastrana y un tercero en Mancera, a donde trasladó a los frailes de Duruelo. En 1570, se inauguró el convento de Alcalá, que era a la vez colegio de la universidad; San Juan fue nombrado rector.
      Con su ejemplo, San Juan supo inspirar a los religiosos e1 espíritu de soledad, humildad y mortificación. Pero Dios, que quería purificar su corazón de toda debilidad y apego humanos, le sometió a las más severas pruebas interiores y exteriores. Después de haber gozado de las delicias de la contemplación, San Juan se vio privado de toda devoción. A este período de sequedad espiritual se añadieron la turbación, los escrúpulos y la repugnancia por los ejercicios espirituales. En tanto que el demonio le atacaba con violentas tentaciones, los hombres le perseguían con calumnias.
      La prueba más terrible fue sin duda la de los escrúpulos y la desolación interior, que el santo describe en "La Noche Oscura del Alma". A esto siguió un período todavía más penoso de oscuridad, sufrimiento espiritual y tentaciones, de suerte que San Juan se sentía como abandonado por Dios. Pero la inundación de luz y amor divinos que sucedió a esta prueba, fue el premio de la paciencia con que la había soportado el siervo de Dios.
      En cierta ocasión, una mujer muy atractiva tentó descaradamente a San Juan. En vez de emplear el tizón ardiente, como lo había hecho Santo Tomás de Aquino en una ocasión semejante, Juan se valió de palabras suaves para hacer comprender a la pecadora su triste estado. El mismo método empleó en otra ocasión, aunque en circunstancias diferentes, para hacer entrar en razón a una dama de temperamento tan violento, que el pueblo le había dado el apodo de "Roberto el diablo".
      Glorias para Dios

      En 1571, Santa Teresa asumió por obediencia el oficio de superiora en el convento no reformado de la Encarnación de Avila y llamó a su lado , San Juan de la Cruz para que fuese su director espiritual y su confesor. La santa escribió a su hermana: "Está obrando maravillas aquí. El pueblo le tiene por santo. En mi opinión, lo es y lo ha sido siempre." Tanto los religiosos como los laicos buscaban a San Juan, y Dios confirmó su ministerio con milagros evidentes.
      Entre tanto, surgían graves dificultades entre los carmelitas descalzos y los mitigados. Aunque el superior general había autorizado a Santa Teresa a emprender la reforma, los frailes antiguos la consideraban como una rebelión contra la orden; por otra parte, debe reconocerse que algunos de los descalzos carecían de tacto y exageraban sus poderes y derechos. Como si eso fuera poco, el prior general, el capítulo general y los nuncios papales, daban órdenes contradictorias. Finalmente, en 1577, el provincial de Castilla mandó a San Juan que retornase al convento de Medina del Campo. El santo se negó a ello, alegando que había sido destinado a Avila por el nuncio del Papa. Entonces el provincial envió un grupo de hombres armados, que irrumpieron en el convento de Avila y se llevaron a San Juan por la fuerza. Sabiendo que el pueblo de Avila profesaba gran veneración al santo, le trasladaron a Toledo.
      Como Juan se rehusase a abandonar la reforma, le encerraron en una estrecha y oscura celda y le maltrataron increíblemente. Ello demuestra cuán poco había penetrado el espíritu de Jesucristo en aquellos que profesaban seguirlo.
      Sufrimiento y unión con Dios

      La celda de San Juan tenía unos tres metros de largo por dos de ancho. La única ventana era tan pequeña y estaba tan alta, que el santo, para leer e1 oficio, tenía que ponerse de pie sobre un banquillo. Por orden de Jerónimo Tostado, vicario general de los carmelitas de España y consultor de la Inquisición, se le golpeó tan brutalmente, que conservó las cicatrices hasta la muerte. Lo que sufrió entonces San Juan coincide exactamente con las penas que describe Santa Teresa en la "Sexta Morada": insultos, calumnias, dolores físicos, angustia espiritual y tentaciones de ceder. Más tarde dijo: "No os extrañe que ame yo mucho el sufrimiento. Dios me dio una idea de su gran valor cuando estuve preso en Toledo".
      Los primeros poemas de San Juan que son como una voz que clama en el desierto, reflejan su estado de ánimo:
      En dónde te escondiste,Amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste,habiéndome herido;salí tras ti clamando, y eras ido.
      El prior Maldonado penetró la víspera de la Asunción en aquella celda que despedía un olor pestilente bajo el tórrido calor del verano y dio un puntapié al santo, que se hallaba recostado, para anunciarle su visita. San Juan le pidió perdón, pues la debilidad le había impedido levantarse en cuanto lo vio entrar. "Parecíais absorto. ¿En qué pensabais?", le dijo Maldonado.
      "Pensaba yo en que mañana es fiesta de Nuestra Señora y sería una gran felicidad poder celebrar la misa", replicó Juan.
      "No lo haréis mientras yo sea superior", repuso Maldonado.
      En la noche del día de la Asunción, la Santísima Virgen se apareció a su afligido siervo, y le dijo: "Sé paciente, hijo mío; pronto terminará esta Prueba."
      Algunos días más tarde se le apareció de nuevo y le mostró, en visión, una ventana que daba sobre el Tajo: "Por ahí saldrás y yo te ayudaré." En efecto, a los nueve meses de prisión, se concedió al santo la gracia de hacer unos minutos de ejercicio. Juan recorrió el edificio en busca de la ventana que había visto. En cuanto la hubo reconocido, volvió a su celda. Para entonces ya había comenzado a aflojar las bisagras de la puerta. Esa misma noche consiguió abrir la puerta y se descolgó por una cuerda que había fabricado con sábanas y vestidos. Los dos frailes que dormían cerca de la ventana no le vieron. Como la cuerda era demasiado corta, San Juan tuvo que dejarse caer a lo largo de la muralla hasta la orilla del río, aunque felizmente no se hizo daño. Inmediatamente, siguió a un perro que se metió en un patio. En esa forma consiguió escapar. Dadas las circunstancias, su fuga fue un milagro.
      Gran guía y director espiritual
      El santo se dirigió primero al convento reformado de Beas de Segura y después pasó a la ermita cercana de Monte Calvario. En 1579, fue nombrado superior del colegio de Baeza y, en 1581, fue elegido superior de Los Mártires, en las cercanías de Granada. Aunque era el fundador y jefe espiritual de los carmelitas descalzos, en esa época participó poco en las negociaciones y sucesos que culminaron con el establecimiento de la provincia separada de Los Descalzos, en 1580. En cambio, se consagró a escribir las obras que han hecho de él un doctor de teología mística en la Iglesia.
      La doctrina de San Juan es plenamente fiel a la tradición antigua: el fin del hombre en la tierra es alcanzar "Perfección de la caridad y elevarse a la dignidad de hijo de Dios por el amor"; la contemplación no es por sí misma un fin, sino que debe conducir al amor y a la unión con Dios por el amor y, en último término, debe llevar a la experiencia de esa unión a la que todo está ordenado. "No hay trabajo mejor ni mas necesario que el amor", dice el santo. "Hemos sido hechos para el amor." El único instrumento del que Dios se sirve es el amor." "Así como el Padre y e1 Hijo están unidos por el amor, así el amor es el lazo de unión del alma con Dios".
      El amor lleva a las alturas de la contemplación, pero como que amor es producto de la fe, que es el único puente que puede salvar el abismo separa a nuestra inteligencia de la infinitud de Dios, la fe ardiente y vívida el principio de la experiencia mística. San Juan no se cansó nunca de inculcar esa doctrina tradicional con su estilo maravilloso y sus ardientes palabras.
      Las verdades que enseñó no deben empañarse por las prácticas que puedan ser exageradas. Al mismo tiempo se ha de tener quidado en discernir que es exageración. ¿Cual es nuestro punto de referencia?, ¿Fueron todos los santos exagerados?, ¿Fue Jesucristo exagerado, aceptando morir en la Cruz?. ¿O no será mas bien que nosotros no sabemos amar hasta el extremo?.
      Dios no pide lo mismo a todos. El sabe la capacidad y el corazón de cada uno. El amor expande el corazón y las capacidades de entrega.
      Solía pedir a Dios tres cosas: que no dejase pasar un solo día de su vida sin enviarle sufrimientos, que no le dejase morir en el cargo de superior y que le permitiese morir en la humillación y el desprecio.
      Con su confianza en Dios (llamaba a la Divina Providencia el patrimonio de los pobres), obtuvo milagrosamente en algunos casos provisiones para sus monasterios. Con frecuencia estaba tan absorto en Dios, que debía hacerse violencia para atender los asuntos temporales.
      Su amor de Dios hacía que su rostro brillase en muchas ocasiones, sobre todo al volver de celebrar la misa. Su corazón era como una ascua ardiente en su pecho, hasta el punto de que llegaba a quemarle la piel. Su experiencia en las cosas espirituales, a la que se añadía la luz del Espíritu Santo, hacían de un consumado maestro en materia de discreción de espíritus, de modo que no era fácil engañarle diciéndole que algo procedía de Dios.
      Juan dormía unas dos o tres horas y pasaba el resto de la noche orando ante el Santísimo Sacramento.
      Pruebas y más pruebas

      Después de la muerte de Santa Teresa, ocurrida en 1582, se hizo cada vez más pronunciada una división entre los descalzos. San Juan apoyaba la política de moderación del provincial, Jerónimo de Castro, en tanto que el P. Nicolás Doria, que era muy extremoso, pretendía independizar absolutamente a los descalzos de la otra rama de la orden.
      El P. Nicolás fue elegido provincial y el capítulo general nombró a Juan vicario de Andalucía. El santo se consagró a corregir ciertos abusos, especialmente los que procedían del hecho de que los frailes tuviesen que salir del monasterio a predicar. El santo opinaba que la vocación de los descalzos era esencialmente contemplativa. Ello provocó oposición contra él.
      San Juan fundó varios conventos y, al expirar su período de vicario, fue nombrado superior de Granada. Entre tanto, la idea del P. Nicolás había ganado mucho terreno y el capítulo general que se reunió en Madrid en 1588, obtuvo de la Santa Sede un breve que autorizaba una separación aún más pronunciada entre los descalzos y los mitigados. A pesar de las protestas de algunos, se privó al venerable P. Jerónimo Gracián de toda autoridad y se nombró vicario general al P. Doria. La provincia se dividió en seis regiones, cada una de las cuales nombró a un consultor para ayudar al P. Gracián en el gobierno de la congregación. San Juan fue uno de los consultores.
      La innovación produjo grave descontento, sobre todo entre las religiosas. La venerable Ana de Jesús, que era entonces superiora del convento de Madrid, obtuvo de la Santa Sede un breve de confirmación de las constituciones, sin consultar el asunto con el vicario general. Finalmente, se llegó a un compromiso en ese asunto. Sin embargo, en el capítulo general de Pentecostés de 1591, San Juan habló en defensa del P. Gracián y de las religiosas.
      El P. Doria, que siempre había creído que el santo estaba aliado con sus enemigos, aprovechó la ocasión para privarle de todos sus cargos y le envió como simple fraile al remoto convento de La Peñuela. Ahí pasó San Juan algunos meses entregado a la meditación y la oración en las montañas, "porque tengo menos materia de confesión cuando estoy entre las peñas que cuando estoy entre los hombres."
      Pero no todos estaban dispuestos a dejar en paz al santo, ni siquiera en aquel rincón perdido. Siendo vicario provincial, San Juan, durante la visita al convento de Sevilla, había llamado al orden a dos frailes y había restringido sus licencias de salir a predicar. Por entonces, los dos frailes se sometieron pero un consultor de la congregación recorrió toda la provincia tomando informes sobre la vida y conducta de San Juan, lanzando acusaciones contra él, afirmando que tenía pruebas suficientes para hacerle expulsar de la orden. Muchos de los frailes prefirieron seguir la corriente adversa a Juan que decir la verdad que hace justicia. Algunos llegaron hasta quemar sus cartas para no caer en desgracia.
      En medio de esa tempestad San Juan cayó enfermo. El provincial le mandó salir del convento de Peñuela y le dio a escoger entre el de Baeza y el de Ubeda. El primero de esos conventos estaba mejor provisto y tenía por superior a un amigo del santo. En el otro era superior el P. Francisco, a quien San Juan había corregido junto con el P. Diego. Ese fue el convento que escogió.
      La fatiga del viaje empeoró su estado y le hizo sufrir mucho. Con gran paciencia, se sometió a varias operaciones. El indigno superior le trató inhumanamente, prohibió a los frailes que le visitasen, cambió al enfermero porque le atendía con cariño, sólo le permitía comer los alimentos ordinarios y ni siquiera le daba los que le enviaban algunas personas de fuera. Cuando el provincial fue a Ubeda y se enteró de la situación, hizo cuanto pudo por San Juan y reprendió tan severamente al P. Francisco, que éste abrió los ojos y se arrepintió.
      Santo y Doctor de la Iglesia
      Después de tres meses de sufrimientos muy agudos, el santo falleció el 14 de diciembre de 1591.
      En su muerte no se había disipado todavía la tempestad que la ambición del P. Nicolás y el espíritu de venganza del P. Diego habían provocado contra él en la congregación de la que había sido cofundador y cuya vida había sido el primero en llevar.
      La muerte del santo trajo consigo la revalorización de su vida y tanto el clero como los fieles acudieron en masa a sus funerales. Dios quiso que se despejaran las tinieblas y se vieses su vida auténtica para edificación de muchas almas. Sus restos fueron trasladados a Segovia, pues en dicho convento había sido superior por última vez.
      Fue canonizado en 1726
      Santa Teresa había visto en Juan un alma muy pura, a la que Dios había comunicado grandes tesoros de luz y cuya inteligencia había sido enriquecida por el cielo. Los escritos del santo justifican plenamente este juicio de Santa Teresa, particularmente los poemas de la "Subida al Monte Carmelo", la "Noche Oscura del Alma", la "Llama Viva de Amor" y el "Cántico Espiritual", con sus respectivos comentarios. Así lo reconoció la Iglesia en 1926, al proclamar doctor a San Juan de la Cruz por sus obras Místicas.
      La doctrina de San Juan se resume en el amor del sufrimiento y el completo abandono del alma en Dios. Ello le hizo muy duro consigo mismo; en cambio, con los otros era bueno, amable y condescendiente. Por otra parte, el santo no ignoraba ni temía las cosas materiales, puesto que dijo: "Las cosas naturales son siempre hermosas; son como las migajas de la mesa del Señor."
      San Juan de la Cruz vivió la renuncia completa que predicó tan persuasivamente. Pero a diferencia de otros menores que él, fue "libre, como libre es el espíritu de Dios". Su objetivo no era la negación y el vacío, sino la plenitud del amor divino y la unión sustancial del alma con Dios. "Reunió en sí mismo la luz extática de la Sabiduría Divina con la locura estremecida de Cristo despreciado".
      SAN JUAN DE LA CRUZ
      LIBRO SEGUNDO, en que trata del medio próximo para subir a la unión de Dios, que es la fe; y así se trata de la segunda parte de esta noche, que decíamos pertenecer el espíritu, contenida en la segunda canción, que es la que se sigue.CANCIÓN SEGUNDA
      CAPÍTULO 1A oscuras y segura,por la secreta escala, disfrazada,¡oh dichosa ventura!,a oscuras y en celada,estando ya mi casa sosegada. 1. En esta segunda canción canta el alma la dichosa ventura que tuvo en desnudar el espíritu de todas las imperfecciones espirituales y apetitos de propiedad en lo espiritual. Lo cual le fue muy mayor ventura, por la mayor dificultad que hay en sosegar esta casa de la parte espiritual, y poder entrar en esta oscuridad interior, que es la desnudez espiritual de todas las cosas, así sensuales como espirituales, sólo estribando en pura fe y subiendo por ella a Dios.Que, por eso, la llama aquí escala y secreta, porque todos los grados y artículos que ella tiene son secretos y escondidos a todo sentido y entendimiento. Y así, se quedó ella a oscuras de toda lumbre de sentido y entendimiento, saliendo de todo límite natural y racional para subir por esta divina escala de la fe, que escala y penetra hasta lo profundo de Dios (1 Cor. 2, 10).
      Por lo cual dice que iba disfrazada, porque llevaba el traje y vestido y término natural mudado en divino, subiendo por fe. Y así era causa este disfraz de no ser conocida ni detenida de lo temporal, ni de lo racional, ni del demonio, porque ninguna de estas cosas puede dañar al que camina en fe.Y no sólo eso, sino que va el alma tan encubierta y escondida y ajena de todos los engaños del demonio, que verdaderamente camina, como también aquí dice, a oscuras y en celada, es a saber, para el demonio, al cual la luz de la fe le es más que tinieblas. Y así, el alma que por ella camina le podemos decir que en celada y encubierta al demonio camina, como adelante se verá más claro. 2. Por eso dice que salió a oscuras y segura, porque el que tal ventura tiene que puede caminar por la oscuridad de la fe, tomándola por guía de ciego, saliendo él de todas las fantasmas naturales y razones espirituales, camina muy al seguro, como habemos dicho. Y así dice que también salió por esta noche espiritual estando ya su casa sosegada, es a saber, la parte espiritual y racional, de la cual, cuando el alma llega a la unión de Dios, tiene sosegadas sus potencias naturales, y los ímpetus y ansias en la parte espiritual. Que por eso no dice aquí que salió con ansias, como en la primera noche del sentido, porque, para ir en la noche del sentido y desnudarse de lo sensible, eran menester ansias de amor sensible para acabar de salir; pero, para acabar de sosegar la casa del espíritu, sólo se requiere negación de todas las potencias y gustos y apetitos espirituales en pura fe. Lo cual hecho, se junta el alma con el Amado en una unión de sencillez, y pureza, y amor, y semejanza. 3. Y es de saber que la primera canción, hablando acerca de la parte sensitiva, dice que salió en noche oscura; y aquí, hablando acerca de la parte espiritual, dice que salió a oscuras, por ser muy mayor la tiniebla de la parte espiritual, así como la oscuridad es mayor tiniebla que la de la noche, porque, por oscura que una noche sea, todavía se ve algo, pero en la oscuridad no se ve nada. Y así, en la noche del sentido todavía queda alguna luz, porque queda el entendimiento y razón, que no se ciega. Pero esta noche espiritual, que es la fe, todo lo priva, así en entendimiento como en sentido. Y, por eso, dice el alma en ésta que iba a oscuras y segura, lo cual no lo dijo en la otra; porque cuanto menos el alma obra con habilidad propia, va más segura, porque va más en fe.Y esto se irá bien declarando por extenso en este segundo libro, en el cual será necesario que el devoto lector vaya con atención, porque en él se han de decir cosas bien importantes para el verdadero espíritu. Y, aunque ellas son algo oscuras, de tal manera se abre camino de unas para otras, que entiendo se entenderá todo muy bien.CAPÍTULO 11Del impedimento y daño que puede haber en las aprehensiones del entendimiento por vía de lo que sobrenaturalmente se representa a los sentidos corporales exteriores y cómo el alma se ha de haber en ellas.1. Las primeras noticias que habemos dicho en el precedente capítulo son las que pertenecen al entendimiento por vía natural. De las cuales, porque habemos ya tratado en el primer libro, donde encaminamos al alma en la noche del sentido, no hablaremos aquí palabra, porque allí dimos doctrina congrua para el alma acerca de ellas.Por tanto, lo que habemos de tratar en el presente capítulo será de aquellas noticias y aprehensiones que solamente pertenecen al entendimiento sobrenaturalmente por vía de los sentidos corporales exteriores, que son: ver, oír, oler, gustar y tocar. Acerca de todas las cuales pueden y suelen nacer a los espirituales representaciones y objetos sobrenaturales. Porque acerca de la vista se les suele representar figuras y personajes de la otra vida, de algunos santos y figuras de ángeles, buenos y malos, y algunas luces y resplandores extraordinarios. Y con los oídos oír algunas palabras extraordinarias, ahora dichas por esas figuras que ven, ahora sin ver quién las dice. En el olfato sienten a veces olores suavísimos sensiblemente, sin saber de dónde proceden.También en el gusto acaece sentir muy suave sabor, y en el tacto grande deleite, y a veces tanto, que parece que todas las médulas y huesos gozan y florecen y se bañan en deleite; cual suele ser la que llaman unción del espíritu, que procede de él a los miembros de las limpias almas. Y este gusto del sentido es muy ordinario a los espirituales, porque del afecto y devoción del espíritu sensible les procede más o menos a cada cual en su manera. 2. Y es de saber que, aunque todas estas cosas pueden acaecer a los sentidos corporales por vía de Dios, nunca jamás se han de asegurar en ellas ni las han de admitir, antes totalmente han de huir de ellas, sin querer examinar si son buenas o malas. Porque así como son más exteriores y corporales, así tanto menos ciertas son de Dios. Porque más propio y ordinario le es a Dios comunicarse al espíritu, en lo cual hay más seguridad y provecho para el alma, que al sentido, en el cual ordinariamente hay mucho peligro y engaño, por cuanto en ellas se hace el sentido corporal juez y estimador de las cosas espirituales, pensando que son así como lo siente, siendo ellas tan diferentes como el cuerpo del alma y la sensualidad de la razón. Porque tan ignorante es el sentido corporal de las cosas razonales, espirituales digo, como un jumento de las cosas razonales, y aún más. 3. Y así, yerra mucho el que las tales cosas estima, y en gran peligro se pone de ser engañado, y, por lo menos, tendrá en sí total impedimento para ir a lo espiritual; porque todas aquellas cosas corporales no tienen, como habemos dicho, proporción alguna con las espirituales. Y así, siempre se han de tener las tales cosas por más cierto ser del demonio que de Dios: el cual en lo más exterior y corporal tiene más mano, y más fácilmente puede engañar en esto que en lo que es más interior y espiritual.4. Y estos objetos y formas corporales, cuanto ellos en sí son más exteriores, tanto menos provecho hacen al interior y al espíritu, por la mucha distancia y poca proporción que hay entre lo que es corporal y espiritual. Porque aunque de ellas se comunique algún espíritu (como se comunica siempre que son de Dios) es mucho menos que si las mismas cosas fueran más espirituales e interiores. Y así, son muy fáciles y ocasionadas para criar error y presunción, y vanidad en el alma; porque, como son tan palpables y materiales, mueven mucho al sentido, y parécele al juicio del alma que es más por ser más sensible, y vase tras ello, desamparando a la fe, pensando que aquella luz es la guía y medio de su pretensión, que es la unión de Dios; y pierde más el camino y medio que es la fe, cuanto más caso hace de las tales cosas.5. Y, además de eso, como ve el alma que le suceden tales cosas y extraordinarias, muchas veces se le ingiere secretamente cierta opinión de sí de que ya es algo delante de Dios, lo cual es contra humildad. Y también el demonio sabe ingerir en el alma satisfacción de sí oculta, y a veces harto manifiesta. Y, por eso, él pone muchas veces estos objetos en los sentidos, demostrando a la vista figuras de santos y resplandores hermosísimos, y palabras a los oídos harto disimuladas, y olores muy suaves, y dulzuras en la boca, y en el tacto deleite, para que, engolosinándolos por allí, los induzca en muchos males.Por tanto, siempre se han de desechar tales representaciones y sentimientos, porque, dado caso que algunas sean de Dios, no por eso se hace a Dios agravio ni se deja de recibir el efecto y fruto que quiere Dios por ellas hacer al alma, porque el alma las deseche y no las quiera.6. La razón de esto es porque la visión corporal o sentimiento en alguno de los otros sentidos, así como también en otra cualquiera comunicación de las más interiores, si es de Dios, en ese mismo punto que parece o se siente hace su efecto en el espíritu, sin dar lugar que el alma tenga tiempo de deliberación en quererlo o no quererlo. Porque, así como Dios da aquellas cosas sobrenaturalmente sin diligencia bastante y sin habilidad de ella, (así, sin la diligencia y habilidad de ella), hace Dios el efecto que quiere con las tales cosas en ella, porque es cosa que se hace y obra pasivamente en el espíritu. Y así, no consiste en querer o no querer, para que sea o deje de ser, así como si a uno echasen fuego estando desnudo, poco aprovecharía no querer quemarse; porque el fuego por fuerza había de hacer su efecto. Y así son las visiones y representaciones buenas, que, aunque el alma no quiera, hacen su efecto en ella primera y principalmente que en el cuerpo. También las que son (de) parte del demonio, sin que el alma las quiera, causan en ella alboroto o sequedad, o vanidad o presunción en el espíritu. Aunque éstas no son de tanta eficacia en el alma como las de Dios en el bien; porque las del demonio sólo pueden poner primeros movimientos en la voluntad y no moverla a más si ella no quiere, y alguna inquietud que no dura mucho, si el poco ánimo y recato del alma no da causa que dure. Mas las que son de Dios penetran el alma, y mueven la voluntad a amar, y dejan su efecto, al cual no puede el alma resistir aunque quiera, más que la vidriera al rayo del sol cuando da en ella. 7. Por tanto, el alma nunca se ha de atrever a quererlas admitir, aunque, como digo, sean de Dios, porque, si las quiere admitir, hay seis inconvenientes:El primero, que se le va disminuyendo la fe, porque mucho derogan a la fe las cosas que se experimentan con los sentidos; porque la fe, como habemos dicho, es sobre todo sentido. Y así apártase del medio de la unión de Dios, no cerrando los ojos del alma a todas esas cosas de sentido.Lo segundo, que son impedimento para el espíritu si no se niegan, porque se detiene en ellas el alma y no vuela el espíritu a lo invisible. De donde una de las causas por donde dijo el Señor (Jn. 16, 7) a sus discípulos que les convenía que él se fuese para que viniese el Espíritu Santo, era ésta. Así como tampoco dejó a María Magdalena (Jn. 20, 17) que llegase a sus pies después de resucitado, porque se fundase en fe.Lo tercero es que va el alma teniendo propiedad en las tales cosas y no camina a la verdadera resignación y desnudez de espíritu. Lo cuarto, que va perdiendo el efecto de ellas y el espíritu que causan en lo interior, porque pone los ojos en lo sensual de ellas, que es lo menos principal. Y así, no recibe tan copiosamente el espíritu que causan, el cual se imprime y conserva más negando todo lo sensible, que es muy diferente del puro espíritu.Lo quinto, que va perdiendo las mercedes de Dios, porque las va tomando con propiedad y no se aprovecha bien de ellas. Y tomándolas con propiedad y no aprovechándose de ellas, es quererlas tomar; porque no se las da Dios para que el alma las quiera tomar, pues que nunca se ha de determinar el alma a creer que son de Dios.Lo sexto es que en quererlas admitir abre puerta al demonio para que le engañe en otras semejantes, las cuales sabe él muy bien disimular y disfrazar, de manera que parezcan a las buenas; pues puede, como dice el Apóstol (2 Cor. 11, 14) transfigurarse en ángel de luz. De lo cual trataremos después, mediante el favor divino, en el libro tercero, en el capítulo de gula espiritual.8. Por tanto, siempre conviene al alma desecharlas a ojos cerrados, sean de quien se fueren. Porque, si no lo hiciese, tanto lugar daría a las del demonio, y al demonio tanta mano, que no sólo a vueltas de las unas recibiría las otras, mas de tal manera irían multiplicándose las del demonio y cesando las de Dios, que todo se vendría a quedar en demonio y nada de Dios; como ha acaecido a muchas almas incautas y de poco saber, las cuales de tal manera se aseguraron en recibir estas cosas, que muchas de ellas tuvieron mucho que hacer en volver a Dios en la pureza de la fe, y muchas no pudieron volver, habiendo ya el demonio echado en ellas muchas raíces. Por eso es bueno cerrarse en ellas y negarlas todas, porque en las malas se quitan los errores del demonio, y en las buenas el impedimento de la fe, y coge el espíritu el fruto de ellas. Y así como cuando las admite las va Dios quitando, porque en ellas tienen propiedad, no aprovechándose ordenadamente de ellas, y va el demonio ingiriendo y aumentando las suyas, porque halla lugar y causa para ellas; así, cuando el alma está resignada y contraria a ellas, el demonio va cesando de que ve que no hace daño, y Dios, por el contrario, va aumentando y aventajando las mercedes en aquel alma humilde y desapropiada, haciéndola sobre lo mucho, como al siervo que fue fiel en lo poco (Mt. 25, 21).9. En las cuales mercedes, si todavía el alma fuere fiel y retirada, no parará el Señor hasta subirla de grado en grado hasta la divina unión y transformación. Porque Nuestro Señor de tal manera va probando al alma y levantándola, que primero la da cosas muy exteriores y bajas según el sentido, conforme a su poca capacidad, para que, habiéndose ella como debe, tomando aquellos primeros bocados con sobriedad para fuerza y sustancia, la lleve a más y mejor manjar. De manera que, si venciere al demonio en lo primero, pasará a lo segundo; y si también en lo segundo, pasará a lo tercero; y de ahí adelante todas las siete mansiones, hasta meterla el Esposo en la cela vinaria (Ct. 2, 47) de su perfecta caridad, que son los siete grados de amor.10. ¡Dichosa el alma que supiere pelear contra aquella bestia del Apocalipsis (12, 3), que tiene siete cabezas, contrarias a estos siete grados de amor, con las cuales contra cada uno hace guerra, y con cada una pelea con el alma en cada una de estas mansiones, en que ella está ejercitando y ganando cada grado de amor de Dios! Que, sin duda, que si ella fielmente peleare en cada una y venciere, merecerá pasar de grado en grado y de mansión en mansión hasta la última, dejando cortadas a la bestia sus siete cabezas, con que le hacía la guerra furiosa, tanto que dice allí san Juan que le fue dado que pelease contra los santos y los pudiese vencer en cada uno de estos grados de amor, poniendo contra cada uno armas y municiones bastantes (ib. 13, 1­7). Y así, es mucho de doler que muchos, entrando en esta batalla espiritual contra la bestia, aún no sean para cortarle la primera cabeza, negando las cosas sensuales del mundo. Y ya que algunos acaban consigo y se la cortan, no le cortan la segunda, que es las visiones del sentido de que vamos hablando. Pero lo que más duele es que algunos, habiendo cortado no sólo segunda y primera, sino aun la tercera (que es acerca de los sentidos sensitivos interiores, pasando de estado de meditación, y aun más adelante) al tiempo de entrar en lo puro del espíritu, los vence esta espiritual bestia, y vuelve a levantar contra ellos y a resucitar hasta la primera cabeza, y hácense las postrimerías de ellos peores que las primerías en su recaída, tomando otros siete espíritus consigo peores que él (Lc. 11, 26).11. Ha, pues, el espiritual de negar todas las aprehensiones con los deleites temporales que caen en los sentidos exteriores, si quiere cortar la primera cabeza y segunda a esta bestia, entrando en el primer aposento de amor, y segundo de viva fe, no queriendo hacer presa ni embarazarse con lo que se les da a los sentidos, por cuanto es lo que más deroga a la fe. 12. Luego claro está que estas visiones y aprehensiones sensitivas no pueden ser medio para la unión, pues que ninguna proporción tienen con Dios. Y una de las causas por que no quería Cristo que le tocase la Magdalena (Jn. 20, 17) y santo Tomás (Jn. 20, 29) era ésta.Y así el demonio gusta mucho cuando una alma quiere admitir revelaciones y la ve inclinada a ellas, porque tiene él entonces mucha ocasión y mano para ingerir errores y derogar en lo que pudiere a la fe; porque, como he dicho grande rudeza se pone en el alma que las quiere acerca de ella, y aun a veces hartas tentaciones e impertinencia.CAPÍTULO 16En que se trata de las aprehensiones imaginarias que sobrenaturalmente se representan en la fantasía. Dice cómo no pueden servir al alma de medio próximo para la unión con Dios.1. Ya que habemos tratado de las aprehensiones que naturalmente pueden en sí recibir y en ellas obrar con (su) discurso la fantasía e imaginativa, conviene aquí tratar de las sobrenaturales, que se llaman visiones imaginarias, que también, por estar ellas debajo de imagen y forma y figura, pertenecen a este sentido, ni más ni menos que las naturales. 2. Y es de saber que, debajo de este nombre de visiones imaginarias, queremos entender todas las cosas que debajo de imagen, forma, y figura y especie sobrenaturalmente se pueden representar a la imaginación. Porque todas las aprehensiones y especies que de todos los cinco sentidos corporales se representan a él y en él hacen asiento por vía natural, pueden por vía sobrenatural tener lugar en él y representársele sin ministerio alguno de los sentidos exteriores. Porque este sentido de la fantasía, junto con la memoria, es como un archivo y receptáculo del entendimiento, en que se reciben todas las formas e imágenes inteligibles: y así, como si fuese un espejo, las tiene en sí, habiéndolas recibido por vía de los cinco sentidos, o, como decimos, sobrenaturalmente; y así las representa al entendimiento, y allí el entendimiento las considera y juzga de ellas. Y no sólo puede eso, mas aún puede componer e imaginar otras a la semejanza de aquellas que allí conoce.3. Es, pues, de saber que, así como los cinco sentidos exteriores representan las imágenes y especies de sus objetos a estos interiores, así sobrenaturalmente, como decimos, sin los sentidos exteriores puede Dios y el demonio representar las mismas imágenes y especies, y mucho más hermosas y acabadas. De donde, debajo de estas imágenes muchas veces representa Dios al alma muchas cosas, y la enseña mucha sabiduría; como a cada paso se ve en la sagrada Escritura, como (vio) Isaías a Dios en su gloria debajo del humo que cubría el templo y de los serafines que cubrían con las alas el rostro y los pies (6, 2­4); Jeremías la vara que velaba (1, 11), Daniel multitud de visiones (7, 10), etc.Y también el demonio procura con las suyas, aparentemente buenas, engañar al alma, como es de ver en el de los Reyes (3 Re. 22, 11), cuando engañó a todos los profetas de Acab, representándoles en la imaginación los cuernos con que dijo había de destruir a los asirios, y fue mentira. Y las visiones que tuvo la mujer de Pilatos (Mt. 27, 19) sobre que no condenase a Cristo, y otros muchos lugares. Donde se ve cómo, en este espejo de la fantasía e imaginativa, estas visiones imaginarias acaecen a los aprovechados más frecuentemente que las corporales exteriores. Estas, como decimos, no se diferencian de las que entran por los sentidos exteriores en cuanto imágenes y especies; pero, en cuanto al efecto que hacen y perfección de ellas, mucha diferencia hay, porque son más sutiles y hacen más efecto en el alma, por cuanto son sobrenaturales y más interiores que las sobrenaturales exteriores. Aunque no se quita por eso que algunas corporales de estas exteriores hagan más efecto; que, en fin, es como Dios quiere que sea la comunicación. Pero hablamos en cuanto es de parte de ellas, por cuanto son más espirituales.4. Este sentido de la imaginación y fantasía es donde ordinariamente acude el demonio con sus ardides, ahora naturales, ahora sobrenaturales; porque ésta es la puerta y entrada para el alma, y como habemos dicho, aquí viene el entendimiento a tomar y dejar, como a puerta o plaza de su provisión. Y por eso siempre Dios y también el demonio acuden aquí con sus joyas de imágenes y formas sobrenaturales para ofrecerlas al entendimiento; puesto que Dios no sólo se aprovecha de este medio para instruir al alma, pues mora sustancialmente en ella, y puede por sí y por otros medios.5. Y no hay para qué yo aquí me detenga en dar doctrina de indicios para que se conozcan cuáles visiones serán de Dios y cuáles no, y cuáles en una manera y cuáles en otra; pues mi intento aquí no es ése, sino sólo instruir al entendimiento en ellas, para que no se embarace e impida para la unión con la divina Sabiduría con las buenas, ni se engañe en las falsas.6. Por tanto, digo que, de todas estas aprehensiones y visiones imaginarias y otras cualesquiera formas o especies, como ellas se ofrezcan debajo de forma o imagen o alguna inteligencia particular, ahora sean falsas de parte del demonio, ahora se conozcan ser verdaderas de parte de Dios, el entendimiento no se ha de embarazar ni cebar en ellas, ni las ha el alma de querer admitir ni tener, para poder estar desasida, desnuda, pura y sencilla, sin algún modo y manera, como se requiere para la unión. 7. Y de esto la razón es porque todas estas formas ya dichas siempre en su aprehensión se representan, según habemos dicho, debajo de algunas maneras y modos limitados, y la Sabiduría de Dios, en que se ha de unir el entendimiento, ningún modo ni manera tiene, ni cae debajo de algún límite ni inteligencia distinta y particularmente, porque totalmente es pura y sencilla. Y como quiera que, para juntarse dos extremos, cual es el alma y la divina Sabiduría, será necesario que vengan a convenir en cierto medio de semejanza entre sí, de aquí es que también el alma ha de estar pura y sencilla, no limitada ni atenida a alguna inteligencia particular, ni modificada con algún límite de forma, especie e imagen. Que, pues Dios no cae debajo de imagen ni forma, ni cabe debajo de inteligencia particular, tampoco el alma, para caer en Dios, ha de caer debajo de forma e inteligencia distinta.8. Y que en Dios no haya forma ni semejanza, bien lo da a entender el Espíritu Santo en el Deuteronomio (4, 12), diciendo: Vocem verborum eius audistis, et formam penitus non vidistis; que quiere decir: Oísteis la voz de sus palabras, y totalmente no visteis en Dios alguna forma. Pero dice que había allí tinieblas, y nube, y oscuridad, que es la noticia confusa y oscura que habemos dicho, en que se une el alma con Dios. Y luego más adelante (4, 15) dice: Non vidistis aliquam similitudinem in die, qua locutus est vobis Dominus in Horeb de medio ignis, esto es: No visteis vosotros semejanza alguna en Dios en el día que os habló de medio del fuego, en el monte Horeb.9. Y que el alma no pueda llegar a lo alto de Dios, cual en esta vida se puede, por medio de algunas formas y figuras, también lo dice el mismo Espíritu Santo en los Números (12, 6­8), donde, reprehendiendo Dios a Aarón y María, hermanos de Moisés, porque murmuraban contra él, queriendo darles a entender el alto estado en que le había puesto de unión y amistad consigo, dijo: Si quis inter vos fuerit propheta Domini in visione apparebo ei, vel per somnium loquar ad illum. At (non) talis servus meus Moyses, qui in omni domo mea fidelissimus est: ore enim ad os loquor ei, palam, et non per aenigmata et figuras Dominum videt; que quiere decir: Si entre vosotros hubiere algún profeta del Señor, aparecerle he en alguna visión o forma o hablaré con él entre sueños. Pero no hay tal como mi siervo Moisés, que en toda mi casa es fidelísimo y hablo con él boca a boca, y no ve a Dios por comparaciones, semejanzas y figuras. En lo cual se da a entender claro que en este alto estado de unión que vamos hablando, no se comunica Dios al alma mediante algún disfraz de visión imaginaria, o semejanza, o figura, ni la ha de haber; sino que boca a boca, esto es, esencia pura y desnuda de Dios, que es la boca de Dios en amor, con esencia pura y desnuda del alma, que es la boca del alma en amor de Dios. 10. Por tanto, para venir a esta unión de amor de Dios esencial, ha de tener cuidado el alma de no se ir arrimando a visiones imaginarias, ni formas, ni figuras, ni particulares inteligencias, pues no le pueden servir de medio proporcionado y próximo para tal efecto; antes le harían estorbo, y por eso las ha de renunciar y procurar de no tenerlas. Porque, si por algún caso se hubiesen de admitir y preciar, era por el provecho que las verdaderas hacen en el alma y buen efecto. Pero para esto no es necesario admitirlas, antes conviene, para mejoría, siempre negarlas. Porque estas visiones imaginarias, el bien que pueden hacer al alma, también como las corporales exteriores que habemos dicho, es comunicarle inteligencia, o amor, o suavidad; pero para que causen este efecto en ella, no es menester que ella las quiera admitir, porque, como también queda dicho arriba, en ese mismo punto que en la imaginación hacen presencia, la hacen en el alma e infunden a la inteligencia y amor, o suavidad, o lo que Dios quiere que causen.Y no sólo juntamente, pero principalmente, aunque no en el mismo tiempo, hacen en el alma su efecto pasivamente, sin ser ella parte para lo poder impedir aunque quisiese, como tampoco lo fue para lo saber adquirir, aunque lo haya sido antes para se saber disponer. Porque, así como la vidriera no es parte para impedir el rayo del sol que da en ella, sino que pasivamente, estando ella dispuesta con limpieza, la esclarece sin su diligencia u obra, así también el alma, aunque ella quiera, no puede dejar de recibir en sí las influencias y comunicaciones de aquellas figuras, aunque más las quisiere resistir; porque a las infusiones sobrenaturales no las puede resistir la voluntad negativa con resignación humilde y amorosa, sino sola la impureza e imperfecciones del alma, como también en la vidriera impiden la claridad las manchas.11. Donde se ve claro que, cuanto más el alma se desnudare con la voluntad y afecto de las aprehensiones de las manchas de aquellas formas, imágenes y figuras en que vienen envueltas las comunicaciones espirituales que habemos dicho, no sólo no se priva de estas comunicaciones y bienes que causan, mas se dispone mucho más para recibirlas con más abundancia, claridad y libertad de espíritu y sencillez, dejadas aparte todas aquellas aprehensiones, que son las cortinas y velos que encubren lo espiritual que allí hay, y así ocupan el espíritu y sentido, si en ellas se quisiese cebar, de manera que sencilla y libremente no se pueda comunicar el espíritu; porque, estando ocupada con aquella corteza, está claro que no tiene libertad el entendimiento para recibir (aquellas formas). De donde, si el alma entonces las quiere admitir y hacer caso de ellas, sería embarazarse y contentarse con lo menos que hay en ellas, que es todo lo que ella puede aprehender y conocer de ellas, lo cual es aquella forma e imagen y particular inteligencia. Porque lo principal de ellas, que es lo espiritual que se le infunde, no sabe ella aprehender ni entender, ni sabe cómo es, ni lo sabría decir, porque es puro espiritual. Solamente lo que de ellas sabe, como decimos, es lo menos que hay en ellas a su modo de entender, que es las formas por el sentido. Y por eso digo que pasivamente, sin que ella ponga su obra de entender y sin saberla poner, se le comunica de aquellas visiones lo que ella no supiera entender ni imaginar.12. Por tanto, siempre se han de apartar los ojos del alma de todas estas aprehensiones que ella puede ver y entender distintamente (lo cual comunica en sentido y no hace fundamento y seguro de fe), y ponerlos en lo que no ve ni pertenece al sentido, sino al espíritu, que no cae en figura de sentido, que es lo que la lleva a la unión en fe, la cual es el propio medio, como está dicho. Y así, le aprovecharán al alma estas visiones en sustancia para fe, cuando bien supiere negar lo sensible e inteligible de ellas y usara bien del fin que Dios tiene en darlas al alma, desechándolas. Porque, como dijimos de las corporales, no las da Dios para que el alma las quiera tomar y poner su asimiento en ellas.13. Pero nace aquí una duda, y es: si es verdad que Dios da al alma las visiones sobrenaturales, no para que ella las quiera tomar, ni arrimarse a ellas, ni hacer caso de ellas, ¿para qué se las da, pues en ellas puede el alma caer en muchos yerros y peligros, o por lo menos en los inconvenientes que aquí se escriben para ir adelante, mayormente pudiendo Dios dar al alma y comunicarle espiritualmente y en sustancia lo que le comunica por el sentido mediante las dichas visiones y formas sensibles? 14. Responderemos a esta duda en el siguiente capítulo, y es de harta doctrina y bien necesaria, a mi ver, así para los espirituales como para los que los enseñan, porque se enseña el estilo y fin que Dios en ellas lleva; el cual por no lo saber muchos, ni se saben gobernar, ni encaminar a sí ni a otros en ellas a la unión. Que piensan que, por el mismo caso que conocen ser verdaderas y de Dios, es bueno admitirlas, y asegúranse en ellas, no mirando que también en éstas hallará el alma su propiedad, y asimiento y embarazo, como en las cosas del mundo, si no las sabe renunciar como a ellas. Y así les parece que es bueno admitir las unas y reprobar las otras, metiéndose a sí mismos y a las almas en gran trabajo y peligro acerca del discernir entre la verdad y falsedad de ellas. Que ni Dios les manda poner en ese trabajo, ni que a las almas sencillas y simples las metan en ese peligro y contienda; pues tienen doctrina sana y segura, que es la fe, en que han de caminar adelante.15. La cual no puede ser sin cerrar los ojos a todo lo que es de sentido e inteligencia clara y particular. Porque, aun con estar san Pedro tan cierto de la visión de gloria que vio en Cristo en la transfiguración, después de haberlo contado en su Epístola 2ª canónica (1, 17­18), no quiso que lo tomasen por principal testimonio de firmeza, sino, encaminándolos a la fe, dijo (1, 19): Et habemus firmiorem propheticum sermonem: cui benefacitis attendentes, quasi lucernae lucenti in caliginoso loco, donec dies elucescat, etc.; quiere decir: Y tenemos más firme testimonio que esta visión del Tabor, que son los dichos y palabras de los profetas que dan testimonio de Cristo, a las cuales hacéis bien de arrimaros, como a la candela que da luz en el lugar oscuro. En la cual comparación, si quisiéremos mirar, hallaremos la doctrina que vamos enseñando. Porque, en decir que miremos a la fe que hablaron los profetas, como "a candela que luce en lugar oscuro", es decir que nos quedemos a oscuras, cerrados los ojos a todas esotras luces, y que en esta tiniebla sola la fe, que también es oscura, sea luz a que nos arrimemos. Porque si nos queremos arrimar a esotras luces claras de inteligencias distintas, ya nos dejamos de arrimar a la oscura, que es la fe, y nos deja de dar la luz en el lugar oscuro que dice san Pedro; el cual lugar, que aquí significa el entendimiento que es el candelero donde se asienta esta candela de la fe, ha de estar oscuro "hasta que le amanezca" en la otra vida "el día" de la clara visión de Dios, y en ésta el de la transformación y unión. CAPÍTULO 17En que se declara el fin y estilo que Dios tiene en comunicar al alma los bienes espirituales por medio de los sentidos, en lo cual se responde a la duda que se ha tocado. 5. De esta manera, pues, la va Dios instruyendo y haciéndola espiritual, comenzándole a comunicar lo espiritual desde las cosas exteriores, palpables y acomodadas al sentido, según la pequeñez y poca capacidad del alma, para que mediante la corteza de aquellas cosas sensibles, que de suyo son buenas, vaya el espíritu haciendo actos particulares y recibiendo tantos bocados de comunicación espiritual, que venga a hacer hábito en lo espiritual y llegue a actual sustancia de espíritu, que es ajena de todo sentido; al cual, como habemos dicho, no puede llegar el alma sino muy poco a poco, a su modo, por el sentido, a que siempre ha estado asida.Y así, a la medida que va llegando más al espíritu acerca del trato con Dios, se va más desnudando y vaciando de las vías del sentido, que son las del discurso y meditación imaginaria. De donde, cuando llegare perfectamente al trato con Dios de espíritu, necesariamente ha de haber evacuado todo lo que acerca de Dios podía caer en sentido (cf. 1 Cor. 13, 10), así como cuanto más una cosa se va arrimando más a un extremo, más se va alejando y enajenando del otro, y cuando perfectamente se arrimare, perfectamente se habrá también apartado del otro extremo. Por lo cual, comúnmente se dice un adagio espiritual, y es: Gustato spiritu, desipit omnis caro, que quiere decir: Acabado de recibir el gusto y sabor del espíritu, toda carne es insipiente. Esto es: no aprovechan ni entran en gusto todas las vías de la carne; en lo cual se entiende de todo trato de sentido acerca de lo espiritual. Y está claro, porque si es espíritu, ya no cae en sentido, y si es que puede comprehenderlo el sentido, ya no es puro espíritu. Porque cuanto más de ello puede saber el sentido y aprehensión natural, tanto menos tiene de espíritu y (de) sobrenatural, como arriba queda dado a entender.6. Por tanto, el espíritu ya perfecto no hace caso del sentido, ni recibe por él, ni principalmente se sirve ni ha menester servirse de él para con Dios, como hacía antes cuando no había crecido en espíritu. Y esto es lo que quiere decir aquella autoridad de san Pablo a los Corintios (1 Cor. 13, 11), diciendo: Cum essem parvulus, loquebar ut parvulus, sapiebam ut parvulus, cogitabam ut parvulus. Quando autem factus sum vir, evacuavi quae erant parvuli; quiere decir: Cuando era yo pequeñuelo, sabía como pequeñuelo, hablaba como pequeñuelo, pensaba como pequeñuelo; pero cuando fui hecho varón, vacié las cosas que eran de pequeñuelo.Ya habemos dado a entender cómo las cosas del sentido y el conocimiento que el espíritu puede sacar por ellas son ejercicio de pequeñuelo. Y así, si el alma se quisiese siempre asir a ellas y no desarrimarse de ellas, nunca dejaría de ser pequeñuelo niño, y siempre hablaría de Dios como pequeñuelo, y sabría de Dios como pequeñuelo, y pensaría de Dios como pequeñuelo; porque, asiéndose a la corteza del sentido, que es el pequeñuelo, nunca vendría a la sustancia del espíritu, que es el varón perfecto. Y así, no ha de querer el alma admitir las dichas revelaciones, para ir creciendo, aunque Dios se las ofrezca; así como el niño ha menester dejar el pecho, para hacer su paladar a manjar más sustancial y fuerte.7. Pues luego diréis: ¿será menester que el alma, cuando es pequeñuelo, las quiera tomar, y las deje cuando es mayor: así como el niño es menester que quiera tomar el pecho para sustentarse, hasta que sea mayor para poderle dejar?Respondo que, acerca de la meditación y discurso natural en que comienza el alma a buscar a Dios, es verdad que no ha de dejar el pecho del sentido para ir(se) sustentando, hasta que llegue a sazón y tiempo que pueda dejarle, que es cuando Dios pone al alma en trato más espiritual, que es la contemplación, de lo cual dimos ya doctrina en el capítulo 13 de este libro. Pero cuando son visiones imaginarias u otras aprehensiones sobrenaturales que pueden caer en el sentido sin el albedrío del hombre, digo que en cualquier tiempo y sazón, ahora sea en estado perfecto, ahora en menos perfecto, aunque sean de parte de Dios, no las ha el alma de querer admitir, por dos cosas: La una porque él, como habemos dicho, hace en el alma su efecto, sin que ella sea parte para impedirlo, aunque impida y pueda impedir la visión, lo cual acaece muchas veces. Y, por consiguiente, aquel efecto que había de causar en el alma mucho más se le comunica en sustancia, aunque no sea en aquella manera. Porque, como también dijimos, el alma no puede impedir los bienes que Dios le quiere comunicar, ni es parte para ello, si no es con alguna imperfección y propiedad. Y en renunciar estas cosas con humildad y recelo, ninguna imperfección ni propiedad hay.La segunda es por librarse del peligro y trabajo que hay en discernir las malas de las buenas, y conocer si es ángel de luz o de tinieblas (2 Cor. 11, 14); en que no hay provecho ninguno, sino gastar tiempo y embarazar el alma con aquello y ponerse en ocasiones de muchas imperfecciones y de no ir adelante, no poniendo el alma en lo que hace al caso, desembarazándola de menudencias de aprehensiones e inteligencias particulares según queda dicho de las visiones corporales y de éstas se dirá más adelante.8. Y esto se crea: que si Nuestro Señor no hubiese de llevar el alma al modo de la misma alma, como aquí diremos, nunca le comunicaría la abundancia de su espíritu por esos arcaduces tan angostos de formas y figuras y particulares inteligencias, por medio de las cuales da el sustento al alma por meajas. Que por eso dijo David (Sal. 147, 17): Mitit crystallum suam sicut buccellas; que es tanto como decir: Envía su sabiduría a las almas como a bocados. Lo cual es harto de doler que, teniendo el alma capacidad infinita, la anden dando a comer por bocados del sentido, por su poco espíritu e inhabilidad sensual. Y por eso también a san Pablo le daba pena esta poca disposición y pequeñez para recibir el espíritu, cuando, escribiendo a los de Corinto (1 Cor. 3, 1­2), dijo: Yo, hermanos, como viniese a vosotros, no os pude hablar como a espirituales, sino como a carnales; porque no pudisteis recibirlo, ni tampoco ahora podéis. Tamquam parvulis in Christo lac potum vobis dedi, non escam, esto es: Como a pequeñuelos en Cristo os di a beber leche y no a comer manjar sólido. 9. Resta, pues, ahora saber que el alma no ha de poner los ojos en aquella corteza de figuras y objeto que se le pone de delante sobrenaturalmente, ahora sea acerca del sentido exterior, como son locuciones y palabras al oído y visiones de santos a los ojos, y resplandores hermosos, y olores a las narices, y gustos y suavidades en el paladar, y otros deleites en el tacto, que suelen proceder del espíritu, lo cual es más ordinario a los espirituales; ni tampoco los ha de poner en cualesquier visiones del sentido interior, cuales son las imaginarias; antes renunciarlas todas. Sólo ha de poner los ojos en aquel buen espíritu que causan, procurando conservarle en obrar y poner por ejercicio lo que es de servicio de Dios ordenadamente, sin advertencia de aquellas representaciones ni de querer algún gusto sensible. Y así, se toma de estas cosas sólo lo que Dios pretende y quiere, que es el espíritu de devoción, pues que no las da para otro fin principal; y se deja lo que él dejaría de dar, si se pudiese recibir en el espíritu sin ello (como habemos dicho, que es el ejercicio y aprehensión del sentido).CAPÍTULO 21En que declara cómo, aunque Dios responde a lo que se le pide algunas veces, no gusta de que usen de tal término. Y prueba cómo, aunque condesciende y responde, muchas veces se enoja.1. Asegúranse, como habemos dicho, algunos espirituales en tener por buena la curiosidad que algunas veces usan en procurar saber algunas cosas por vía sobrenatural, pensando que, pues Dios algunas veces responde a instancia de ello, que es aquél buen término y que Dios gusta de él; como quiera que sea verdad que, aunque les responde, ni es buen término ni Dios gusta de él, antes disgusta; y no sólo eso, mas muchas veces se enoja y ofende mucho.La razón de esto es, porque a ninguna criatura le es lícito salir fuera de los términos que Dios la tiene naturalmente ordenados para su gobierno. Al hombre le puso términos naturales y racionales para su gobierno; luego querer salir de ellos no es lícito, y querer averiguar y alcanzar cosas por vía sobrenatural es salir de los términos naturales; luego es cosa no lícita; luego Dios no gusta de ellos, pues de todo lo ilícito se ofende. Bien sabía esto el rey Acab, pues que, aunque de parte de Dios le dijo Isaías que pidiese una señal, no quiso hacerlo, diciendo (Is. 7, 12): Non petam, et non tentabo Dominum, esto es: No pediré tal cosa y no tentaré a Dios. Porque tentar a Dios es querer tratarle por vías extraordinarias, cuales son las sobrenaturales. 2. Diréis: Pues, si así es, que Dios no gusta, ¿por qué algunas veces responde Dios? Digo que (algunas veces responde el demonio; pero las que responde Dios digo que es): por la flaqueza del alma que quiere ir por aquel camino, porque no se desconsuele y vuelva atrás, o por que no piense está Dios mal con ella y se sienta demasiado, o por otros fines que Dios sabe, fundados en la flaqueza de aquel alma, por donde ve que conviene, responde y condesciende por aquella vía. Como también lo hace con muchas almas flacas y tiernas en darles gustos y suavidad en el trato con Dios muy sensible, según está dicho arriba; mas no porque él quiera ni guste que con él se trate con ese término ni por esa vía. Mas a cada uno da, como habemos dicho, según su modo; porque Dios es como la fuente, de la cual cada uno coge como lleva el vaso, y a veces las deja coger por esos caños extraordinarios; mas no se sigue por eso que es lícito (querer) coger el agua por ellos, si no es al mismo Dios, que la puede dar cuándo, cómo y a quien él quiere, y por lo que él quiere, sin pretensión de la parte. Y así, como decimos, algunas veces condesciende con el apetito y ruego de algunas almas, que porque son buenas y sencillas, no quiere dejar de acudir por no entristecerlas, mas no porque guste del tal término.3. Lo cual se entenderá mejor por esta comparación. Tiene un padre de familia en su mesa muchos y diferentes manjares y unos mejores que otros. Está un niño pidiéndole de un plato, no del mejor, sino del primero que encuentra; y pide de aquél porque él sabe comer de aquél mejor que de otro. Y, como el padre ve que aunque le dé del mejor manjar no lo ha de tomar, sino aquel que pide, y que no tiene gusto sino en aquél, porque no se quede sin su comida y desconsolado, dale de aquél con tristeza. Como vemos que hizo Dios con los hijos de Israel cuando le pidieron rey: se lo dio de mala gana, porque no les estaba bien. Y así, dijo a Samuel (1 Sm. 8, 7): Audi vocem populi in omnibus quae loquuntur tibi: non enim te abiecerunt, sed me; que quiere decir: Oye la voz de este tu pueblo y concédeles el rey que te piden, porque no te han desechado a ti, sino a mí, porque no reine yo sobre ellos. A la misma manera condesciende Dios con algunas almas, concediéndoles lo que no les está mejor, porque ellas no quieren o no saben ir sino por allí. Y así, también algunas alcanzan ternuras y suavidad de espíritu o sentido, y dáselo Dios porque no son para comer el manjar más fuerte y sólido de los trabajos de la cruz de su Hijo, a que él querría echasen mano más que a otra alguna cosa.4. Aunque querer saber cosas por vía sobrenatural, por muy peor lo tengo que querer otros gustos espirituales en el sentido. Porque yo no veo por dónde el alma que las pretende deje de pecar por lo menos venialmente, aunque más buenos fines tenga y más puesta esté en perfección, y quien se lo mandase y consintiese también. Porque no hay necesidad de nada de eso, pues hay razón natural y ley y doctrina evangélica, por donde muy bastantemente se pueden regir, y no hay dificultad ni necesidad que no se pueda desatar y remediar por estos medios muy a gusto de Dios y provecho de las almas.tanto nos habemos de aprovechar de la razón y doctrina evangélica, que, aunque ahora queriendo nosotros, ahora no queriendo, se nos dijesen algunas cosas sobrenaturales, sólo habemos de recibir aquello que cae en mucha razón y ley evangélica. Y entonces recibirlo, no porque es revelación, sino porque es razón, dejando aparte todo sentido de revelación; y aun entonces conviene mirar y examinar aquella razón mucho más que si no hubiese revelación sobre ella, por cuanto el demonio dice muchas cosas verdaderas y por venir, y conformes a razón, para engañar.5. De donde no nos queda en todas nuestras necesidades, trabajos y dificultades, otro medio mejor y más seguro que la oración y esperanza que él proveerá por los medios que él quisiere. Y este consejo se nos da en la sagrada Escritura (2 Par. 20, 12), donde leemos que, estando el rey Josafat afligidísimo cercado de enemigos, poniéndose en oración, dijo el santo rey a Dios: Cum ignoramus quod facere debeamus, hoc solum habemus residui, ut oculos nostros dirigamus ad te. Y es como si dijera: Cuando faltan los medios y no llega la razón a proveer en las necesidades, sólo nos queda levantar los ojos a ti, para que tú proveas como mejor te agradare.6. Y que también Dios, aunque responda a las tales pretensiones algunas veces, se enoje, aunque también queda dado a entender, todavía será bueno probarlo con algunas autoridades de la sagrada Escritura.En el primer libro de los Reyes (28, 6­15) se dice que, pidiendo el rey Saúl que le hablase el profeta Samuel que era ya muerto, le apareció el dicho profeta; y con todo eso, se enojó Dios, porque luego le reprehendió Samuel por haberse puesto en tal cosa, diciendo: Quare inquietasti me, ut suscitarer?; esto es: ¿Por qué me has inquietado en hacerme resucitar?También sabemos que, no porque respondió Dios a los hijos de Israel dándoles las carnes que pedían, se dejase de enojar mucho contra ellos, porque luego les envió fuego del cielo en castigo, según se lee en el Pentateuco (Núm. 11, 32­33) y lo cuenta David (Sal. 77, 30­31) diciendo: Adhuc escae eorum erant in ore ipsorum, et ira Dei descendit super eos; que quiere decir: Aún teniendo ellos los bocados en sus bocas, descendió la ira de Dios sobre ellos.Y también leemos en los Números (22, 32) que se enojó Dios mucho contra Balam profeta porque fue a los madianitas llamado por Balac, rey de ellos, aunque dijo Dios que fuese porque tenía él gana de ir y lo había pedido a Dios; porque, estando ya en el camino, le apareció el ángel con la espada y le quería matar, y le dijo: Perversa est via tua mihique contraria: Tu camino es perverso y a mí contrario. Y por eso le quería matar.7. De esta manera y de otras muchas condesciende Dios enojado con los apetitos de las almas. De lo cual tenemos muchos testimonios en la sagrada Escritura, y sin eso muchos ejemplos. Pero no son menester en cosa tan clara. Sólo digo que es cosa peligrosísima, más que sabré decir, querer tratar con Dios por tales vías y que no dejará de errar mucho y hallarse muchas veces confuso el que fuere aficionado a tales modos. Y esto, el que hubiere hecho caso de ellos me entenderá por la experiencia. Porque allende de la dificultad que hay en saber no errar en las locuciones y visiones que son de Dios, hay ordinariamente entre ellas muchas que son del demonio; porque comúnmente anda en el alma en aquel traje que anda Dios con ella, poniéndole cosa tan verosímil a las que Dios le comunica, por injerirse él a vueltas, como el lobo entre el ganado con pellejo de oveja (Mt. 7, 15), que apenas se puede entender. Porque como dice muchas cosas verdaderas y conformes a razón y cosas que salen verdaderas, puédense engañar fácilmente pensando que, pues sale verdad y cierta en lo que está por venir, que no será sino Dios. Porque no saben que es cosa facilísima, a quien tiene clara la luz natural, conocer las cosas, o muchas de ellas, que fueron o que serán, en sus causas. Y como quiera que el demonio tenga esta lumbre tan viva, puede facilísimamente colegir tal efecto de tal causa, aunque no siempre sale así, pues todas las causas dependen de la voluntad de Dios.8. Pongamos ejemplo: conoce el demonio que la disposición de la tierra y aires y término que lleva el sol, van de manera y en tal grado de disposición, que necesariamente, llegado tal tiempo, habrá llegado la disposición de estos elementos, según el término que llevan, a inficionarse, y así a inficionar la gente con pestilencia, y en las partes que será más y en las que será menos. Ve aquí conocida la pestilencia en su causa. ¿Qué mucho es que, revelando el demonio esto a una alma, diciendo: "De aquí a un año o medio habrá pestilencia", que salga verdadero? Y es profecía del demonio. Por la misma manera puede conocer los temblores de la tierra, viendo que se van hinchiendo los senos de ella de aire, y decir: "En tal tiempo temblará la tierra"; lo cual es conocimiento natural; para el cual basta tener el ánimo libre de las pasiones del alma, según lo dice Boecio por estas palabras: Si vis claro lumine cernere verum, gaudia pelle, timorem spemque fugato, nec dolor adsit, esto es: Si quieres con claridad natural conocer las verdades, echa de ti el gozo y el temor, y la esperanza y el dolor.9. Y también se pueden conocer eventos y casos sobrenaturales en sus causas acerca de la Providencia divina, que justísima y certísimamente acude a lo que piden las causas buenas o malas de los hijos de los hombres. Porque se puede conocer naturalmente que tal o tal persona, o tal o tal ciudad, u otra cosa, llega a tal o tal necesidad, o tal o tal punto, que Dios, según su providencia y justicia, ha de acudir con lo que compete a la causa y conforme a ella, en castigo o en premio o como fuere la causa; y entonces decir: "En tal tiempo os dará Dios esto, o hará esto, acaecerá esotro ciertamente". Lo cual dio a entender la santa Judit (11, 12) a Holofernes, la cual, para persuadirle que los hijos de Israel habían de ser destruidos sin falta, le contó muchos pecados de ellos primero y miserias que hacían, y luego dijo: Et, quoniam hoc faciunt, certum est quod in perditionem dabuntur; que quiere decir: Pues hacen estas cosas, está cierto que serán destruidos. Lo cual es conocer el castigo en la causa, que es tanto como decir: cierto está que tales pecados han de causar tales castigos de Dios, que es justísimo. Y, como dice la Sabiduría divina (Sab. 11, 17): Per quae quis peccat, per haec et torquetur: En aquello o por aquello que cada uno peca, es castigado.10. Puede el demonio conocer esto, no sólo naturalmente, sino aun de experiencia que tiene de haber visto a Dios hacer cosas semejantes, y decirlo antes y acertar. También el santo Tobías conoció por la causa el castigo de la ciudad de Nínive; y así, amonestó a su hijo, diciendo (14, 12­13): Mira, hijo, en la hora que yo y tu madre muriéremos, sal de esta tierra, porque ya no permanecerá. Video enim quod iniquitas eius finem dabit: Yo veo claro que su misma maldad ha de ser causa de su castigo, el cual será que se acabe y destruya. Todo lo cual también el demonio y Tobías podían saber, no sólo en la maldad de la ciudad, sino por experiencia, viendo que tenían los pecados del mundo por que Dios le destruyó en el diluvio, y los de los sodomitas, que también perecieron por fuego; aunque también Tobías lo conoció por espíritu divino.11. Y puede conocer el demonio que Pedro naturalmente (no) puede vivir más de tantos años y decirlo antes. Y así otras muchas cosas y de muchas maneras que no se pueden acabar de decir, ni aun comenzar muchas, por ser intrincadísimas y sutilísimo él en ingerir mentiras. Del cual no se pueden librar si no es huyendo de todas revelaciones y visiones y locuciones sobrenaturales.Por lo cual justamente se enoja Dios con quien las admite, porque ve es temeridad del tal meterse en tanto peligro, y presunción y curiosidad, y ramo de soberbia y raíz y fundamento de vanagloria, y desprecio de las cosas de Dios, y principio de muchos males en que vinieron muchos. Los cuales tanto vinieron a enojar a Dios, que de propósito los dejó errar y engañar, y oscurecer el espíritu, y dejar las vías ordenadas de la vida, dando lugar a sus vanidades y fantasías, según lo dice Isaías (19, 14), diciendo: Dominus miscuit in medio eius spiritum vertiginis: que es tanto como decir: El Señor mezcló en medio espíritu de revuelta y confusión, que en buen romance quiere decir espíritu de entender al revé;s. Lo cual va allí diciendo Isaías llanamente a nuestro propósito, porque lo dice por aquellos que andaban a saber las cosas que habían de suceder por vía sobrenatural. Y, por eso, dice que les mezcló Dios en medio espíritu de entender al revés. No porque Dios les quisiese ni les diese efectivamente el espíritu de errar, sino porque ellos se quisieron meter en lo que naturalmente no podían alcanzar. Enojado de esto, los dejó desatinar, no dándoles luz en lo que Dios no quería que se entremetiesen. Y así, dice que les mezcló aquel espíritu Dios privativamente. Y de esta manera es Dios causa de aquel daño, es a saber, causa privativa, que consiste en quitar él su luz y favor; tan quitado, que necesariamente vengan en error.12. Y de esta manera da Dios licencia al demonio para que ciegue y engañe a muchos, mereciéndolo sus pecados y atrevimientos. Y puede y se sale con ello el demonio, creyéndole ellos y teniéndole por buen espíritu. Tanto, que, aunque sean muy persuadidos que no lo es, no hay remedio de desengañarse, por cuanto tienen ya por permisión de Dios, ingerido el espíritu de entender al revés; cual leemos (3 Re. 22, 22) haber acaecido a los profetas del rey Acab, dejándoles Dios engañar con el espíritu de mentira, dando licencia al demonio para ello, diciendo: Decipies, et praevalebis; egredere, et fac ita; que quiere decir: Prevalecerás con tu mentira y engañarlos has; sal y (hazlo) así. Y pudo tanto con los profetas y con el rey para engañarlos, que no quisieron creer al profeta Miqueas, que les profetizó la verdad muy al revés de lo que los otros habían profetizado. Y esto fue porque les dejó Dios cegar, por estar ellos con afecto de propiedad en lo que querían que les sucediese y respondiese Dios según sus apetitos y deseos; lo cual era medio y disposición certísima para dejarlos Dios de propósito cegar y engañar.13. Porque así lo profetizó Ezequiel (14, 7­9) en nombre de Dios; el cual, hablando contra el que se pone a querer saber por vía de Dios curiosamente, según la variedad de su espíritu, dice: Cuando el tal hombre viniere al profeta para preguntarme a mí por él, yo, el Señor, le responderé por mí mismo, y pondré mi rostro enojado sobre aquel hombre; y el profeta cuando hubiere errado en lo que fue preguntado, ego, Dominus, decepi prophetam illum, esto es: Yo, el Señor, engañé aquel profeta. Lo cual se ha de entender, no concurriendo con su favor para que deje de ser engañado; porque eso quiere decir cuando dice: Yo, el Señor, le responderé por mí mismo, enojado; lo cual es apartar él su gracia y favor de aquel hombre. De donde necesariamente se sigue el ser engañado por causa del desamparo de Dios. Y entonces acude el demonio a responder según el gusto y apetito de aquel hombre, el cual, como gusta de ello, y las respuestas y comunicaciones son de su voluntad, mucho se deja engañar.CAPÍTULO 224. Y éste es el sentido de aquella autoridad con que comienza san Pablo (Heb. 1, 1­2) a querer inducir a los hebreos a que se aparten de aquellos modos primeros y tratos con Dios de la Ley de Moisés, y pongan los ojos en Cristo solamente, diciendo: Multifariam multisque modis olim Deus loquens patribus in prophetis: novissime autem diebus istis locutus est nobis in Filio. Y es como si dijera: Lo que antiguamente habló Dios en los profetas a nuestros padres de muchos modos y de muchas maneras, ahora a la postre, en estos días nos lo ha hablado en el Hijo todo de una vez. En lo cual da a entender el Apóstol que Dios ha quedado como mudo y no tiene más que hablar, porque lo que hablaba antes en partes a los profetas ya lo ha hablado en el todo, dándonos al Todo, que es su Hijo.5. Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo haría una necedad, sino haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, sin querer otra alguna cosa o novedad. Porque le podría responder Dios de esta manera, diciendo: "Si te tengo ya habladas todas las cosas en mi Palabra, que es mi Hijo, y no tengo otra, ¿qué te puedo yo ahora responder o revelar que sea más que eso? Pon los ojos sólo en él, porque en él te lo tengo todo dicho y revelado, y hallarás en él aún más de lo que pides y deseas. Porque tú pides locuciones y revelaciones en parte, y si pones en él los ojos, lo hallarás en todo; porque él es toda mi locución y rdspuesta y es toda mi visión y toda mi revelación. Lo cual os he ya hablado, respondido, manifestado y revelado, dándoosle por hermano, compañero y maestro, precio y premio. Porque desde aquel día que bajé con mi Espíritu sobre él en el monte Tabor, diciendo (Mt. 17, 5): Hic est Filius meus dilectus, in quo mihi bene complacui, ipsum audite, es a saber: Este es mi amado Hijo, en que me he complacido, a él oíd; ya alcé yo la mano de todas esas maneras de enseñanzas y respuestas y se la di a él. Oídle a él, porque yo no tengo más fe que revelar, ni más cosas que manifestar. Que, si antes hablaba, era prometiendo a Cristo; y si me preguntaban, eran las (preguntas) encaminadas a la petición y esperanza de Cristo, en que habían de hallar todo bien, como ahora lo da a entender toda la doctrina de los evangelistas y apóstoles. Mas ahora, el que me preguntase de aquella manera y quisiese que yo le hablase o algo le revelase, era en alguna manera pedirme otra vez a Cristo, y pedirme más fe, y ser falto en ella, que ya está dada en Cristo. Y así, haría mucho agravio a mi amado Hijo, porque no sólo en aquello le faltaría en la fe, mas le obligaba otra vez a encarnar y pasar por la vida y muerte primera. No hallarás qué pedirme ni qué desear de revelaciones o visiones de mi parte. Míralo tú bien, que ahí lo hallarás ya hecho y dado todo eso, y mucho más, en él.6. Si quisieres que te respondiese yo alguna palabra de consuelo, mira a mi Hijo, sujeto a mí y sujetado por mi amor, y afligido, y verás cuántas te responde. Si quisieres que te declare yo algunas cosas ocultas o casos, pon solos los ojos en él, y hallarás ocultísimos misterios y sabiduría, y maravillas de Dios, que están encerradas en él, según mi Apóstol (Col. 2, 3) dice: In quo sunt omnes thesauri sapentiae et scientiae Dei absconditi, esto es: En el cual Hijo de Dios están escondidos todos los tesoros de sabiduría y ciencia de Dios. Los cuales tesoros de sabiduría serán para ti muy más altos y sabrosos y provechosos que las cosas que tú querías saber. Que por eso se gloriaba el mismo Apóstol (1 Cor. 2, 2), diciendo: Que no había él dado a entender que sabía otra cosa, sino a Jesucristo, y a éste crucificado. Y si también quisieses otras visiones y revelaciones divinas o corporales, mírale a él también humanado, y hallarás en eso más que piensas; porque también dice el Apóstol (Col. 2, 9): In ipso habitat omnis plenitudo divinitatis corporaliter; que quiere decir: En Cristo mora corporalmente toda plenitud de divinidad".CAPÍTULO 247. Puede también el demonio causar estas visiones en el alma mediante alguna lumbre natural, en que por sugestión espiritual aclara al espíritu las cosas, ahora sean presentes, ahora ausentes. De donde, sobre aquel lugar de san Mateo (4, 8) donde dice que el demonio a Cristo ostendit omnia regna mundi et gloriam eorum, es a saber: Le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, dicen algunos doctores que lo hizo por sugestión espiritual, porque con los ojos corporales no era posible hacerle ver tanto, que viese todos los reinos del mundo y su gloria.Pero de estas visiones que causa el demonio a las que son de parte de Dios hay mucha diferencia. Porque los efectos que éstas hacen en el alma no son como los que hacen las buenas, antes hacen sequedad de espíritu acerca del trato con Dios e inclinación a estimarse, y a admitir y tener en algo las dichas visiones, y en ninguna manera causan blandura de humildad y amor de Dios. Ni las formas de éstas se quedan impresas en el alma con aquella claridad suave que las otras, ni duran, antes se raen luego del alma, salvo si el alma las estima mucho, que, entonces, la propia estimación hace que se acuerde de ellas naturalmente; mas es muy secamente y sin hacer aquel efecto de amor y humildad que las buenas causan cuando se acuerdan de ellas.8. Estas visiones, por cuanto son de criaturas, con quien Dios ninguna proporción ni conveniencia esencial tiene, no pueden
      servir al entendimiento de medio próximo para la unión de Dios. Y así, conviene al alma haberse puramente negativa en ellas, como en las demás que habemos dicho, para ir adelante por el medio próximo, que es la fe. De donde, de aquellas formas de las tales visiones que se quedan en el alma impresas, no ha de hacer archivo ni tesoro el alma, ni ha de querer arrimarse a ellas, porque sería estarse con aquellas formas, imágenes y personajes, que acerca del interior reciben, embarazada, y no iría por negación de todas las cosas a Dios. Porque, dado caso que aquellas formas siempre se representen allí, no la impedirán mucho si el alma no quisiere hacer caso de ellas. Porque, aunque es verdad que la memoria de ellas incita al alma a algún amor de Dios y contemplación, pero mucho más incita y levanta la pura fe y desnudez a oscuras de todo eso, sin saber el alma cómo ni de dónde le viene.Y así, acaecerá que ande el alma inflamada con ansias de amor de Dios muy puro, sin saber de dónde le vienen ni qué fundamento tuvieron. Y fue que, así como la fe se arraigó e infundió más en el alma mediante aquel vacío y tiniebla y desnudez de todas las cosas, pobreza espiritual (que todo lo podemos llamar una misma cosa), también juntamente se arraiga e infunde más en el alma la caridad de Dios. De donde, cuanto más el alma se quiere oscurecer y aniquilar acerca de todas las cosas exteriores e interiores que puede recibir, tanto más se infunde de fe, y por consiguiente, de amor y esperanza en ella, por cuanto estas tres virtudes teologales andan en uno.CAPÍTULO 2618. Todas estas noticias, ahora sean de Dios, ahora no, muy poco pueden servir al provecho del alma para ir a Dios si el alma se quisiese asir a ellas; antes, si no tuviese cuidado de negarlas en sí, no sólo la estorbarían, sino aun la dañarían harto y harían errar mucho; porque todos los peligros e inconvenientes que habemos dicho que puede haber en las aprehensiones sobrenaturales que habemos tratado hasta aquí y más puede haber en éstas. Por tanto, no me alargaré más aquí en esto, pues en las pasadas habemos dado doctrina bastante, sino sólo diré que haya gran cuidado en negarlas siempre, queriendo caminar a Dios por el no saber; y siempre dé cuenta a su confesor (o maestro) espiritual, estando siempre a lo que dijere. El cual muy de paso haga pasar al alma por ello, no haciéndole cuerpo de nada para su camino de unión; pues de estas cosas que pasivamente se dan al alma siempre se queda en ella el efecto que Dios quiere, sin que el alma ponga su diligencia en ello. Y así, no me parece hay para qué decir aquí el efecto que hacen las verdaderas ni el que hacen las falsas, porque sería cansar y no acabar; porque los efectos de éstas no se pueden comprehender debajo de corta doctrina; por cuanto, como estas noticias son muchas y muy varias, también lo son los efectos, pues que las buenas los hacen buenos, y las malas, malos, etc. (En decir que todas se nieguen, queda dicho lo que basta para no errar). CAPÍTULO 273. Acerca de este género de revelaciones, puede el demonio mucho meter la mano, porque, como las revelaciones de este género ordinariamente son por palabras, figuras y semejanzas, etc., puede el demonio muy bien fingir otro tanto, mucho más que cuando las revelaciones (no) son en espíritu sólo. Y, por tanto, si acerca de la primera manera y la segunda que aquí decimos, en cuanto (a) lo que toca a nuestra fe, se nos revelase algo de nuevo o cosa diferente, en ninguna manera habemos de dar el consentimiento, aunque tuviésemos evidencia que aquel que lo decía era un ángel del cielo; porque así lo dice san Pablo (Gl. 1, 8), diciendo: Licet nos, aut angelus de caelo evangelizet vobis praeterquam quod evangelizavimus vobis, anathema sit; que quiere decir: Aunque nosotros o un ángel del cielo os declare o predique otra cosa fuera de la que os habemos predicado, sea anatema.4. De donde, por cuanto no hay más artículos que revelar acerca de la sustancia de nuestra fe que los que ya están revelados a la Iglesia, no sólo no se ha de admitir lo que de nuevo se revelare al alma acerca de ella, pero (aun) le conviene, para cautela, de no ir admitiendo otras variedades envueltas; y por la pureza del alma, que la conviene tener en fe, aunque se le revelen de nuevo las ya reveladas, no creerlas porque entonces se revelan de nuevo, sino porque ya están reveladas bastantemente a la Iglesia; sino que, cerrando el entendimiento a ellas, sencillamente se arrime a la doctrina de la Iglesia y su fe, que, como dice san Pablo (Rm. 10, 17), entra por el oído, y no acomode el crédito y entendimiento a estas cosas de fe reveladas de nuevo, aunque más conformes y verdaderas le parezcan, si no quiere ser engañado. Porque el demonio, para ir engañando e ingiriendo mentiras, primero ceba con verdades y cosas verosímiles para asegurar y luego ir engañando; que es a manera de la cerda del que cose el cuero, que primero entra la cerda tiesa y luego tras ella el hilo flojo, el cual no pudiera entrar si no le fuera guía la cerda.5. Y en esto se mire mucho; porque, aunque fuese verdad que no hubiese peligro del dicho engaño, conviene al alma mucho no querer entender cosas claras acerca de la fe para conservar puro y entero el mérito de ella y también para venir en esta noche del entendimiento a la divina luz de la divina unión. E importa tanto esto de allegarse los ojos cerrados a las profecías pasadas en cualquiera nueva revelación, que, con haber el apóstol san Pedro visto la gloria del Hijo de Dios en alguna manera en el monte Tabor, con todo, dijo en su canónica (2 Pe. 1, 19) estas palabras: Et habemus firmiorem propheticum sermonem: cui benefacitis attendentes, etc.; lo cual es como si dijera: Aunque es verdad la visión que vimos de Cristo en el monte, más firme y cierta es la palabra de la profecía que nos es revelada, a la cual arrimando vuestra alma, hacéis bien.6. Y si es verdad (que) por las causas ya dichas (es conveniente) cerrar los ojos a las ya dichas revelaciones que acaecen acerca de las proposiciones de la fe, ¿cuánto más necesario será no admitir ni dar crédito a las demás revelaciones que son de cosas diferentes, en las cuales ordinariamente mete el demonio la mano tanto, que tengo por imposible que deje de ser engañado en muchas de ellas el que no procurase desecharlas, según la apariencia de verdad y asiento que el demonio mete en ellas? Porque junta tantas apariencias y conveniencias para que se crean, y las asienta tan fijamente en el sentido y la imaginación, que le parece a la persona que sin duda acaecerá así. Y de tal manera hace asentar y aferrar en ello al alma, que si ella no tiene humildad, apenas la sacarán de ello y la harán creer lo contrario. Por tanto, el alma pura, cauta, y sencilla y humilde, con tanta fuerza y cuidado ha de resistir (y desechar) las revelaciones y otras visiones, como las muy peligrosas tentaciones; porque no hay necesidad de quererlas, sino de no quererlas para ir a la unión de amor. Que eso es lo que quiso decir Salomón (Ecli. 7, 1) cuando dijo: ¿Qué necesidad tiene el hombre de querer y buscar las cosas que son sobre su capacidad natural? Como si dijéramos: Ninguna necesidad tiene para ser perfecto de querer cosas sobrenaturales por vía sobrenatural, que es sobre su capacidad.7. Y porque a las objeciones que contra esto se pueden poner está ya respondido en el capítulo 19 y 20 de este libro, remitiéndome a ellos, sólo digo que de todas ellas se guarde el alma para caminar pura y sin error en la noche de la fe a la unión.

      WOLFGANG AMADEUS MOZART

      Wolfgang Amadeus Mozart
      JOHANNES CHRYSOSTOMUS WOLFGANGUS THEOPHILUS MOZART
      W. A. Mozart, retrato póstumo, Barbara Krafft, 1819
      Nacimiento:
      27 de enero de 1756 Salzburgo, Arzobispado de Salzburgo, Sacro Imperio Romano Germánico
      Fallecimiento:
      5 de diciembre de 1791 Viena, Archiducado de Austria, Sacro Imperio Romano Germánico
      Ocupación:
      Músico, compositor
      Cónyuge(s):
      Constanze Mozart
      Hijo(s):
      Raimund Leopold (1783)Karl Thomas Mozart (1784)Johann Leopold (1786)Theresia Mozart (1787)Anna Mozart (1789)Franz Xaver Wolfgang Mozart (1791)
      Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart [ˈjo:hanǝs kʁyˈzɔstomus ˈvɔlfgaŋus ˈtʰe:ofilus ˈmo:ʦat], más conocido con el nombre de Wolfgang Amadeus Mozart (Salzburgo, Arzobispado de Salzburgo, Sacro Imperio Romano Germánico, actual Austria, 27 de enero de 1756 - Viena, Archiducado de Austria, Sacro Imperio Romano Germánico, 5 de diciembre de 1791) es considerado como uno de los más grandes compositores de música clásica del mundo occidental.
      Se mostró siempre como un gran teórico e innovador de la composición musical. Su marcado perfeccionismo lo manifestaría al escribir, a la edad de 22 años, la siguiente frase: "Me gusta que un aria quede tan a la medida de un cantante como un traje bien hecho". Según el testimonio de sus contemporáneos era, tanto al piano como al violín y la viola, un virtuoso.
      Posteriormente artistas de distintas épocas y géneros del arte han sido influenciados por su música. Incluso el premio Nobel 1984, el poeta checo Jaroslav Seifert, llegaría a afirmar que ésta inspiró a la composición de sus versos.
      Estudios realizados durante la década pasada atribuyen a su música, en especial a la sonata K.448, diversas cualidades como la de incrementar algunas capacidades del cerebro, así como disminuir la actividad epileptógena. Esto ha sido calificado como el "efecto Mozart", el cual se sostiene tendría una duración de 15 minutos.
      A pesar de que murió muy joven (apenas a los 35 años), nos ha legado una obra muy importante y que abarca todos los géneros musicales de su época.
      Tabla de contenidos[ocultar]
      1 Las dotes prodigiosas de un niño (1756-1791)
      2 Primer viaje (1762-1763)
      3 El gran viaje (1763-1766)
      4 Un caballero de 14 años (1769-1770)
      5 El nuevo príncipe-arzobispo (1770-1772)
      6 Años de lucha (1772-1778)
      7 Opresión y liberación (1778-1781)
      8 Matrimonio pese a todo (1781-1784)
      9 El más grande compositor (1784-1787)
      10 La misa para difuntos (1791) (Réquiem en Re menor)
      11 El final de una vida trágica (1791)
      12 La leyenda
      13 Valoración musical
      14 Sus obras
      15 Véase también
      16 Fonoteca
      17 Referencias
      18 Enlaces externos
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      Las dotes prodigiosas de un niño (1756-1791)
      Mozart nació el 27 de enero de 1756 en Salzburgo (Austria). En esta época, Salzburgo era un arzobispado independiente en el Sacro Imperio Romano Germánico. Fue bautizado el día después de su nacimiento con los nombres de Johannes Chrysostomus Wolfgangus Theophilus Mozart; a lo largo de su vida firmaría con diversas variaciones sobre su nombre original, siendo una de las más recurrentes "Wolfgang Amadè Mozart" y utilizando sólo esporádicamente la forma "Amadeus" casi siempre en plan jocoso (una de sus cartas está firmada como Wolfgangus Amadeus Mozartus). A pesar de ello ha sido esta última denominación la más favorecida, en especial a partir del siglo XX.
      Fue el último hijo de Leopold Mozart, músico al servicio del príncipe arzobispo de Salzburgo. Su madre se llamaba Anna María Pertl. Debido a la altísima mortalidad infantil en la Europa antigua, de los 7 hijos que tuvo el matrimonio sólo sobrevivieron Anna Maria, apodada cariñosamente Nannerl, y Wolfgang Amadeus.
      La casa natal de Mozart se encuentra en la Getreidegasse Nº 9 de la ciudad de Salzburgo. Se trata de una casa de tres plantas que, actualmente, cuenta con una gran cantidad de objetos de la época e instrumentos de Mozart en su niñez. Es uno de los lugares más visitados de Salzburgo y una especie de santuario para músicos de todo el mundo.

      Casa natal de Mozart, en la calle Getreidegasse nº9, Salzburgo
      Nannerl y Wolfgang Amadeus mostraron desde muy pequeños asombrosas facultades para la música; para Wolfgang, la música y las matemáticas eran tan naturales como los juegos para cualquier otro niño.
      A los 4 años practicaba el clavicordio y componía pequeñas obras de considerable dificultad; a los 6, tocaba con destreza el clave y el violín. Podía leer música a primera vista, tenía una memoria prodigiosa y una inagotable capacidad para improvisar frases musicales.
      Definitivamente, no era un niño común. Su progenitor era un hombre inteligente, orgulloso y religioso. Creía que los dones musicales de su hijo eran un milagro divino que él, como padre, tenía la obligación de cultivar.
      Leopold componía y daba clases de música. El año del nacimiento de Wolfgang publicó un libro sobre el arte del violín, que tuvo éxito y lo hizo famoso. Después del nacimiento de Wolfgang, salvo las tareas propias de su cargo, abandonó todo para dedicarse de manera exclusiva a la formación de su hijo. Fue exigente como padre y como profesor, en todo momento estuvo al tanto de la formación de Wolfgang, para guiarlo como hombre y como artista.
      Cuando el niño iba cumplir 6 años de edad, Leopold decidió exhibir las dotes musicales de sus hijos ante las principales cortes de Europa. Según los primeros biógrafos de Wolfgang, su padre «quiso compartir con el mundo el milagroso talento de su hijo...»; en la actualidad, algunos sostienen que más bien lo explotó. Lo cierto es que su figura autoritaria y opresiva marcaría al joven Amadeus para toda su vida.

      W. A. Mozart hacia 1763

      Primer viaje (1762-1763)
      El 12 de enero de 1762, la familia entera partió hacia Múnich; tocaron ante el emperador José II de Habsburgo y continuaron hasta Viena. La permanencia en esta ciudad —uno de los centros principales de la música— culminó con dos recitales ante la familia imperial en el palacio de Schönbrunn.
      El pequeño Wolfgang causaba sensación en cada concierto. El dinero recolectado en este viaje no fue tanto como los elogios recibidos. Podría decirse que éste fue un viaje de prueba para Leopold. El 5 de enero de 1763, los Mozart retornaron a Salzburgo. El viaje había durado poco menos de un año.

      El gran viaje (1763-1766)
      Este gran viaje de los Mozart empezó el 9 de junio de 1763. Durante tres años y medio recorrieron las principales ciudades de Europa, cosechando grandes éxitos. En Viena fueron llamados al palacio por la emperatriz María Teresa. La emperatriz quedó encantada con el niño Wolfgang Amadeus, tanto, que incluso lo sentaba en su regazo y lo besaba.
      En Versalles, los Mozart tocaron ante el monarca Luis XV. La anécdota cuenta que en esa ocasión, la amante del rey, la altiva Madame de Pompadour, no permitió que el niño Wolfgang la abrazara por temor a que se estropeara su traje.
      En Londres causaron la admiración del rey Jorge III; durante este viaje el joven músico compuso su primera sinfonía y conoció a Johann Christian Bach, hijo menor de Johann Sebastian Bach (aunque en esa época tenía mucho más éxito que su padre, quien era conocido como "el padre de Johann Christian Bach", Johann Sebastian ejercía gran influencia sobre la obra de su hijo).
      En Holanda deslumbró tocando el órgano más grande y complicado del mundo, y compuso su primer oratorio a los 9 años de edad.
      Cada presentación del joven Wolfgang Amadeus era una exhibición de su virtuosismo con el clave y el violín (se cuenta que ya en esa época podía tocar el teclado con los ojos vendados), y dejaba a los espectadores maravillados improvisando sobre cualquier tema que le proponían.
      A esa edad ya sabía ser galante y dedicaba a las damas de la nobleza sus primeras sonatas para violín y clave. La familia regresó a Salzburgo el 30 de noviembre de 1766.

      Un caballero de 14 años (1769-1770)
      En 1769, Mozart ganó en Salzburgo la plaza de maestro de conciertos —gran honor para un muchacho— ... pero sin sueldo. Se le financió un viaje de estudios a Italia, donde Leopold pensaba que Wolfgang Amadeus triunfaría componiendo óperas.
      Padre e hijo llegaron a Roma el 11 de abril de 1770. En el Vaticano, Wolfgang Amadeus escuchó el Miserere de Gregorio Allegri. Esta obra tenía carácter secreto, pues sólo podía interpretarse en la Capilla Sixtina y su publicación estaba prohibida bajo pena de excomunión.
      Sin embargo, el joven compositor apenas llegó a la posada donde se alojaba, escribió de memoria una versión muy aproximada de la partitura completa. El Papa Clemente XIV, admirado ante el talento del músico de 14 años, no sólo no lo excomulgó, sino que lo nombró Caballero de la Orden de la Espuela de Oro, título que —a pesar de los privilegios que otorgaba— nunca interesó a Mozart.
      Otro gran triunfo fue el estreno de la ópera Mitrídates, rey del Ponto, estrenada en 1770, en Milán. Resolviendo en media hora un examen que al resto de los postulantes les llevó tres, fue admitido como compositor en la Academia Filarmónica de Bolonia, considerada el centro de erudición musical de la época.
      El ingreso de Mozart en la Academia fue extraordinario, ya que aún le faltaba mucho para los veinte años, edad mínima exigida por el reglamento. En ese lugar conoció al padre Giovanni Battista Martini, importante teórico de la música en aquel tiempo, y por el cual Mozart siempre guardó un gran afecto.

      El nuevo príncipe-arzobispo (1770-1772)

      Mozart tocando el clavicordio y Thomas Linley (de la misma edad) al violín. Florencia, 1770
      Mozart realizó un segundo viaje a Italia para asistir al estreno de su ópera Ascanio en Alba (Italia). En 1771 regresó con su familia a Salzburgo, que por entonces era un principado eclesiástico regido por un príncipe-arzobispo. Se enteraron de la muerte del arzobispo Schrattenbach, que siempre los había apoyado.
      Comenzó entonces una nueva etapa, mucho más difícil. Jerónimo de Colloredo-Mannsfeld (Hieronymus von Colloredo), el nuevo príncipe-arzobispo de Salzburgo, se mostró autoritario e inflexible con el cumplimiento de las obligaciones impuestas a sus subordinados. Mozart fue confirmado en su puesto de maestro de conciertos; ahora recibiría un modesto sueldo, pero su libertad poco a poco disminuiría, hasta el punto de sentirse esclavizado. Este hecho influyó en su carácter.

      Años de lucha (1772-1778)
      Padre e hijo fueron a Italia por última vez en 1772. En Milán, Wolfgang estrenó una ópera y escribió el motete Exultate-jubilate. Buscó un puesto digno y estable, pero en vano. Tuvo que regresar a Salzburgo. A los 17 años, Wolfgang ya no podía pasar por «niño prodigio». Empezaba ahora la lucha por la vida.

      Casa de la familia Mozart a partir de 1773
      En 1773 hizo otro viaje a Viena, sin resultados prácticos, pero positivo para su arte, ya que conoció el nuevo estilo vienés a través de la música de Joseph Haydn. En enero de 1775 Mozart estrenó con gran éxito en Múnich su ópera La falsa jardinera. Fueron para Mozart años fecundos: escribió óperas, sonatas para piano, conciertos para violín, divertimentos, cuartetos y mucha música sacra por encargo de su nuevo patrón.
      Sin embargo, Mozart se sentía prisionero, sentía que no progresaba y —sofocado por el ambiente provinciano de Salzburgo—, en agosto de 1777 reclamó al arzobispo Colloredo la libertad para abandonar su puesto. Luego, en compañía de su madre, inició un largo viaje a París. En una escala en Múnich, conoció a la familia Weber y se enamoró de la hija mayor, Aloysa.
      En Mannheim hizo amistad con un grupo de compositores de esa ciudad (la cual era conocida porque sus orquestas —por primera vez en la historia de la música— exageraban la diferencia entre los pasajes suaves y los fuertes; este estilo se dio en llamar «estilo de Mannheim» y pocas décadas después sería una característica principal del Romanticismo).

      Opresión y liberación (1778-1781)
      Es en estos años cuando Mozart, harto de Salzburgo y del poco reconocimiento que allí se le daba a su obra, le dice al Arzobispo Colloredo que quiere dejar de trabajar para él, y así poder marcharse a Viena. Entonces Colloredo lo expulsa de su servicio. Comúnmente se atribuye a músicos como Beethoven la independencia de los músicos como sirvientes, pero es con esta primera actitud de Mozart cuando comienza la profesión de músico independiente, que trabaja por y para su música, y al que le encargan obras sin necesidad de que ningún noble interceda por él.

      Matrimonio pese a todo (1781-1784)
      Mozart se instaló en Viena y vivió un año feliz. Intervino en conciertos, impartió clases y escribió numerosas obras. 1782 fue el año de otra ópera triunfal: El rapto en el Serrallo, la cual da inicio al género operístico conocido como Singspiel u ópera alemana en un momento en que el italiano era el idioma «oficial» para la ópera. Por entonces estaban de moda los temas turcos, máximo exponente del exotismo oriental y con toques levemente eróticos.
      Como anécdota, el emperador José II comentó al final del estreno: «Música maravillosa para nuestros oídos, verdaderamente creo que tiene demasiadas notas», a lo que el genio contestó: «Exactamente, ¿cuántas son menester?»
      A pesar de que Mozart aún no lograba su madurez y profundidad definitiva, en esta obra se expresa quizá por primera vez la dimensión dramática que veremos en las posteriores operas del genio de Salzburgo. Esta ópera le dio a Mozart el mayor éxito teatral que conocería en vida.
      En este año conoció a través del barón Gottfried Van Swieten —un entusiasta coleccionista y aficionado musical que tenía en su poder una biblioteca con gran cantidad de obras de compositores barrocos— la obra de Georg Friedrich Händel y Johann Sebastian Bach.
      Tomó contacto con los oratorios de Händel y algunas obras de Bach, entre ellas El clave bien temperado. Mozart asimiló los modos de composición de ambos, fusionándolo con el propio, dando a la mayoría de las obras de este período un toque contrapuntístico, apreciable en las transcripciones que hizo de algunas fugas de El clave bien temperado KV 405, las fugas para piano KV 394, KV 401 y KV 426 (luego transcrita para cuerdas con el número de catálogo KV 546). Pero sobre todo, podremos ver la influencia de Händel y Bach en la Misa en do menor KV 427. El estudio de estos autores fue para Mozart tan importante que llegó a realizar arreglos para obras como El Mesías (K.572) o Alexander´s Feast (K.591), ambos oratorios de Händel.

      W. A. Mozart, 1789
      Tras su fracaso sentimental con Aloysa Weber, encontró consuelo en Constanze, la hermana menor. Pero sabía que su padre Leopold no apreciaba a esa familia, puesto que no sin razones creía que estos, fundamentalmente la madre, querían aprovecharse del éxito de su hijo. Sin embargo, hay suficientes antecedentes de que Constanze amaba verdaderamente a Mozart y nunca compartió las maquinaciones de su madre. Como el consentimiento de su padre era fundamental para Mozart, quiso viajar a Salzburgo para presentarle formalmente a la novia, pero varios eventos postergaron el temido viaje para enfrentar a su progenitor.
      El 4 de agosto de 1782, sin el consentimiento paterno, Wolfgang Amadeus y Constanze se casaron en Viena. Para celebrar la unión y para calmar a su moralista padre, Mozart compuso la inconclusa Misa en do menor (KV 427). Pensaba estrenarla en Salzburgo con Constanze como primera soprano solista. Sólo pudo hacerlo en agosto de 1783, pero sería inútil. Deseaba demostrar a su familia que había sabido elegir, pero Leopold y Nannerl jamás terminarían de aceptar a Constanze.
      Para colmo de males, su primer hijo murió el 19 de agosto de 1783, al mes de nacido. De los seis hijos que Wolfgang Amadeus tuvo con Constanze —Raimund Leopold (1783), Karl Thomas Mozart (1784), Johann Leopold (1786), Theresia (1787), Anna (1789) y Franz Xaver Wolfgang Mozart (1791)—, sólo dos sobrevivieron: Karl Thomas y Franz Xaver Wolfgang.
      Existe una anécdota en la que, según se cuenta, mientras Constanze daba a luz a un niño muerto, Mozart se encontraba en la habitación contigua componiendo una sinfonía. Buen ejemplo de cómo es la música clasicista, ya que, al contrario de la romanticista (de la cual se atisban pequeños resquicios en los últimos años de vida del compositor), éste no deja plasmados los sentimientos en las obras.

      El más grande compositor (1784-1787)
      Para diciembre de 1784, Mozart ingresó en la francmasonería, en la que encontró un ideal filosófico. 1785 fue un año de gran actividad artística y social. Wolfgang se sintió entusiasmado ante el aplauso que los vieneses dispensaron a su música. Por entonces dedicó a Joseph Haydn algunos cuartetos de cuerda.
      La anécdota cuenta que, al oírlos, Haydn manifestó a Leopold ante Dios que Wolfgang Amadeus era el más grande compositor que hubiera conocido. Fue un gran periodo creador. En 1786 Mozart estaba en la cumbre. Estrenó la ópera Le nozze di Figaro con gran éxito, la cual no estaba exenta de polémica debido a su contenido político. Sin embargo, Mozart y Da Ponte se las arreglaron para excluir de ésta todo aquello que pudiese «poner nerviosas» a las autoridades vienesas. Así, la obra de Beaumarchais logró pasar la censura y Mozart pudo estrenar su ópera. La preocupación del Emperador residía en que la obra sugería la lucha de clases, y en Francia ya le había generado no pocos disturbios a su hermana María Antonieta. En el aria de Figaro «Se vuol Ballare» podemos notar parte de ese contenido que quiso minimizarse (Figaro, con fina pero intensa ironía, entona una cavatina dirigida a su patrón el Conde de Almaviva).
      En 1787, estrenaría en Praga Don Giovanni también con gran éxito. Esta obra, que narra las aventuras de Don Juan, había sido un tema recurrente en la literatura y el teatro y, por lo tanto, Da Ponte no se basa en un texto particular, sino que recoge información de múltiples fuentes. La ópera fue catalogada por Mozart como un «Dramma Giocoso» y su título original era «Il dissoluto punito o sia Il D. Giovanni». El contenido dramático de esta obra está presente desde el comienzo, con la muerte del comendador, hasta el final y contiene algunos de los pasajes más hermosos de la obra de Mozart.
      Sin embargo, en este mismo año, muere en Salzburgo su padre Leopold, quien había sacrificado su carrera musical en pro del futuro musical de sus hijos. Esto lo sume en una gran congoja, ya que su padre había sido su mejor consejero y amigo (y esto lo podemos observar documentado en la numerosa correspondencia entre ambos).
      La ópera Don Giovanni, al contrario de lo sucedido en Praga, resultó un rotundo fracaso en Viena y, poco a poco, esta ciudad iría perdiendo el interés musical por Mozart, probablemente por el advenimiento de otros pianistas con una técnica mucho más aguerrida, como en el caso de Muzio Clementi, con escalas en terceras y acordes más sonoros, ideales para los pianos de construcción inglesa de una sonoridad más robusta, al contrario de los de sonoridad delicada vienesa, aptos para las escalas y sutilezas del pianismo mozartiano. Sus Academias o conciertos por suscripción, que habían sido en toda su estadía en Viena una de las mejores fuentes de ingreso (además de inspiración y motivo de composición de sus conciertos para piano y orquesta a partir del Nº 11, KV 413), comenzaron a perder audiencia, por lo que ya no le reportaban beneficios económicos.

      La misa para difuntos (1791) (Réquiem en Re menor)
      Artículo principal: Requiem de Mozart
      En marzo de 1791, Mozart ofreció en Viena uno de sus últimos conciertos públicos; tocó el Concierto para piano n.º 27 (KV 595). Su último hijo, Franz Xaver, nació el 26 de julio.
      Pocos días antes se presentó en su casa un desconocido, vestido de gris, que rehusó identificarse y que encargó a Mozart la composición de un réquiem. Le dio un adelanto y quedaron en que regresaría en un mes. Pero el compositor fue llamado desde Praga para escribir la ópera La clemencia de Tito, para festejar la coronación de Leopoldo II.
      Cuando subía con su esposa al carruaje que los llevaría a esa ciudad, el desconocido se presentó otra vez, preguntando por su encargo. Esto sobrecogió al compositor.
      Más tarde se supo que aquel sombrío personaje era un enviado del conde Franz Walsseg, cuya esposa había fallecido. El viudo deseaba que Mozart compusiese la misa de réquiem para los funerales de su mujer, pero quería hacer creer a los demás que la obra era suya y por eso permanecía en el anonimato.
      Mozart, obsesionado con la idea de la muerte desde la de su padre, debilitado por la fatiga y la enfermedad, muy sensible a lo sobrenatural por su vinculación con la francmasonería e impresionado por el aspecto del enviado, terminó por creer que éste era un mensajero del Destino y que el réquiem que iba a componer sería para su propio funeral.
      Mozart al morir consiguió terminar tan sólo tres secciones con el coro y orgánico completo: Introito, Kyrie y Dies Irae. Del resto de la Secuencia sólo dejó las partes instrumentales, el coro, voces solistas y el cifrado del bajo y órgano incompletos, además de anotaciones para su discípulo Franz Xaver Süssmayer. También había indicaciones instrumentales y corales en el Domine Jesu y en el Agnus Dei. No había dejado nada escrito para el Sanctus ni el Communio. Su discípulo Süssmayer completó las partes faltantes de la instrumentación, agregó música en donde faltaba y compuso íntegramente el Sanctus. Para el Communio, simplemente utilizó los temas del Introito y el Kyrie, a manera de reexposición, para darle cierta coherencia a la obra.
      El estreno de este Réquiem tuvo lugar en Viena el 2 de enero de 1793 en un concierto en beneficio de la viuda del músico austríaco. Fue interpretado de nuevo el 14 de diciembre de 1793 durante la misa que conmemoraba la muerte de la esposa de Walsegg.

      El final de una vida trágica (1791)
      La salud del genio empezó a declinar y su concentración disminuía. La clemenza di Tito fue acogida con frialdad por el público. Al regresar a Viena, Mozart se puso a trabajar en el réquiem encargado y preparó, en compañía del empresario teatral y cantante Emanuel Schikaneder, los ensayos de la ópera La flauta mágica. Ésta se estrenó con enorme éxito el 30 de septiembre de 1791, con el propio Mozart como director.
      Un músico rival, Antonio Salieri, se hallaba entre el público. Por entonces Mozart escribió el Concierto en La Mayor para clarinete (KV 622), compuesto para el gran clarinetista Stadler. En octubre de 1791 su salud empeoró; caminaba con su esposa por un parque cuando de pronto se sentó en un banco y muy agitado comentó a Constanze que alguien lo había envenenado. Al poco tiempo quedó postrado en su lecho.
      Mozart sentía que ya no volvería a levantarse, pero quería terminar su propia misa de difuntos y dictó a Franz Xaver Süssmayer, su discípulo, las indicaciones para completar el Réquiem KV 626. Pero le faltó tiempo.
      El 5 de diciembre de 1791, Mozart falleció en Viena a los 35 años de edad y su funeral tuvo lugar en la Catedral de San Esteban (donde también se casara con Constanze). Recientes investigaciones han sugerido que Mozart murió por una fiebre reumática, aunque existen múltiples conjeturas. Debido a las penurias económicas, fue enterrado en una fosa común en el cementerio de St. Marx, aunque existe la teoría de que el enterrador, conociendo de quién se trataba, le anudó una soga al cuello, por encima del saco que envolvía el cuerpo. También se sabe que nadie acompañó el cuerpo hasta el cementerio porque hacía un mal día y llovía mucho; solamente lo acompañó hasta el final su perro.
      En la actualidad, hay un supuesto cráneo de Mozart al que se le han hecho diversas pruebas de ADN comparándolo con los de su sobrina y su abuela materna, para poder así confirmar la autenticidad del mismo, pero no sólo encontraron que el ADN del cráneo no coincidía con los de sus dos familiares, sino que el de ellas entre sí tampoco concordaba.

      La leyenda
      Se propagó el rumor de que Mozart había muerto envenenado por Antonio Salieri, quien supuestamente odiaba su genio musical. Esto sirvió de inspiración para un poema del poeta Puskin, en el que se inspiró el compositor Rimski-Kórsakov para hacer una ópera de nombre Mozart y Salieri; y posteriormente por el escritor británico Peter Shaffer para escribir la obra de teatro Amadeus, llevada a la gran pantalla en 1984 con éxito de público y crítica por el director Milos Forman en la película homónima que recibió 8 premios Óscar.
      No obstante, esta conocida obra, aunque inspirada en Mozart, es de ficción y no pretende ser una biografía exacta del músico de Salzburgo. En ella la imagen de Mozart (interpretado por Tom Hulce) aparece exagerada y deformada, poniéndolo, por ejemplo, como un orgulloso bufón de risa bobalicona siempre dominado por su padre, tópicos que no se corresponden con la realidad; así como tenemos a un perverso y maquiavélico Salieri (interpretado por el actor estadounidense F. Murray Abraham), de discutible historicidad.
      Citando el artículo sobre Antonio Salieri en Wikipedia:
      "Ocurrió en los años alrededor de 1790 que Mozart, entonces en la cúspide de la fama, acusara a Salieri, cuya popularidad decaía, de plagio y de querer atentar contra su vida. Según el historiador Alexander Wheelock Thayer, las sospechas de Mozart podrían tener origen en un episodio ocurrido diez años antes, cuando Mozart vio cómo Salieri le quitaba el puesto de profesor de música de la princesa de Wurtemberg. El año siguiente, Mozart no consiguió ni siquiera el puesto de profesor de piano de la princesa.
      Cuando la ópera de Mozart Las Bodas de Fígaro tuvo en principio un juicio negativo tanto del público como del propio Emperador, el compositor acusó a Salieri del fracaso y de haber boicoteado el estreno ("Salieri y sus acólitos moverían cielo y tierra con tal de hacerlo caer", comentará el padre de Mozart, Leopold, refiriéndose al primer fracaso de su hijo, fracaso sólo temporal, como demostrará más adelante el éxito de esta ópera). Pero en aquella época Salieri estaba ocupado en Francia con la representación de su ópera Les Horaces, lo que nos hace dudar sobre las posibilidades que habría tenido de decidir a esa distancia el éxito o el fracaso de una ópera.
      Mucho más probablemente (y siempre siguiendo a Thayer), quien debió de instigar a Mozart contra Salieri podría haber sido el poeta Giovanni Battista Casti, rival del poeta de la corte Lorenzo da Ponte, autor del libreto de Figaro. Una confirmación indirecta de hasta qué punto esta disputa entre Mozart y Salieri pudo haber sido algo artificialmente montado, está fundado en el hecho de que cuando en 1788 éste es nombrado Kapellmeister, en lugar de proponer para la ocasión una de sus óperas, prefirió reeditar Las Bodas de Fígaro.
      Entre los pupilos de Salieri estuvo incluso uno de los hijos del propio Mozart, lo que junta una vez más sus nombres.
      En sus últimos años de vida, Salieri vio cómo su salud empeoraba repentinamente y de modo irreversible. Quedó ciego y pasó los últimos años de su vida internado en un manicomio. En ese período, el mismo Salieri se pudo haber autoacusado de la muerte de Mozart, o al menos eso es lo que testimonian dos de sus enfermeras."

      Valoración musical
      Mozart aparece hoy como uno de los más grandes genios musicales del mundo. Era capaz de concebir mentalmente obras enteras hasta en sus más mínimos detalles para escribirlas después tranquilamente en medio de la conversación y el bullicio. Fue excelente pianista, organista, violinista y director. Jamás se han superado sus improvisaciones, que no solían faltar en sus conciertos y recitales. Como compositor ocupa un elevadísimo lugar en todos los géneros; operístico, de cámara y religioso. Cualquiera que fuera el instrumento o combinación de instrumentos para los que compusiera, lo hacía con perfección insuperable. En su producción, la calidad igualó a la cantidad.
      Bajo la influencia del romanticismo, sus obras son con frecuencia erróneamente comprendidas e interpretadas y suelen ejecutarse en un estilo denso, majestuosamente emocional, tan lejos de su intención como lo están de la realidad los retratos románticos que de él se hicieran. Sin embargo, su música perdura, mientras mueren los vanos preciosismos. Su cualidad más imperecedera es la perfección. Interpretada en el estilo adecuado, su música representa la quintaesencia de lo bello.

      Sus obras
      La obra de Mozart fue catalogada por Ludwig von Köchel en 1832. Comprende 626 opus. La producción sinfónica e instrumental consta de:
      41 sinfonías, entre las que destacan la 35, Haffner (1782), la 36, Linz (1783), la 38, Praga (1786) y las tres últimas (la 39, en mi bemol, la 40, en sol menor, K. 550, y la 41, en do mayor, K. 551 Júpiter compuestas en 1788;
      conciertos (27 para piano, 5 para violín y varios para otros instrumentos);
      sonatas para piano, piano y violín y otros instrumentos, que constituyen piezas clave de la música mozartiana;
      música de cámara (dúos, tríos, cuartetos y quintetos);
      Adagios
      61 divertimentos,
      serenatas,
      marchas y
      22 óperas.
      Mozart empezó a escribir su primera sinfonía en 1764, cuando contaba únicamente 8 años de edad. Esta obra está influida por la música italiana, al igual que todas las sinfonías que compuso hasta mediados de la década de los setenta, época en que alcanzó la plena madurez estilística. El ciclo sinfónico de Mozart concluye con una trilogía de obras maestras formado por las sinfonías Nº 39 en mi bemol mayor, Nº 40 en sol menor y Nº 41 en do mayor "Júpiter", escritas en 1788. Tres años después, el compositor morirá vencido por la enfermedad y el desaliento.
      Con respecto a su producción operística, después de algunas obras «menores» llegaron sus grandes títulos a partir de 1781: Idomeneo rey de Creta (1781); El rapto en el serrallo (1782), la primera gran ópera cómica alemana; Las bodas de Fígaro (1786), Don Giovanni (1787) y Così fan tutte ('Así hacen todas', 1790), escritas las tres en italiano con libretos de Lorenzo da Ponte; La flauta mágica (1791), en la que se reflejan los ritos e ideales masónicos, y La clemencia de Tito (1791).
      El grueso de la música religiosa que escribió forma parte del período salzburgués, donde encontramos gran cantidad de misas, como la Misa de Coronación, KV 317, sonatas da chiesa y otras piezas para los diversos oficios de la iglesia católica. En el período vienés disminuye su producción sacra. Sin embargo, las pocas obras de carácter religioso de este período son claros ejemplos de la madurez del estilo mozartiano. Compone la monumental misa en do menor KV 427 (la que queda inconclusa, al igual que el Réquiem), el motete Ave Verum Corpus K.618 y el Réquiem en re menor, K.626 Réquiem (Mozart).
      También compuso bellísimas canciones, tales como Abendempfindung an Laura KV 523 entre otras. Compuso asimismo bastantes arias de concierto de gran calidad, muchas de las cuales fueron usadas en óperas de otros compositores a modo de encargos. De sus arias de concierto se pueden destacar por su calidad y encanto: Popoli di Tessaglia K.316, Vorrei spiegarvi K.418, ambas para soprano, o Per pietà K.420 para tenor.

      Véase también
      Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Wolfgang Amadeus Mozart.Commons
      Catálogo Köchel de la obra de Mozart
      Efecto Mozart
      Amadeus
      Réquiem (Mozart)

      Fonoteca
      Fonoteca de Mozart (En construcción, pero operativa)
      [1] Sonata en Do Mayor K 6 (fragmento)
      [2] Fuga en Mi bemol Mayor KV 153/375f
      [3] Fuga en Sol menor KV 154
      [4] Concierto para piano n.º 20 KV 466

      Referencias

      Enlaces externos
      Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Wolfgang Amadeus Mozart.Commons
      El Proyecto Mutopía dispone de una colección de partituras libres y gratuitas de Wolfgang Amadeus Mozart
      Grabaciones de la obra íntegra de Mozart y catálogo Kochel completo(en español) ]
      Catálogo de obras de Mozart en la Biblioteca Británica de Londres (en inglés).
      El Concierto para clarinete de Mozart en CD: una guía para todos. Texto destinado a orientar a melómanos y clarinetistas en particular (en español).
      ¿Envenenó Salieri a Mozart? Análisis de los indicios y pruebas del supuesto asesinato.
      ¿Cuándo fue estrenado el concierto para clarinete de Mozart? Un interesante artículo en las páginas de Clariperu.
      La música religiosa de Mozart
      Mozart en Viena un video sobre el lugar donde Mozart compuso la Opera Figaro
      Mozart y Salzburgo
      Ser hijo de Mozart
      Dándole vueltas a Mozart
      Mozart camino de Praga
      Nannerl, la hermana de Mozart
      Mozart, siempre Mozart
      Libros sobre Mozart

      EVANGELI.NET

      Text de l'Evangeli (Mc 12,38-44): En aquell temps, Jesús instruint la gent, deia: «Aneu amb compte amb els mestres de la Llei. Els agrada de passejar-se amb llargues vestidures, que la gent els saludi a les places i que els facin ocupar els seients d'honor a les sinagogues i els primers llocs en els banquets. Devoren els béns de les viudes i fan veure que preguen llargament. Per això aquests seran judicats amb més rigor».
      Jesús es va asseure davant la sala del tresor i mirava com la gent hi tirava diners. Molts rics hi tiraven molt. Llavors va arribar una viuda pobra que hi tirà dues petites monedes de coure. Jesús va cridar els seus deixebles i els digué: «Us asseguro que aquesta viuda pobra ha tirat al tresor més que tots els altres. Tots han donat el que els sobrava; ella, en canvi, ha donat el que necessitava, tot el que posseïa, tot el que tenia per a viure».«Llavors va arribar una viuda pobra que hi tirà dues petites monedes de coure»
      Avui, com en temps de Jesús, els devots —i encara més els “professionals” de la religió— podem patir la temptació d'una mena d'hipocresia espiritual, palesada en actituds vanitoses, justificades pel fet de sentir-nos millors que la resta: per alguna cosa som els creients, els practicants... els purs! Si més no, en el fur intern de la nostra consciència, a vegades potser ens sentim així; sense arribar, amb tot, a “fer veure que preguem” i, menys encara, a “devorar els béns de ningú”.
      En contrast evident amb els mestres de la llei, l'Evangeli ens presenta el gest senzill, insignificant, d'una dona viuda que va suscitar l'admiració de Jesús: «Llavors va arribar una viuda pobra que hi va tirar dues petites monedes de coure» (Mc 12,42). El valor del donatiu era quasi nul, però la decisió d'aquella dona era admirable, heroica: donà tot el que tenia per a viure.
      En aquest gest, Déu i els altres passaven davant d'ella i de les seves pròpies necessitats. Ella quedava totalment a les mans de la Providència. No li quedava cap altra cosa on agafar-se perquè, voluntàriament, ho havia posat tot al servei de Déu i de l'atenció dels pobres. Jesús —que ho veié— avaluà l'oblit de si mateixa, i el desig de lloar Déu i de socórrer els pobres, com el donatiu més important de tots els que s'havien fet —potser ostentosament— al mateix lloc.
      La qual cosa vol dir que l'opció fonamental i salvífica s'esdevé en el nucli de la pròpia consciència, quan decidim obrir-nos a Déu i viure a disposició del pròxim; el valor de l'elecció ve donat no pas per la qualitat o quantitat de l'obra feta, sinó per la puresa de la intenció i la generositat de l'amor.
      Texto del Evangelio (Mc 12,38-44): En aquel tiempo, dijo Jesús a las gentes en su predicación: «Guardaos de los escribas, que gustan pasear con amplio ropaje, ser saludados en las plazas, ocupar los primeros asientos en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; y que devoran la hacienda de las viudas so capa de largas oraciones. Esos tendrán una sentencia más rigurosa.
      Jesús se sentó frente al arca del Tesoro y miraba cómo echaba la gente monedas en el arca del Tesoro: muchos ricos echaban mucho. Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas, o sea, una cuarta parte del as. Entonces, llamando a sus discípulos, les dijo: «Os digo de verdad que esta viuda pobre ha echado más que todos los que echan en el arca del Tesoro. Pues todos han echado de los que les sobraba, ésta, en cambio, ha echado de lo que necesitaba todo cuanto poseía, todo lo que tenía para vivir».

      «Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas»
      Hoy, como en tiempo de Jesús, los devotos —y todavía más los “profesionales” de la religión— podemos sufrir la tentación de una especie de hipocresía espiritual, manifestada en actitudes vanidosas, justificadas por el hecho de sentirnos mejores que el resto: por alguna cosa somos los creyentes, practicantes... ¡los puros! Por lo menos, en el fuero interno de nuestra conciencia, a veces quizá nos sentimos así; sin llegar, sin embargo, a “hacer ver que rezamos” y, menos aún a “devorar los bienes de nadie”.
      En contraste evidente con los maestros de la ley, el Evangelio nos presenta el gesto sencillo, insignificante, de una mujer viuda que suscitó la admiración de Jesús: «Llegó también una viuda pobre y echó dos moneditas» (Mc 12,42). El valor del donativo era casi nulo, pero la decisión de aquella mujer era admirable, heroica: dio todo lo que tenía para vivir.
      En este gesto, Dios y los demás pasaban delante de ella y de sus propias necesidades. Ella permanecía totalmente en las manos de la Providencia. No le quedaba ninguna otra cosa a la que agarrarse porque, voluntariamente, lo había puesto todo al servicio de Dios y de la atención de los pobres. Jesús —que lo vio— valoró el olvido de sí misma, y el deseo de glorificar a Dios y de socorrer a los pobres, como el donativo más importante de todos los que se habían hecho —quizá ostentosamente— en el mismo lugar.
      Todo lo cual indica que la opción fundamental y salvífica tiene lugar en el núcleo de la propia conciencia, cuando decidimos abrirnos a Dios y vivir a disposición del prójimo; el valor de la elección no viene dado por la cualidad o cantidad de la obra hecha, sino por la pureza de la intención y la generosidad del amor.Today's Gospel (Mk 12:38-44): As Jesus was teaching, He also said to them, «Beware of those teachers of the Law who enjoy walking around in long robes and being greeted in the marketplace, and who like to occupy reserved seats in the synagogues and the first places at feasts. They even devour the widow's and the orphan's goods while making a show of long prayers. How severe a sentence they will receive!».
      Jesus sat down opposite the Temple treasury and watched the people dropping money into the treasury box; and many rich people put in large offerings. But a poor widow also came and dropped in two small coins. Then Jesus called his disciples and said to them, «Truly I say to you, this poor widow put in more than all those who gave offerings. For all of them gave from their plenty, but she gave from her poverty and put in everything she ha«A poor widow also came and dropped in two small coins»
      Today, as in Jesus' times, some pious persons —and even more so, some religious “professionals”— may be tempted by a kind of spiritual hypocrisy, evidenced through self-conceited attitudes, which we try to justify by our feeling better than all the rest: after all, we are the believers, the practitioners..., the pure ones! If nothing else, at times, deep inside our heart, we may feel like that; without, however, “making a show of being praying” or, even less, trying to “devour anybody's goods”.
      In sharp contrast with the masters of the law, the Gospel presents a simple and almost insignificant gesture on the part of a poor widow that provokes Jesus' admiration: «But a poor widow also came and dropped in two small coins» (Mk 12:42). The actual value of her donation is almost nil, but the woman's decision is admirable, heroic: she gives everything she has, her very living.
      With this gesture, God and the others went ahead of her and of her own needs. She fully and totally remained in the Providence's hands. She had nothing else to rely upon because, quite willingly, she had given it all to the service of God and to the attention of the poor. Jesus, who saw it, valued her generosity and her desire to praise God and help the poor, as the most important offering of all that had been made —perhaps, most ostentatiously— in that Temple.
      Which means that the fundamental and salvation option is to be found in the nucleus of our own conscience, when we decide to open ourselves to God and live at the disposal of mankind; and when the election value is not given by the quality or quantity of the work made, but by the purity of intention and loving generosity.d, her very living».


      Texte de l'Évangile (Mc 12,38-44): Dans son enseignement, il disait: «Méfiez-vous des scribes, qui tiennent à sortir en robes solennelles et qui aiment les salutations sur les places publiques, les premiers rangs dans les synagogues, et les places d'honneur dans les dîners. Ils dévorent les biens des veuves et affectent de prier longuement: ils seront d'autant plus sévèrement condamnés».
      Jésus s'était assis dans le Temple en face de la salle du trésor, et regardait la foule déposer de l'argent dans le tronc. Beaucoup de gens riches y mettaient de grosses sommes. Une pauvre veuve s'avança et déposa deux piécettes. Jésus s'adressa à ses disciples: «Amen, je vous le dis: cette pauvre veuve a mis dans le tronc plus que tout le monde. Car tous, ils ont pris sur leur superflu, mais elle, elle a pris sur son indigence: elle a tout donné, tout ce qu'elle avait pour vivre».
      «Une pauvre veuve s'avança et déposa deux piécettes»
      Aujourd'hui, comme à l'époque de Jésus, les dévots -et surtout les "professionnels" de la religion- peuvent être tentés par une certaine hypocrisie spirituelle, qui se manifeste par des attitudes vaniteuses, qu'ils justifient en se disant qu'ils sont supérieurs aux autres: "après tout nous, nous sommes les croyants et les pratiquants:… les purs!". En tout cas, à l'intérieur de notre conscience, nous raisonnons parfois de cette manière, sans arriver pour autant à "faire semblant" de prier ou encore moins de nous "jeter sur les bien de quelqu'un".
      Pour nous mettre en évidence le contraste avec les maîtres de la loi, l'Évangile nous présente le geste, simple et insignifiant de la veuve qui a tant suscité l'admiration de Jésus: «Une pauvre veuve s'avança et déposa deux piécettes» (Mt 12,42). La valeur du don était quasiment nulle, mais la décision de cette femme était admirable et héroïque: elle avait fait don de tout ce qu'elle avait pour vivre.
      Par son geste, elle faisait passer Dieu et les autres avant elle et ses propres besoins. Et elle se mettait entièrement entre les mains de la Providence. Elle n'avait plus rien à quoi s'accrocher car elle avait, volontairement, tout mis au service de Dieu et des pauvres. Jésus qui a vu cela, a loué, son oubli de soi et son désir de glorifier Dieu et de venir en aide aux pauvres, et a qualifié son don comme le plus important de tous les dons qui avaient été faits -peut-être ostensiblement- au même endroit.
      Tout cela indique que le choix fondamental et salvateur a lieu dans le for intérieur de notre propre conscience, quand nous décidons de nous ouvrir à Dieu et de nous mettre au service du prochain, la valeur de notre choix ne vient pas de la quantité ou de la qualité de notre action mais de la pureté de l'intention ainsi que de son don d'amour au centre de notre propre conscience.


      EINSTEIN,ALBERT

      " NUNCA PIENSO EN EL FUTURO, LLEGA ENSEGUIDA."

      EVANGELI.NET

      Text de l'Evangeli (Mc 12,35-37): En aquell temps, Jesús prengué la paraula i ensenyava en el temple dient: «Com poden dir els mestres de la Llei que el Messies ha de ser fill de David? David mateix, mogut per l'Esperit Sant, va dir: ‘El Senyor digué al meu Senyor: Seu a la meva dreta, i espera que posi els enemics sota els teus peus’. Per tant, si David mateix l'anomena Senyor, com pot ser fill seu?». Una gran gentada l'escoltava de bon grat.
      «David mateix anomena [el Messies] Senyor»
      Avui, el judaisme encara sap que el Messies ha de ser “fill de David” i que ha d'inaugurar una nova era del regnat de Déu. Els cristians “sabem” que el Messies Fill de David és Jesucrist i que aquest regnat ja ha començat incoativament —com una llavor que neix i creix— i que es farà realitat visible i esclatant quan Jesús torni al final dels temps. Però ja ara Jesús és el Fill de David i ens permet de viure “en esperança” els béns del regne messiànic.
      El títol de “Fill de David” aplicat a Jesucrist forma part de la medul·la de l'Evangeli. En l'Anunciació, la Verge rebé aquest missatge: «El Senyor Déu li donarà el tron de David el seu pare, i regnarà per sempre» (Lc 1,32-33). Els pobres que demanaven a Jesús de ser guarits, li cridaven: «Jesús, Fill de David, tingues compassió de mi» (Mc 10,48). Quan Jesús entrà solemnement a Jerusalem va ser aclamat: «Beneït el Regne que ve del nostre Pare David» (Mc 11,10). L'antiquíssim llibre de la Didachè dóna gràcies a Déu «per la santa vinya de David, el teu servent, que ens has donat a conèixer per mitjà de Jesús, el teu servent».
      Però Jesús no solament és fill de David, sinó també Senyor. Jesús ho afirma solemnement tot citant el Salm davídic 110. Els jueus això no ho poden entendre: És impossible que el fill de David pugui ser “Senyor” del seu pare. Sant Pere, testimoni de la resurrecció de Jesús, va veure clar que Jesús havia estat constituït “Senyor de David”, perquè «David va morir i fou enterrat i el seu sepulcre és encara avui entre nosaltres (...), però Jesús de Natzaret, Déu l'ha ressuscitat i tots nosaltres en som testimonis» (Ac 2,29.32).
      «Jesucrist, nascut del llinatge de David segons la carn, constituït Fill de Déu en poder», com l'anomena sant Pau (Rm 1,3-4), ha esdevingut el focus d'atracció del cor de tots els homes, i d'aquesta manera, atraient envers Ell suaument, exerceix ja ara la seva senyoria sobre tots els homes que se li adrecen amb amor i amb confiança.

      Texto del Evangelio (Mc 12,35-37): En aquel tiempo, Jesús, tomando la palabra, decía mientras enseñaba en el Templo: «¿Cómo dicen los escribas que el Cristo es hijo de David? David mismo dijo, movido por el Espíritu Santo: ‘Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra hasta que ponga a tus enemigos debajo de tus pies’. El mismo David le llama Señor; ¿cómo entonces puede ser hijo suyo?». La muchedumbre le oía con agrado.
      Comentario:
      P. Josep de Calasanç Laplana OSB (Monje de Montserrat, Cataluña-España)
      «El mismo David llama Señor [al Mesías]»
      Hoy, el judaísmo aún sabe que el Mesías ha de ser “hijo de David” y debe inaugurar una nueva era del reinado de Dios. Los cristianos “sabemos” que el Mesías Hijo de David es Jesucristo, y que este reino ha empezado ya incoativamente —como semilla que nace y crece— y se hará realidad visible y radiante cuando Jesús vuelva al final de los tiempos. Pero ahora ya Jesús es el Hijo de David y nos permite vivir “en esperanza” los bienes del reino mesiánico.
      El título “Hijo de David” aplicado a Jesucristo forma parte de la médula del Evangelio. En la Anunciación, la Virgen recibió este mensaje: «El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la estirpe de Jacob por siempre» (Lc 1,32-33). Los pobres que pedían la curación a Jesús, clamaban: «¡Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí!» (Mc 10,48). En su entrada solemne en Jerusalén, Jesús fue aclamado: «¡Bendito el reino que viene, el de nuestro padre David!» (Mc 11,10). El antiquísimo libro de la Didakhé agradece a Dios «la viña santa de David, tu siervo, que nos has dado a conocer por medio de Jesús, tu siervo».
      Pero Jesús no es sólo hijo de David, sino también Señor. Jesús lo afirma solemnemente al citar el Salmo davídico 110, cita incomprensible para los judíos: pues resulta imposible que el hijo de David sea “Señor” de su padre. San Pedro, testigo de la resurrección de Jesús, vio claramente que Jesús había sido constituido “Señor de David”, porque «David murió y fue sepultado, y su sepulcro aún se conserva entre nosotros (…). A este Jesús Dios lo ha resucitado, y de ello somos testigos todos nosotros» (Ac 2,14).
      Jesucristo, «nacido, en cuanto hombre, de la estirpe de David y constituido por su resurrección de entre los muertos Hijo poderoso de Dios», como dice san Pablo (Rm 1,3-4), se ha convertido en el foco que atrae el corazón de todos los hombres, y así, mediante su atracción suave, ejerce su señorío sobre todos los hombres que se dirigen a Él con amor y confianza.


      Today's Gospel (Mk 12:35-37): As Jesus was teaching in the Temple, he said, «The teachers of the Law say that the Messiah is the son of David. How can that be? For David himself, inspired by the Holy Spirit declared: ‘The Lord said to my Lord: sit at my right until I put your enemies under your feet’. If David himself calls him Lord, in what way can he be his son?». Many people came to Jesus and listened to him gladly.
      «David himself calls him [the Messiah] Lord»
      Today, Judaism still claims the Messiah has to be the “son of David” that must inaugurate a new age of the kingdom of God. We Christians do “know” the Messiah, Son of David, is Jesus Christ and that His kingdom has already started —as a seed that germinates, grows up and bears fruit— and will become a visible and magnificent reality when Jesus comes back at the end of time. But already now Jesus is the Son of David and allows us to live “in hope” by enjoying the benefits of the Messianic Kingdom.
      The title of “Son of David” applied to Jesus Christ makes part of the “medulla” of the Gospel. In the Annunciation, the Virgin received this message: «And the Lord God will give him the throne of David his father, and He will rule over the house of Jacob forever, and of his kingdom there will be no end» (Lk 1:32-33). The destitute that begged Jesus to cure them, were saying: «You son of David, have mercy on me!» (Mk 10:48). When Jesus solemnly entered in Jerusalem He was acclaimed: «Blessed is the kingdom of our father David that is to come! Hosanna in the highest » (Mk 11:10). The very old book Didache thanks God «for the saint vineyard of David, your servant, that we have come to know through Jesus, your servant».
      But Jesus is not only the son of David, but also the Lord. Jesus confirms it solemnly by quoting the Davidic Psalm 110. The Jews cannot understand it: it is impossible that the son of David can also be the “Lord” of his father. St. Peter, witness of Jesus resurrection, clearly saw that Jesus had been constituted “Lord of David”, because «Brothers, I can tell you confidently that the patriarch David died and was buried, and his tomb is here to this day.(...), this Jesus God raised up, whereof we all are witnesses» (Acts 2:29-32).
      «His Son, descended from David according to the flesh, but established as Son of God in power», as St. Paul names him (cf. Rm 1:3-4), has become the attraction focus of all men's hearts, and thus, softly attracting us towards him, He already exerts now his lordship over all men that address him with Love and in Trust.

      Texte de l'Évangile (Mc 12,35-37): Quand Jésus enseignait dans le Temple, il déclarait: «Comment les scribes peuvent-ils dire que le Messie est le fils de David? David lui-même a dit sous l'inspiration de l'Esprit Saint: Le Seigneur a dit à mon Seigneur: ‘Siège à ma droite jusqu'à ce que j'aie mis tes ennemis sous tes pieds!’. David lui-même le nomme Seigneur. D'où vient qu'il est également son fils?». Et la foule, qui était nombreuse, l'écoutait avec plaisir.
      «David lui-même le nomme Seigneur»
      Aujourd'hui, même le Judaïsme proclame que le Messie doit être "fils de David" et doit inaugurer une nouvelle ère: celle du Royaume de Dieu. Nous les chrétiens, nous savons que le Messie, Fils de David est Jésus-Christ, et que son règne a déjà commencé, comme une semence qui pousse, et deviendra évidente et rayonnante quand Jésus reviendra à la fin des temps. Mais pour le moment Jésus est déjà Fils de David et cela nous permet de vivre dans l'espérance des bienfaits du royaume messianique.
      Le titre "Fils de David" décerné à Jésus est une partie essentielle de l'Évangile. Lors de l'Annonciation, la Sainte Vierge a reçu le message suivant: «Le Seigneur Dieu lui donnera le trône de David son père; il régnera pour toujours sur la maison de Jacob» (Lc 1,32-33). Les pauvres qui demandaient à Jésus de les guérir criaient: «Fils de David, aie pitié de moi!» (Mc 10,48). Lors de sa rentrée triomphale à Jérusalem les gens proclament: «Béni le Règne qui vient, celui de notre père David. Hosanna au plus haut des cieux!» (Mc 11,10). Le livre ancien de Didakné rend grâce à Dieu «la vigne sainte de la souche de David, ton serviteur, que tu nous a fait connaître grâce à Jésus, ton serviteur».
      Mais Jésus n'est pas uniquement Fils de David, Il est aussi son Seigneur. Jésus le confirme solennellement en citant le Psaume 110, citation incompréhensible pour les juifs: car pour eux il est impossible que le Fils de David soit aussi "Seigneur" de son Père. Saint Pierre, témoin de la résurrection du Christ a constaté que Jésus avait clairement était sacré "Seigneur de David", «Frères, au sujet de David notre père, on peut vous dire avec assurance qu'il est mort, qu'il a été enterré, et que son tombeau est encore aujourd'hui chez nous. Mais il était prophète, il savait que Dieu lui avait juré de faire asseoir sur son trône un de ses descendants» (Ac 2,14).
      Jésus comme le dit Saint Paul, «est né de la race de David; selon l'Esprit qui sanctifie, il a été établi dans sa puissance de Fils de Dieu par sa résurrection d'entre les morts, lui, Jésus Christ, notre Seigneur» (Rm 1,3-4), est devenu le centre qui attire les c�urs de tous les hommes, et par cette douce attraction Il exerce sa puissance sur tous les hommes qui viennent à Lui avec amour et confiance.

      EINSTEIN,ALBERT

      Tuve la fortuna de topar con libros que no eran demasiado puntillosos con el rigor lógico, pero que en cambio hacían resaltar con claridad las ideas principales.

      evangeli.net


      Text de l'Evangeli (Mc 12,28-34): En aquell temps, un dels mestres de la Llei s'acostà a Jesús i li va fer aquesta pregunta: «Quin és el primer de tots els manaments?». Jesús va respondre: «El primer és: ‘Escolta, Israel: el Senyor és el nostre Déu, el Senyor és l'únic. Estima el Senyor, el teu Déu, amb tot el cor, amb tota l'ànima, amb tot el pensament i amb tota la força’. El segon és aquest: ‘Estima els altres com a tu mateix’. No hi ha cap manament més gran que aquests».
      Llavors el mestre de la Llei li digué: «És veritat, mestre. Amb tota la raó dius que Ell és l'únic i que no n'hi ha d'altre fora d'Ell, i que estimar-lo amb tot el cor, amb tot l'enteniment i amb tota la força i estimar els altres com a si mateix val més que tots els holocaustos i sacrificis».
      Jesús, veient que havia parlat assenyadament, li digué: «No ets pas lluny del Regne de Déu». I ningú no s'atreví a fer-li cap més pregunta.

      la violencia de género

      ¿Que les pasa a los hombres? POR ISABEL MENENDEZ
      Escribía Sol Gallego-Díaz que, si en los últimos cinco años, 340 varones hubieran sido asesinados por sus parejas, existirían decenas de organizaciones femeninas dispuestas a combatir ese espanto, dedicadas a educar a sus hijas de otra forma. Seguramente, sostiene la periodista, la mayoría de ellas pensaría que algo iba mal en la formación del carácter femenino si ésa era la consecuencia. Pero la realidad es que han sido 340 varones los que han matado a sus compañeras y lo sorprendente, escribe Gallego-Díaz, es que los hombres actúan como si la violencia machista no fuese con ellos e incluso les repugna cualquier generalización respecto a ellos mismos.Los hombres que matan a sus parejas o ex parejas no están locos, ni son drogadictos, ni alcohólicos. Son individuos violentos que actúan con premeditación y plena conciencia. Este es el resultado de un estudio que acaba de presentar el Grupo de Expertos en Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial, tras analizar 147 sentencias. El consumo de drogas y alcohol sólo apareció en un 3’4% de los casos; la alteración psíquica, en un 5’4%.Sin embargo, cuando conocemos un nuevo caso de violencia, no es raro escuchar frases como "tenía que estar loco". Lo mismo ocurre ante horrores como los cometidos por Josef Fritzl, el austriaco que mantuvo encerrada a su hija durante 24 años en un zulo bajo tierra, que la violó desde la infancia y que, como fruto de esos abusos, tuvo siete hijos/as nacidos/as en cautividad y encerrados la mayoría de ellos también: la locura parece la única solución para entender la atrocidad. Alberto Fernández Liria, neuropsiquiatra, escribía en El País que, pensar en aquello que no consideramos humano como producto de una enfermedad, nos evita el trance de aceptar la maldad de nuestros iguales. El coste, sin embargo, es alto, pues niega la responsabilidad de quien ejerce esa acción y, además, relaciona enfermedad mental con violencia, estigmatizando aún más a ese colectivo de personas.No hay enfermedad mental que explique el inhumano proceder de Fritzl, que sabía que su conducta era deleznable y por eso la ocultó. El mal causado a esos hijos/as es irreparable, como lo es el asesinato de las 340 mujeres, pero no se debe a ninguna enfermedad: "empezamos a querer ver enfermos mentales donde sólo hay malvados y acabamos viendo malvados donde sólo hay enfermos mentales", explica Fernández. Ni se debe a que Fritzl sea un monstruo, aunque denominarle así le sitúa, una vez más, lejos de nosotros/as, porque lo ajeno o patológico permite confirmar nuestra propia salud mental. Sin embargo, como explicaba Mariano Maresca, el caso que los medios de comunicación han llamado "El monstruo de Amstetten" sólo demuestra que, en nuestra especie, existe la conducta criminal.La verdad está aquí mismo, pero hay que querer asumirla. Elfriede Jelinek, premio Nobel de Literatura en 2004, también austriaca, publicó en Internet una reflexión sobre este caso, relacionándolo con las estructuras patriarcales. En su artículo "En el abandono", la autora asocia ideas sobre ese calabozo subterráneo donde Fritzl encerró y violó a su hija, y habla de un "abuelo-dios-padre" que reina sin límites, en un mundo donde no hay ruido ni gritos y donde nadie cuestiona su autoridad. Jelinek recorre el imaginario masculino que todavía hoy se perpetúa en la educación de los varones para interpretar los actos de su compatriota, dejando claro que todo tiene que ver con "la palabra del padre", es decir, con la autoridad masculina.Los actos terribles que llenan los diarios son el resultado de una educación que todavía no ha cambiado. La violencia de género es un problema de poder y un problema de los hombres que, sin embargo, padecen las mujeres. Esa es la realidad. Ellos deberían preguntarse qué es lo que está equivocado en el carácter masculino para que muchas relaciones que eran de afecto, terminen en crimen

      evangeli.net


      Día litúrgico: Martes IX del tiempo ordinario
      Texto del Evangelio (Mc 12,13-17): En aquel tiempo, enviaron a Jesús algunos fariseos y herodianos, para cazarle en alguna palabra. Vienen y le dicen: «Maestro, sabemos que eres veraz y que no te importa por nadie, porque no miras la condición de las personas, sino que enseñas con franqueza el camino de Dios: ¿Es lícito pagar tributo al César o no? ¿Pagamos o dejamos de pagar?».
      Mas Él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: «¿Por qué me tentáis? Traedme un denario, que lo vea». Se lo trajeron y les dice: «¿De quién es esta imagen y la inscripción?». Ellos le dijeron: «Del César». Jesús les dijo: «Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios». Y se maravillaban de Él.

      Comentario: Rev. D. Manuel Sánchez Sánchez (Sevilla, España)
      «Lo del César, devolvédselo al César, y lo de Dios, a Dios»
      Hoy, de nuevo nos maravillamos del ingenio y sabiduría de Cristo. Él, con su magistral respuesta, señala directamente la justa autonomía de las realidades terrenas: «Lo del César, devolvédselo al César» (Mc 12,17).
      Pero la Palabra de hoy es algo más que saber salir de un apuro; es una cuestión que tiene actualidad en todos los momentos de nuestra vida: ¿qué le estoy dando a Dios?; ¿es realmente lo más importante en mi vida? ¿Dónde he puesto el corazón? Porque... «donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón» (Lc 12,34).
      En efecto, según san Jerónimo, «tenéis que dar forzosamente al César la moneda que lleva impresa su imagen; pero vosotros entregad con gusto todo vuestro ser a Dios, porque impresa está en nosotros su imagen y no la del César». A lo largo de su vida, Jesucristo plantea constantemente la cuestión de la elección. Somos nosotros los que estamos llamados a elegir, y las opciones son claras: vivir desde los valores de este mundo, o vivir desde los valores del Evangelio.
      Siempre es tiempo de elección, tiempo de conversión, tiempo para volver a “resituar” nuestra vida en la dinámica de Dios. Será la oración, y especialmente la realizada con la Palabra de Dios, la que nos vaya descubriendo lo que Dios quiere de nosotros. El que sabe elegir a Dios se convierte en morada de Dios, pues «si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada en él» (Jn 14,23). Es la oración la que se convierte en la auténtica escuela donde, como afirma Tertuliano, «Cristo nos va enseñando cuál era el designio del Padre que Él realizaba en el mundo, y cual la conducta del hombre para que sea conforme a este mismo designio». ¡Sepamos, por tanto, elegir lo que nos conviene!
      Text de l'Evangeli (Mc 12,13-17): En aquell temps, els principals de Jerusalem van enviar a Jesús alguns fariseus i alguns partidaris d'Herodes per sorprendre'l en alguna paraula comprometedora. Hi van, doncs, i li diuen: «Mestre, sabem que dius la veritat, sense deixar-te influir per ningú, ja que no fas distinció de persones, sinó que ensenyes de debò el camí de Déu. Digues: ¿És permès o no de pagar tribut al Cèsar? ¿L'hem de pagar o no l'hem de pagar?».
      Jesús es va adonar de la seva hipocresia i els respongué: «Per què em poseu a prova? Porteu-me un denari i deixeu-me'l veure». Ells l'hi portaren. Jesús els preguntà: «De qui són aquesta cara i aquesta inscripció?». Ells li respongueren: «Del Cèsar». Jesús els digué: «Doneu al Cèsar el que és del Cèsar, i a Déu el que és de Déu». I quedaren sorpresos de la seva resposta.
      Text de l'Evangeli (Mc 12,13-17): En aquell temps, els principals de Jerusalem van enviar a Jesús alguns fariseus i alguns partidaris d'Herodes per sorprendre'l en alguna paraula comprometedora. Hi van, doncs, i li diuen: «Mestre, sabem que dius la veritat, sense deixar-te influir per ningú, ja que no fas distinció de persones, sinó que ensenyes de debò el camí de Déu. Digues: ¿És permès o no de pagar tribut al Cèsar? ¿L'hem de pagar o no l'hem de pagar?».
      Jesús es va adonar de la seva hipocresia i els respongué: «Per què em poseu a prova? Porteu-me un denari i deixeu-me'l veure». Ells l'hi portaren. Jesús els preguntà: «De qui són aquesta cara i aquesta inscripció?». Ells li respongueren: «Del Cèsar». Jesús els digué: «Doneu al Cèsar el que és del Cèsar, i a Déu el que és de Déu». I quedaren sorpresos de la seva resposta.

      «Doneu al Cèsar el que és del Cèsar, i a Déu el que és de Déu»
      Avui, novament ens meravellem de l'enginy i saviesa del Crist. Ell, amb la seva magistral resposta, assenyala directament la justa autonomia de les realitats terrenals: «Doneu al Cèsar el que és del Cèsar» (Mc 12,17).
      La Paraula d'avui, però, és quelcom més que saber-se'n sortir d'un conflicte; és una qüestió que té actualitat en tots els moments de la nostra vida: què li estic donant a Déu?; ¿és realment allò que m'importa més en la meva vida? ¿On he posat el meu cor? Perquè... «on teniu el tresor, hi tindreu el cor» (Lc 12,34).
      En efecte, segons sant Jeroni, «heu de donar necessàriament al Cèsar la moneda que porta impresa la seva imatge; però vosaltres doneu amb gust tot el vostre ésser a Déu, perquè està impresa en nosaltres la seva imatge i no la del Cèsar». Al llarg de la seva vida, Jesucrist planteja constantment la qüestió de l'elecció. Som nosaltres els qui estem cridats a elegir, i les opcions són clares: viure des dels valors d'aquest món, o viure des dels valors de l'Evangeli.
      Sempre és temps d'elecció, temps de conversió, temps per a tornar a "resituar" la nostra vida en la dinàmica de Déu. Serà l'oració, i especialment la realitzada amb la Paraula de Déu, la que ens vagi descobrint què vol Déu de nosaltres. Aquell que sap escollir Déu esdevé habitacle de Déu, ja que «qui m'estima, guardarà la meva paraula; el meu Pare l'estimarà i vindrem a fer estada en ell» (Jn 14,23). És la pregària la que es converteix en l'autèntica escola on, com afirma Tertul·lià, «Crist ens va ensenyant quin era el designi del Pare que Ell realitzava en el món, i quin el capteniment de l'home per tal que sigui conforme a aquest mateix designi». Tant de bo si reeixim en elegir el camí que ens convé!

      Today's Gospel (Mk 12:13-17): Jewish leaders sent to Jesus some Pharisees with members of Herod's party, with the purpose of trapping him in his own words. They came and said to Jesus, «Master, we know that you are true; you are not influenced by any-one, and your answers do not vary according to who is listening to you, but you truly teach God's way. Tell us, is it against the Law to pay taxes to Caesar? Should we pay them or not?».
      But Jesus saw through their trick and answered, «Why are you testing me? Bring me a silver coin and let me see it». They brought him one and Jesus asked, «Whose head is this, and whose name?». They answered, «Caesar's». Then Jesus said, «Return to Caesar what is Caesar's, and to God what is God's». And they were greatly astonished.

      «Return to Caesar what is Caesar's, and to God what is God's»
      Today, we marvel again at Christ's wit and wisdom. With his masterly response, He directly points out to the fair autonomy of the worldly realities: «Return to Caesar what is Caesar's» (Mk 12:17).
      Today's Word, however, is something more than knowing how to successfully get out of a conflict; it is something utterly relevant to all aspects of our life: what am I giving God?; is it really what I prize more in my life? Where did I place my heart? Because... «where your treasure is, there will your heart be also» (Lk 12:34).
      Yes, indeed, according to St. Jerome, «you must necessarily render unto Caesar the coin in his image; but you willingly give your best to God, because it is his image, not Caesar's, that is on us». Throughout his life, Jesus Christ constantly poses the matter of choice. It is up to us to choose, and our options are clear: either we choose the worldly values to live by or we decide to live by the Gospel's values.
      It is always a time for choice before us, a time for conversion, a time to “replace” our life again in the dynamics of God. Our prayer, and specially the prayer made by God's Word, will gradually be discovering us what God expects of us. He who opts for God becomes God's dwelling place, for «if a man loves me, he will keep my words: and my Father will love him, and we will come unto him, and make our abode with him» (Jn 14:23). And prayer becomes the true school where, as Tertulian says, «Christ teaches us which was the Father's purpose which He was carrying out in this world, and what a man's ethical behavior should be so that it is in agreement with this very purpose». If only we would succeed in choosing the right way that suits us!

      Texte de l'Évangile (Mc 12,13-17): On envoya à Jésus des pharisiens et des hérodiens pour le prendre au piège en le faisant parler, et ceux-ci viennent lui dire: «Maître, nous le savons: tu es toujours vrai; tu ne te laisses influencer par personne, car tu ne fais pas de différence entre les gens, mais tu enseignes le vrai chemin de Dieu. Est-il permis, oui ou non, de payer l'impôt à l'empereur? Devons-nous payer, oui ou non?». Mais lui, sachant leur hypocrisie, leur dit: «Pourquoi voulez-vous me mettre à l'épreuve? Faites-moi voir une pièce d'argent». Ils le firent, et Jésus leur dit: «Cette effigie et cette légende, de qui sont-elles?». «De l'empereur César», répondent-ils. Jésus leur dit:
      «A César, rendez ce qui est à César, et à Dieu, ce qui est à Dieu»
      Aujourd'hui, nous nous émerveillons à nouveau de l'ingéniosité et de l'initiative du Christ. Avec sa réponse magistrale, Il souligne directement la juste autonomie des réalités temporelles: «A César, rendez ce qui est à César» (Mc 12,17).
      Mais, aujourd'hui, la Parole n'a pas seulement pour objet de se tirer d'embarras; elle agite une question d'actualité pour tous les moments de notre existence: qu'est ce que je suis en train de donner à Jésus? Est-ce réellement le plus important de ma vie? Dans quoi ai-je mis mon c�ur? Parce que... «Là où est votre trésor, là aussi sera votre c�ur» (Lc 12,34).
      En effet, d'après saint Jérôme, «vous devez forcement rendre à César la monnaie où son image est gravée; mais livrez avec plaisir votre être tout entier à Dieu, parce que c'est son image qui est gravée en nous et non celle de César». Tout au long de sa vie, Jésus-Christ présente constamment des choix. C'est à nous de choisir et les termes de l'option sont très clairs: vivre selon les valeurs de notre monde, ou, ou contraire, vivre selon les valeurs de l'Évangile.
      Il est toujours temps de choisir, de se convertir, temps de "mettre à nouveau" notre vie dans la dynamique de Dieu. Ce sera la prière, très spécialement celle que nous faisons avec la Parole de Dieu, qui nous montrera ce que Dieu nous demande. Celui qui sait choisir Dieu devient la demeure de Dieu, car «Si quelqu'un m'aime, il restera fidèle à ma parole; mon Père l'aimera, nous viendrons chez lui, nous irons demeurer auprès de lui» (Jn 14,23). C'est la prière qui devient l'authentique école où, comme Tertullien l'affirme, «le Christ nous apprend quel est le dessein du Père qu'Il réalise dans le monde, et quel est le comportement de l'homme, afin qu'il se conforme à ce même dessein». Sachons, donc, choisir ce qui nous convient le mieux!
      «A César, rendez ce qui est à César, et à Dieu, ce qui est à Dieu». Et ils étaient remplis d'étonnement à son sujet».

      Día litúrgico: Lunes IX del tiempo ordinario

      Text de l'Evangeli (Mc 12,1-12): En aquell temps, Jesús es posà a parlar-los en paràboles: «Un home va plantar una vinya, la va envoltar d'una tanca, hi va excavar un cup i va construir-hi una torre de guàrdia. Després la va arrendar a uns vinyaters i se'n va anar lluny.
      »Quan va ser el temps, envià un servent als vinyaters per rebre'n la part que li corresponia dels fruits de la vinya; però ells el van agafar, el van apallissar i el van despatxar amb les mans buides. Novament els envià un altre servent; a aquest li van obrir el cap i el van ultratjar. Els en va enviar encara un altre, i el van matar; i així feren amb molts altres: a uns els apallissaven, a d'altres els mataven. Tenia encara el seu fill estimat, i els l'envià en darrer lloc, tot dient-se: ‘Al meu fill, el respectaran’. Però aquells vinyaters es digueren entre ells: ‘Aquest és l'hereu: vinga, matem-lo i l'heretat serà nostra!’. L'agafaren, doncs, el van matar i el van llençar fora de la vinya.
      »Què farà l'amo de la vinya? Vindrà, farà morir aquells vinyaters i donarà la vinya a uns altres. ¿No heu llegit allò que diu l'Escriptura: ‘La pedra rebutjada pels constructors, ara és la pedra principal. És el Senyor qui ho ha fet, i els nostres ulls se'n meravellen’?».
      Ells van comprendre que Jesús amb aquella paràbola es referia a ells, i volien agafar-lo, però van tenir por de la gent. Llavors el van deixar estar i se n'anaren.


      Texto del Evangelio (Mc 12,1-12): En aquel tiempo, Jesús comenzó a hablarles en parábolas: «Un hombre plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores, y se ausentó.
      »Envió un siervo a los labradores a su debido tiempo para recibir de ellos una parte de los frutos de la viña. Ellos le agarraron, le golpearon y le despacharon con las manos vacías. De nuevo les envió a otro siervo; también a éste le descalabraron y le insultaron. Y envió a otro y a éste le mataron; y también a otros muchos, hiriendo a unos, matando a otros. Todavía le quedaba un hijo querido; les envió a éste, el último, diciendo: ‘A mi hijo le respetarán’. Pero aquellos labradores dijeron entre sí: ‘Éste es el heredero. Vamos, matémosle, y será nuestra la herencia’. Le agarraron, le mataron y le echaron fuera de la viña.
      »¿Qué hará el dueño de la viña? Vendrá y dará muerte a los labradores y entregará la viña a otros. ¿No habéis leído esta Escritura: ‘La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido; fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos?’».
      Trataban de detenerle —pero tuvieron miedo a la gente— porque habían comprendido que la parábola la había dicho por ellos. Y dejándole, se fueron.

      Today's Gospel (Mk 12:1-12): Jesus began to speak to the chief priests, the scribes and the elders in parables. «A man planted a vineyard, put a fence around it, dug a hole for the wine press and built a watch tower. Then he leased the vineyard to tenants and went abroad.
      »In due time he sent a servant to receive from the tenants his share of the fruit. But they seized the servant, struck him and sent him back empty-handed. Again the man sent another servant. They also struck him on the head and treated him shamefully. He sent another and they killed him. In the same way they treated many others; some they struck and others they killed. One was still left, his beloved son. And so, last of all, he sent him to the tenants, for he said: ‘They will respect my son’. But those tenants said to one another: ‘This is the one who is to inherit the vineyard. Let's kill him and the property will be ours’. So they seized him and killed him, and threw him out of the vineyard.
      »Now, what will the owner of the vineyard do? He will come and destroy those tenants and give the vineyard to others». And Jesus added, «Have you not read this text of the Scriptures: ‘The stone which the builders rejected has become the keystone. This was the Lord's doing; and we marvel at it’».
      They wanted to arrest him for they realized that Jesus meant this parable for them, but they were afraid of the crowd. So they left him and went away.

      una noche tube un sueño

      Una noche tuve un sueño.
      Soñé que estaba caminando por la playa con el Señor. Y, a través del cielo, pasaban escenas de mi vida.
      Por cada escena que pasaba, percibí que quedaban dos pares de pisadas en la arena: una era la mía y la otra del Señor. Cuando la última escena pasó delante nuestro, miré hacia atrás, hacia las pisadas en la arena y noté que muchas veces en el camino de mi vida quedaban sólo un par de pisadas en la arena.
      Noté también que eso sucedía en los momentos más difíciles y angustiosos de mi vivir. Eso realmente me perturbó y pregunté entonces al Señor: “Señor, Tu me dijiste, cuando resolví seguirte, que andarías siempre conmigo, todo el camino; pero durante los peores momentos de mi vida, había en la arena de los caminos de mi vida, sólo, un par de pisadas. No comprendo por qué Tu me dejaste en las horas en que yo más te necesitaba”.
      El señor me respondió: “Mi querido hijo, Yo te amo y Jamás te abandonaría en los momentos de sufrimiento. Cuando viste en la arena sólo un par de pisadas, fue justamente allí, donde Yo te cargué en mis brazos.”

      citadeldia.com


      La poesía debe ser un poco seca para que arda bien, y de este modo iluminarnos y calentarnos.
      PAZ, Octavio
      La naturaleza tiene perfecciones para demostrar que es imagen de Dios e imperfecciones para probar que sólo es una imagen.
      PASCAL, Blaise

      evangeli.net

      Text de l'Evangeli (Mt 7,21-27): En aquell temps, Jesús digué als seus deixebles: «No tothom qui em diu: ‘Senyor, Senyor’, entrarà al Regne del cel, sinó el qui fa la voluntat del meu Pare del cel. Aquell dia, molts em diran: ‘Senyor, Senyor, ¿no és cert que en nom teu vam profetitzar, i vam treure dimonis, i vam fer molts miracles?’. Llavors jo els diré clarament: ‘No us he conegut mai. Aparteu-vos de mi, vosaltres que obràveu el mal!’.
      »Per això, tothom qui escolta aquestes meves paraules i les compleix, s'assembla a un home assenyat que va construir la seva casa sobre roca. Va caure la pluja, van arribar les torrentades, bufaren els vents i envestiren contra aquella casa, però no es va ensorrar, perquè estava fonamentada sobre roca. En canvi, tothom qui escolta aquestes meves paraules i no les compleix, s'assembla a un home sense seny que va construir la seva casa damunt de sorra. Va caure la pluja, van arribar les torrentades, bufaren els vents i envestiren contra aquella casa, i la casa es va ensorrar: la seva ruïna fou completa».

      Comentari: Mn. Antoni Carol i Hostench (Sant Cugat del Vallès-Barcelona, Catalunya)
      «La voluntat del meu Pare del cel»
      Avui notem que Jesús exigeix no solament escoltar la seva paraula, sinó -i sobretot- adherir-nos coherentment a ella. Així, diu Ell, «entrarà al Regne del cel (...) el qui fa la voluntat del meu Pare» (Mt 7,21). Jesucrist pot exigir personalment tal cosa perquè Ell mateix és Déu, el Fill de Déu.
      Que la nostra fe s'ha de viure «amb obres i de veritat» (1Jn 3,18) és quelcom que s'ha predicat des dels inicis del cristianisme. El Papa Benet, però, en la seva encíclica Spe salvi ho recordava -podríem dir- amb un llenguatge modern: el missatge cristià no sols és una qüestió "informativa", sinó que és i ha de ser una realitat "performativa". «Això significa que l'Evangeli no és solament una comunicació de coses que es poden saber, sinó una comunicació que comporta fets i canvia la vida».
      «No us he conegut mai» (Mt 7,23): Déu nos guardi d'haver d'escoltar algun dia aquestes paraules tan severes! Ens convé parar atenció en un fet, que d'entrada, pot causar-nos sorpresa: Jesucrist se sent directament afectat per la nostra resposta (o "no resposta") de fe; Ell en fa una cosa personal seva. I no és per menys: el cristianisme no és una ideologia, ni un simple programa ètic, sinó i sobretot una trobada personal amb Algú. En aquesta mateixa línia, Joan Pau II afirmava que el fonament de la moral cristiana consisteix precisament en el seguiment del Crist.
      És molt adient la imatge dels homes que construeixen «la seva casa damunt de sorra»: homes sense seny, homes ensorrats!!! (cf. Mt 7,26-27). Una societat sense Déu (o que, en la pràctica, s'allunya de la llei de Déu) és una societat encallada perquè li manca el "motor" de l'esperança. Quan l'home s'allunya de Déu, l'home s'allunya també de l'home. En canvi, és «feliç l'home que (...) estima de cor la Llei del Senyor. Serà com un arbre que arrela vora l'aigua: dóna fruit quan n'és el temps i mai no es marceix el seu fullatge» (Sl 1,1-3).


      Today's Gospel (Mt 7:21-27): «Not everyone who says to me: ‘Lord! Lord!’ will enter the kingdom of heaven, but the one who does the will of my heavenly Father. Many will say to me on that day, ‘Lord, Lord, did we not speak in your name? Did we not cast out devils and perform many miracles in your name?’. Then I will tell them openly: ‘I have never known you; away from me, you evil people!’.
      »So, then, anyone who hears these words of mine and acts accordingly is like a wise man, who built his house on rock. The rain poured, the rivers flooded, and the wind blew and struck that house, but it did not collapse because it was built on rock. But anyone who hears these words of mine and does not act accordingly, is like a fool who built his house on sand. The rain poured, the rivers flooded, and the wind blew and struck that house; it collapsed, and what a terrible fall that was!».
      «The will of my heavenly Father»
      Today, we perceive that Jesus requires from us not only that we listen to his Word but, -most of all- that we consistently hold on to it. Hence, He says, «Not everyone (…) will enter the kingdom of heaven but the one who does the will of my heavenly Father» (Mt 7:21). Jesus Christ may personally stipulate such an issue because He is God, the Son of God.
      That our faith must be lived «but in deed and truth» (1Jn 3:18) is something that has been proclaimed from the very beginning of Christianity. But our Pontiff Benedict XVI, in his encyclical Spe salvi, recalled it -we might say- in a modern language: «the Christian message is not only "informative" but "performative". That means: the Gospel is not merely a communication of things that can be known; it is one that makes things happen and is life-changing».
      «I have never known you!» (Mt 7:23): God forbid we should ever have to listen one day to such stern words! We should pay attention to something that, eventually, may surprise us: Jesus Christ is personally concerned by our response (or "non-response") of faith; out of it He makes an issue of special distress. And it is the least to be expected: Christianity is not an ideology, or a simple ethics program; it is, above all, a personal commitment with Somebody. Along this same line, John Paul II emphasized that «Following Christ is thus the essential and primordial foundation of Christian morality».
      It is very appropriate the likeness of the man «who built his house on sand»: irrational men, defeated men! (cf. Mt 7:26-27). A society without God (or that, in practice, walks out on the law of God) is a stranded society because it lacks the "driving power" of hope. When man gets away from God, man also gets away from man. On the other hand, «Happy those (…) for whom the law of the Lord is their joy; (…) they are like a tree planted near streams of water, that yields its fruit in season; Its leaves never wither; whatever they do prospers» (Psalm 1:1-3).

      Texte de l'Évangile (Mt 7,21-27): «Il ne suffit pas de me dire: ‘Seigneur, Seigneur!’, pour entrer dans le Royaume des cieux; mais il faut faire la volonté de mon Père qui est aux cieux. Ce jour-là, beaucoup me diront: ‘Seigneur, Seigneur, n'est-ce pas en ton nom que nous avons été prophètes, en ton nom que nous avons chassé les démons, en ton nom que nous avons fait beaucoup de miracles?’. Alors je leur déclarerai: ‘Je ne vous ai jamais connus. Écartez-vous de moi, vous qui faites le mal!’.
      »Tout homme qui écoute ce que je vous dis là et le met en pratique est comparable à un homme prévoyant qui a bâti sa maison sur le roc. La pluie est tombée, les torrents ont dévalé, la tempête a soufflé et s'est abattue sur cette maison; la maison ne s'est pas écroulée, car elle était fondée sur le roc. Et tout homme qui écoute ce que je vous dis là sans le mettre en pratique est comparable à un homme insensé qui a bâti sa maison sur le sable. La pluie est tombée, les torrents ont dévalé, la tempête a soufflé, elle a secoué cette maison; la maison s'est écroulée, et son écroulement a été complet».

      «La volonté de mon Père qui est aux cieux»
      Aujourd'hui, nous remarquons que Jésus exige non seulement d'écouter sa parole, mais surtout d'y adhérer en toute cohérence. «Seuls, dit-Il, ceux qui font la volonté de mon Père (…) entreront dans le royaume des cieux» (Mt 7,21). Jésus-Christ peut exiger personnellement ceci ou cela parce qu'Il est Dieu, le Fils de Dieu.
      Que notre foi doive être vécue «avec des �uvres et en vérité» (1Jn 3,18), c'est ce qui a été prêché depuis les débuts du christianisme. Mais le Pape Benoît, dans son Encyclique Spe salvi, le rappelait -pour ainsi dire- dans un langage moderne: le message chrétien n'est pas seulement une question «d'information; il est et doit être une réalité "performative". Cela signifie que l'Évangile n'est pas seulement une communication de choses à connaître, mais une communication qui implique des faits et qui change la vie».
      «Je ne vous ai jamais connus» (Mt 7,23): Que Dieu nous épargne d'avoir à écouter un jour des paroles aussi sévères! Remarquons un fait qui, d'entrée, pourrait nous surprendre: Jésus se sent directement affecté par notre réponse (ou notre défaut de réponse) de foi; Il en fait une affaire personnelle. C'est normal: le christianisme n'est pas une idéologie ou un simple programme éthique, mais surtout une rencontre personnelle avec Quelqu'un. Dans cette optique, Jean-Paul II affirmait que le fondement de la morale chrétienne consiste précisément dans le fait de suivre le Christ.
      L'image de l'homme «qui a bâti sa maison sur le sable» est très éloquente: hommes insensés, hommes détruits! (cf. Mt 7,26-27). Une société sans Dieu (ou qui, en pratique, s'éloigne de la loi de Dieu) est une société inerte, car il lui manque le "moteur" de l'espérance. Quand l'homme s'éloigne de Dieu, l'homme s'éloigne aussi de l'homme. En revanche, «heureux l'homme (…) qui met son amour dans la loi du Seigneur (…). Il est comme un arbre planté au bord du ruisseau, qui donne du fruit en son temps et jamais son feuillage ne se fane» (Ps 1,1-3).
      Texto del Evangelio (Mt 7,21-27): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todos los que me dicen ‘Señor, Señor’ entrarán en el reino de los cielos, sino solo los que hacen la voluntad de mi Padre celestial. Aquel día muchos me dirán: ‘Señor, Señor, nosotros hablamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros’. Pero yo les contestaré: ‘Nunca os conocí. ¡Apartaos de mí, malhechores!’.
      »Todo el que oye mis palabras y hace caso a lo que digo es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos contra la casa; pero no cayó, porque tenía sus cimientos sobre la roca. Pero todo el que oye mis palabras y no hace caso a lo que digo, es como un tonto que construyó su casa sobre la arena. Vino la lluvia, crecieron los ríos y soplaron los vientos, y la casa se derrumbó. ¡Fue un completo desastre!».
      «La voluntad de mi Padre celestial»
      Hoy notamos que Jesús exige no solamente escuchar su palabra, sino -y sobre todo- adherirnos coherentemente a ella. Así, dice Él, «entrarán en el reino de los cielos (...) solo los que hacen la voluntad de mi Padre» (Mt 7,21). Jesucristo puede exigir personalmente tal cosa porque Él mismo es Dios, el Hijo de Dios.
      Que nuestra fe se ha de vivir «con obras y de verdad» (1Jn 3,18) es algo que se ha predicado desde los inicios en el cristianismo. Pero el Papa Benedicto, en su encíclica Spe salvi lo recordaba -podríamos decir- con un lenguaje moderno: el mensaje cristiano no solamente es una cuestión "informativa, sino que es y debe ser una realidad "performativa". «Esto significa que el Evangelio no es sólo una comunicación de cosas que se pueden saber, sino una comunicación que comporta hechos y cambia la vida».
      «Nunca os conocí» (Mt 7,23): ¡Dios nos libre de tener que escuchar algún día estas palabras tan severas! Nos conviene prestar atención a un hecho que, de entrada, puede causarnos sorpresa: Jesucristo se siente directamente afectado por nuestra respuesta (o "no respuesta") de fe; Él hace de ella una cosa personal. Y no es para menos: el cristianismo no es una ideología, ni un simple programa ético, sino y sobre todo un encuentro personal con Alguien. En esta misma línea, Juan Pablo II afirmaba que el fundamento de la moral cristiana consiste precisamente en el seguimiento de Cristo.
      Es muy oportuna la imagen del hombre que «construyó su casa sobre la arena»: hombres sin razón, hombres derrumbados! (cf. Mt 7,26-27). Una sociedad sin Dios (o que, en la práctica, se aleja de la ley de Dios) es una sociedad encallada porque le falta el "motor" de la esperanza. Cuando el hombre se aleja de Dios, el hombre se aleja también del hombre. En cambio, es «feliz el hombre (…) que pone su amor en la ley del Señor (…). Es como un árbol plantado a la orilla de un río, que da su fruto a su tiempo y jamás se marchitan sus hojas» (Sal 1,1-3).

      la posibilidad de realizar un sueño es lo que hace que la vida sea interesante?

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      Día litúrgico: 31 de Mayo: La Visitación de la Virgen
      Texto del Evangelio (Lc 1,39-56):
      En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena del Espíritu Santo; y exclamando con gran voz, dijo: «Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí? Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno. ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!».

      Y dijo María: «Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como había anunciado a nuestros padres- en favor de Abraham y de su linaje por los siglos». María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.
      Comentario: Mons. Francesc Xavier Ciuraneta i Aymí, Obispo emérito de Lleida (España)
      «Saltó de gozo el niño de mi seno»
      Hoy contemplamos el hecho de la Visitación de la Virgen María a su prima Isabel. Tan pronto como le ha sido comunicado que ha sido escogida por Dios Padre para ser la Madre del Hijo de Dios y que su prima Isabel ha recibido también el don de la maternidad, marcha decididamente hacia la montaña para felicitar a su prima, para compartir con ella el gozo de haber sido agraciadas con el don de la maternidad y para servirla.
      El saludo de la Madre de Dios provoca que el niño, que Isabel lleva en su seno, salte de entusiasmo dentro de las entrañas de su madre. La Madre de Dios, que lleva a Jesús en su seno, es causa de alegría. La maternidad es un don de Dios que genera alegría. Las familias se alegran cuando hay un anuncio de una nueva vida. El nacimiento de Cristo produce ciertamente «una gran alegría» (Lc 2,10).
      A pesar de todo, hoy día, la maternidad no es valorada debidamente. Frecuentemente se le anteponen otros intereses superficiales, que son manifestación de comodidad y de egoísmo. Las posibles renuncias que comporta el amor paternal y maternal, asustan a muchos matrimonios que, quizá por los medios que han recibido de Dios, debieran ser más generosos y decir "sí" más responsablemente a nuevas vidas. Muchas familias dejan de ser "santuarios de la vida". El Papa Juan Pablo II constata que la anticoncepción y el aborto «tienen sus raíces en una mentalidad hedonista e irresponsable respecto a la sexualidad y presuponen un concepto egoísta de la libertad, que ve en la procreación un obstáculo al desarrollo de la propia personalidad».
      Isabel, durante cinco meses, no salía de casa, y pensaba: «Esto es lo que ha hecho por mí el Señor» (Lc 1,25). Y María decía: «Engrandece mi alma al Señor (...) porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava» (Lc 1,46.48). La Virgen María e Isabel valoran y agradecen la obra de Dios en ellas: ¡la maternidad! Es necesario que los católicos reencuentren el significado de la vida como un don sagrado de Dios a los seres humanos.
      Text de l'Evangeli (Lc 1,39-56): En aquells dies, Maria se n'anà de pressa a la Muntanya, en un poble de Judea, va entrar a casa de Zacaries i saludà Elisabet. Tan bon punt Elisabet va sentir la salutació de Maria, l'infant va saltar dins les seves entranyes, i Elisabet quedà plena de l'Esperit Sant. Llavors cridà amb totes les forces: «Ets beneïda entre totes les dones i és beneït el fruit de les teves entranyes! Qui sóc jo perquè la mare del meu Senyor em vingui a visitar? Tan bon punt he sentit la teva salutació, l'infant ha saltat de joia dins les meves entranyes. Feliç tu que has cregut: allò que el Senyor t'ha anunciat es complirà!».
      Maria digué: «La meva ànima magnifica el Senyor, el meu esperit celebra Déu que em salva, perquè ha mirat la petitesa de la seva serventa. Des d'ara totes les generacions em diran benaurada, perquè el Totpoderós obra en mi meravelles: el seu nom és sant, i l'amor que té als qui creuen en Ell s'estén de generació en generació. Les obres del seu braç són potents: dispersa els homes de cor altiu, derroca els poderosos del soli i exalta els humils; omple de béns els pobres, i els rics se'n tornen sense res. Ha protegit Israel, el seu servent, com havia promès als nostres pares; s'ha recordat del seu amor a Abraham i a la seva descendència per sempre». Maria es va quedar uns tres mesos amb ella, i després se'n tornà a casa seva.
      L'infant ha saltat de joia dins les meves entranyes»
      Avui contemplem el fet de la Visitació de la Verge Maria a la seva cosina Elisabet. Tan bon punt li ha estat comunicat que ha estat escollida per Déu Pare per a ser la Mare del Fill de Déu i que la seva cosina Elisabet ha rebut també el do de la maternitat, marxa decididament cap a la muntanya per a felicitar la seva cosina, per a compartir amb ella la joia d'haver estat agraciades amb el do de la maternitat i per a servir-la.
      La salutació de la Mare de Déu provoca que l'infant, que Elisabet porta en el seu si, salti d'entusiasme dins les entranyes de la seva mare. La Mare de Déu, que porta Jesús en el seu si, és causa d'alegria. La maternitat és un do de Déu que genera alegria. Les famílies s'alegren quan hi ha un anunci d'una nova vida. El naixement de Crist produeix certament «una gran alegria» (Lc 2,10).
      Amb tot, avui en dia, la maternitat no és valorada degudament. Sovint se li anteposen altres interessos superficials, que són manifestació de comoditat i d'egoisme. Les possibles renúncies, que comporta l'amor paternal i maternal, espanten molts matrimonis que, potser pels mitjans que han rebut de Déu, haurien de ser més generosos i dir "sí" més responsablement a noves vides. Moltes famílies deixen de ser "santuaris de la vida". El Papa Joan Pau II ens recordava que l'anticoncepció i l'avortament «tenen les seves arrels en una mentalitat hedonista i irresponsable respecte a la sexualitat i pressuposen un concepte egoista de la llibertat, que veu en la procreació un obstacle al desenvolupament de la pròpia personalitat».
      Elisabet, durant cinc mesos, no sortia de casa, i pensava: «Com ha obrat amb mi el Senyor!» (Lc 1,25). I Maria deia: «La meva ànima magnifica el Senyor (...) perquè ha mirat la petitesa de la seva serventa» (Lc 1,46.48). La Verge Maria i Elisabet valoren i agraeixen l'obra de Déu en elles: la maternitat! Cal que els catòlics retrobem el significat de la vida com un do sagrat de Déu als éssers humans.
      Today's Gospel (Lk 1:39-56): Mary then set out for a town in the Hills of Judah. She entered the house of Zechariah and greeted Elizabeth. When Elizabeth heard Mary's greeting, the baby leapt in her womb. Elizabeth was filled with Holy Spirit, and giving a loud cry, said, «You are most blessed among women and blessed is the fruit of your womb! How is it that the mother of my Lord comes to me? The moment your greeting sounded in my ears, the baby within me suddenly leapt for joy. Blessed are you who believed that the Lord's word would come true!».
      And Mary said: «My soul proclaims the greatness of the Lord, my spirit exults in God my savior! He has looked upon his servant in her lowliness, and people forever will call me blessed. The Mighty One has done great things for me, Holy is his Name! From age to age his mercy extends to those who live in his presence. He has acted with power and done wonders, and scattered the proud with their plans. He has put down the mighty from their thrones and lifted up those who are downtrodden. He has filled the hungry with good things but has sent the rich away empty. He held out his hand to Israel, his servant, for he remembered his mercy, even as he promised our fathers, Abraham and his descendants forever». Mary remained with Elizabeth about three months and then returned home.
      «The baby within me suddenly leapt for joy»
      Today, we contemplate the Virgin Mary's Visitation to her cousin Elizabeth. As soon as she was told she had been chosen by God Father to be the Mother of the Son of God and that her cousin Elizabeth had also received the gift of motherhood, she decidedly set out for the hills to congratulate her cousin, to share with her the joy of having being blessed with the gift of maternity and to serve her.
      The salutation of the Mother of God provokes that the infant Elizabeth carried in her womb, leapt with joy within his mother's entrails. God's Mother, who also carried Jesus in her womb, is a cause for joy. Families are happy when the arrival of a new life is announced. Christ birth certainly produces «good news of great joy» (Lk 2:10).
      And yet, now a day, motherhood is not duly prized. Quite often other interests, which are an expression of convenience and selfishness, oppose to it. Parent's love implies an eventual renunciation scaring many married couples that, perhaps, should be more generous with the goods they have received from God and say "yes" to new lives in a more responsible way. Many families stop being "shrines of life". His Holiness John Paul II confirms that birth control and abortion «have their roots in an hedonist and irresponsible mentality with respect to sexuality and presuppose a selfish concept of liberty, that sees in procreation an obstacle to the development of their own personality».
      During five months Elizabeth did not leave her home, and thought: «Look what the Lord has done for me!» (Lk 1:25). And Mary said: «My soul glorifies the Lord (...) for He has been mindful of the humble state of his servant» (Lk 1:46-48). The Virgin Mary and Elizabeth value and are grateful for what God has given them: maternity! It is necessary that we, Catholics, find again the significance of life as a sacred gift from God to human beings.

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      resum en català

      jo sòc una alumne que faig un curs de català en aquest IES, conjuntament amb sis o set alumns/es més que anem cada setmana, tres dies, dilluns, dimecre i divendres i comencam a les cinc i mitjà de la tarda, fins a les set hores en aquests mesos de febrer, marc i abril, per a aprendre una nova llengua, que no va fer tan nova, ja que es habitual el diàleg en aquest llenguage,en la comunitat de les illes Balears perque comparteixen cooficialitat amb la llengua castellana. aquestes dues llengues són les més usuals per als seus habitants i tenen algues semblances en els seus signes llinguístiques i característiques adient, ja que tenen com a font principal el llatí, encara que el català té les seves característiques i matisos genuins, originaris de la seva història que data al segle IX, on és va reconèixer els seus 1ès texts, que van fer escrits mes endavant, actualment, dons perviu com un idioma més, actualitzat i modern.
      per altra banda, jo vull donar unes pinzellades damunt l´aula que és situà en la 3a planta, o pis, que és més bé petita i té una gran pissarra verda i negra al front, davant de tots les taules i cadires també verdes; per la finestra tancada amb el fred hivernal del carrer, deixa passar una tènue llum i el silenci de la tarda, no hi ha cap soroll( remor) tot està molt tranquil, i ens podem conèixer i atendre a le xerrada linguística amb normalitat, i molt propte podrem parlar català molt bé.

      Eivissa set de febrer dos mil vuit. nemrczeyun


      l´ illa d´Eivissa

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      paz,pau,pax...

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      pienso, luego..existo.

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      CURICULUM VITAE
      Datos Personales:· Nacionalidad: España· Fecha Nacimiento: 18 – 05 – 19**· Lugar de Nacimiento: Cabra de Santo Cristo - जेaén.· Lugar de residencia: Ciudad Jardín ** 07819 Puig D´en Valls - EIVISSA· Teléfono de contacto: / 6194599**· E-Mail: carmen_ibz@Hotmail.comFormación:· Titulo Técnico Aux.Geriatria y Servicio a Domicilio.Ayunt.San José Eivissa (27-07-2005 al 30-06-06 )· Graduado Educ.Secundaria I.E.S. Santa म**** D´Eivissa ESPA y Escola D´अदुल*** ( 2006 - 2007 )· Prueba de absceso al Ciclo Formativo de Grado Medio I.E.S. Algar- Sant Jordi -Eivissa ( 18 - 06 – 2004 )· Informática, Word, Windows XP- OFIMÁTICA, Excel - Access-INTERNET ( Enero - Febrero 2008 )· Título de Técnico Aux. de Enfermería I.E.S.I.मकाबी*** y I.E.S. Algar - Eivissa ( 2000- 2001-convalidación )· टी*** de Ayudante en gastronomía - इन*** Blancadona – Ibiza ( 1997 - 1998 ) · Título Profesora de Corte y Confección "Sistema Martí"- Barcelona ( 14 -02 - 1984 )· Graduado Escolar - Colegio de Cristo Rey – Montejicar-गर*** ( 20 – 09 –1973)· Prácticas Aux. Técnico Geriatría: Cas सर्र****– La Lla - Patronato (19-12-2005 a 30-06-2006 )· Prácticas Aux. Enfermería: पोलिक्ल*** Virgen del रोसा**-इबी** (22-12-2000 a 30-06-2001 )Idiomas: · Catalán Nivel de E.S.O.· Inglés Nivel de E.S.O.Experiencia Laboral:· Auxiliar Administrativo-Hospital Can म**** ( 09- 04-2007 al 10- 09-2007 )· Auxiliar Administrativo-Centro सालु** y USM Es व*** ( 14-09-2007 al 20-12-2008 ) · आयुं****** de San José - Eivissa ( 27- 07-2005 al 30- 06-2006 )· Sociedad Estatal Correos y Telégrafos de इ****** ( 04- 07-2001 al 08-05-2004 )· ओ***** de Ibiza y Formentera ( 03-04-1998 al 03-07-2001 )· Sociedad Estatal Correos y Telégrafos de इ***** ( 01-10-1999 al 10-11-1999 )· फर***** Ferrer Riera – Confección ( 28-06-2000 al 31-07-2000 )· पट**** A. B.ग** Ibiza-Ayudante Cocina ( 01-07-1997 al 30-09-1997 )· Com. B. F. अमो** प***** -Ayudante Cocina ( 08-05-1997 al 23-06-1997 )· Ibicenca de इन्वेस्तिग**** SL ( 01-06-1996 al 30-09-1996 ) Carné de Conducir: A - B

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