miércoles, 9 de febrero de 2011


BEATO LEOPOLDO DE ALPANDEIRE


“La vida de Fray Leopoldo es una confirmación de la palabra de Pablo: «Dios ha elegido lo necio del mundo para confundir a los sabios, y lo débil del mundo escogió Dios para confundir a los fuertes. Lo plebeyo y despreciable del mundo ha escogido Dios y lo que no es, para reducir a la nada lo que es. Para que ningún mortal se pueda gloriar en presencia de Dios» (1 Co 1, 27-29). El santo transparenta en su vida la santidad de Dios, dejando resplandecer la belleza divina a través de sus palabras y acciones. La santidad redunda también en beneficio de los demás y no sólo en provecho propio. Decía un genio de la música, Gounod, que “una gota de santidad vale más que un océano de genio”.
Los santos son hombres verdaderos, auténticos, plenamente realizados, que han dejado una huella duradera y un recuerdo dichoso en la historia. Quienes conocieron a Fray Leopoldo, cristianos y no creyentes, pudieron apreciar la riqueza de su vida y de sus virtudes; todos se enriquecieron de la santidad, que manaba de su alma” (Homilía de S.E.D. Jesús Catalá, Obispo de Málaga, en la Misa de Acción de Gracias, en Alpandeire, el 19 de septiembre de 2010).

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